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Historia de Chile

General Schneider

General Schneider

ciperchile.cl 

40 años del asesinato del general René Schneider, su hijo, el coronel de Ejército en retiro Víctor Schneider Arce, publica un libro testimonial y biográfico sobre su padre.

En la introducción de General Schneider. Un hombre de honor. Un crimen Impune, el hijo del militar y autor del libro plantea sus motivos:

“Quisiera que la historia del general René Schneider Chereau impactara el alma nacional para que, después de tantos años de olvido, podamos, como chilenos, integrarlo en nuestra memoria colectiva y ubicarlo en el sitial que merece junto a nuestros héroes, en reconocimiento a su obra.

“También quisiera que llegara a aquellas personas que aún viven con sus conciencias intranquilas, ya que no tuvo la justicia que correspondía. No solamente para recordarles que dejaron a una mujer sin marido y a cuatro hijos sin padre, sino que también causaron un grave daño moral a la institución del Ejército”.

Escrito desde la emotividad y la complacencia, el autor recorre con detención la carrera de su padre y traza, de paso, un perfil biográfico en el que se vislumbra un hombre “sobrio, sencillo, a veces hasta de bajo perfil (…) No le gustaba que lo alabaran, y tampoco alabar a otros”.

Acá está reseñado el alumno ejemplar y el oficial elegido para liderar al Ejército en uno de los momentos más sensibles de la historia del país: Salvador Allende había ganado la elección y la principal rama de las Fuerzas Armadas era objeto de fuertes presiones para que torciera la voluntad popular. En este contexto el asesinado general fue autor de la llamada Doctrina Schneider, que propuso un apego irrestricto del Ejército a la Constitución y la leyes. Este libro detalla ese proceso histórico y narra con detención el asesinato del que fue objeto el general en octubre de 1970 a manos de un comando apoyado por el grupo de extrema derecha Patria y Libertad y, de acuerdo con revelaciones recientes, digitado por la CIA.

“En la muerte del Comandante en Jefe del Ejército tuvieron responsabilidades civiles y militares coludidos con diferentes fines, pero con un solo hilo conductor: la ambición de poder, ya fuera en la esfera de la política o del dinero”, escribe el autor, acusando “crueldad, insensibilidad e inmoralidad de estas personas que hoy circulan libremente por nuestro país. Nunca han tenido la entereza moral para mostrar una cuota de arrepentimiento”.

*Lea la Introducción del libro General Schneider. Un hombre de honor. Un crimen Impune

 

 

La primera huelga en Puerto Montt

La primera huelga en Puerto Montt

Por César A. Sánchez Vera

Foto: En estos conventillos vivían las familias obreras en el Puerto Montt de las primeras décadas del siglo XX. Como promedio percibían sueldos de $60 y tenían que pagar arriendos de $28 mensuales, en tanto un quintal de harina costaba $20.

Al terminar el primer semestre de 1919, gobierno de Juan Luis Sanfuentes, una huelga general paralizó al país, era el resultado social de la grave crisis económica que vivía nuestro país. El Estado carecía de fondos para cancelar los salarios de los empleados públicos; además, numerosas empresas salitreras se declararon en quiebra. Sumado a esto el territorio de Magallanes estaba convulsionado con los "Sucesos de Natales" que afectaron a la Patagonia en la parte chilena y argentina

Las grandes estancias y los frigoríficos no podían colocar sus productos en el extranjero, como había sido tradicional; esto se debía a un voluminoso stock de lana y carne acumulado en los mercados europeos. El valor monetario del trabajo descendió bruscamente y a los obreros del campo austral se les cancelaba con fichas y vales que carecían de todo valor. Los esquiladores descontentos, en su gran mayoría chilotes, se agruparon en bandas armadas que deambulaban por las estancias pregonando conceptos de "igualdad" y "justicia social".

El 26 de noviembre de 1919, el Intendente de la provincia de Llanquihue don Lindorfo Alarcón Hevia recibía, desde Santiago, la siguiente orden: Considerando que la huelga en Punta Arenas ha adquirido caracteres revolucionarios, el Supremo Gobierno ha dispuesto que en el vapor "Magallanes" se dirija a ese punto la Compañía de Ametralladoras del Regimiento "Llanquihue" para restablecer el orden amenazado.

El Consejo Federal Obrero de Puerto Montt que se encontraba participando en el movimiento huelguístico nacional, se manifestó contrario a esta movilización militar. El Gremio de Fleteros, integrado por estibadores y trabajadores portuarios, se negó a cargar el barco que transportaba a la tropa al tiempo que paralizaba toda actividad y montaba una guardia de vigilancia sobre el puerto; fue menester recurrir a los mismos soldados para aprovisionar y cargar el vapor "Magallanes". Finalmente, con un retraso de diez días zarpó la expedición punitiva.

Este incidente de rebelión ante la autoridad, que se veía por primera vez en el apacible Melipulli, causó gran asombro entre la población de clase media que hasta entonces había observado con simpatía a las organizaciones de trabajadores.

 

LA PRENSA DE LOS OBREROS

 Al comenzar 1915 los dirigentes del Consejo Federal Obrero concibieron la idea de publicar un periódico con el objetivo de mantener informado al proletariado puertomontino y divulgar las nuevas ideas del maximalismo (marxismo) que se extendían por todo el país. Para alcanzar dicho objetivo realizaron beneficios sociales, bailes, colectas y exhibición de películas en el cinematógrafo "Edén" que estuvo ubicado en Antonio Varas esquina con Ancud.

En marzo de 1916 compraron la imprenta de Roberto Calderón y arrendaron una casona en calle Antonio Varas Nº 59 destinada a la redacción del nuevo diario.

El gestor de la idea y primer director del periódico fue el joven intelectual Luis Castillo Pinto, natural de Valparaíso.

El "Pueblo Obrero" hizo su aparición el 1 de mayo de 1916 y su lema fue "Trabajar por el Progreso y la Reforma de la clase trabajadora". Aparecía todos los domingos y la suscripción anual costaba $ 4; en sus páginas se escribía sobre temas laborales, avances de la organización sindical, noticias locales y los obreros más cultos daban a las prensas tímidas poesías.

