El sprint de Bachelet
Habló en serio Michelle Bachelet cuando dijo en la fiesta de la Plaza de la Ciudadanía que no había tiempo que perder. A los anuncios sucedieron las medidas y las medidas requieren ahora de la sociedad y la clase política de un ritmo para el que pocos están entrenados.
Nación Domingo |
Por Alejandro Kirk
En realidad, todo comenzó el lunes.
El domingo se acabaron las fiestas, las pifias a Myriam Hernández, los taconazos militares, el “pueblo unido”, los “Lagos 2010”, los ríos de cerveza, el Chile enamorado. Se fueron los conspicuos visitantes extranjeros, por cierto todos aparentemente fascinados con el proceso chileno a la paridad ciudadana.
Lunes para todos. La dulce Michelle, la encantadora Michelle, la simpática doctora rubia a quien todos daban consejos, la sonriente mamá de Chile, apareció en La Moneda vestida de rojo a las 8.45 disparando una ráfaga de anuncios. Pero primero saludó a la guardia de Palacio: “Buenos días, guardia”. “Buenos días, su excelencia!” Y ya.
Inició así la Presidenta Michelle Bachelet su maratón de cuatro años como si se tratara de una carrera de velocidad pura, de los cien metros planos. Muy bien entrenada, por lo visto. Pasada sólo una semana queda la sensación de que el Gobierno llevase ya meses instalado, con enredos políticos, debates tributarios, disturbios de pobladores, peleas en el fútbol, codazos en el parlamento, comisiones, proyectos de ley y hasta los primeros balances.
En este estado de gracia que la sociedad le ha conferido a una Presidencia investida de legitimidad, incluso la UDI se presentó con su plana mayor en La Moneda para ofrecer su apoyo a las primeras medidas sociales, medidas que estaban funcionando hacía días. Pero la oposición, especialmente la UDI, no parece preparada para otra cosa que no sean sus dentelladas internas. Tras un cónclave desastroso (ver crónica en Pág.15), abortado el viernes en la noche, se inició patéticamente la temporada de elecciones internas en los partidos políticos.
Para quienes gustan de encontrar señales, aquí va una: la primera medida de Bachelet no fue macroeconómica, del tipo comisión para evaluar las posibles intervenciones de la autoridad monetaria respecto de la caída del dólar. No. Bachelet anunció jardines infantiles, el aumento de las pensiones, la reforma del sistema previsional y la atención gratuita en los hospitales públicos para todos los mayores de 60 años.
“Hoy o mañana”, dijo. Y al otro día, incrédulos todos, empezó la atención hospitalaria, con un titular de antología en “La Segunda”: “Cero problemas”.
Se iniciaba así, pues, el famoso “gobierno de los ciudadanos” con aceleradas señales -justamente- ciudadanas.
“Hola Bachelet”
En el jardín infantil Los Peques, de la Rinconada de Maipú, en ese primer lunes, y antes del mediodía, Bachelet dijo que se proponía inaugurar hasta el fin de año “800 nuevas salas cuna”. El objetivo es que “todos los hijos, sobre todo de las familias del 40 por ciento con menos recursos de nuestro país, puedan tener sala cuna y jardín infantil, y estamos trabajando en eso ya desde el primer día. Esperamos pronto poder inaugurar un montón de salas cuna nuevas para que más niños y niñas puedan tener acceso”, dijo.
Para eso hay que correr. Ochocientas salas cuna son muchas, casi tres por día, de aquí a diciembre, así que ya el jueves, el ministro de Educación, Martín Zilic, informó que los centros infantiles se empezarán a inaugurar la próxima semana, en coordinación con entidades estatales, privadas y organizaciones no gubernamentales.
Los enanos del jardín Los Peques sabían perfectamente a quién tenían al frente y escucharon con aire serio los anuncios. Y uno le gritó, entusiasmado, “¡Hola, Bachelet!”. Hola.
