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¿Está resuelta la segunda vuelta?

¿Está resuelta la segunda vuelta?

Enviado por ALERTA CIPER contacto@ciperchile.cl

 *Por Genaro Arriagada | 15 de Diciembre de 2009

La caza de votos ya partió. Un millón de sufragios separa a Sebastián Piñera de Eduardo Frei, pero tanto la derecha como el oficialismo -en muy distinta cantidad- requieren sumar si quieren llegar a La Moneda. Un clima triunfalista se ha expandido entre los partidarios de Sebastián Piñera, mientras que en el comando de Eduardo Frei, entre otros movimientos, se apela a los matemáticos para un juego de ajedrez incierto. Frente a la encrucijada inédita que plantea la segunda vuelta de esta quinta elección presidencial desde la recuperación de la democracia, el cientista político Genaro Arriagada analiza los resultados del domingo pasado y hace una radiografía de los desafíos que ellos plantean para ambos candidatos.

EL SORPRENDENTE MAL DESEMPEÑO DE LA CONCERTACIÓN.

La candidatura presidencial de la Concertación obtuvo una magra votación, no obstante factores que normalmente deberían haber apuntado a un resultado mucho mejor. Entre los principales, el representar la continuidad de una Presidenta que tiene un 80% de aprobación y de un gobierno con más de un 65% de los ciudadanos que respaldan su buen desempeño. Aún sus más enconados adversarios reconocen que la Concertación representa veinte años de enorme progreso en casi todos los campos.

A ello hay que agregar que el electorado chileno muestra una enorme estabilidad en su afección a dos grandes coaliciones, haciendo que sus votaciones hayan variado muy poco en dos décadas, de modo que, cualquiera fuera su candidato, un piso en torno al 45% parecía probable.

 Contrariando esas razones, la candidatura concertacionista obtuvo un 29% de los sufragios. La gran pregunta es: ¿por qué tan baja votación?

De partida, la razón no está en que la derecha, su sempiterna adversaria, haya presentado un proyecto atractivo, una gran campaña o un nuevo y motivador sueño de país. Lo prueba el que no obstante la baja de Frei, mantuvo la misma votación de siempre: el 44% de Piñera es el resultado más bajo de ese sector en las tres últimas primeras vueltas presidenciales (47,5% de Lavín en 1999; 48,6% la suma de Lavín y Piñera en 2005). Por tanto, referido a elecciones anteriores, ni uno solo de los 14 puntos de diferencia los explica el éxito de Piñera, sino que todos son endosables a la caída de Frei.

La baja de Frei tampoco la explica el surgimiento de una alternativa a su izquierda, pues Arrate -no obstante su buena campaña- obtuvo el voto levemente mejorado que tradicionalmente ha obtenido la llamada "izquierda extra parlamentaria" (un 6,2% que se compara con un 4,7% de Pizarro en 1993 y un 5,4% de Hirsch en 2005).

CANSANCIO Y HASTÍO.

El mal desempeño del oficialismo en la primera vuelta se explica por factores que vienen de su interior y de las fuerzas que lo componen. Entenderlo es necesario para advertir las estrategias entre la primera y la segunda vuelta.

El primero de esos factores es la propia candidatura de ME-O, un fenómeno nacido del interior de la Concertación, sin que hasta ahora haya roto radicalmente con ella. No sólo se trata de que ME-O fuera un diputado socialista, su padre un senador de ese mismo partido y su entorno de izquierda. Lo importante es que su movimiento no significó, como la derecha, un proyecto alternativo, sino más bien una forma de protesta que, surgida de las entrañas del oficialismo, quiso expresar el hastío y el cansancio con una coalición que al cabo de 20 años se muestra desgastada y carente de renovación. 

La candidatura de ME-O no logró proyectar ni una ideología ni un proyecto ni un programa ni equipos de gobierno alternativos. Fue la expresión de un malestar acumulado en dos décadas. No fue particularmente agresiva ni encarnó "el voto bronca" del que hablan los argentinos. Frente a la Concertación, su grito no fue "¡Váyanse!", sino un relativamente cortés "¡Está bien, pero es suficiente!". Una protesta no radical sino light. Un malestar que no era tan profundo como para ir a apoyar a la derecha o a la izquierda radical, pero suficiente para no votar por la Concertación. Un castigo pero no una repulsa.

Porque ésta fue su naturaleza es entendible que, no obstante el notable 20% obtenido por ME-O, no haya elegido un solo diputado. Y es también su naturaleza protestataria lo que le hace imposible apoyar a Piñera en la segunda vuelta o incluso a Eduardo Frei. Lo primero la haría estallar en pedazos; lo segundo, sería la renuncia a un rol futuro como movimiento... si es que efectivamente va a tener alguno.

El otro factor que explica el mal desempeño de la candidatura concertacionista son los errores en su comando. Entre ellos, el predominio de criterios publicitarios por sobre los políticos, la ausencia de un jefe de campaña, la presencia en su interior de una multiplicidad de actores ("rostros", voceros, "Océanos Azules", "Montañas Blancas", publicistas y comentaristas de la propia campaña, etc.), todo lo cual creó la imagen de un comando sumido en la pelea menor, ajeno a los temas y asuntos sustantivos que importan al país y a las personas, arrastrado a luchas de poder e intrigas.