Utilizando esta misma imprenta, el año 1920 salió a circulación "La Defensa" presentando las mismas características que su homólogo anterior. Cinco años más tarde se encontraba funcionando en nuestra ciudad una filial del Partido Comunista formada por trabajadores llegados del norte; quienes efectuaban una eficaz labor proselitista. Arrendaron la imprenta del Consejo Federal y comenzaron a imprimir "La Voz del Paria", salía a la venta los días domingos, el ejemplar costaba veinte centavos y circuló regularmente en el transcurso del año 1925. En la portada se podía leer: "Es mejor morir de pie, que vivir de rodillas: Escrito por y para los trabajadores".

 

EL PATRIOTISMO

 En las dos primeras décadas del siglo XX los trabajadores comenzaron a manifestar un abierto descontento hacia la clase dirigente culpándola de la miseria reinante y de incapacidad para dar solución a los problemas sociales.

El clamor del pueblo no era exagerado, en 1920 el salario de un obrero puertomontino oscilaba entre los 60 y 80 pesos mensuales, cifra que resultaba insuficiente para la mantención de un hogar. Un kilo de mantequilla valía $ 3, el kilo de carne $ 2,50, el arriendo de dos habitaciones en un conventillo costaba 28 pesos y el quintal de harina se vendía a 20 pesos.

El 10 de septiembre de 1920 los obreros acudieron a un meeting en Cayenel (Antonio Varas) con Ancud; allí circuló una proclama que llevaba impreso: "El patriotismo decae, no por culpa del pueblo sino por culpa de nuestros mismos gobernantes que bien poco se preocupan de respetar nuestros hechos gloriosos, porque no han conservado la tradicional costumbre de empinar el potrillo (jarro) de chicha junto con el roto chileno, noble siempre, valiente siempre, dispuesto a dar la vida por su Patria siempre. Pero, ya no nos alegramos en esta fecha, son otras las preocupaciones de nuestros hombres públicos, la política ha ahogado en sus corazones los sentimientos puros del patriotismo".

Texto publicado en Diario El Llanquihue de Puerto Montt el Jueves 29 de Abril 2004

 

 

La primera república socialista de Chile

La primera república socialista de Chile

 La Nación 

Jueves 4 de junio de 2009   

Por Edison Barría, comunicador social 

Uno de los hechos más ignorados de la historia política de nuestro país es que entre el 4 y el 16 de junio de 1932 existió en Chile -al menos en la intención de sus gobernantes- una república socialista, que el diputado del PS Mario Palestro decía que sólo fue un "veranito de San Juan". Casi 80 años después, este capítulo de la historia chilena no se enseña en ninguna escuela ni está en ningún libro de texto, al menos como un hecho histórico. Pocos lo conocen y menos podrían definir en qué consistió. Pero basta conocer una sola de sus consecuencias: la fundación del Partido Socialista de Chile, el 19 de abril de 1933, para darse cuenta de que un hecho oscuro e ignorado merece ser más conocido, en especial por la izquierda socialista que se identifica con ese legado político.

La proclamación de la República Socialista, en la mañana del 4 de junio, no es una anécdota ni uno entre varios golpes de Estado, como sostienen historiadores enemigos del socialismo. La proclamación fue el resultado de una acción encabezada por quienes representaban el pensamiento más avanzado y progresista, pero carecían de suficientes lazos con el movimiento popular. Su programa de gobierno, sin embargo, y las pocas medidas implementadas en doce días, constituyeron la primera vez que un grupo político daba respuestas coherentes y globales a los graves problemas de la sociedad chilena.

Entre éstos están la nacionalización de los recursos básicos, la igualdad de la mujer, el voto de los analfabetos, la expropiación de las empresas improductivas, el impulso a la educación y la cultura, la apertura de relaciones con todos los países, el derecho a la sindicalización y muchas de similar alcance. Los decretos que promulgó no sólo tuvieron efecto inmediato y beneficiaron a los más desposeídos, sino que permanecieron vigentes y sirvieron de base jurídica para medidas del gobierno del Presidente Salvador Allende. Han transcurrido casi 80 años de la República Socialista y sus postulados son tan válidos como entonces. Mientras no se resuelvan los problemas de las grandes mayorías, seguirán vigentes las ideas que plantean que la riqueza de un país no puede ser monopolio de unos pocos privilegiados.

La noche del 16 de junio de 1932, luego de una gran concentración obrera en apoyo al gobierno, oficiales de la Guarnición de Santiago dan un golpe, detienen a Marmaduke Grove y Eugenio Matte. Se llama a una Junta de Gobierno y de forma casi irrisoria se pone fin a la República Socialista. Pero pese a su corta duración, la república llevó a cabo reformas entre las que resaltan devolver las pertenencias empeñadas en la Caja de Crédito Popular (la Tía Rica ) el 7 de junio y un decreto ley que indulta a todos los condenados por delitos políticos, entre ellos dirigentes de la sublevación de la Escuadra de septiembre de 1931; y la reincorporación de 200 profesores exonerados por razones políticas durante la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo.

Hoy el PS vive una crisis importante por la renuncia de varios destacados militantes, pero se equivocan quienes piensan que terminará destruido. Al contrario, más temprano que tarde se recuperará, porque tiene una riqueza histórica, ilustres militantes como el Presidente Allende que dieron sus vidas por mejorar las condiciones de los pobres del campo y la ciudad, y por su consecuencia con el socialismo como modelo de sociedad.

 

José Miguel Carrera Verdugo

José Miguel Carrera Verdugo

General

Nació el 15 de octubre de 1785 y sus padres fueron el Coronel de Milicias Reales, Ignacio de la Carrera y Cuevas y doña Francisca de Paula Verdugo Fernández de Valdivieso y Herrera. Es el tercero de cuatro hermanos: Javiera , Juan José, y Luis Florentino Juan Manuel Silvestre de los Dolores.

Sus primeros estudios los realizó en el Colegio Carolino, donde fue compañero de Manuel Rodriguez Ordaiza.

A los 9 años ingresó como cadete al Regimiento de Caballería del Príncipe y en 1797 ya era Alférez. Luego en 1805 era Teniente.

Por sus aventuras amorosas en Santiago y El Monte, su padre lo envía a Lima a cargo de un tío suyo. En la capital peruana reincide, lo que le valió su arresto en la fragata Castor, desde donde se fuga a Chile.

En 1806 viaja a España y se enrola en el ejército , efectuando las campañas de 1808, 1809 y principios de 1810, participando en más de 20 hechos de armas, tales como la ocupación de la ciudad de Mora, retirada de Consuegra, combates de Yébenes y en las Batallas de Talavera y de Ocaña, donde fue herido el 19 de noviembre de 1809. Ascendió a Sargento Mayor del Regimiento Húsares de Galicia.

