Calma y ambiente festivo en marcha por Día de la Raza
cinco mil personas asistieron a la convocatoria
Una tranquilidad combativa en las consignas y un ambiente de fiesta marcaron la marcha y el acto realizado ayer por representantes de los pueblos indígenas y diversos grupos anarquistas y antisistema para conmemorar el Día de la Raza.
Por Jorge Escalante
La tranquilidad de la marcha y el acto convocados por la organización mapuche Meli Wixan Mapu, con que los pueblos originarios conmemoraron un nuevo Día de la Raza por adelantado debido a la anticipación del feriado del 12 de octubre, incluyó el término de la manifestación y su disolución.
Oficialmente, sólo fue detenido el joven de 15 años Pablo Marín por pegar propaganda ofensiva a Carabineros, que luego recuperó su libertad desde la Primera Comisaría donde lo retiraron sus padres. El manifestante quedó citado a una fiscalía militar.
En años anteriores, los enfrentamientos ocurrieron durante la marcha y varias veces la actividad se interrumpió abruptamente por los gases lacrimógenos y los carros policiales lanzaagua.
Poco después de las once de la mañana la columna partió desde Plaza Italia en forma espontánea y no coordinada como pedía Carabineros. Al inicio, las cosas pudieron tomar otro color debido a que la policía impedía que la marcha ocupara la totalidad de la calzada norte de la Alameda, explicando a los organizadores que el desplazamiento sólo estaba autorizado por la mitad de ese espacio. La policía accedió. Cabe recordar que inicialmente el Gobierno prohibió la marcha por la Alameda, pero los organizadores no cedieron y anunciaron que por ahí marcharían de todas maneras.
La columna la encabezó un compacto grupo de indígenas mapuches que esta vez se preocuparon de contar con personas identificadas que actuaron como custodios del desplazamiento para evitar desórdenes.
Detrás se ubicaron integrantes de otros pueblos originarios que también mostraron sus atuendos típicos. A esto se sumó una gran cantidad de grupos espontáneos y otros organizados que asistieron con sus banderas y pancartas. Entre ellos, integrantes de las barras de la Universidad de Chile (Los de Abajo) y Colo Colo (Garra Blanca), una Coordinadora Bolivariana, la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, Alerta Resistente, Memoria Feminista; Amnistía Internacional; Corriente Popular, y una Izquierda Comunista.
Al final de la marcha se ubicó la Corriente Revolucionaria Anarquista (CRA), que, hasta ahora, se perfila como el grupo anarquista más estructurado.
Las consignas que se escucharon diferían del orden de la marcha. La mayoría invocando la lucha violenta contra el “Estado capitalista”, exceptuando las consignas de los integrantes de los pueblos indígenas que si bien apuntaban en contra del sistema establecido y del Gobierno, no pedían la violencia para llevar adelante sus reivindicaciones de autonomía, devolución de las tierras “robadas por el huinca” y el respeto a la cultura originaria.
“No somos pacifistas, somos violentistas”, gritaba un grupo anarco que marchaba separado del CRA. “Salta la Garra Blanca, sin policías, sin militares, vamos a salir campeón” entonaban los colocolinos, que de paso insultaban a la policía. Los de Abajo no se quedaban atrás expresando su rechazo al capitalismo y amenazando a carabineros con las penas del infierno.
Los anarcos del CRA gritaban “Contra la bestia capitalista, lucha anarco-comunista”. Sin embargo, también se escucharon expresiones contra el Partido Comunista, como “El que no salta es del PC”.
En fin, la variedad de opiniones fue intensa, pero todas coincidieron en el apoyo a la lucha del pueblo mapuche, no olvidando que los dueños de la convocatoria eran los pueblos indígenas.
Ambiente festivo
El avance de la columna fue lento, demorando cerca de una hora y media en arribar a los pies del cerro. La demora se explicó por los bailes tradicionales que mostraron los distintos grupos indígenas con sus instrumentos típicos.
Algunos petardos de gran poder explosivo hechos reventar por las barras deportivas -los mismos que se lanzan en los estadios- remecieron repentinamente
la calle alertando a la policía, pero nada pasó más allá. Una larga columna de fuerzas especiales de la policía acompañó la marcha por ambos costados, sin que se produjeran enfrentamientos aunque los policías debieron soportar permanentemente epítetos de grueso calibre superiores al de sus armas. No obstante, en ningún momento la policía actuó para detener a los agresores verbales.