A ello se agrega la baja consideración por los partidos que desde esa instancia se proyectó. Una imprudencia. Porque como lo probó la primera vuelta, ellos tenían más fuerza que la propia candidatura: mientras el candidato obtuvo el 29,62 %; las listas parlamentarias de sus partidos sumaron 44,4%; esto es 14,8 puntos porcentuales más.

¿CUAL ES EL TECHO DE LA CANDIDATURA DE DERECHA?

Los errores de la candidatura oficialista no deben ni pueden ocultar las graves limitaciones de su adversaria. El resultado característico de las democracias es que las votaciones de gobierno y oposición son un juego de suma cero -lo que sube una equivale a lo que baja la otra-, aquí no se dio. Si bien la candidatura de gobierno bajó fuerte, la de la oposición no creció.

En ese contexto, para Piñera sería peligroso actuar como si su campaña se hubiera caracterizado por el buen desempeño y el carisma. Subieron sus partidos, pues la Alianza aumentó su votación de diputados en casi cinco puntos entre 2005 y 2009 (del 38,7% al 43,4%), lo que no es poco. Pero la candidatura presidencial, entre esos mismos años, bajó 4,6 puntos porcentuales.

No haber crecido es grave; pero haber topado techo es fatal. Hay quiénes sostienen que la candidatura de derecha difícilmente subirá los 5,5 puntos que le restan para ganar en segunda vuelta; que tiene un techo por debajo de ese nivel.

Quienes adhieren a esta idea aducen que la votación parlamentaria de la Alianza es la misma que la de su candidato, un indicador de que no tiene a dónde acudir en busca de más votos. Refuerzan su argumento diciendo que su único aliado parlamentario, "Chile Primero", creado por Fernando Flores y Jorge Schaulsohn, obtuvo apenas un 0,26% de apoyo, esto es apenas 17.250 votos. Un aporte escuálido.

¿PODRÁ FREI CRECER 21 PUNTOS?

Decir que Piñera tiene un techo bajo el 50%, equivale a afirmar que Frei va a subir 21 puntos de aquí al 17 de enero. ¿Cuál es la razón para tal optimismo? Volviendo a la aritmética, los defensores de esta idea exponen los siguientes argumentos. Primero: al 29,3% de Frei se debe agregar el 90% de la votación de Arrate, esto es 5,6 puntos, lo que lleva su votación al 35,2%. Y segundo, si Frei conquista tres de cada cuatro personas que sufragaron por ME-O, vale decir 15 de sus veinte puntos, lo lleva a un 50,2%.

Como la aritmética electoral da para todo, los partidarios de Piñera retrucan diciendo que si su candidato obtuviera uno de cada tres votantes que respaldaron a ME-O en la primera vuelta, entonces su triunfo estaría asegurado: tendría los 6,6 puntos porcentuales que lo llevarían a La Moneda.

No cabe duda que el electorado que votó por ME-O es más proclive a Frei que a Piñera. Sobre eso no hay dos opiniones. Pero el asunto es saber cuánto lo es. Dicho con un poco de humor negro, si Piñera obtiene uno de cada tres votos de ME-O, será Presidente por seis décimas; si Frei consigue tres de cuatro de esos votos, será Presidente por dos décimas. No debe haber sido distinto el análisis que llevó a David Gallagher a consignar en su artículo sobre "El Piñerazo", publicado ayer en el El Mercurio, que "no hay duda que la elección (en segunda vuelta) será muy estrecha".

Pero, los ejercicios simples de cifras tienen el inconveniente de no considerar elementos cualitativos que son importantes y, a veces, decisivos. A favor de Piñera jugará "la imagen de triunfo" que le dan sus 14 puntos de ventaja, lo que podría volcar a muchos electores a su favor. En beneficio de Frei jugará el temor a un gobierno de derecha que gane por un margen electoral pequeño, pero que, afirmado en el poder del dinero, su predominio en los medios de comunicación y en una clase empresarial económicamente eficiente pero políticamente conservadora, pueda conducir a un poder excesivo, con "muchos checks" y "pocos balances" (*).

(*) Nota del Editor: Un juego de palabras: "checks and balances" -"frenos y contrapesos" en español- es casi la definición de un Estado de Derecho. Aquí, sin embargo, la palabra "check" alude a cheque, esto es dinero, que reduce los equilibrios ("balances") de poder.

 

Tohá señala que Enríquez-Ominami representa las mismas ideas democráticas y progresistas que Frei

Tohá señala que Enríquez-Ominami representa las mismas ideas democráticas y progresistas que Frei

Martes 15 Diciembre 2009 | 13:28

Publicado por Felipe Delgado • La información es de Luna Rosenmann 

Radio BIO BIO

Ya alejada de La Moneda, la ex ministra secretaria general de Gobierno, Carolina Tohá, comenzó a trazar las líneas de estos 30 días de trabajo que tendrá para intentar que Eduardo Frei sea una vez más el Presidente de Chile.

