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Centros Chilenos en el Exterior

Manuel Guerrero

AUTORIDAD SI, VIOLENCIA NO

Por Manuel Guerrero Antequera

El gobernar en condiciones democraticas pone a sus autoridades en el permanente desafio de valerse del ejercicio del poder de modo tal que este no se agote en una accion individual, de expertos aislados por ejemplo, sino en generar condiciones que abran paso a la movilizacion de las capacidades de una pluralidad de personas, por ideas y valores comunes, que es lo que permite, en definitiva, “poder” cambiar la sociedad para mejor. Ser Gobierno democratico implica mucho mas que elegir a un Mandatario en un rito que se repite cada cierta cantidad de anhos. Significa, sobre todo, poner en acto una concepcion del poder como una capacidad que no pertenece a ningun individuo en particular, sino a grupos humanos que salen de su esfera particular para, mancomunadamente, emprender nuevos rumbos, ejercicio que debe venir facilitado por la autoridad legitima -el reconocimiento- que han de ganarse dia a dia quienes gobiernan para conducir, competente y responsablemente, estos procesos de cambio.

En efecto, de modo diferente a lo que a veces se piensa, el poder jamas surge de la violencia, sino que emana del hecho de que personas se junten y procedan concertadamente para lograr un proposito comun. Es la concertacion de hombres y mujeres -”la union hace la fuerza”, dice el refran- lo que le resulta consustancial al poder, no la violencia. Es mas, la violencia no es equiparable al poder, porque el dominio por la violencia entra en juego precisamente cuando se esta perdiendo poder. Y una vez utilizada la violencia en pos del dominio, su uso cobra su precio tanto en los vencidos como en los vencedores, toda vez que ella implica una crisis de poder, es decir, la falta de capacidad para actuar juntos.

El ejemplo mas palpable, triste y siniestro de ello fue el Gobierno militar y de la derecha chilena que ejercio sistematicamente la violencia durante casi dos decadas en nuestro pais. Dicho Gobierno fue dictatorial en tanto elimino el nivel intermedio de la legalidad, volviendo el mandato de Augusto Pinochet en ley, suspendiendo el Estado de derecho e instalando un permanente estado de excepcion. Fue, ademas, autoritario, porque las relaciones de poder que se establecieron prescindieron de los procesos de legitimacion previos, destacando el uso de la fuerza, del terrorismo de Estado como el modus operandi principal. Tal regimen fue, a su vez, totalitario, porque mantuvo el monopolio de todas las formas y espacios de ejercicio del poder, imponiendo una ideologia oficial incuestionable; una policia secreta terrorista, que combatia a grupos declarados “enemigos de la sociedad”; un monopolio de los medios noticiosos y de informacion, asi como universidades, en manos directamente de los militares o de cuadros de ultraderecha designados, nunca elegidos, entre otros aspectos. Sin embargo, aunque resulte extranho decirlo, el regimen pinochetista fue extremadamente debil desde el punto de vista del poder y es por ello que tuvo que recurrir constantemente al uso de la violencia para asegurar su dominio, hasta que fue derrotado precisamente por el poder de las mayorias.

De modo distinto, un Gobierno democratico debe concebir al poder y la violencia como opuestos: donde uno domina falta absolutamente el otro. Como lo senhalo alguna vez Hannah Arendt, la violencia aparece donde el poder esta en peligro, pero confiada en su propio impulso acaba por hacer desaparecer al poder. Mientras la violencia esta vinculada con la amplificacion de la potencia humana mediante instrumentos de coaccion, el poder debe remitir a la autoridad, que jamas la otorga la violencia, sino la rectitud, el trato justo, la escucha tolerante y la capacidad de actuar juntos compartiendo responsabilidades. Donde se perpetua la relacion amigo-enemigo, precisamente impera la violencia, lo que coarta los espacios de reconocimiento del otro y, por lo tanto, hace desaparecer el poder como capacidad de emprender juntos.

En nuestro Chile actual no cabe duda de que estamos cada vez mas lejanos al modo de gobernar del pinochetismo. Prueba de ello nos la dan, por ejemplo, dos eventos recientes que solo son posibles en democracia y bajo una concepcion distinta de poder que el de la dictadura. El primero es el repudio publico de la Presidenta de la Republica a la represion policial contra periodistas y secundarios que se registro durante las pasadas movilizaciones de estudiantes. Lo novedoso del suceso, lamentablemente, no es que se haya reprimido con violencia inusitada a manifestantes y reporteros graficos, sino la condena abierta y decidida por parte de la principal autoridad del pais a tales hechos, que califico en la ocasion de “exceso, un abuso, una violencia repudiable e injustificable”, con el consecuente relevo de su cargo del prefecto de Fuerzas Especiales de Carabineros, el coronel Osvaldo Jara, debido a la violencia aplicada por efectivos de esa division contra los adolescentes y la prensa. La senhal de condena a esta violencia, transmitida por cadena nacional, no es menor y debe ser valorada en toda su magnitud, porque pone una vara distinta para medir publicamente que se considera tolerable y que no en democracia en cuanto al uso de la fuerza para las propias instituciones a cargo de velar por el orden publico. Ello sólo ha sido posible porque se tiene la conviccion de que medidas de este tipo ya cuentan con el respaldo ciudadano que las avalan. Es necesario, por tanto, que se actue en consecuencia trasladando la condena al uso de la violencia policial a toda parte o conflicto donde ella se manifieste, tomando las medidas del caso.

