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La pugna entre diputados y senadores por el ajuste al binominal

La pugna entre diputados y senadores por el ajuste al binominal

La intención de que no sólo se abra el binominalismo en la Cámara Baja, sino también en el Senado, choca con el interés de los senadores de no repartir el poder entre más miembros y las suspicacias en torno a cómo puede influir el voto comunista en la discusión legislativa.

lanacion.cl

Ivonne Toro A.

Nadie quiere nuevos compañeros en su sala. Por eso los diputados insisten en que el perfeccionamiento al sistema binominal debe ser más reducido en su esfera –el proyecto de la administración bacheletista supone agregar 20 nuevos parlamentarios y en la Cámara Baja sus integrantes apuestan a que se sumen sólo 10 puestos adicionales- y que además tiene que incluir a los senadores.

Éstos refutan, en tanto, que en los distritos se deben iniciar las modificaciones que permitan la incorporación al Congreso de la izquierda excluida. En la trastienda de este debate está el rechazo de los parlamentarios a repartir el poder entre más miembros, algo que se hace patente en las senaturías.

Con 38 miembros, el voto de cada legislador se hace fundamental, al extremo de que en el caso del nombramiento del Contralor, la Presidenta Michelle Bachelet pidió expresamente el apoyo de los díscolos. Es decir, en la aprobación de las leyes que requieren un quórum superior a la mayoría simple, los senadores son amos y señores.

“El Senado es pequeño, pero aún así, ellos se niegan a crear nuevos cupos, que sería lo lógico para ajustar el binominal”, subraya el vicepresidente de RN, diputado Cristián Monckeberg, haciéndose parte de las indicaciones que sus pares de la Concertación pretenden incorporar al proyecto original del Ejecutivo para que la corrección al modelo incluya también a los representantes de las circunscripciones.

La idea de los diputados, tal como lo expresó el DC, Patricio Walker, titular de la Cámara Baja, es no aumentar considerablemente los escaños en su instancia, al punto que planteó la posibilidad –que es considerada políticamente inviable- de que la enmienda al mecanismo heredado de la dictadura se concrete en la elección de los 120 diputados actuales, es decir, que todos los distritos nominen a sus legisladores de forma proporcional.

Lo improbable de un cambio tan drástico hace que la jugada se reduzca a que en vez de 20, se agreguen 10 diputados a ser electos por el modelo que promueve el PC, con un piso de al menos dos parlamentarios asegurados para esta tienda. Esto con la intención de que se sumen 12 senadores para ser nombrados con el principio de proporcionalidad. “Vamos a presentar indicaciones con el objeto de modificar la composición del Senado y también de establecer que se corrija el binominal en los 120 diputados”, resume Walker.

Para el timonel PPD, Sergio Bitar, hay en esta arremetida una necesidad de legitimar la elección de los miembros del Senado, dado que esta entidad hace muy pocos años está dando su prueba de blancura con la eliminación de los senadores institucionales. Por ello, argumentó, es preciso que se avance en paralelo con los diputados en la integración de los grupos que no acceden al Parlamento porque el binominal “hace recordar, con la marginación de las minorías, a la ley maldita que prohibió la existencia del PC”.

En torno a este punto, su par del PS, el senador Camilo Escalona, acotó que se ha trabajado en la apertura del binominalismo “a veces con un ritmo de tortuga desesperante y esperamos que ahora seamos capaces de dar un paso significativo que no modifica el sistema binominal (...) sino que se le hace una corrección por la vía de aumentar en 20 el número de diputados y si hay acuerdo también el número de senadores”.

Un tema de quórum

Concretar la convergencia es un desafío complejo. En la mesa directiva de RN se ha tratado el asunto y si bien hay un compromiso con el Ejecutivo de apoyar el proyecto de ley que ingresó el jueves para mejorar la operación del paradigma binominal, el acuerdo rige sólo para los diputados. Esto, porque los senadores de Renovación han advertido que no aprobarán sumar nuevos escaños en su territorio y la ironía es que son ellos los conminados a legislar sobre sí mismos.

Uno de los puntos que juega en contra de hacer crecer el Senado es cómo esto puede influir en los quórum. La mayoría que ha ostentado la Concertación en el Gobierno bacheletista ha sido mencionada como una de las armas que se ha vuelto en contra del Ejecutivo, ya que no se ha privilegiado la política de los acuerdos que fue fundamental en el mandato precedente. De ahí que desde Renovación se enfatice que lo esencial es no permitir que el perfeccionamiento al binominal termine convirtiéndose –por lo que se considera una natural alianza entre la izquierda y la Concertación- en una dictadura de la mayoría. “Hay un temor importante a alterar los quórum y por eso hay que cautelar que se mantengan los requisitos actuales para que las mayorías no actúen como aplanadoras”, argumentó Monckeberg.

 

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