Y parece indiscutible que la única manera que tiene de lograrlo es conquistando por los menos las 3/4 partes del 20,13% de los votos que obtuvo el candidato independiente Marco Enríquez-Ominami.

Por lo menos así lo reconoció en una entrevista con La Radio, en la cual la nueva jefa de campaña del candidato oficialista, dijo que Enríquez-Ominami representa las mismas ideas democráticas y progresistas que Frei.

En cuanto a la posibilidad de pedirle la renuncia a todos los presidentes de los 4 partidos de la Concertación, a la que el timonel del PPD ya accedió y que se cree podría ayudar a un acercamiento con el independiente, Tohá aclaró que ese no es uno de sus objetivos.

Además, anunció que durante el lanzamiento de la campaña para la segunda vuelta se conocerán nuevos rostros.

Ampliar universo de votos, objetivo de Tohá como jefa del comando

Ampliar universo de votos, objetivo de Tohá como jefa del comando
Por Richard Miranda V./La Nación

Representamos algo que en la sociedad tiene mayoría y tenemos que lograr que esa enorme cantidad de ciudadanas y ciudadanos se sientan acogidos, apoyados y escuchados”, manifestó la ex ministra. El candidato reiteró llamado a progresistas y demócratas.

Martes 15 de diciembre de 2009

Foto: En el Hotel Plaza San Francisco se produjo la presentación de Carolina Tohá como jefa del equipo de Eduardo Frei. Foto: Jorge Fuica.

Con la misión de generar una estrategia destinada a ampliar el universo de convocatoria de la Concertación para la segunda vuelta, desembarcó ayer en el comando de Eduardo Fre la ex diputada y ex ministra Carolina Tohá (PPD), después de decidir dejar su puesto de vocera de gobierno de la administración de la Presidenta Michelle Bachelet.

Tohá llegó al comando freísta con “poderes absolutos”, para reestructurar tanto estrategias como equipos de trabajo.

Más allá de eso, hace tiempo que dentro del equipo de Frei, en La Moneda y entre personeros de la Concertación, se veía que Tohá podía aportar la imagen de rostro joven, de desempeño exitoso y con poder de convocatoria, teniendo como currículum su reconocida empatía con la ciudadanía, lo cual se ha reflejado en las encuestas de opinión pública, donde aparece como una de las ministras mejor evaluadas por la gente.

Luego de que la ex ministra fue presentada como nueva jefa del comando, siendo largamente aplaudida por un grupo integrantes de Mujeres por Frei, el abanderado concertacionista definió el proceso de segunda vuelta como una “cruzada sin pausa” y advirtió que esta es una etapa “absolutamente distinta” a la primera vuelta.

“Es una etapa difícil, pero no tengo la menor duda que el 17 de enero la ciudadanía optará si quiere ir por el camino de más oportunidades y de justicia social, que ha encabezado Michelle Bachelet, o el rumbo incierto del poder del dinero y los negocios mal relacionados con la política”, sostuvo Frei.

Destacó que esta etapa, su comando la enfrenta con nuevas energías, ánimo, coraje y nuevo equipo.

Desde esa perspectiva, es que considera que la incorporación de Carolina Tohá a su equipo es una “señal potente”.

Haciendo una breve reseña de la vida personal y política de la ex ministra, recordando que fue dirigente estudiantil, luego representó las ideas progresistas en el Parlamento y finalmente se desempeñó en “forma brillante” como ministra de Estado.

De paso, Frei agradeció a la Presidenta Bachelet por aceptar la renuncia de su ministra para que se pudiera incorporar al comando.

LA TAREA DE TOHÁ

En sus primeras palabras de agradecimientos a Frei por dejarla a la cabeza de su comando, Tohá se encargó de marcar una clara diferencia con la derecha.

Destacó que en esta elección presidencial quedó establecida una mayoría de personas que comparten “valores progresistas y democráticos”.

“Nosotros hemos sido demócratas cuando no había democracia, hemos estado por separar el servicio público de los negocios y, hasta la fecha, el candidato de la derecha no ha vendido ni una sola acción”, dijo la jefa del comando.

Agregó que la Concertación también defendió la protección social cuando nadie se refería al tema y ha optado por la regulación del mercado y la defensa del consumidor.

“De manera que representamos algo que en la sociedad tiene una mayoría y tenemos que lograr que en esta campaña, toda esa enorme cantidad de ciudadanos y ciudadanas que comparten nuestras ideas, se sientan acogidos, apoyados y escuchados en la candidatura de Eduardo Frei”, planteó Tohá, enfatizando que durante estas semanas trabajarán para cautivar confianzas ciudadanas.

RENUEVA INVITACIÓN

En tanto Eduardo Frei volvió a convocar al electorado en torno de su candidatura y del programa que impulsa la Concertación.

“A este proyecto quiero invitarlos a todos, a los que votaron por mí y a los que no votaron por mí”, indicó el candidato.

Agregó que “aquí abrimos los brazos para que todos se incorporen, las fuerzas democráticas y progresistas aquí tienen un espacio para señalar el 17 de enero cuál es el Chile que desean construir”.