Regresó a Chile el 25 de julio de 1811.

El 4 de septiembre de 1811 participó en un complot que llevó a la familia Larraín al gobierno. Luego realizó otro movimiento que lo llevó a formar parte de una nueva Junta de Gobierno, representando a la provincia de Santiago.

La disolución del Congreso,el 2 de diciembre de 1811 lo enemistó con don Juan Martinez de Rozas, representante de Concepción, lo cual casi desencadena la guerra civil.

La mediación de Bernardo O’Higgins Riquelme evitó el conflicto y José Miguel Carrera fue nombrado Presidente de Gobierno.

Dentro de las muchas obras realizadas se pueden indicar las siguientes: Por Decreto de 16 de enero de 1812 autorizó la instalación de la prensa, nombrando redactor a fray Camilo Henríquez, sancionó la primera Constitución Política de la República (1812), creó la primera bandera nacional y el primer escudo de armas, creó el hoy Instituto Nacional, dispuso la creación de escuelas en los monasterios y el mejoramiento de los hospitales.

En marzo de 1813, al tener conocimiento del desembarco del Brigadier Antonio Pareja, enviado por el Virrey del Perú a sofocar la emancipación de Chile, asumió como General en Jefe del Ejército y combatió en Yerbas Buenas, San Carlos, Talcahuano y puso en sitio la ciudad de Chillán, desde donde se tuvo que retirar por no contar con los medios adecuados.

En enero de 1814 le sucede en el mando del Ejército, el Brigadier Bernardo O’Higgins. Una vez entregado el mando en Concepción, al dirigirse a Santiago es hecho prisionero por los españoles, pero logra fugarse.

El 23 de julio de 1814 encabeza una revuelta que depone al Director Supremo, Francisco de la Lastra y asume en su reemplazo.

Desconocido como Director Supremo, se enfrenta a O’Higgins en el combate de Las Tres Acequias. Al conocerse la noticia del desembarco del Brigadier Mariano Osorio enviado por el Virrey del Perú para sofocar nuevamente la independencia de Chile, ambos se unen, pero la falta de materiales de guerra y la celeridad de Osorio, impiden una buena organización y se produce el "Desastre de Rancagua", donde son batidas las fuerzas patriotas encabezadas por O’Higgins.

Emigra a Mendoza con los restos de su Ejército, donde se enemista con el Gobernador y por ello tomado prisionero y enviado a Buenos Aires.

Desde allí viaja a EE.UU.de N.A. en busca de ayuda para reconquistar Chile. Se entrevistó con el Presidente de esa nación James Madison y muchas personalidades influyentes y gracias al apoyo del Comodoro Davis Porter , logró organizar una escuadrilla de cuatro buques en los que izó el pabellón nacional y embarcó una considerable cantidad de armas, municiones y pertrechos y una brillante oficialidad extranjera.

Arribó a Buenos Aires en enero de 1816, donde el Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Brigadier Juan Martín de Pueyrredón le retiene las naves y lo somete a prisión.

Nuevamente se fuga y se dirige a Montevideo y recibe la protección del General portugués Carlos Federico Lecor. Allí conoce del asesinato de sus hermanos por el Gobernador Toribio Luziriaga y por Bernardo Monteagudo, efectuado en Mendoza.

En 1819, desde Montevideo manda panfletos a Buenos Aires y a las Provincias Unidas, propiciando el estado federativo y denunciando los intentos de José de San Martín y Juan Martín de Pueyrredón de establecer una monarquía.

Expulsado de Montevideo, se une a los caudillos de las provincias del norte de Buenos Aires y vencen a las fuerzas de Pueyrredón, instalando en el poder a Manuel de Sarratea, amigo suyo, quien establece el estado federativo, que se mantiene hasta hoy.

Nuevos movimientos revolucionarios lo obligan a huir hacia las tolderías de los indios de Ranqueles, que lo nombran Pichi Rey.

Tratando de regresar a Chile, vence al Gobernador de Mendoza y al Jefe de las fuerzas de San Luis y mantiene su supremacía en la región, a pesar de los varios intentos por derrotarlo.

Conocedor O’Higgins del peligro que Carrera representaba para su gobierno, si lograba pasar a Chile, envió medios para reforzar a sus opositores.

El 21 de agosto de 1821 es derrotado en El Médano y retirándose hacia Jocolí es traicionado por el Comandante cordobés Manuel Arias y es hecho prisionero. Conducido a Mendoza es procesado por un tribunal militar y condenado a muerte.

El 4 de septiembre de 1821 es fusilado un gran patriota, cuyas obras perduran hasta hoy.

Como una expiación por lo sucedido, el Gobierno de Chile hizo grabar sobre su tumba:

"LA PATRIA A LOS CARRERA , AGRADECIDA DE SUS SERVICIOS Y COMPADECIDA DE SUS DESGRACIAS".

 

HISTORIA DE CHILE Y FE

HISTORIA DE CHILE Y FE

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Obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, en su homilía en el Te Deum del 18 de septiembre, recordó la preocupación de  O'Higgins por propagar la fe y citó a Benedicto XVI en su mensaje para la sociedad de hoy.

"La Iglesia afirma también que para que en una nación la justicia y el orden, el progreso y la paz social se asienten y hagan posible el bien común, es necesario fundar nuestra vida, nuestras normas de convivencia y nuestras leyes, sobre la verdad y esa verdad exige que Dios y lo que El nos ha querido revelar tenga su lugar no solo en el corazón sino en la vida social, económica, política y cultural."

Queridos hermanos y hermanas, compatriotas de esta tierra chilena que amamos y en la cual nacimos.

EL RECUERDO Y EL LEGADO ESPIRITUAL DEL PADRE DE LA PATRIA

Una vez más nos reúne esta Iglesia Catedral para dar gracias a Dios en el día en que celebramos la Independencia Nacional. Junto al pueblo de Chile, a sus autoridades civiles, militares y espirituales, queremos todos unidos, como hijos de una misma tierra y del Padre común al que todos reconocemos, cantar las alabanzas que los buenos hijos dan siempre a su madre.

  Lo hacemos en el recuerdo agradecido de los Padres de nuestra historia y particularmente en la persona del Libertador don Bernardo O'Higgins Riquelme, que sentó las bases de la nación de la que hoy gozamos, de la independencia que celebramos y de los valores espirituales en la que fundamos nuestra convivencia nacional.