Una muestra de poder democratico es la eleccion de Senado Universitario de la nueva Universidad de Chile. Se trata de una instancia triestamental, con participacion de academicos, estudiantes y funcionarios, hasta ahora unica en el pais, que tiene atribuciones para definir las normas internas de la universidad, sus grandes proyectos y sus propuestas al medio nacional. Y este logro se debe, fundamentalmente, a la capacidad de actuar juntos que tuvieron los estudiantes de la Universidad de Chile que en 1997, luego de refundar su federacion, presionaron para que se formara la primera comision de caracter transversal encargada de repensar y generar un nuevo sistema de Gobierno participativo en la casa de Bello. En 1998 y 1999, se comenzo a escribir y se refrendo la propuesta de nuevos estatutos de la universidad, y en octubre de 2002 se eligio un primer grupo de representantes de la comunidad que hicieron la “marcha blanca” del Senado. Finalmente, hace pocos meses, se defendio la propuesta de la comunidad en su decisivo paso por el Congreso y la Contraloria General de la Republica, hasta que se consiguio su publicacion en el Diario Oficial como Ley de la Republica, despues de mas de nueve anños de intenso trabajo colectivo basado en el intercambio de argumentos y la movilizacion social que, sin necesidad de recurrir a la violencia, evidencian el poder, la capacidad de convocatoria y conduccion que tuvieron los estudiantes junto a academicos, funcionarios y autoridades.

Muestras como estas hay muchas mas como tambien existe una gran cantidad de proyectos colectivos que no han podido resultar exitosos porque, sin duda, a nuestra sociedad aun le falta mucho camino por recorrer para que la accion humana concertada no violenta sea la columna vertebral de nuestro modo de convivencia en democracia. Sin embargo, para avanzar en mejorar las condiciones materiales de existencia de toda nuestra poblacion y asegurar una vida digna para todos, no hay duda de que debemos continuar por el camino que nos muestran las experiencias de avance democratico, aunque tome mayor tiempo y trabajo conquistar mayorias conscientes, organizadas y participativas que producir efectos rapidos y espectaculares a traves del uso de la violencia, que esta condenada a ser efimera, pues solo porta la ilusion de que ejerce el poder, y como ilusion mas temprano que tarde se desvanece irremediablemente en el aire.

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La marcha de los pinguinos

El ciclo de protesta masiva organizada por parte del movimiento estudiantil secundario en estos dias es una excelente noticia para la democracia. Ello, en tanto dichas movilizaciones son la mas clara expresion de que estamos ante una sociedad civil en formacion, viva y vigorosa, que esta vez por medio del rostro descubierto de nuevos actores juveniles, les recuerda en forma directa a quienes ejercen el poder que el pais ha de gobernarse tomando seriamente en cuenta las demandas de la ciudadania y sus necesidades cotidianas. Y este recordatorio no es trivial, pues los partidos politicos y las elites
gobernantes suelen olvidar que ellos estan en el ejercicio de sus funciones en tanto representantes que se deben en todo a sus representados.

Sin embargo, no todos tienen mala memoria. En la retina colectiva de nuestra historia reciente permanecen las protestas de los secundarios que en los anos ochenta fueron capaces de romper el terror dictatorial y en forma inteligente y masiva lograron organizarse en centros de alumnos y federaciones, cuando estos eran prohibidos. Tales movilizaciones llevaron incluso a la caida del Ministro de Educación Sergio Gaete que implemento, desde el poder autoritario, la hoy ya demostrada fracasada municipalizacion de la educacion. Tales protestas estudiantiles formaron parte del amplio accionar de los movimientos sociales en Chile y Latinoamerica, que junto a la reivindicacion general de terminar con la dictadura, abogaron por el mejoramiento de la educacion y de los
servicios urbanos, asi como por la proteccion de los derechos de las mujeres, de los trabajadores, pueblos originarios, y de los derechos
humanos en general.

Tal situacion, de movimientos ciudadanos organizados mas alla de los canales clasicos de la politica, auguraba el advenimiento de una democracia participativa y dinamica. Sin embargo, lo que acontecio fue algo bastante distinto. Los partidos politicos que antes estaban en la oposicion rapidamente tomaron un rol como los unicos interlocutores validos entre la sociedad civil y el Estado, y redujeron, a nombre del realismo politico, la gobernabilidad y la seguridad ciudadana, la capacidad de influencia de la mayoria de los movimientos sociales en la politica, cuyas demandas de profundizacion democratica no se ajustaban al modelo de la transicion pactada.

Y esto no necesariamente tuvo que ser asi. En paises como Brasil, por ejemplo, donde los partidos politicos han sido mas democraticos y abiertos a grupos diferentes a ellos mismos, los movimientos sociales han tenido una mayor oportunidad de acceso al proceso politico logrando mayor exito en la influencia de las posiciones y practicas de los propios partidos politicos. En Chile, por el contrario, el carácter que se le otorgo a la institucionalizacion de la democracia tuvo efectos claramente excluyentes, lo que se refleja, por ejemplo, en la existencia de un Estado duro, alejado de los ciudadanos organizados por fuera de
los partidos politicos. Estos ultimos, a su vez, se han vuelto predominantemente elitistas, hegemonizados por expertos. La democracia de este modo tendio a confundirse con tecnocracia, con criptoplutocracia.

El movimiento de los estudiantes secundarios de hoy nos senala que es posible que estemos en un momento distinto a lo que como ciudadania queremos que sea la consolidacion democratica. Los estudiantes de ensenanza media auto organizados nos conminan a asumir una intervencion individual y colectiva activa y responsable en el espacio publico. Ya no basta contar con una ciudadania disciplinada, que se conforma con ser consumidora, observadora y usuaria del asistencialismo y las buenas intenciones de terceros. Tal vez el campo de resonancia de los discursos de la realpolitik que por anos han buscado hacer creer que la democracia es mejor servida mediante la subordinacion de la participacion popular a la necesidad de mantencion de la estabilidad de la administracion de “lo posible” y “lo dado” se haya reducido significativamente. No seria sorpresa, porque tal vision de la convivencia democratica ha ido perpetuando un sistema politico que ha institucionalizado la exclusion.

Asi como la lucha contra la dictadura fue llevada adelante por una multiplicidad de fuerzas, por una variedad de cuerpos en resistencia, por un enjambre de identidades en formacion, acciones y subjetividades que se disputaban, en forma directa y abierta, el espacio de la politica, los estudiantes secundarios de hoy han desbordado las formas de contenido y expresion dictados por quienes creen tener la unica voz autorizada para senalar como ha de vivirse en democracia.