NUEVO EQUIPO, “NUEVAS SORPRESAS”

Carolina Tohá tuvo ayer un agitado día de reuniones en el Hotel Plaza San Francisco. Sostuvo un maratónico encuentro con el comité estratégico, liderado por Jorge Pizarro, y después se reunió con los jefes de partidos de la Concertación.

En ambas ocasiones la ex ministra habría colocado los “acentos” que desea priorizar en la segunda vuelta, bajo la premisa de “sumar y no restar”.

Aunque no se termina de estructurar todo el nuevo equipo, ya trabajan integrantes como Ricardo Solari (PS) y Juan Carvajal (PS), que asumirá un papel central en comunicaciones y prensa.

Sobre la permanencia de Pablo Halpern, Tohá confirmó en Radio Bío-Bío que su retiro ya se había producido antes de la llegada de ella al comando. En el grupo siguen en una labor destacada Belisario Velasco y Jorge Pizarro y tienen mayor participación como parte del comité estratégico, Gutenberg Martínez y Enrique Correa.

Eduardo Frei se encargó de dejar en suspenso nuevas incorporaciones señalando que “luego habrá nuevas sorpresas”.

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SUPERO EN CASI DIEZ PUNTOS SU VOTACION DEL 2005

SUPERO EN CASI DIEZ PUNTOS SU VOTACION DEL 2005

Diputada Goic obtuvo la primera mayoría

- "Siempre creí que sería reelecta, pero no esperaba un triunfo tan contundente", afirmó.

Por Constanza Poblete La Prensa Austral

Cpoblete@laprensaaustral.cl

Muchas personas y algunas encuestas aseguraban que la diputada DC, Carolina Goic, bajaría la votación obtenida en las elecciones del año 2005, sin embargo, ese escenario no se dio.

Al contrario, Goic resultó reelecta con el 33,9% de los votos, lo que equivale a 22.046 sufragios. Este porcentaje la convirtió en la primera mayoría regional, superando en casi diez puntos porcentuales la tasa de 24,61% de diciembre de 2005. Ayer fue una tarde de festejos. La diputada reelecta celebró el triunfo junto a su familia, compañeros de partido y simpatizantes en una caravana que recorrió el centro de Punta Arenas, para culminar en la Plaza de Armas.

Bajo el monumento del indio patagónico, Goic se dio el tiempo para comentar su hazaña electoral. En su primera impresión dijo sentirse feliz, contenta y muy agradecida por el respaldo que tuvo su candidatura. "Yo siempre creí que sería reelecta, pero no esperaba un triunfo tan contundente. Esto sólo hace que me comprometa aún más, para trabajar con más fuerza por Magallanes y, sin duda, ese espacio que hemos ganado para trabajar por esta tierra, hoy se consolida. El triunfo no sólo es mío, sino de muchas personas que han estado detrás de mi gestión", manifestó Goic.

Respecto a compartir en el Congreso con el independiente Miodrag Marinovic, Goic dijo que, si bien hay muchas diferencias políticas, espera seguir trabajando en los temas de la región, como lo hizo con el diputado Rodrigo Alvarez.

"Ojalá que lo que hemos visto lamentablemente en estos últimos días de campaña no se repita en el trabajo, que seamos capaces de trabajar en conjunto, porque, finalmente, lo que está en juego es Magallanes y su gente. En eso creo que he dado muestras de mi estilo de trabajo, de la capacidad de incluir, de dialogar y valorar el aporte que hagan todas las personas en esta tierra", afirmó la diputada.

Goic lamentó que Ana María Díaz no resultara electa. "Me hubiese encantado un doblaje, creo que yo he hecho todo lo que he podido y las cifras lo reflejan, pero no fue posible. Parte del desafío es sumar fuerzas como Concertación para la campaña presidencial".

 

 

Elecciones en Magallanes

Elecciones en Magallanes

Piñera ganó y Marinovic quebró el sistema binominal

- Las regiones de Magallanes y Tarapacá fueron las únicas en las que Marco Enríquez-Ominami superó en votación a Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

Por Elia Simeone R. La Prensa Austral

esimeone@laprensaaustral.cl

Aunque sólo representa el 1,2% de la votación nacional, Magallanes quedó ayer en los registros de la historia electoral porque fue, junto con Arica y Parinacota, la única zona donde el candidato díscolo Marco Enríquez-Ominami superó en votación al abanderado presidencial oficialista, Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

Escrutados el 98% de los votos y, siendo 68.628 de ellos válidamente emitidos, Meo obtuvo 17.628 adhesiones (25,68%) y Frei, 16.488 sufragios (24,02%).

Otro hito magallánico lo marcó el independiente Miodrag Marinovic, quien logró quebrar el sistema binominal, sepultando contundentemente a los partidos de la Alianza. Según el último cómputo oficial entregado pasadas las 23 horas por el gobierno, el empresario concitaba 17.185 adhesiones y se quedó con la segunda mayoría (26,50%), luego de la diputada DC, Carolina Goic, que tuvo 22.046 votos (33,99%).

Estos cómputos consideraban 64.848 votos válidamente emitidos en la región.