 Fueron dos grandes de nuestro historia, los generales José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins, quienes tuvieron la feliz idea de dar gracias a Dios mediante la celebración de una Misa solemne, como en la que hoy participamos, por los acontecimientos de la independencia nacional.

En Carta firmada por ambos al vicario Capitular de Santiago, de fecha 5 de diciembre de 1811, decían

"Bien pueden unirse la celebración de los asuntos políticos con las festividades de la Divinidad, si siendo religiosos los que traten su empresa y su obra, unen ambas las atenciones cristianas. El Gobierno cree de necesidad hacer una Misa solemne de gracias por el resultado de la revolución del 2 último. El mayor decoro exige que sea en la Santa Iglesia Catedral y a la brevedad indispensable. Sólo le asiste la duda, si empezando el octavario de la Purísima el domingo inmediato, será embarazoso unir dos funciones en el mismo día. La Santísima Virgen que se celebra es la protectora de la patria y a ella han de dirigirse nuestros himnos"1.

 La memoria histórica de un pueblo: un legado que mantener y una herencia que aumentar.

Esta es la fuente histórica de la celebración que hoy, llenos de alegría, conmemoramos en esta Iglesia Catedral, siguiendo el ejemplo que nos legaran los padres fundadores de nuestra nación. Su trascendencia radica en la actitud de Acción de gracias a Dios, y también en mantener la memoria histórica, que desde los inicios de la Independencia Nacional hasta nuestro días se conserva como un legado intocables, que expresa también nuestro amor y reconocimiento a los héroes de nuestra patria chilena.

            Escribe el Libertador O'Higgins al General Carrera en los primeros días de abril de 1813, después del ataque a Linares con los que dio inicios a la campaña contra las tropas realistas:

"En el día de hoy se ha celebrado una Misa de gracias con Te Deum para dar gracias al Omnipotente por la protección y felicidad con que visiblemente comienza a proteger las armas de la Patria" 2

 Cuando después de la derrota de Rancagua, fue necesario organizar un nuevo ejercito para remontar la cordillera desde Mendoza, antes de partir, San Martín y O'Higgins, dispusieron que se celebrara una Misa Solemne, trayendo de propósito desde el cercano convento franciscano la imagen de la Virgen del Carmen, en cuyas manos el General argentino puso su bastón de mando y la expedición que se iniciaba. Horas antes de la gran batalla de Chacabuco, los soldados del ejército de los Andes, renovaron el juramento de Patrona del Ejército a la Virgen de Carmen. Pocos días más tarde, el 16 de febrero de 1817. Bernardo O'Higgins, recibía en Santiago el nombramiento de Director Supremo del Chile.

           La fe cristiana como fundamento de las virtudes y valores cívicos.

Fue el Padre de la Patria un sincero católico, respetuoso de la conciencia de otros que no profesaba su fe y convencido de que la educación religiosa en las escuelas era un elemento esencial en la formación de los hábitos y en las virtudes ciudadanas. En el Reglamento sobre las escuelas públicas que hizo publicar contempló normas sobre la instrucción religiosa, prescribiendo el uso de catecismo de Astete, la participación de los escolares en las rogativas y procesiones de acción de gracias por la independencia, su asistencia a la misa y las predicaciones cuaresmales. En ese reglamento, se decía "todos los días, al concluir la escuela por la tarde, rezaran las letanías de la Virgen, teniendo por patrona a nuestra Señora del Carmen; y el sábado a la tarde rezaran un tercio del rosario"3

Quiso el Director Supremo que se abriera de nuevo el colegio de Chillan, donde el mismo había realizado su primera enseñanza enviado por su padre el Virrey, pero ello no fue posible, pese a que lo había pedido por carta al Provincial de los franciscanos, en febrero de 1819. Entre los documentos del libertador, guardados por su secretario John Thomas, se encuentra traducido al inglés un discurso que nos habla del alma religiosa del prócer: "(...) estas murallas encerraban en su tiempo una hermandad de hombres piadosos, que se dedicaron en plácido aislamiento a una vida de meditación religiosa y literaria. Mi idea es resucitar dentro de ese venerable recinto la misma piedad y sabiduría (...) Es mi deseo establecer aquí un cuerpo de hombres dedicados al culto de Dios, de Chile de la humanidad; hombres que lleven a todos los confines del mundo un testimonio del saber y de afecto de este país y que propaguen con el Evangelio el arte de suavizar la vida social"

Conciente de la importancia de la moral cristiana para la vida de los habitantes de Chile, hizo cuanto era necesario para reprimir los atentados en su contra y coadyuvó con la autoridad religiosa a no permitir la circulación de pinturas obscenas, como quedó de manifiesto en una nota escrita en julio de 1817 al gobernador del Obispado, don José Ignacio Cienfuegos.4

Una vez hecha la promesa de levantar una templo en homenaje a la Inmaculada Reina de los Ángeles, como el mismo la llamó, adhirió a ella sin titubeos y el 5 de mayo asistió a la acción de gracias por la batalla de Maipú, disponiendo salvas de artillería al iniciarse la Santa misa y al momento de la consagración y urgió a los Intendentes para que se trabajara con esmero en la recolección de fondos para la construcción del templo, como consta en circular a los funcionarios de las provincias de 25 de junio de 1818.

            Un futuro cara a la eternidad.

Su tiempo de destierro, en su tierra de la Haciendan Montalbán, en el Perú, fue para el Libertador una época de gran religiosidad. El General Cruz, que pasó por ella durante la Guerra de la Confederación lo visitó, en 1838 y 1839, se admiraba del cuidado que ponía en la formación moral y religiosa de los campesinos. Mantenía, dice, en la hacienda un capellán para que les celebrase la Misa y les explicase la doctrina cristiana, y no se les permitía casarse sin estar impuestos de ella y demás oraciones precisas para la confesión y la comunión. Tuvo gran preocupación por el avance del escepticismo religioso y la necesidad de que las Iglesia Cristianas ---él era un católico convencido--- se unieran y era tal su convicción de esta necesidad, que llegó a preparar un borrador de nota dirigida al Papa para proponerle la convocatoria de un concilio ecuménico destinado a este propósito. En dicho documento, escrito en inglés, entre otras cosas decía, "desde la revolución francesa en 1789, el libre pensamiento sobre la religión ha cambiado a un extremo horrendo. La idea del escepticismo se ha esparcido profunda y ampliamente".