Por ello lo que han realizado hasta ahora estas decenas de miles de estudiantes es una muy buena noticia para la democracia. Pues vuelve a actualizar la urgencia de comprender que la democracia conquistada debe ser hija no tan solo de los contenidos por los que se lucho durante la dictadura –pan, trabajo, justicia y libertad-, sino tambien debe ser heredera de la forma participativa transversal en que estos contenidos se forjaron e hicieron circular logrando sumar mayorias para la transformacion social. La calle, la asamblea, el mitin, la marcha, la protesta, como instancias de roce social, de conexion de diversas
relaciones creadoras de los estudiantes secundarios de hoy nos permiten volver a tener la esperanza de que hay potencialidad para construir una democracia que sea expresion real de la ciudadania, sin leyes de amarre, sin autoritarismos velados.

Ojala que nuestras autoridades que tienen actualmente en sus manos la posibilidad y los recursos de hacer las transformaciones justas que los estudiantes reclaman los escuchen a tiempo. Y ello tiene que ocurrir antes que el ciclo de este movimiento derive en un radicalismo en la forma de actuar que hasta ahora los propios estudiantes han sido  capaces de controlar. Si no se les escucha, atiende y se les da solucion a sus demandas, nos habremos perdido una excelente oportunidad como sociedad de hincarle colectivamente el diente al peor pecado que continuamos cometiendo como pais: impartir una educacion de mala calidad, en todos sus niveles y estratos socioeconomicos, que lleva al sacrificio a millones de vidas concretas asi como al destino del pais en su conjunto.
En cuanto a los partidos politicos, al menos nos cabe la esperanza que existe una razonable posibilidad que acuerden una vez por todas derogar la Ley Organica Constitucional de Ensenanza redactada por el dictador  el ultimo dia de su mandato autoritario, aunque sea como una medida instrumental para seducir a quienes conformaran para las proximas elecciones una parte muy significativa del padron electoral. Si se logra todo ello, gracias a los secundarios habremos avanzado un buen trecho en la democratizacion de la democracia. Estamos con ustedes.

Manuel Guerrero Antequera.

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La verdad de Cristina

Estando incomunicado en una celda de Cuatro Álamos en 1976, a mi padre le afloró el recuerdo de Cristina Carreño. Había pasado mucho tiempo desde que se conocían. Por años se encontraron y desencontraron siempre aunados por la actividad política. Con su rostro agraciado de mujer chilena, Cristina se distinguía por su risa que siempre la llevaba prendida a flor de labios.

De estatura pequeña, temperamento reservado, parca en palabras, se encendía cuando su risa aparecía dejando al descubierto dos hileras de albos dientes. ¿Qué sería de Cristina, se preguntó mi padre estando en manos del Comando Conjunto, de la “Chica Cristina” como la llamaba familiarmente? Había sido una alegría cuando después del golpe, en una de esas habituales citas clandestinas, se encontraron ambos y rieron por todo el trabajo que cada cual había hecho para memorizar los rasgos de la otra persona con la que se reuniría pronto. Con el mismo silencio y resolución de siempre Cristina desempeñaba su labor política bajo la tiranía de Pinochet.

Iba de un lugar a otro trabajando, organizando, animando la acción, incentivando la creatividad de los jóvenes.  Poseía una gran percepción de los problemas de la gente, sabía descubrir sus virtudes y desnudar sus defectos. Ante cada asunto respondía preguntando de tal forma que la propia persona descubriera la conclusión que ella deseaba subrayar.

Era conocida en los diversos barrios e industrias del sector oriente de Santiago, lugar donde vivía desde largo tiempo, y aunque usaba nombres distintos, cada vez que se hablaba de ella salía a relucir el de Cristina. Además de su vitalidad ella poseía un gran temple, una peculiar capacidad de sobreponerse a los tropiezos y vencer los temores que a todos por períodos asaltaban a los jóvenes bajo dictadura. Producto de los tiempos, todos tuvieron una desgraciada oportunidad de comprobarlo.

Su padre, Alfonso Carreño, fue asesinado después de ser sometido a brutales torturas en la Academia de Guerra Aérea, la siniestra AGA. La familia recibió un ataúd sellado con lo que se quería impedir que  vieran y denunciaran la masacre a que había sido sometido su ser querido.  Cristina al enterarse se estremeció y tomó las precauciones necesarias que permitieran protegerla, a la vez que cumplir su papel de hija.

Con su madre y hermana denunciaron este crimen atroz cometido con un comunista cabal, al que dieron sepultura no a escondidas, como deseaba la dictadura, sino a plena luz, reafirmando el cariño y admiración por quien murió peleando a la vez que el desprecio hacia los asesinos. Tocada por el crimen de su padre, Cristina se abocó a las tareas de impulso de la solidaridad con los presos políticos y demás perseguidos por la dictadura. Trabajó con tesón, arduamente.

Quería impedir que su mismo drama lo vivieran otros jóvenes y familias de Chile. Sabía de los lugares de detención, de los sistemas de visitas, de las necesidades de las familias, de las campañas de solidaridad que se efectuaban. En alguna ocasión, estando en clandestinidad, mi padre le habló a Cristina sobre esta actividad febril recomendándole tomar tiempo para su  descanso y recreación. Escuchaba, accedía, tomaba un respiro para de nuevo volver con más bríos a su acción cotidiana. Igualmente la acosaba con preguntas  acerca de su novio, por cuándo se casaría, diciéndole que debía dejar más tiempo para esta dimensión de su vida personal. Nunca arguyó en contrario pero siguió trabajando con la misma entrega y dedicación.  

Mi padre jamás pensó en esos momentos de recuerdo en Cuatro Álamos, que años más tarde, encontrándose en el exilio, recibiría una noticia como un trueno: Cristina estaba desaparecida. Su madre había denunciado que, al parecer, en Argentina o Uruguay la secuestraron después de haber viajado a Buenos Aires.