En la primera vuelta presidencial, el candidato de la Coalición por el Cambio, Sebastián Piñera, obtuvo, al igual que en el resto del país, la primera mayoría electoral, al imponerse por 30.210 votos (44,01%).

En la elección presidencial pasada, la sumatoria de los dos candidatos de la Alianza, el Udi Joaquín Lavín y el propio Piñera, fue levemente superior, siendo 30.801 votos (44,42%).

En las diputacionales, la reelecta Carolina Goic superó, con creces, la adhesión que tuvo hace cuatro años, que llegó a los 17.766 sufragios (24,61%), aumentando casi diez puntos porcentuales su participación en el electorado tras cuatro años de ejercicio parlamentario.

Marinovic también aumentó significativamente las preferencias ciudadanas que obtuvo respecto de hace cuatro años, cuando no logró superar el sistema binominal. En diciembre de 2005, el empresario concitó 14.776 votos (20,47%), siendo desplazado por los 16.848 respaldos de la lista de la centro-derecha (23,34%).

La gran perdedora fue la Alianza, la cual se vio superada por Marinovic y, hasta anoche, tenía una doble derrota: la pérdida del cupo parlamentario en Magallanes y la de su hasta ahora diputado, el Udi Rodrigo Alvarez, quien era superado por su compañera de lista, la RN Marcela Sabat, en el distrito 21.

Otro revés electoral de proyecciones fue el sufrido por la compañera de la lista de la diputada Goic, la ex gobernadora Ana María Díaz. La PS sacaba hasta anoche magros 4.778 votos (7,36%), imprimiendo un gran rayón a la Nueva Izquierda que lidera en la zona el senador Pedro Muñoz.

 

 

En Chile ya no le tienen miedo a la derecha

En Chile ya no le tienen miedo a la derecha

"En Chile ya no le tienen miedo a la derecha"

 Foto: Elecciones en Chile

Que en las elecciones de Chile haya obtenido el primer lugar el candidato de la derecha llama la atención al otro lado del océano. ¿A qué se debe? ¿Qué cambiaría un ascenso de la derecha después de años de Concertación?

"Equilibrismo entre dictadura y democracia",  tituló la radio alemana Deutschlandfunk la emisión con la que recordó -un día después de las elecciones en Chile de las que salió a la cabeza el conservador Sebastián Piñera- que hace justo 20 años un pacto entre la coalición de centro-izquierda y los militares "creó unas condiciones para reestablecer la democracia en el país que le han traído una estabilidad poco común". 

A veinte años del No

En 1988, después de 15 años en el poder, el entonces dictador Augusto Pinochet pretendía legitimar su mandato con un referéndum. El No ganó; y a pesar de que Pinochet no quería dar su brazo a torcer, "al sector empresarial que había sacado provecho de su sistema económico neoliberal le parecía más oportuno crear condiciones democráticas. Se ofrece entonces una unión de partidos que promete cuidar de sus intereses: la Concertación, una alianza de cristianodemócratas y socialdemócratas. El 14 de diciembre de 1989 ésta gana con el 55 por ciento las elecciones. Aunque hubo un gobierno de centro-izquierda democráticamente elegido, los militares y los magnates seguían con el poder en las manos. Sólo en algo no había duda: en el sistema económico, la receta chilena del éxito. Hoy -20 años después- este acto de equilibrismo entre la dictadura y la democracia parece haber sido un logro", dice Deutschlandfunk.

El millonario llama la atención

En las elecciones de 2009, el "millonario e inversionista Sebastián Piñera ha ganado la primera vuelta electoral con 44 por ciento de los votos", dice el rotativo económico Handelsblatt y detalla: "Piñera con una fortuna estimada en 1.500 millones de dólares es el cuarto hombre más rico de Chile. A pesar de llevar una delantera de 14 puntos al ex presidente Frei, el triunfo de Piñera el 17 de enero no está seguro. Los candidatos de izquierda Marco Enríquez-Ominami y Jorge Arrate han logrado un 25 por ciento de los votos; es decir, que los candidatos de centro-izquierda e izquierda tienen juntos un 55 por ciento de los votos. Decisivo para la segunda vuelta será si los electores de Enríquez-Ominami se decantan por Frei, el candidato de la Concertación".

¿Cambios se avecinan?

Un cambio radical en la política chilena, gane quien gane en la segunda vuelta, no se espera dicen analistas alemanes. "La campaña electoral no estuvo orientada a los contenidos, las consignas de la campaña de ambos fueron similares; a los electores no les fue fácil detectar diferencias programáticas entre Piñera y Frei", dice a Deutsche Welle Hilmar Ruminski, encargado de proyectos de la Fundación Friedrich Ebert en América Latina. Es decir, que la derecha lleve la delantera, podría verse "como un voto en contra de la Concertación", dice Ruminski.  Al desgaste de 20 años se suman las mismas tensiones internas de la Concertación que llevaron a Enríquez-Ominami  a separarse de ella y a declarar: "la concertación es de ayer".

"La mayoría de los electores quiere un cambio", analiza Ruminski y puntualiza: "En Chile ya no le  tienen miedo a la derecha. Ésta no es la derecha que hace décadas sacó al presidente Allende con un golpe de Estado. Ésta es una derecha civilizada.