            Gracias a don Benjamín Vicuña Mackenna, conocemos muchos datos de sus últimos meses, pues en 1860 el célebre historiador interrogó en Lima a los que fueron testigos de los últimos días de nuestro prócer. Durante su reposo en Lima, en 1841, habitaba O'Higgins una casa en la calle de Espaderos y la proximidad de los conventos de San Agustín y la Merced, le permitió asistir a diario a la Misa. En ese tiempo se hizo hermano tercero de la Orden Franciscana para gozar del beneficio de morir amortajado con su hábito, como aconteció. Recordaba quizás nuestro prócer con mucho cariño la formación y cercanía que de joven tuvo con los franciscanos de Chillan, su tierra natal. Vicuña Mackenna, narra que "el ilustre moribundo consagró esos días exclusivamente a las prácticas que debían ataviar su alma para el viaje a la eternidad. Había hecho ---dice--- colocar delante de su lecho un altar portátil en que oía todas las mañanas las misas llamadas de San Gregorio y durante el día y parte de la noche tenía a su lado a un joven dependiente (que era empleado del Consulado en Lima en 1860, con el nombre de Carpio), y a quien le hacía leer los oficios destinados por la Iglesia a los agonizantes".5

 

 Queridos hermanos y hermanas, de este corazón religioso y amante de su patria nació nuestra tierra a la Independencia. He traído todas estas consideraciones a nuestra reflexión para que en un día solemne, de paz y unidad, cada uno de nosotros, bajo la severa cúpula de este templo, examinemos nuestra propia vida y nos preguntemos delante del mismo Dios al que rindió sencillo homenaje y reconocimiento el Libertador de nuestra tierra, si hemos mantenido el legado que a todos nos ha dejado como herencia y camino para nuestra convivencia como nación de hermanos.

¡Qué importante es conocer el alma profunda de los hombres que marcan nuestra tierra con su impronta y más aun nosotros que vivimos en una ciudad fundada por el Padre de la Patria!

            El verdadero fundamento de la realidad: Dios

Es cierto que hay muchas cosas en las cuales cada uno tiene el legítimo derecho de tener sus propias opiniones, pero también lo es que hay otras en que no podemos negar la herencia que hemos recibido. O'Higgins no consideró su fe como algo particular y privado, por el contrario, comprendió muy bien que las virtudes cívicas verdaderas sólo podían tener un fundamento real en la fe cristiana y en el reconocimiento de Dios como Supremos Hacedor y Señor de cada uno de nosotros. El Padre de la Patria anheló que todos los habitantes de nuestra tierra y en particular nuestros pueblo originarios conocieran el cristianismo y así lo escribió en 1833 al comerciante de Santiago don Mariano Ramón Aris, con quien al mismo tiempo de condolerse de la miseria de nuestros hermanos, agregaba "Ya es tiempo que la civilización de esas reducciones errantes y salvajes se encontrase en progresos de lo que absolutamente ignorar, que es la religión cristiana y, consiguientemente, una pura moral".

            Hace pocos meses atrás, durante su primer viaje a América, el Papa Benedicto XVI decía a un grupo de los Obispo del Brasil: "El ministerio episcopal nos impele al discernimiento de la voluntad salvífica, en la búsqueda de una pastoral que eduque el Pueblo de Dios a reconocer y acoger los valores trascendentes, en la fidelidad al Señor y al Evangelio. Es verdad que los tiempos de hoy son difíciles para la Iglesia y muchos de sus hijos están atribulados. La vida social está atravesando momentos de confusión desorientadora. Se ataca impunemente la santidad del matrimonio y de la familia, comenzando por hacer concesiones delante de presiones capaces de incidir negativamente sobre los procesos legislativos; se justifican algunos crímenes contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual; se atenta contra la dignidad del ser humano; se extiende la herida del divorcio y de las uniones libres. Aún más: en el seno de la Iglesia, cuando el valor del compromiso sacerdotal es cuestionado como entrega total a Dios a través del celibato apostólico y como disponibilidad total para servir a las almas, dándose preferencia a las cuestiones ideológicas y políticas, incluso partidarias, la estructura de la consagración total a Dios empieza a perder su significado más profundo".6

Luego, reflexionando acerca de la realidad de nuestro continente en el orden económico, social y político, se preguntaba "Como primer paso podemos responder a esta pregunta con otra: ¿Qué es esta "realidad"? ¿Qué es lo real? ¿Son "realidad" sólo los bienes materiales, los problemas sociales, económicos y políticos? Aquí está precisamente el gran error de las tendencias dominantes en el último siglo, error destructivo, como demuestran los resultados tanto de los sistemas marxistas como incluso de los capitalistas. Falsifican el concepto de realidad con la amputación de la realidad fundante y por esto decisiva, que es Dios. Quien excluye a Dios de su horizonte falsifica el concepto de "realidad" y, en consecuencia, sólo puede terminar en caminos equivocados y con recetas destructivas"7

Y continúa, "la primera afirmación fundamental es, pues, la siguiente: Sólo quien reconoce a Dios, conoce la realidad y puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano. La verdad de esta tesis resulta evidente ante el fracaso de todos los sistemas que ponen a Dios entre paréntesis. Pero surge inmediatamente otra pregunta: ¿Quién conoce a Dios? ¿Cómo podemos conocerlo? No podemos entrar aquí en un complejo debate sobre esta cuestión fundamental. Para el cristiano el núcleo de la respuesta es simple: Sólo Dios conoce a Dios, sólo su Hijo que es Dios de Dios, Dios verdadero, lo conoce. Y Él, "que está en el seno del Padre, lo ha contado" (Jn 1,18). De aquí la importancia única e insustituible de Cristo para nosotros, para la humanidad. Si no conocemos a Dios en Cristo y con Cristo, toda la realidad se convierte en un enigma indescifrable; no hay camino y, al no haber camino, no hay vida ni verdad" .