Siendo niño, con mi madre vimos como papá leyó una y otra vez la información. No había dudas, se trataba de la misma  persona, la recordada y admirada Cristina, la de la risa alegre, silenciosa, hacedora de presentes y construcciones futuras. ¿En qué lugar se encontraría, qué habían hecho con ella los matones de Pinochet que se dedicaban al contrabando de la muerte, intercambiando presos e informaciones con otros regímenes represivos de América del Sur? Junto a la entrada de las transnacionales financieras a la vida económica de nuestros países, actuaba la transnacional del terror que hoy conocemos como Operación Cóndor.

Todo en el mismo paquete modernizador: circulación libre de mercancías entre las dictaduras militares, ya fuesen bienes y servicios, como detenidos desaparecidos. En efecto, a instancias de la dictadura chilena, los servicios de inteligencia del Cono Sur codificaron la cooperación informal que ya existía en la represión a la “subversión”. Para ello se realizó un encuentro, en el cuartel general de la DINA, en Santiago, en octubre de 1975.

Los ilustres asistentes fueron los jefes de la inteligencia militar de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Un mes más tarde, Contreras recibió a Guanes Serrano y al jefe de la policía paraguaya, Francisco Brites. En esa reunión, se implementó el Operativo Cóndor, configurando un banco de datos, un centro de información y sesiones de planificación de los grupos multilaterales de agentes encargados de vigilar, arrestar, encarcelar, torturar y "repatriar" a opositores de los diferentes regímenes. 

Cristina tenía 33 años cuando en julio de 1978 se hospedó en un hotel del barrio Once en Buenos Aires. Venía de un trabajo de coordinación entre los militantes del Partido Comunista chileno del interior con quienes estaban exiliados en Europa y ésta era su última escala antes de volver a Santiago.

Cristina al darse cuenta que era objeto de seguimiento se acercó al consultado chileno para solicitar ayuda. Ahí  le señalaron que se fuera tranquila y amablemente la subieron a un taxi. Éste se dirigió a El Olimpo, la Villa Grimaldi argentina, donde fue torturada por el temido Guillermo Suárez Mason. Quienes compartieron  con ella testimonian que la agredieron hasta la muerte porque nunca delató a nadie. Luego, simplemente la desaparecieron. 

Pero la verdad, porfiada, siempre aflora: Esta semana Cristina fue encontrada en Argentina e identificados sus restos. Sus hermanos, entre los cuales está la incansable Dorita de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, se enteraron de la noticia el lunes 8 de mayo por la mañana y se encuentran viajando a Buenos Aires para encontrarse con Cristina a quién tanto buscaron. “No se puede transformar en pan de cada día el parte de la muerte”  –dejó escrito mi padre tiempo antes que lo asesinaran. “Me niego a aceptar que mis camaradas y hermanos se encuentren sepultados en quizás que socavón, aletargándose en sus dolores, extraviados en los silencios, asfixiados en sus ansias de vida.

Si muchas son las disgresiones que se hacen Sobre lo que es el fascismo, válgame presentar como prueba sólo ésta: la de los seres humanos que los traga la noche, los succiona la muerte, los aniquila el dolor. Y entre ellos está Cristina, desaparecida entre los desaparecidos, perdida entre la geografía mentirosa de quienes carecen de Patria, sentimientos y amor. Cristina Carreño es años antes que también  lo asesi una joven que como todas las del mundo soñaba y tejía en su imaginación planes para el mañana. Su vida se extiende más allá de lo que piensan los adoradores de la muerte, es una flor que buscará oxígeno, alimentará nuevos sueños y entre ellos el más elemental, el Del derecho a la vida, a la existencia”. Que así sea, querido papá y hermosa Cristina.

Quisieron borrarlos de la faz de la tierra, para que olvidáramos vuestra capacidad de  organización como pueblo pobre que se decide a luchar para alcanzar una sociedad más igualitaria y libre. Pero el exterminio fracasa una y otra vez, porque el dolor y el deseo de emancipación no son individuales sino sociales. La verdad de Cristina no es de un grupo de familiares, sino de todo uncontinente que sólo unido en la amistad y la solidaridad será capaz de terminar con la cultura de la muerte que pretendió dejar instalada como modelo de sociedad la Operación Cóndor. 

Manuel Guerrero Antequera - Sociólogo  

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El DESTINO DE UN HOMBRE- INVITACIÓN

El cine ruso es muy bello y profundo. Muchos de quienes hoy somos “adultos jóvenes”, con hijos y desafíos profesionales y de vida a cuestas, nos formamos por distintas circunstancias de la historia viendo estas películas en blanco y negro que nuestros padres y madres de los setenta habían hecho propias. Así como la poesía de Maikowski, Pasternak, Tolstoi y Pushkin; los ballets de Nijinsky y Diagilev y las danzas folklóricas de los cosacos; los poemas pedagógicos de Makarenko y las novelas de Michail Sholojov, la tundra y la nostalgia rusa forman parte de nuestro adn cultural, del bagaje moral y estético que en los momentos más duros de nuestras biografías nos han servido de colchón afectivo y punto de referencia para continuar con la esperanza intacta. Jamás podré olvidar la emoción de mi padre, por ejemplo, cuando me hablaba de pequeño de las hazañas de Yuri Gagarin y su declaración de que la tierra es azul. Aún hoy miro la risa maravillosa de Gagarin y me dan ganas de convertirme en Cosmonauta. 

A continuación les hago extensiva una invitación para ver cine ruso por si pudiera interesarles. No tengo dudas que quien se aventure a dejarse rozar por la Infancia de Iván, de Tarkovsky, por ejemplo, no solo podrá encontrar la obra de uno de los más grandes realizadores –escultor del tiempo, como le gustaba decir a él- que produjo la humanidad, sino que renovará su compromiso con la vida y la dignidad humana que tanta falta nos hace en estos tiempos extraños.Un abrazo a cada uno y cada una de ustedes, y tal vez nos topemos entre el público. Junto a nosotros estarán los amigos y familiares que hace exactamente 30 años fueron hechos desaparecer, mas nunca olvidados. 