Respetar acuerdos 

Y aunque, programáticamente, nadie tiene una idea clara de lo que haría Sebastián Piñera en caso de ganar en la segunda vuelta, hay que tener en cuenta que Chile tiene obligaciones en política exterior, muchos acuerdos comerciales cerrados durante las últimas dos décadas. Y Sebastián Piñera no cambiaría nada de eso; la política comercial de los diferentes gobiernos chilenos en los últimos 20 años están es su línea. Las relaciones de Chile con Mercosur, en mi opinión, tampoco cambiarán", dice Ruminski.

Sin embargo, quien gane la segunda vuelta del 17 de enero, se enfrentará al gran desafío del abismo entre ricos y pobres, porque, como puntualiza el analista de la Fundación Ebert, "si bien en las últimas décadas la pobreza ha disminuido, el desequilibrio social se ha hecho más grande".

Cambios en los ejes

Un cambio de curso sí podría haber en la política exterior, así el Frankfurter Allgemeine Zeitung, en caso de ganar Piñera: un acercamiento a Colombia y a Estados Unidos y un distanciamiento de Venezuela, Bolivia y Ecuador sería probable.

Ruminski, por su parte puntualiza: "Aunque la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, no se ha solidarizado incondicionalmente con esos gobiernos, sí creo que con Piñera habría mayor distanciamiento. Esto se sentirá probablemente en la Organización de Estados Americanos. En el caso del depuesto presidente Manuel Zelaya, de haber estado Piñera en ese momento, la postura de Chile habría sido diferente".

Autora: Mirra Banchón

Editor: José Ospina-Valencia

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Elecciones en Chile: ¿un giro a la derecha?

Elecciones en Chile: ¿un giro a la derecha?

 Foto: Los sondeos le dan la ventaja en primera vuelta al derechista Sebastián Piñera

La convocatoria a las urnas en Chile el 13 de diciembre tiene gran eco en los medios europeos. Se cuenta con un gran avance de la derecha y también con que habrá una segunda vuelta.

Los chilenos acuden el 13 de diciembre a las urnas para elegir a un nuevo presidente. Los principales postulantes son el empresario conservador Sabastián Piñera (Alianza por Chile); el ex presidente Eduardo Frei, del bloque gobernante (Concertación); y Marco Enríquez-Ominami (independiente de izquierda). 

Las encuestas indican que el 13 de diciembre ninguno va a lograr la mayoría necesaria -el 50 por ciento más uno de los sufragios-, por lo que la elección se definirá en una segunda vuelta programada para el 17 de enero del 2010, en las elecciones probablemente más reñidas en 20 años de gobiernos democráticos de la coalición de centroizquierda, la Concertación.

Los candidatos

Foto: El ex presidente Eduardo Frei, candidato por la Concertación

Los candidatos con mayores mencione, según los sondeos, Piñera y Frei, continuarían con las políticas fiscales que han hecho de Chile uno de los países más estables de la región. Mientras Piñera plantea poner más énfasis en el sector privado para promover el empleo y el crecimiento económico, Frei ha enfatizado el papel del Estado y una continuidad de las políticas de la popular Michelle Bachelet, la actual presidenta.

Foto: Marco Enríquez-Ominami, candidato de izquierda, independiente

El independiente de izquierda Marco Enríquez-Ominami es un disidente de la coalición en el poder que quiere una mayor participación del Estado en temas de salud, educación, transportes y seguridad social.

Cambios en política exterior

"En Chile se cuenta con un giro a la derecha", titula el semanario alemán Die Zeit en su versión digital y analiza: "Un cambio de gobierno no traería cambios dramáticos para la política económica y social del país, pues la Concertación también llevó una política  relativamente conservadora y confiada en las fuerzas del mercado. En política externa, en caso de ganar Piñera, se esperaría más bien un alejamiento de los gobiernos de izquierda como los de Venezuela y Bolivia y una mejoría de las relaciones con el gobierno conservador de Colombia y sobre todo con Estados Unidos".

Foto: Sebastian Piñera, candidato presidencial conservador (drcha), con su esposa, Cecilia Morel, y otros miembros de su familia

El Berlusconi chileno

"El Berlusconi de Chile quiere ser presidente", dice el diario conservador Basler Zeitung, de Suiza, y explica: "A sus enemigos políticos les gusta compararlo con Silvio Berlusconi y advierten que Piñera como presidente, al igual que el primer ministro italiano, daría prioridad a sus negocios privados y no al bienestar común [...] Es difícil de calcular si Piñera, con su credo liberal, logrará captar muchos votos del centro político. Más cunde el argumento de que ha llegado la hora de un cambio de poder democrático. El balance de la Concertación es bastante bueno: un continuo crecimiento económico, una inflación muy baja y una reducción del 50 por ciento de la pobreza. Sin embargo, muchos problemas han quedado sin resolver. Chile sigue estando entre los países con una desigualdad extrema en el reparto de la riqueza". 