            La Iglesia y su misión en la vida nacional

Luego enfocando el tema de las estructuras justas necesarias para enfrentar los graves problemas sociales y políticos que aquejan a nuestros pueblos, el Papa decía: "¿cómo puede contribuir la Iglesia a la solución de los urgentes problemas sociales y políticos, y responder al gran desafío de la pobreza y de la miseria? Los problemas de América Latina y del Caribe, así como del mundo de hoy, son múltiples y complejos, y no se pueden afrontar con programas generales. Sin embargo, la cuestión fundamental sobre el modo cómo la Iglesia, iluminada por la fe en Cristo, deba reaccionar ante estos desafíos, nos concierne a todos. En este contexto es inevitable hablar del problema de las estructuras, sobre todo de las que crean injusticia. En realidad, las estructuras justas son una condición sin la cual no es posible un orden justo en la sociedad. Pero, ¿cómo nacen?, ¿cómo funcionan? Tanto el capitalismo como el marxismo prometieron encontrar el camino para la creación de estructuras justas y afirmaron que éstas, una vez establecidas, funcionarían por sí mismas; afirmaron que no sólo no habrían tenido necesidad de una precedente moralidad individual, sino que ellas fomentarían la moralidad común. Y esta promesa ideológica se ha demostrado que es falsa. Los hechos lo ponen de manifiesto. El sistema marxista, donde ha gobernado, no sólo ha dejado una triste herencia de destrucciones económicas y ecológicas, sino también una dolorosa destrucción del espíritu. Y lo mismo vemos también en occidente, donde crece constantemente la distancia entre pobres y ricos y se produce una inquietante degradación de la dignidad personal con la droga, el alcohol y los sutiles espejismos de felicidad.8

 "Las estructuras justas son, ---sigue diciendo el Papa--- una condición indispensable para una sociedad justa, pero no nacen ni funcionan sin un consenso moral de la sociedad sobre los valores fundamentales y sobre la necesidad de vivir estos valores con las necesarias renuncias, incluso contra el interés personal. Donde Dios está ausente ---el Dios del rostro humano de Jesucristo--- estos valores no se muestran con toda su fuerza, ni se produce un consenso sobre ellos. No quiero decir que los no creyentes no puedan vivir una moralidad elevada y ejemplar; digo solamente que una sociedad en la que Dios está ausente no encuentra el consenso necesario sobre los valores morales y la fuerza para vivir según la pauta de estos valores, aun contra los propios intereses".9

"Este trabajo político no es competencia inmediata de la Iglesia. El respeto de una sana laicidad ---incluso con la pluralidad de las posiciones políticas--- es esencial en la tradición cristiana auténtica. Si la Iglesia comenzara a transformarse directamente en sujeto político, no haría más por los pobres y por la justicia, sino que haría menos, porque perdería su independencia y su autoridad moral, identificándose con una única vía política y con posiciones parciales opinables. La Iglesia es abogada de la justicia y de los pobres, precisamente al no identificarse con los políticos ni con los intereses de partido. Sólo siendo independiente puede enseñar los grandes criterios y los valores inderogables, orientar las conciencias y ofrecer una opción de vida que va más allá del ámbito político. Formar las conciencias, ser abogada de la justicia y de la verdad, educar en las virtudes individuales y políticas, es la vocación fundamental de la Iglesia en este sector. Y los laicos católicos deben ser concientes de su responsabilidad en la vida pública; deben estar presentes en la formación de los consensos necesarios y en la oposición contra las injusticias. Las estructuras justas jamás serán completas de modo definitivo; por la constante evolución de la historia, han de ser siempre renovadas y actualizadas; han de estar animadas siempre por un "ethos" político y humano, por cuya presencia y eficiencia se ha de trabajar siempre. Con otras palabras, la presencia de Dios, la amistad con el Hijo de Dios encarnado, la luz de su Palabra, son siempre condiciones fundamentales para la presencia y eficiencia de la justicia y del amor en nuestras sociedades"10.

Queridos hermanos y hermanas, autoridades que hoy asisten a esta solemne celebración. El Libertador O'Higgins creyó firmemente que nuestra nación sólo podría ser concebida desde la herencia del cristianismo, tal como lo hemos señalado. La Iglesia afirma también que para que en una nación la justicia y el orden, el progreso y la paz social se asienten y hagan posible el bien común, es necesario fundar nuestra vida, nuestras normas de convivencia y nuestras leyes, sobre la verdad y esa verdad exige que Dios y lo que El nos ha querido revelar tenga su lugar no solo en el corazón sino en la vida social, económica, política y cultural.

Este es el eje articulador de una verdadera sociedad republicana y democrática, es decir el reconocimiento que hay valores y principios que nunca podemos transgredir sin pasar a llevar con ello la libertad de los hijos de esta tierra, sus derechos y su dignidad. Hoy en un día para que a los sones del Te Deum con que agradeceremos a Dios la tierra común, los bienes que nos ha dado, la historia que nos antecede y el destino común como nación "fuerte, principal y poderosa", como cantó Ercilla, nos preguntemos como sociedad, como comunidad de hombres y mujeres libres, por el lugar que Dios y la moral cristiana ocupan en nuestra vida personal y social. Hoy es un día para mirar el pasado ---con sus aciertos y sus yerros, con sus éxitos y sus fracasos--- y preguntarnos que hemos de hacer en el futuro para no continuar alejándonos de Dios y por tanto construyendo nuestra visión de la realidad sin su verdadero fundamento. Todos somos responsables del presente y del futuro de nuestra Patria y la generaciones futuras ---nuestros jóvenes y niños de hoy--- nos demandaran a nosotros ---especialmente a quienes han sido llamados al ejercicio de la autoridad--- por el Chile que soñó O'Higgins, Carrera y los próceres de nuestra Independencia nacional.

Queridos hermanos y hermanas, compatriotas, elevemos agradecidos el corazón al Señor de los Cielos y hagamos el propósito firme, personal y colectivo, de que ésta tierra chilena, a la que amamos más que a nadie después de Dios, siga siendo la casa común, que cantamos en nuestro Himno Nacional, Vivamos con humilde orgullo el tiempo presente, sabiéndonos herederos de una pasado glorioso y deudores de un futuro que exige que entreguemos a las nuevas generaciones una patria donde reine el amor y la caridad con Dios y con los hombres y mujeres que la habitan.

 Alza, Chile, sin mancha la frente; conquistaste tu nombre en la lid; siempre noble, constante y valiente te encontraron los hijos del Cid.

Que tus libres tranquilos coronen a las artes, la industria y la paz, y de triunfos cantares entonen que amedrenten al déspota audaz.

Que María, Patrona de esta tierra nuestra y San Bernardo, predicador de la paz y la concordia entre los cristianos, nos ayuden en este propósito. Así sea.

Juan Ignacio González Errázuriz

Obispo de San Bernardo

 

Un 4 de julio de 1811 se inauguró en Chile el primer Congreso Nacional

Los diputados que confomaron el Congreso juraron obedecer al rey Fernando VII y proteger la religión católica. Se agruparon en tres facciones: los moderados, los exaltados, y los realistas.