Manuel.    

Desaparecer al desaparecido

Algo extraño e inquietante recorre Chile. El fantasma de lo siniestro. Tras los errores de identificación de restos de compatriotas detenidos desaparecidos hallados en el Patio 29 del Cementerio General, lo que debía permanecer secreto se ha manifestado de manera brutal: la desaparición forzada de personas no ha terminado; los efectos multiplicadores de aquella tecnología de exterminio utilizada por la derecha chilena a través de la dictadura militar no han cesado y aun atraviesan al cuerpo social, castigando de modo ejemplar, una vez más, a los mismos sujetos, a las mismas familias.

Causa pavor observar como después de todo un proceso desgastador de volver cercanos, íntimos y amables restos que no recuerdan directamente a los padres, hermanos, hijos que se llevaron vivos para desaparecerlos, hoy nuevamente se debe hacer el ejercicio de convertir lo ya querido en su contrario, ajeno, impenetrable, “nn”.

Y la angustia ante lo que acontece –volver a desaparecer a los desaparecidos, volver a desenterrar a los muertos poniendo en duda sus nombres, sus rostros, su derecho a descansar en paz junto al cuidado de los suyos-, se agranda exponencialmente porque se trata de una realidad que se consuma en democracia, por (ir)responsabilidad esta vez otros funcionarios del Estado, diferentes a aquellos que acostumbramos indicar como autores de nuestros dolores e injusticias.

La posibilidad de ocultamiento de información en torno a los hallazgos científicos, vinculados a la puesta en duda de la certeza en la identificación de los restos, lleva aún más lejos la inquietud y la extrañeza ante este error que hoy cobra vida como horror. Pues se volvió a esconder lo peligroso, la verdad. Pero ésta porfiada se ha negado a desaparecer, y aparecido en forma brutal, mostrándonos otra cara de lo familiar, de esta democracia que no ha saldado cuentas con su pasado que no termina de pasar.

Así, el juego perverso de ocultación permanente, de cuerpos, restos, nombres, indicios, informes, traza un parentesco insólito entre la acción sistemática de la dictadura y aquello que los gobiernos democráticamente electos no han sido capaces de resolver. En parte hoy estamos sabiendo porqué. Por ello es siniestro lo ocurre: lo que nos era familiar y conocido –“las instituciones funcionan”-, ha emergido bajo un aspecto amenazante, horripilante, excesivo. Y se instala la duda: ¿Se trata de una excepción o de la normalidad? ¿Si la dictadura hizo desaparecer forzadamente personas para poder funcionar, la democracia hace aparecer forzadamente para poder operar?

Y ya estamos ante los mismos equívocos, ambigüedades, escamoteos, imposturas individuales y corporativas. “No tenemos responsabilidad en esto; hicimos lo mejor que pudimos; no sabíamos; es culpa de la técnica”. La criptoplutocracia enredando la madeja, dejando todo sin rostro para no tener a quien preguntarle o ir a reclamar para que responda, asuma.

De la desaparición forzada de personas que hoy nuevamente no tienen nombre surgen otros “nn”, per  o infinitaente distintos. Los primeros quieren dar la cara para volver a sus parientes, a su suelo, a su país. Los segundos esconden el rostro para hacer desaparecer su cuota de participación, su firma, su autoría.

Pero tenemos buena memoria. Haremos que todos aparezcan sin falta, detenidos desaparecidos y los resplosalbes de todas sus desapariciones. Es un deber impostergable que pone a prueba la capacidad que como ciudadanos tenemos para desterrar este fantasma siniestro que no termina de recorrer Chile: la impunidad.

Manuel Guerrero Antequera.

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Ley de Amnistía y paz social

Cada vez que en el Chile postdictatorial se hace alusión, por parte de algún personero de la derecha chilena con representación política, a la “paz social”, uno quisiera alegrarse y convenir en que por fin quienes apoyaron alguna vez a la dictadura que tuvo como rostro público a Augusto Pinochet se han puesto en el lugar de las mayorías nacionales que no han cejado nunca en su esfuerzo por construir una comunidad nacional donde realmente impere el derecho de vivir en paz. Sin embargo, tal compromiso intempestivo con la “paz social”, por parte de esta minoría política de ultra derecha, lamentablemente sólo suele emerger cada vez que los intereses particulares de quienes se sienten fieles representantes -los militares y civiles que participaron activamente en la violación sistemática, con recursos de todos los chilenos y chilenas, de los derechos humanos-, se perciben como amenazados. Así, en una especie de déja vu permanente, volvemos cada cierto tiempo a oír advertencias acerca de la necesidad de no investigar y sancionar a los culpables de delitos de lesa humanidad a nombre del valor supremo de la “paz social”. De este modo, quienes precisamente reclaman justicia para los casos de prisión política, tortura, ejecución, desaparición forzada de personas, exilio y una triste lista de derechos humanos violados durante el periodo del terrorismo de Estado, se convierten en los agentes opositores a la “paz social”, y, por defecto, en “violentistas” y “antipatriotas”.

Gracias a esta inversión de roles, a partir de la cual el ser humano que se encontraba indefenso, degradado e impotente ante las circunstancias que lo fijaron durante la dictadura en calidad de víctima inerme frente a un Estado, que a través de sus agentes, civiles y militares, lo torturaron o ejecutaron por ser “agente de poderosas fuerzas extrañas” o herramienta de “conspiraciones internacionales”, hoy nuevamente es objeto de un atentado a su dignidad humana: “no solo te violamos tu cuerpo y tus derechos, sino que ahora tienes que colaborar en mantener la impunidad para que sigamos viviendo en tranquilidad”.

