Llegué a soñar con decapitar a mi secuestrador
NATASCHA KAMPUSCH ESTREMECE AL MUNDO AL MOSTRARSE EN PÚBLICO Y RELATAR SU HISTORIA
“Llegué a soñar con decapitar a mi secuestrador”
Del pavor, a la oscuridad de un zulú. Del temor diario, a la obediencia. Con ella llegó la luz del día y el trabajo constante por ganarse la confianza de su secuestrador. Sólo así lograría huir. Buscó la ocasión durante ocho largos años. Hasta que la encontró. Ayer, por primera vez desde su liberación, contó en TV y prensa escrita detalles de su cautiverio.
www.lanacion.cl / Agencias
La puerta no estaba con llave. Natascha tembló. Tenía frente a sí la oportunidad que había esperado durante ocho años: un descuido de su captor y un par de segundos para escapar. Corrió sin mirar atrás. El arbusto del jardín de un vecino le sirvió para ocultarse, pedir ayuda y dejar atrás su adolescencia confinada a un subterráneo -de 12 metros cuadrados y 1,60 de altura- donde su captor le susurró por años amor-terror con refinada maldad. Por eso, tras percatarse que su rehén no estaba, Wolfgang Priklopil (44) se suicidó tirándose delante de un tren de cercanías.
Ayer, a dos semanas de alcanzar su libertad y tras un acoso periodístico agotador, Natascha se mostró en público y concedió su primera entrevista. En ella confesó que “siempre pensó en huir” y que llegó incluso a soñar con matar a su secuestrador.
En las páginas de la revista austriaca “News”, afirma que Priklopil sufría una fuerte paranoia y mantenía una desconfianza permanente y que un intento fallido hubiese significado correr el peligro de no salir nunca más del sótano. “Tenía que ganarme su confianza de forma sucesiva... Tuve pensamientos malos. A veces soñé con decapitarlo si hubiese tenido un hacha”. La joven, de 18 años, afirmó además que una y otra vez se preguntó “por qué precisamente entre los muchos millones de seres humanos justo a mí tenía que pasarme esto”.
Además de esta publicación, los austríacos vieron anoche a la chica por televisión en una entrevista de 20 minutos que emitió la cadena pública ORF.
Máxima expectación
“Me siento bien, dadas las circunstancias. Lo que más hago es intentar relajarme”, fueron sus primeras palabras ante las cámaras. La muchacha respondió a una serie de preguntas pactadas con el entrevistador en un programa especial de la cadena de televisión pública.
Con un pañuelo en la cabeza que dejaba traslucir su pelo rubio, la joven dejó ver su rostro pálido y sus ojos azules ante un público conmocionado por su dramática historia. Hasta ahora, las únicas imágenes de Kampusch difundidas por los medios habían sido fotos de la joven a los 10 años, edad que tenía cuando fue secuestrada camino a la escuela, además de verla tras su huida tapada con una manta azul y protegida por la policía.
El responsable de la entrevista fue el periodista Christoph Feurstein, quien indicó que la chica es “guapa” y parece “equilibrada y segura de sí misma”.
Su entrevista tendría como objeto evitar el acoso de los fotógrafos a la caza de una codiciadísima exclusiva.
Relaciones íntimas
De lo que no habló Kampusch ha sido sobre sus relaciones íntimas con su captor. La policía aseguró -poco después de su liberación- que la chica había mantenido “contacto sexual” con Priklopil, sin especificar si fue obligada o con consentimiento.
Unas 80 cadenas de televisión de medio mundo han expresado su intención de comprar los derechos de la entrevista. Antes, Kampusch había recibido más de 400 peticiones de entrevista, según la cadena austríaca. La ORF, que dice no haber pagado dinero a la muchacha, va a cederle el dinero derivado de la venta de esos derechos, estimado en 600.000 dólares, según otro diario austríaco.
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