Mando militar de EE.UU. revela que Al Zarqaui no murió en el acto
Ejército de Estados Unidos entregó detalles del operativo para asesinar al número dos de Al Qaeda, mientras el Presidente Bush dijo que su muerte “ayuda mucho” pero no al punto de terminar la guerra en Irak. Talibanes anunciaron represalias.
Así lo informó ayer el general del Ejército de EEUU, William Caldwell, al ofrecer una conferencia de prensa para revelar detalles del ataque con dos aviones F-16 para acabar con el número de Al Qaeda, y líder de esa organización terrorista en Irak.
Caldwell señaló que los primeros en llegar al lugar donde se encontraba Zarqaui fueron los soldados iraquíes e inmediatamente después los estadounidenses, que lo identificaron. "Inicialmente, estaba consciente, y evidentemente reconoció quiénes eran porque intentó levantarse de la camilla y huir al darse cuenta", dijo Caldwell.
El jefe militar añadió que “no sabemos por qué sobrevivió al ataque (...) Murió poco después, casi inmediatamente, como consecuencia de las heridas sufridas tras el ataque aéreo”.
En el momento del ataque aéreo se encontraban en la vivienda donde estaba el terrorista jordano tres hombres y tres mujeres y no hubo sobrevivientes. El portavoz del Ejército indicó que Zarqaui no ofreció información antes de morir, pero insistió en que se dio un golpe letal a la organización. "Teníamos a dos (el otro era el asesor espiritual de Zarqaui, Sheik Abdul-Rahman) de las figuras más destacadas de la red de Al Qaeda en Irak en ese lugar...todo lo que tenían lo tenemos ahora las fuerzas de la coalición que lo están estudiando", agregó.
Pese a la confianza expresada por Estados Unidos, Interpol informó que solicitó que se le envíen las huellas dactilares del cuerpo, para confirmar que se trata de él. En tanto, los familiares del jodano pidieron a Estados Unidos la entrega del cuerpo de su pariente para sepultarlo, como prescribe la religión islámica.
La cautela de Bush
Si bien celebró la muerte de Al Zarqaui, a quien calificó de un “asesino a sangre fría", el Presidente norteamericano George W. Bush fue cauto, al señalar que este golpe a Al Qaeda "ayuda mucho", pero "no va a terminar la guerra y con seguridad no va a terminar con la violencia”
"No quiero que los estadounidenses piensen que la guerra está ganada con la muerte de una persona", dijo Bush, poniendo paños fríos al optimismo de un sector de la opinión pública de su país.
Durante una conferencia conjunta con el primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, uno de los pocos países europeos aliados de Washington en Irak, Bush tampoco aventuró dar una fecha para fijar el fin de la ocupación del país. "Me gustaría retirar las tropas cuanto antes, pero la definición de 'cuanto antes' depende de una victoria en Irak".
En este sentido, agregó que la semana próxima mantendrá una reunión con sus consejeros de seguridad y los generales del Pentágono, en Camp David, para analizar cuándo las fuerzas iraquíes puedan asumir el control en el país, un paso clave para el retiro de las fuerzas norteamericanas.
La amenaza del talibán
Oculto desde 2001 en el sector fronterizo de Pakistán y Afganistán, el mullah Omar, líder espiritual del régimen talibán, reapareció ayer con un mensaje donde anuncia represalias por la muerte de Al Zarqaui.
El mensaje, leído por teléfono a las agencias internacionales por su vocero Mohammed Hanif, anuncia que "tengo una buena noticia para los musulmanes en el mundo, la resistencia contra las fuerzas cruzadas en Afganistán y en otras partes del mundo islámico no será debilitada".
"Muchos, muchos jóvenes pueden convertirse en Zarqawi, los sucesores podrán ser incluso más fuertes que él", agregó. "En tanto siga la invasión de los cruzados, cada joven de la nación islámica los resistirá, se convertirá en mártir para salvar su credo, su honor y su pureza. Esta resistencia seguirá".
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