La violencia criminal de la dictadura, de esta forma, se ubica en un nivel “defensivo” y no “ofensivo”. Antes era el torturador el que defendía a la patria torturando, y quienes valiente y generosamente arriesgaron su vida para poner fin a tal estado de cosas eran los “enemigos internos”, los “subversivos”, blancos favoritos para las operaciones de exterminio. Para legitimar tales actos se hizo creer a parte de la población, que quien era castigado con la tortura, lo era porque “algo habría hecho”, “en algo andaba”. Como milagro, entonces, a través de este mecanismo de inversión de causas y consecuencias, el propio torturado resultaba responsable de la existencia de la tortura que se le aplicaba.

Con la conquista de la democracia, tal estado de inversión de roles no puede constituir la normalidad. Una dictadura sangrienta fue derrocada con enorme sacrificio precisamente para recobrar el sentido de pertenencia de todos y todas a un país que repone, como fundamento de su vivir en sociedad, la defensa y promoción del derecho individual y colectivo a una vida digna, uno de cuyos componentes esenciales es la oportunidad de acceder a la justicia y sanción de los crímenes de lesa humanidad.

Por ello los distintos poderes del Estado, que tienen su legitimidad en la voluntad soberana del pueblo que ha escogido vivir en democracia, no pueden reproducir, por acción u omisión, las arbitrariedades que dejó instaladas la dictadura. Todo lo contrario: los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial tienen la obligación de derogar la Ley de Amnistía, que es incompatible con las obligaciones internacionales del Estado chileno que debe investigar la suerte corrida por todas las personas torturadas, ejecutadas y desaparecidas durante el periodo de gobierno militar (1973 – 1990), y enjuiciar y castigar a quienes resulten responsables de estos crímenes, que como crímenes de lesa humanidad, no están sujetos a ningún tipo de prescripción.

En la medida que se observen señales concretas en tal sentido podremos realmente señalar con tranquilidad que vivimos en democracia, que el sacrificio no fue en vano, y alegrarnos sinceramente de la voluntad política y humana de quienes de tiempo en tiempo nos recuerdan con su pasional llamado lo importante que es que todos nos hagamos parte de la cruzada por la paz.

Manuel Guerrero Antequera. Sociólogo - http://manuelguerrero.blogspot.com

 

POR UN CHILE QUE INCLUYA A TODOS LOS CHILENOS Y CHILENAS

Un amplio espectro de representantes de organizaciones sindicales, sociales, religiosas, culturales, étnicas, fuerzas políticas y personalidades de los más diversos ámbitos de la vida nacional, incluyendo entre ellas un número importante de parlamentarios y la propia Presidenta de la Republica, hemos manifestado públicamente nuestra voluntad de reemplazar el actual sistema electoral binominal  por uno democrático, representativo y proporcional, acorde con los tiempos que vivimos y con las tradiciones republicanas de nuestro país.
 

El reemplazo del sistema electoral binominal es una tarea país. Chile necesita un sistema que termine con la exclusión política que afecta hoy a millones de compatriotas, en el que el voto de cada ciudadano tenga el mismo valor. Que resguarde y represente los intereses de cada región y comuna. Que distribuya la representación parlamentaria en proporción a la fuerza real de cada conglomerado político. En definitiva, estamos por un sistema electoral democrático que garantice una correcta representación de la soberanía popular y en que todos los chilenos tengamos los mismos derechos.
 

Los abajo firmantes, convocamos a todos los chilenos a adherir a este objetivo con su firma y su concurrencia a las distintas actividades, entre ellas la conmemoración del Primero de Mayo, a las que, encabezados por la CUT, invitará el Comité por la Democracia y la Justicia Social.
 