El interesante segundo puesto

"Los herederos de Pinochet están a punto de tomar el poder", afirma el diario de izquierda poscomunista Neues Deutschland y aclara: "Por quinta vez desde el golpe militar de 1973, los chilenos acuden a las urnas para elegir a su nuevo presidente. Aunque todavía hay muchas interrogantes, la mayoría de las encuestas dan un gran margen de ventaja a la coalición de partidos de la derechista Alianza por Chile. Aunque nadie cree que obtenga la mayoría absoluta.

La pregunta más interesante no es quién se lleve la mayoría de los votos este domingo, sino quién logre el segundo lugar. Por ese puesto se pelean un experimentado político, que fue presidente ya una vez hace diez años, y un hasta hace poco desconocido con una biografía inusual para un político chileno [...] Enríquez-Ominami es poco convencional, se define como progresista y representa una nueva generación en el paisaje político de Chile".

Autora: Mirra Banchón

Editor: Pablo Kummetz

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El tiro por la culata

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La Nación Domingo

Por Pamela Gutiérrez

La llamada “familia militar”, hoy compuesta por 67.000 militares en servicio activo y unos 102.000 retirados, ya no representa a un sector político determinado, como ocurría en tiempos de Pinochet. Y la reunión de Piñera con los uniformados en retiro le trajo como consecuencia ser cuestionado en el debate presidencial del pasado lunes.

Domingo 22 de noviembre de 2009

Es el candidato que ha entregado una solución, en consecuencia yo creo que tendrá una gran votación del mundo militar”, planteó esta semana el general (R) Rafael Villarroel en CNN, a propósito de la reunión que sostuvo el candidato de la derecha, Sebastián Piñera, con 500 militares en retiro, donde planteó un “compromiso off the record” -en palabras del general (R) Sergio Contardo-, referido a la “aplicación durante su gobierno de la justicia cabal de un Estado de derecho (…) a nuestros prisioneros encarcelados y a los cientos de encausados por la defensa nacional, en retiro, arrastrados a interminables juicios de derechos humanos, situación que él reconoce como arbitraria, ilegal e injusta y motivo que atenta contra la necesaria paz y reconciliación nacional”.

Dicho compromiso puso en aprietos al candidato de la derecha, ya que tuvo que responder en varias oportunidades sobre este tema en el debate del pasado lunes. Los militares agrupados en Chile Mi Patria también dieron pie atrás: el compromiso off the record de Piñera fue eliminado de la página web el pasado 18 de noviembre. Y ni una mención existe a la reunión con los militares en retiro ni con las propuestas previsionales hacia este sector en la página www.pinera2010. Incluso LND se contactó con el comando, inquiriendo sobre la ausencia de este aspecto.

¿A qué se refiere el general (R) Villarroel con la “votación del mundo militar”?

Según el Ministerio de Defensa, actualmente existen 67.000 efectivos en las tres ramas de las FFAA. Esta cifra es una baja de 18 mil integrantes respecto de 1998, producto del plan de modernización impulsado por el Estado desde la década del 90 (ver infografía). A eso hay que agregar 178.183 integrantes del sector pasivo, correspondiente a pensionados y cargas familiares, según cifras del Caja de Previsión de la Defensa Nacional (Capredena).

Las sorpresas del voto militar

Aunque el voto es secreto, la Villa Las Estrellas en la Antártica, donde sus habitantes son principalmente funcionarios de la FACh, puede ser un indicador de la evolución de este sufragio. En las elecciones presidenciales del ’89, Hernán Büchi arrasó con un 86,67%, versus un 6,67% de Patricio Aylwin. En las elecciones del ’93, año del “boinazo”, el ganador en la Antártica fue el candidato de la derecha, Arturo Alessandri Besa, con un 35,71% de los sufragios; José Piñera, ex ministro del Trabajo de la dictadura, obtuvo 27,14%, muy superior al promedio nacional de 6,18%. Frei perdió acá con un 31,43% de votos.

En el ’99, Lavín fue el candidato ganador de la Villa Las Estrellas, con un 77,36% de los sufragios, con Pinochet aún detenido en Londres. Pero en el 2005, en primera vuelta, el candidato ganador fue Tomás Hirsch (Partido Humanista) con un 33,96%, superando a Sebastián Piñera que obtuvo un 28,3%, el 22,64% de Bachelet y el 15,09% de Joaquín Lavín. Piñera le ganó acá a Michelle Bachelet con un 61,54% en segunda vuelta.

En 20 años de democracia, las Fuerzas Armadas ya no son las mismas. Desde el punto de vista político, el experto en temas de defensa y director del Instituto de Ciencias Sociales (ICSO) de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes, explica que “al inicio de la transición era posible identificar una fuerte lealtad de las Fuerzas Armadas con el general Pinochet y, por lo tanto, con sectores políticos que fueron leales a dicho proyecto”. Es cosa de acordarse del llamado “ejercicio de enlace” de octubre de 1990, cuando el entonces comandante en jefe del Ejército ordenó el acuartelamiento de los uniformados para impedir la investigación judicial de un presunto fraude cometido por Augusto Pinochet hijo y desbaratar una petición de renuncia por parte del ministro de Defensa Patricio Rojas al general Pinochet.