Icarito.cl

 

Imágenes

Composición del Primer Congreso Nacional, 1811.

Composición del Primer Congreso Nacional, 1811.

El primer Congreso Nacional que tuvo nuestro país se instauró solemnemente el 4 de julio de 1811, en la sala de deliberaciones de la Real Audiencia, bajo juramento de fidelidad al Rey Fernando VII y protección a la religión católica, siendo convocado como resultado de la orden emanada de la Primera Junta de Gobierno, instalada el 18 de septiembre de 1810.

La elección de diputados se realizó en el país por medio de los Cabildos, que citaron a los vecinos más respetados a votar en su sala de sesiones, en medio de un ambiente lleno de agitación y propaganda política, en el que destacaban distintos escritos que propiciaban abiertamente una completa independencia respecto de España.

Esto último provocó una violenta reacción de los grupos realistas, lo que derivó que el 1 de abril de 1811, fecha en que debía realizarse la elección para el Congreso, que el militar español Tomás de Figueroa Caravaca se sublevara junto con las tropas a su mando, conocido por la historia como "El Motín de Figueroa".

Aun cuando este motín fue rápidamente sofocado y su cabecilla encarcelado, juzgado y fusilado al día siguiente en la Cárcel Pública, el hecho llenó de temor a la capital, pues señalaba que la posibilidad de una contrarrevolución aún estaba vigente. El movimiento llevó a una derrota eleccionaria para los realistas.

Luego de esta manifestación se realizaron las elecciones para el nuevo Congreso Nacional, el 6 de mayo, que inicialmente iba a estar compuesto por 36 diputados, pero su número se incrementó en 6, debido a que el Cabildo de Santiago reclamó el derecho a tener 12, en atención al mayor número de habitantes que el resto de las circunscripciones.

En esta elección participaron solo los hombres de las familias más importantes y acaudaladas del país, por lo que se creyó que iba a ser un grupo de ideas homogéneas. Sin embargo, no fue así. En el se manifestaron claramente tres tendencias, que fue el inicio de las ideas políticas definidas como: la realista, la moderada y la exaltada.

Antes de la ceremonia inaugural, los 42 diputados electos, se reunieron en el Palacio Presidencial y de allí se dirigieron hacia la Catedral. Después de oír misa, oficiada por fray Camilo Henríquez, prestaron juramento. Presidió la sesión Juan Antonio Ovalle Silva, que posteriormente fue confirmado como Presidente y se designó como Vicepresidente a Martín Calvo de Encalada.

En esta sesión Juan Martínez de Rozas Correa señaló las obligaciones de los diputados y declaró disuelta la Primera Junta Nacional de Gobierno, elegida el 18 de septiembre de 1810. El Congreso recibió gran parte de la autoridad gubernamental, ya que tuvo que ejercer poderes ejecutivos y judiciales, además de sus funciones propias, mientras se constituía una Junta provisoria.

Pero desde un comienzo el accionar del Congreso fue confuso, debido tanto a la falta de experiencia política como a la división que se observó en su interior entre la mayoría moderada liderada por José Miguel Infante Rojas, los exaltados, compuesta por 12 diputados, entre los que destacaban Bernardo O'Higgins Riquelme y Manuel de Salas Corbalán y los realistas, que solo reconocían al Consejo de Regencia de Cádiz, oponiéndose a cualquier medida.

Desesperados los exaltados por la inacción del Congreso, comenzaron a tramar una acción de fuerza para cambiar su fisonomía. Sin embargo, durante todo el mes de julio y los primeros días de agosto, el movimiento, por diversas razones, debió ser postergado.

Así fue que en medio de este ambiente, irrumpió en la escena política José Miguel Carrera Verdugo, quien se transformó en el nuevo líder de los exaltados y, por ende, de los sectores que propiciaban la libertad política.

El 4 de septiembre de 1811, Carrera junto a sus hermanos, Juan José y José Luis, dio un golpe militar, y derribó a la mayoría conservadora del Congreso, sin mediar resistencia armada alguna. De esta manera, los exaltados quedaron en mayoría y designaron una nueva Junta de Gobierno, que creó el Supremo Tribunal Judiciario.

Adicionalmente, ordenó levantar cementerios alrededor de las ciudades; creó la provincia de Coquimbo; oficializó las relaciones con la Junta de Buenos Aires y otorgó la libertad de vientre, la cual, declaraba la libertad de los esclavos nacidos en Chile y prohibía el ingreso de nuevos esclavos al territorio nacional.

Pero Carrera no tardó en darse cuenta de que los hombres que él había elevado al poder mediante el golpe militar del 4 de septiembre, trataban de alejarlo del gobierno, por lo tanto, y de acuerdo con sus hermanos, decidió dar un segundo golpe militar el 15 de noviembre de 1811. Finalmente, como el Congreso cortaba sus iniciativas, lo disolvió por la fuerza el 2 de diciembre de 1811.

 

 

Primera Junta de Gobierno

Fue la primera forma de autogobierno que hubo en Chile.


Efemérides

18 de septiembre: Fiestas Patrias

  1. Septiembre: el mes de la patria
  2. Los primeros intentos de independencia
  3. La fiesta chilena
  4. Diversiones dieciocheras

Imágenes

“Primera Junta”, cuadro de Nicolás Guzmán, de 1889.

“Primera Junta”, cuadro de Nicolás Guzmán, de 1889.

Francisco García Carrasco.

Francisco García Carrasco.

Invitación al Cabildo Abierto.

Invitación al Cabildo Abierto.

En la mayoría de los reinos hispanos de América se crearon Juntas de Gobierno.

En la mayoría de los reinos hispanos de América se crearon Juntas de Gobierno. En el cuadro, firma del acta de independencia de Venezuela, de Martín Tovar.

El 18 de septiembre de 1810 se efectuó un Cabildo Abierto en Santiago.
Luego de analizar cómo se debía gobernar el país tras el apresamiento del rey Fernando VII, se estableció la creación de la Primera Junta de Gobierno de Chile.
La Junta quedó integrada por: Mateo de Toro Zambrano, como presidente; el obispo de Santiago, José Antonio Martínez de Aldunate, como vicepresidente; cinco vocales, Fernando Márquez de la Plata, Juan Martínez de Rozas, Ignacio de la Carrera, Juan Enrique Rosales y el coronel Francisco Javier de Reyna, y los secretarios, José Gregorio Argomedo y Gaspar Marín.
La Junta asumió el gobierno del país desde el 18 de septiembre de 1810 hasta el 4 de julio de 1811.