1) Arturo Martínez, Presidente de la Central Unitaria de Trabajadores
2) Iván Paredes, Jefe de la Bancada de Diputados del Partido Socialista
3) Rene Alinco, diputado del Distrito 59
4) Jaime Gajardo, Secretario General de la Central Unitaria de Trabajadores
5) Ana Bell, dirigente nacional de la CUT
6) Maria Rozas, dirigente nacional de la CUT
7) Raul de la Puente, Presidente de la Asociacion Nacional de Empleados Fiscales
8) Jorge Pavez, Presidente del Colegio Nacional de Profesores
9) Luis Riveros, ex Rector y candidato a Rector de la Universidad de Chile
10) Jorge Arrate, Presidente del Directorio de la Universidad Arcis
11) Ivan Vuskovic, Presidente de Conupia
12) Guillermo Teillier, Presidente del Partido Comunista de Chile
13) Lautaro Carmona, Secretario General del Partido Comunista de Chile
14) Manuel Guerrero Antequera, sociologo
15) Nicolas Grau, Presidente de la Federacion de Estudiantes de Chile
16) Carlos Donoso, Coordinador de la Izquierda Cristiana
17) Manuel Jacques, dirigente de la Izquierda Cristiana
18) Manuel Riesco, economista
19) Pedro Lemebel, escritor
20) P. Jose Aldunate
21) Obispo Isaias Gutierrez
22) Fabiola Letelier del Solar, abogada de DDHH
23) Carmen Hertz, abogada de DDHH
24) Rodrigo Ruiz, Coordinador Nacional de la Surda
25) Jaime Escobar, Editor de la Revista Reflexion y Liberacion
26) Oscar Hernandez, actor de teatro y ex candidato a diputado
27) Daniel Alcaino, actor
28) Faride Zeran, periodista
29) Miguel Gonzalez, Presidente del Sindicato Nacional de Montaje Industrial
30) Andres Pascal Allende, Vicerrector de la Universidad Arcis
31) Rodrigo Pizarro, Terram
32) Jorge Insunza Gregorio de las Heras, diputado distrito 28
33) Marco Enriquez-Ominami, diputado distrito 10
34) Carolina Goic, diputada Distrito 29
35) Sergio Aguilo, diputado distrito 37
36) Juan Morano Cornejo, alcalde de Punta Arenas
37) Amaro Labra, artista
38) Isabel Parra, cantante popular
39) Angel Parra, cantante popular
40) Lorena Pizarro, Presidenta de Agrupacion de Familiares de Detenidos Desaparecidos
41) Tomas Moulian, sociologo
42) Victor Paillaqueo, dirigente mapuche
43) Andres Aylwin, ex diputado
44) Fany Pollarollo, ex diputada
45) Hernan Montealegre, abogado
46) Roberto Marquez, Director conjunto Illapu
47) Cote Correa, locutor radial
48) Ximena Curican, dirigente mapuche
49) Jose Balmes, Premio Nacional de Artes
50) Rodrigo Goncalvez, cineasta
51) Isaias Zavala, alcalde de Diego de Almagro
52) Salvador Delgadillo, alcalde de Tiltil
53) Raul Sanchez, alcalde de La Ligua
54) Nathan Trigo, alcalde de Canela
55) Hugo Gutierrez, concejal de Estacion Central
56) Mauro Tamayo, concejal de Cerro Navia
57) Marcela Concha, concejal de El Bosque
58) Victor Andaur, concejal de Vina del Mar
59) Victor Tiznado, concejal de Lota
60) Gloria Valderas, concejal de Lebu
61) Jose Aravena, Urracas de Emaus
62) Juan Malla Garate, Pdte. PDC I Region y consejero regional de Tarapaca
63) Reynaldo Lacamara, Presidente de la Sociedad Escritores de Chile
64) Kemy Oyarzun, academica Universidad de Chile
65) Raul Bustos, Presidente Asociacion Funcionarios Municipales de Huechuraba
66) Juan Flores, Comite del Cobre
67) Marcos Pina, Identidad Rodriguista
68) Gonzalo Rovira, ex candidato senador
69) Fernando Garcia, Premio Nacional de Artes
70) Francisco Herreros, Director de El Siglo
71) Claudio Denegri, Director de Radio Nuevo Mundo
72) Armando Uribe, escritor
73) Carmen Lazo, dirigente del PS
74) Jose Miguel Varas, escritor
75) Mireya Garcia, Vicepresidenta AFDD
76) Manuel Gavilan, Urracas de Emaus
77) Mireya Baltra, Ex Ministro Unidad Popular
78) Julia Urquieta, Concejal Pudahuel
79) Volodia Teitelboim, Premio Nacional de Literatura
80) Maria Eugenia Puelma, Pdta. Funcionarios M. De Santiago
81) Jorge Soto Veragua, Disenador Grafico
82) Cornelio Baez, Concejal TilTil
83) Ernesto Araneda, Concejal Pedro Aguirre Cerda
84) Graciela Alvarez, Pdta. Asociacion Americana de Juristas
85) Eduardo Contreras, Abogado DDHH
86) Hector Ahumada, Dirigente Colegio de Profesores
87) Teresa Rivera, Dirigenta Social Pudahuel
88) Alberto Munoz Veliz, Dirigente Social Pudahuel
89) Vicente Garcia Pincheira, Dirigente PS
90) Hernan Marin, Concejal Andacollo
91) Victor Orellana, Concejal Diego de Almagro
92) Raul Montecino, Concejal Diego de Almagro
93) Danilo Jorquera, Concejal Rancagua
94) Javier Pizarro, Concejal Putaendo
95) Gloria Blanco, Dirigente Sindical AJUNJI
96) Maria Navarro, Dirigente Social
97) Rodrigo Espinoza, Dirigente Social
98) Rodrigo Contreras, musico
99) Alberto Neumann, Concejal Valparaiso
100) Luis Cortes Rivera, Concejal Illapel
101) Ignacio Peredo Concejal Molina
102) Alejandro Ortiz, Estudiante
103) Mario Navarro, Concejal Navidad
104) Miguel Salinas, Asamblea Cristianos de Izquierda
105) Julio Gonzalez, Dirigente Sindical
106) Gaston Quezada, Actor ex candidato a Diputado
107) Ivan Gutierrez, Director Cronica Digital
108) Patricio Arenas, Coordinador Festival de las Ideas.
109) Padre Oscar Jimenez
110) Monica Echeverria, novelista, actriz, directora de teatro
111) Fernando Castillo Velasco, arquitecto
112) Alvaro Ramis, teologo
113) Fanor Vargas, Movimiento Solidaridad
114) Marcos Pina, arquitecto
115) Hernan Alcayaga, Frente Amplio de Profesionales de Izquierda
116) Rodolfo Matus, Cambio Democratico
117) Michely Bravo, Partido Humanista
118) Mario Gomez Lopez, Partido Humanista

Favor difundir, gracias!
http://manuelguerrero.blogspot.com

El amor es más fuerte

Fecha: Thu, 30 Mar 2006 13:25:57 -0400
   
En este día 30 de marzo de 2006, comparto con ustedes la trascripción de mi intervención improvisada ayer durante la inauguración del memorial "Un lugar para la memoria: Nattino, Parada, Guerrero", realizado en Quilicura, lugar donde encontraron, en un día como hoy, a nuestros seres queridos con sus cuerpos torturados y degollados.

Con amor, razón y fuerza los saludo a cada uno de ustedes que han estado siguiendo conmigo esta conmemoración.
Hasta pronto y muchas gracias por vuestra compañía y apoyo.

Que no perdamos jamás la capacidad de asombro e incrementemos nuestro compromiso con la verdad y la justicia.
 

Un abrazo,
Manuel Guerrero Antequera.
 

Querida Presidenta de Chile; Queridos familiares de José Manuel, Santiago, y mi papá; Querido compañero Guillermo Tellier, Presidente  del Partido Comunista de Chile, partido en el cual militaron nuestros tres familiares; Queridos amigos y amigas:
 

En estos precisos minutos que estamos compartiendo acá hace 21 años trasladaban a José Manuel y a mi padre, dentro de un vehículo camino, hoy sabemos, al local llamado ‘la firma’ o la Dicomcar en la calle Dieciocho.
 

Pocas horas antes, a las ocho y media de la mañana, ese 29 de marzo, que cayó día viernes el año 85, yo había llegado al colegio, tenía 14 años y vi en la puerta a mi padre, que recibía a los niños conversando con José Manuel, apoderados del colegio, camaradas de juventud, de batalla por los DDHH de los años ’70, del año 76 en adelante.
 