El jueves, Zilic también anunció un sutil cambio de rumbo en su cartera: “El tema de la educación no es sólo un tema de los profesores. Muchas veces acusamos a los profesores por el tema de la calidad de la educación, en circunstancias que ella depende de todos los chilenos”. Lo que escuchó con indisimulado placer el presidente del Colegio de Profesores, Jorge Pavez, quien estimó “altamente valorable la disposición del ministro a conversar todos los temas, a abrir espacios de participación real y a generar una agenda de trabajo común”.
La “Esmeralda”
Y ya es martes. Después de la rueda de prensa, la Presidenta se fue a Valparaíso para despedir el viaje de instrucción anual del buque-escuela “Esmeralda”. Para quien prometió que no habría olvido, fue un paso audaz ir en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas a la nave cuyas manchas de los tiempos de la dictadura todavía no han sido del todo borradas por las víctimas y que continúa lastrando la imagen chilena en muchos puertos del mundo.
Para el abogado comunista de derechos humanos Eduardo Labarca, por ejemplo, se trató de un gesto hacia una “reconciliación imposible e innecesaria”.
Bachelet en cambio valoró que la Armada hubiese entregado los datos que tenía sobre la violación de los derechos humanos en sus unidades y en su discurso les dio a los guardiamarinas, en tono enérgico, un instructivo sobre su papel: “Junto con representar el pasado de nuestro país, y del cual no debemos ni podemos desentendernos, en este viaje ustedes también serán, por sobre todas las cosas, los representantes del presente y del futuro de Chile”. O sea, de la democracia ciudadana que ella quiere establecer.
En la semana, el ministro de Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley, aprovechó también de subrayar el énfasis que le dará el Gobierno Bachelet a la región latinoamericana, para romper el relativo aislamiento de Chile en su propia región, poblada hoy de gobiernos progresistas.
“Con Argentina queremos no sólo tener una buena vecindad, sino una alianza estratégica, es decir, un avance gradual y sistemático a la mayor integración posible entre nuestros pueblos y a la mayor cercanía posible entre los gobernantes”, dijo. Y para refrendar esto, Bachelet parte este martes en una minigira de 48 horas a Argentina y Uruguay, cuyos gobiernos endosaron públicamente su candidatura. En abril irá a Brasil.
Foxley también se arriesgó, y sin generar el tradicional cacareo, con un comentario sobre el sorpresivo, hasta para sus propios miembros, nacimiento de la primera corriente de opinión públicamente favorable a una salida al mar para Bolivia: “Chile no le tiene miedo a innovar, a hacer cambios incluso revolucionarios y lo principal de todo es aprender a escucharse unos con otros”.
Desde La Paz, el Presidente Evo Morales correspondió el viernes, al anunciar la manifestación del Día del Mar, el próximo 23 de marzo: “Creo que estamos en un buen camino para persuadir en una manifestación pacífica a la comunidad internacional, al pueblo chileno, a su Gobierno y otras instancias”. El acto, agregó, “no será para condenar a Chile”, algo también revolucionario en Bolivia.
Pensiones y AFP
El miércoles, Bachelet nombró al ex director de Presupuesto, Mario Marcel, a la cabeza de una comisión encargada de analizar la reforma del sistema previsional. Ya el viernes entregó la lista de quienes integrarán dicha comisión y anunció que el proyecto de reforma de la ley de pensiones se enviará al Parlamento la semana entrante.
De carácter técnico, esta comisión, que incluye a un ex ministro de Pinochet (a fin de cuentas, ellos inventaron las AFP), no parece haber considerado la participación -por ahora- de algún representante de los usuarios. La misión de Bachelet es reformar un sistema que aparentemente cumple más un papel de acumulación forzada de capital que de aseguramiento de pensiones. Se trata, para usar sus propias palabras, de “la creación y consolidación de un gran sistema de protección social que ampare a chilenas y chilenos desde la más tierna infancia hasta la vejez”.
Mientras todo esto, y más, ocurría en esta semana de vértigo, en Valparaíso forcejeaban los diputados y senadores por los cargos en las comisiones (ver crónica en Pág 5). El jueves, la Presidenta se reunió con la directiva de la Cámara de Diputados por casi dos horas y les aclaró la película: tienen que entrenar tempranito y bajar la guata, porque lo que empezó esta semana es un sprint que termina sólo en 2010. LND
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