Antecedentes

Los principios libertarios de la Revolución Francesa y la independencia de Estados Unidos, ocurridas a fines del siglo XVIII, fueron un importante estímulo para el sector progresista de las colonias españolas en América.
No deseaban seguir dependiendo de una Corona que desconocía los problemas y la realidad local y cuyos representantes gobernaban casi de manera autónoma, ya que las órdenes reales tardaban meses en llegar.
En 1808, el ejército francés invadió España, el rey Fernando VII fue apresado por Napoleón Bonaparte y el trono quedó en manos del hermano de este último, José Bonaparte.
Primero en España y después en América, se empezaron a formar Juntas de Gobierno, que destituyeron a las autoridades dependientes de Bonaparte y que gobernarían hasta que Fernando VII recobrara su trono.
En América, la constitución de estas juntas se convirtió en el primer paso de la lucha por la independencia.

Escenario previo

En 1808 murió el gobernador de Chile Luis Muñoz de Guzmán, y en su reemplazo se designó a Francisco García Carrasco, quien, por sus medidas, se ganó la oposición de la Real Audiencia (tribunal de justicia) y el Cabildo de Santiago (similar a una municipalidad).
La orden que más conmocionó a la aristocracia santiaguina fue el apresamiento de tres de sus más distinguidos miembros, Juan Antonio de Ovalle, José Antonio Rojas y Bernardo Vera Pintado, acusados de sedición.
Temiendo un motín, la Real Audiencia solicitó la renuncia a García Carrasco (16 de julio de 1810) y nombró gobernador interino a Mateo de Toro Zambrano, por ser el militar de mayor graduación.

El cabildo abierto

Accediendo a la presión patriota, Toro Zambrano convocó a un Cabildo Abierto para el 18 de septiembre.
A la reunión, a la que asistieron alrededor de 450 personas, no se invitó a los realistas (liderados por la Real Audiencia). Además, para evitar cualquier levantamiento opositor, se apostó a la milicia en las calles aledañas.
La sesión comenzó con la intervención de Toro Zambrano, quien renunció a su cargo de gobernador. Después, el secretario José Gregorio Argomedo indicó la necesidad de determinar lo que se haría con el gobierno, y el procurador del cabildo, José Miguel Infante, sugirió que, al igual que en España, se podía crear una junta para resolver los asuntos políticos y administrativos locales, en ausencia del rey.
Al concluir su discurso, los asistentes pidieron en voz alta la organización de una junta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Chile Una Colonia Alemana...

Chile Una Colonia Alemana...

Un tema que pareciera nadie lo ha trabajado con la profundidad necesaria.

En el año 1848,, llegaban al sur los primeros colonos alemanes "sus mujeres agradecían a Dios, haberlos librados de la PATRIA ALEMANA" el Hambre el despotismo, el desprecio por Valores humanos mínimos (La Basura es mas cara que los Hombres decía el primer multimillonario Hamburges, al comenzar la revolución industrial)el apego y servilismo- Prusianos guardias Pretorianas de las cortes reales - kaiser y su la cultura de la muerte "obligaban a las familias de todos los diferentes contornos del REICH a abandonarlo", era la clase trabajadora, los artesanos dejados de lado por la industrialización, más tarde llegaron, ya no a pulso propio los "VON", la nobleza abatida por la historia,  con planes de integración desarrollados por el estado chileno, un sueño seria por estos días de Exiliados y emigrantes, 2.500.000 mt/2 por colono más créditos a 30 años más subvención por el equivalente a 1 1/2 de un sueldo se un funcionario publico grado medio alto, cuanto seria eso hoy en día al equivalente en cualquier país Europeo, así partió la COLONISACION de nuestro chile que solo existen nuestra fantasía inocente, incrédula de tantos horrores ajenos a nuestra cultura a nuestra pregnada por la generocidad de  la Raza.

El 1881 se destacaba el primer Alemán "ADOLF HÖLLER", algo así como Adolfo del Infierno matando chilenos del sur "INDIOS", su desprecio intrínseco traído de su PATRIA, se desataba, desde aquella época, cuando se habla de la revolución del 81, aparecen la influencia Germana, que no para en nuestra Historia no escrita por nadie hasta hoy. Matando chilenos al servicio de las clases criollas que sueñan ser como las Europeas, no como los Indios - los rotos, las mismas que en los 70 con cacerolas marchan con el "chicho", cuando se escriba la historia de verdad, se vera la influencia de esta casta..Quien a revisado el apellido de los generales del Golpe...Sergio A.STARK - A.LUTZ - para una muestra solo un botón, muchos esconden sus raíces en el segundo apellido, si miran veran que son muchos y los determinantes.

Todos los grandes problemas de desarrollos, topan con una legislación que coarta el desarrollo de l pueblo,  su constitución es la madre de la EXCLUCION, y esta es hija de los Alemanes su padre "DIETER BLUMENWITZ", guru de GUZMAN + I.MATTE L.; Protector jurídico de COLONIA DIGNIDAD en ALEMANIA, por mas de 20 años detuvo el Proceso de Amnistía Internacional contra esta, (ver CEP-PORTAL = Dieter Blumenwitz i sus  teorías sobre un Estado moderno...el mismo Protector de la avanzada de la Gestapo en chile COLONIA DIGNIDAD  acaso no trabajaron con- WALTER RAUFF, camiones de la muerte-,,acaso no dejaron salir de chile a los traficantes de armas SCHREIBER, y son hoy pedidos por chile para su extradición, que farza, acaso no se sabe en todo el mundo que ALEMANIA, no extradita a nadie, pero lo mejor viene .... la prensa chilena y Tv alemana, informaran sobre la compra de  "BOMBAS ATOMICAS POR PARTE DEL GENERAL BRADY  en LONDRES  EN LA SEGUNDA PARTE DE LOS AÑOS 90...no es esta la cultura de la muerte que se nos quieren IMPONER QUE NOS DOBLEMOS, esta es la constitución que fue el verdadero motivo del Golpe,,preparar las condiciones Legales para ROBARSE CHILE,  por los hoy llamados  GENIOS DE LA GLOBALIZACION del país con el mayor numero de tratados internacionales de libre comercio, con mayor seguridad de investición, pero con mayor desigualdad de repartion de ingresos del mundo -PROGRESISTA-...