Lo saludé y le di un beso, él me llevó a un lado y me dijo “Manuelito, secuestraron a un grupo de profesores de la AGECH y los aprehensores les preguntaron por mí. Poco tiempo antes, secuestraron a un militante comunistas, Arriagada, y también le preguntaron por mí”.
 

Lo miré atónito, tenía 14 años, pero era suficiente para tener la lógica de decirle escóndete, ándate del país, qué haces aquí en las puertas del colegio, te van a tomar. Me miró y me dijo “no, yo ya salí una vez del país. Ya viví el exilio. Este es mi país, este es mi trabajo, aquí está mi familia. Yo de aquí no me muevo”.
 

No pude entender, no pude entender. Él estaba con una paciencia, una tranquilidad máxima. Le di un beso y me fui a la sala de clases y a los minutos, escuchamos un helicóptero aterrizar casi en el techo de nuestro colegio, escuchamos un frenazo de un auto, griterío, forcejeo, balazos, silencio. Tomé del brazo a Ignacio, mi compañero de curso, y le dije “es mi papá”.
 

Entró la presidenta del Centro de Alumnos a la sala, pidió hablar conmigo y me paré y le dije ‘se llevaron a mi papá’. Ella me dijo ‘Sí’  y se largó a llorar.
 

Lo secuestraron de un colegio; los que se lo llevaron eran Carabineros de Chile, civiles, había un ex militante. El tránsito estaba detenido para que el rapto pudiese ser más fácil, los recursos eran del Estado, el Estado somos nosotros.
 

Para convivir en sociedad se requiere un mínimo, un mínimo de seguridad que permita que estemos sentados acá, con tranquilidad, sin temor a que este techo se nos venga encima de la cabeza. Se requiere de una seguridad mínima de que si uno deja a sus niños en el colegio, los va a recibir sanos y salvos. Se requiere una seguridad mínima, una certeza ontológica mínima de que podemos ser en esta vida.
 

Lo buscamos por todas partes. Estábamos en Estado de Sitio, se movió la Iglesia Católica con toda la fuerza que demostró en el compromiso por los DDHH, se movieron los sindicatos, todos los partidos de oposición. Hubo gente de las FFAA que nos llamó para solidarizar, que esto no puede ser, que esto simplemente no puede ser.
 

Al día siguiente, un campesino los encontró acá. A los tres con los cuerpos torturados, degollados. Yo iba con mi abuelo el sábado en la mañana y vimos los titulares del diario y decía “los encontraron degollados”. Me acerqué y le dije “abuelo, qué es degollado”. Me explicó y me fui a la casa. América, mi hermanita de ocho años, estaba viendo monitos animados, le dije “lo encontraron. Está muerto el papá” y me dijo “Cómo”. Y le tuve que enseñar a una niña de ocho años lo que es degollar.
 

No, nadie se merece eso, nadie. Terrorismo de Estado. El Estado con la misión de cuidar a sus ciudadanos, de protegerlos, de acogerlos, de ser el útero que los cría, los educa, los mantiene, que los hace producir vuelto contra sus propios ciudadanos.
 

Sin embargo, el pueblo chileno, las madres, las hijas, las compañeras, las viudas fueron más fuertes. El amor fue más fuerte y salimos todos los viernes al bandejón central frente a La Moneda, en plena dictadura, con el mismo clavel en la mano a exigir justicia.
 

Fuimos al cementerio, nos jugamos por los DDHH en plena dictadura, creímos en la justicia, los atrapamos, tuvimos misericordia y con Estela, Elena y Owana dijimos que no queríamos pena de muerte, porque creemos en los seres humanos y nadie nace torturador, nadie nace asesino. Eso se educa, se forma, se enseña y eso es lo siniestro. Que un país hermoso y bello como Chile haya educado a ciudadanos a matar a otros conciudadanos.
 

Todo esto existe y hay que mirarlo a la cara. El terror está ahí, al lado de uno, a las puertas del colegio. Y hay que aprender a vivir con eso, a convivir con eso.
 

Santiago Nattino, artista, diseñador gráfico dedicó su vida al arte comprometido. Él diseñó el logo del Fasic, que es un logo cristiano, un pez. José Manuel parada, sociólogo, dedicó las ciencias sociales a crear una gran base de datos con testimonios de DDHH. Mi padre, Manuel Guerrero, educador, dedicó su vida a una educación distinta. Ese es el recuerdo.
 

El 29 y el 30 de marzo es un shock, una señal para todos de ayer y de hoy, no es un problema del pasado, es un problema de mañana, pero el recuerdo es un recuerdo de lucha, de compromiso, el recuerdo de las ciencias sociales trabajando por la humanidad, del arte comprometido, de la educación generando gente nueva, unida, sin divisiones ni exclusiones.
 

Yo me saco el sombrero frente a Estela, la señora Elena, Owana, mi mamá, frente a América, Javiera y los tres hijos de Santiago. Aquí estamos sin odio, nada, ni una pizca de ánimo de venganza, tranquilos como el agua, simplemente compartiendo con nuestros familiares y la Presidenta porque creemos en el ser humano, incluso en aquellos que estuvieron acá asesinando. Por eso, estamos por la justicia, por eso no vamos a parar, vamos a continuar hasta que aparezcan todos nuestros hermanos, familiares y tíos detenidos desaparecidos, hasta que se haga justicia plena en Estado de Derecho, con debido proceso, porque no se trata de nosotros, se trata de todos.
 

Estas tres sillas van a permanecer acá, porque los niños que vayan al aeropuerto, sean hijos de la familia que sea, de los colores políticos que sean, civiles o militares, van a preguntar "papá, mamá, ¿por qué hay esas tres sillas?" y ahí va a aparecer Manuel, José Manuel, Santiago y algo de lo que nosotros hicimos.
 

Algún día nos vamos a poder abrazar. Por mientras, estas sillas nos recuerdan que esto fue posible, pero que también es posible amar.