Luego en mayo de 1993 ocurrió “el boinazo”, el episodio de cinco días donde comandos armados rodearon el edificio de las Fuerzas Armadas, frente La Moneda. La asonada había estallado luego de que La Nación publicara en su portada la reapertura del caso de los “pinocheques”. El Ejecutivo rechazó propiciar una nueva Ley de Amnistía, hacer renunciar al ministro de Defensa Patricio Rojas y, a cambio, se estableció una comisión para revisar mecanismos que agilizaran los procesos por derechos humanos en tribunales.

Sin embargo, a juicio del subsecretario de Guerra, Gonzalo García, el verdadero punto de quiebre de sometimiento de las Fuerzas Armadas al poder civil ocurrió en 1995, cuando los tribunales condenaron al general Manuel Contreras por el asesinato del canciller Orlando Letelier. “El ’95 fue el año en que vivimos en peligro, de lo que significaba las posibilidades de regresión militar. Fue el hito más complejo durante todo ese período, con esa secuencia de la cárcel especial y las dificultades propias de la detención del general Contreras. Pero de ahí en adelante, nunca más, nunca más, existió ningún problema del punto de vista de la firmeza de las instituciones democráticas”.

García agrega que “hay dos tesis en torno a esto: una que es una cierta concesión al papel histórico de Pinochet de ir entregando el poder. La otra, y en es en la que yo creo, habla de la capacidad y la habilidad del predominio civil de la defensa por ir reconduciendo este proceso con mucha paciencia, pero con mucha convicción en torno al Estado de derecho y creo que el papel de Edmundo Pérez Yoma fue bastante esencial”.

Por otra parte, García indica que en 1997 se impuso la tesis de “reconocer una nítida separación entre los problemas heredados del régimen militar y la defensa nacional como política. Lo que hicieron los gobiernos de la Concertación fue resaltar la política de defensa nacional y dar una oportunidad de desarrollo en plenitud como nunca antes había tenido las FFAA en Chile”.

La detención de Pinochet en Londres fue otro hito, en 1998, en la época en que el viejo general era senador vitalicio. Su sucesor en la comandancia en jefe del Ejército, general Óscar Izurieta, había dado señales de separar a su institución de los problemas de derechos humanos. Por ejemplo, entregó a la justicia las listas de funcionarios de la CNI, que durante años habían sido solicitadas por los tribunales. Otro gesto que molestó a los partidarios de Pinochet fue que no viajó a Londres inmediatamente, sino que sólo en abril de 1999. Más aún: cuando visitó Virginia Waters, la casa donde Pinochet estaba arrestado, Izurieta vistió de civil. Pero el distanciamiento no fue total: Izurieta recibió a Pinochet en la losa del aeropuerto, vestido de militar.

La ruptura final entre las FFAA con los militares violadores de DDHH ocurrió bajo la dirección de Juan Emilio Cheyre como comandante en jefe de Ejército. Histórica fue la carta de enero del 2003, planteando que al Ejército no le correspondía defender al régimen militar y que “los atropellos a los derechos humanos no tienen justificación”.

En las elecciones del 2005, Cheyre se reunió con el candidato presidencial del Partido Humanista, Tomás Hirsch, y el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier. Fue una reunión protocolar, pero un hito en las relaciones civiles y militares.

“Hoy día es bastante habitual que existan conversaciones en encuentros formales, informales, entre el mundo político y los mandos de las FFAA”, comenta García. “Creo que tuvimos la enorme habilidad de salirnos de la tesis de que las Fuerzas Armadas vuelven a los cuarteles, sin un papel propositivo y tampoco involucrada en plenitud en la estructura de decisión política. Están en el camino técnico profesional, de una política de alta envergadura, y un momento de enorme necesidad de su papel”, agrega.

La distancia de la derecha

La detención de Pinochet significó también el distanciamiento de la derecha, su natural aliado, sobre todo en la UDI donde varios de sus militantes históricos fueron funcionarios del régimen militar.

En 1998, Joaquín Lavín se levantaba como un candidato capaz de contrarrestar a la Concertación, en el contexto histórico de que el postulante oficialista era Ricardo Lagos y la apuesta era que un electorado DC iba a estar más proclive a votar por la derecha que por un izquierdista. “La derecha se distanció de Pinochet, simbolizando en la afirmación del presidente de la UDI (en ese entonces) el diputado Pablo Longueira, que era una ‘figura del pasado’. Este es un hecho favorable para la consolidación de la democracia, pues rompe una relación que tuvieron sus partidos con Pinochet hasta comienzos de la campaña presidencial de 1999”, dice Carlos Huneeus, director del CERC, en el paper “Las consecuencias del caso Pinochet en la política chilena”.

La distancia de la derecha se notó aun con el primer aniversario de la muerte del general Pinochet, acaecida en el 2006. Amargamente se quejaba el general (R) Villarroel de la ausencia de dirigentes de la derecha, en diciembre de 2007: “Me llama la atención que antes había tanta gente, que la veíamos a codazos para saludar a mi general y a la señora Lucía y para estar con ellos… ese es el pago de Chile”.

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