Papa alaba
Papa alaba "abundantes recursos históricos y espirituales" de Chile
Benedicto XVI destacó crecimiento nacional y aprovechó de llamar a la defensa de la familia y del matrimonio heterosexual, aunque sin hacer un cuestionamiento particular al país, al recibir cartas credenciales del nuevo Embajador de Chile ante la Santa Sede.
www.lanacion.cl / Agencias
La máxima autoridad de la Iglesia Católica se refirió a estas materias en el discurso que expresó durante la audiencia que concedió al representante diplomático en el Palacio Apostólico de la residencia de verano de Castelgandolfo.
"La querida Patria chilena cuenta con abundantes recursos históricos y espirituales para afrontar el futuro con fundadas esperanzas de alcanzar nuevas metas de humanidad, (...) Muestra de ello son los Santos que tanto renombre han adquirido por doquier, como Teresa de los Andes o el Padre Alberto Hurtado", señaló el pontífice.
El papa destacó que en Chile, donde se han logrado metas de desarrollo notables, parece prosperar un clima de convivencia pacífica, y llamó a que esta estabilidad y progreso económico ayuden a mejorar la educación o la salud, y apoyen iniciativas sociales que permitan vivir con dignidad.
Luego, en un giro valórico de su mensaje, aunque sin aludir directamente a la diferencia entre la Iglesia Católica chilena y el gobierno por la píldora del día después, hizo un férrea defensa de la familia, el matrimonio -entendiéndolo de manera exclusiva como una unidad entre un hombre y una mujer-, y la vida, en coherencia con una serie de discursos que ha expresado en las últimas jornadas.
"Los muchos dones que el Creador ha otorgado en la naturaleza a los hijos e hijas de Chile han de seguir dando frutos que abran un futuro más próspero a las nuevas generaciones, y sean amantes de la paz y tengan un sentido trascendente de la vida, acorde con las seculares raíces cristianas del País", declaró.
En ese sentido dijo que el “derecho a la vida en todas las fases de su desarrollo y el derecho a formar una familia basada en el amor y en la fidelidad entre un hombre y una mujer son derechos inalienables".
Los deseos de justicia chocan, subrayó Joseph Ratzinger, con un "insuficiente respeto de la dignidad del hombre y de los derechos inalienables que de ésta derivan, y tales derechos son justamente a la vida y a la familia fundada en el matrimonio heterosexual".
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