Llamó la atención una pequeña columna de enmascarados, unos diez, cuyas máscaras negras tenían una R (resistencia) pintada en rojo. Ello porque se informó que estaba prohibido marchar con la cara cubierta. Los enmascarados desafiaron con gestos a carabineros.
Una considerable cantidad de manifestantes marcharon con sus familias, incluyendo niños y coches para lactantes. En general, el ambiente era festivo.
Un gran número de turistas extranjeros tomó fotografías de la columna apostados a los costados, y no pocos se mezclaron con los asistentes y marcharon con ellos.
Al llegar a la altura de calle Miraflores, la policía interpuso un compacto cerco de sus hombres para impedir que la manifestación continuara hacia al poniente por la Alameda, pero no era el objetivo de los convocantes ni de los asistentes. A medida que los adherentes a la cita fueron arribando a la plaza que se ubica en la base del cerro, comenzaron a tomar ubicación para presenciar el acto central que contó con varios grupos de rock, hip-hop, y bailes tradicionales indígenas. LN
La reaparición de Mikel, el español “okupa”
Entre cada actuación de los grupos musicales se leyeron proclamas de los representantes indígenas que en Santiago tienen múltiples organizaciones. Entre los breves discursos leídos, llamó la atención una proclama de los seis “okupas” detenidos el pasado 26 de septiembre en una casa de calle San Ignacio en el centro de Santiago, y luego dejados en libertad provisional por la Corte de Apelaciones de Santiago, mientras se instruye el juicio en su contra por formalización de cargos de fabricación de bombas incendiarias y receptación de especies robadas, no así por el delito de asociación ilícita que aún debe ser probado por el ministerio público.
Curiosamente, quien leyó la proclama que denunció “la persecución contra las ideas anarquistas” y finalizó con la consigna ¡Muerte al Estado, Viva la Anarquía!, fue el ciudadano español Mikel Balaguer Yuz, de 24 años, uno de los seis arrestados el mes pasado. El español fue largamente aclamado por los manifestantes al igual que otros de los jóvenes anarquistas encausados que lo acompañaron arriba del escenario.
Al momento de la detención del adolescente que pegaba carteles injuriando a la policía, lo que sucedió en el medio del acto, se pensó que la situación se desbordaría puesto que unos cincuenta asistentes corrieron detrás del grupo de carabineros que lo arrestó frente al Archivo Nacional por calle Miraflores. El joven fue subido a un bus policial estacionado en calle Moneda y los manifestantes comenzaron a protestar por su liberación, pero fueron los mismos organizadores quienes llegaron hasta el lugar para pedir a los protestantes que se retiraran y regresaran a la plaza: ¡El acto es allá, no aquí!, pedían los jóvenes a cargo de la seguridad de la manifestación, la mayoría indígenas.
Fue el único acontecimiento que atrajo la atención de reporteros gráficos, camarógrafos y periodistas, que corrieron tras el detenido. “Quienes esperaban imágenes violentas para mostrar en los diarios y la televisión, se quedaron con las ganas”, comentó uno de los organizadores. Pronto todo volvió a la normalidad. Las fuerzas especiales de la policía mantuvieron en todo momento la vigilancia del acto en la plaza, que además estuvo repleta de puestos improvisados donde se vendieron todo tipo de artesania y comida indígena.
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Balance policial
Al finalizar el acto y cuando los asistentes ya se retiraban en calma, el jefe de las fuerzas especiales que ayer estuvieron encargadas de custodiar la manifestación, coronel Carlos Atallat, dijo a La Nación evaluando la jornada “todo tranquilo y sin novedad, no hemos tenido ningún tipo problemas con esta manifestación, todo ha transcurrido con plena normalidad”. El coronel destacó que sólo se produjo una detención, en comparación con los desmanes ocurridos en años anteriores.
Barrueto destacó tranquilidad
El intendente metropolitano, Víctor Barrueto, destacó la tranquilidad con que se desarrolló ayer la marcha y el acto por la conmemoración de un nuevo Día de la Raza. “Ha quedado demostrado que cuando hay voluntad auténtica y verdadera para manifestarse pacíficamente esto es posible hacerlo”, dijo Barrueto por la tarde al efectuar su balance de la jornada.
El intendente afirmó que “la marcha fue una lección que ojalá marque las futuras manifestaciones”. También se refirió al actuar de la policía uniformada, expresando “Quiero reconocer además el rol de Carabineros, que con su acción ha demostrado que es perfectamente posible conjugar el orden público con el respeto de los derechos constitucionales que la gente ha manifestado”.
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