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Centros Chilenos en el Exterior

De los Lectores

Sobre sancion a Monica Gonzalez y Juan Pablo Cardenas por Colegio de Periodistas

Santiago, 20 de abril de 2006 

Señor

Alejandro Guiller

Presidente del Colegio Nacional de Periodistas de Chile

Presente

Señor Presidente:

Le escribo profundamente impactado por la información, emanada del Colegio de Periodistas, Regional Santiago, en la que se da cuenta que de la sanción aplicada a “periodistas colaboradores de las dictadura militar”, en la que, además de nombrarse a una serie de sujetos efectivamente colaboradores de la dictadura pinochetista, se incluyen los nombres de dos de los más valientes opositores a ese régimen, como son Mónica González y Juan Pablo Cárdenas.

Desde la forma de presentación –una lista cuyo orden no responde a nada, y que incluso pudo haber sido alfabética- hasta la explicación de las sanciones –en la que a continuación de los nombres de Silva Espejo y Mario Carneyro, sin siquiera un punto aparte, se agregan los nombres de Mónica y Juan Pablo, se refleja por lo menos una falta de decencia y una incompetencia profesional absoluta para dar una noticia trascendente. Al parecer para el Colegio, la falta de los individuos más siniestros e inescrupulosos de la historia del periodismo chileno, expertos en la mentira y la desinformación, los fabricantes del pretexto mentiroso e hipócrita del “yo no supe” de que hoy se vale el pinochetismo, tiene la misma gravedad (o un gradito menos: amonestación en vez de censura) que el no haber acudido a una citación el día en que Mónica salía de vacaciones, y sin haber sido citada otra vez. Cabe agregar que cuando el Fiscal Taborga Molina citó a declarar a Mónica, fue él quien suspendió la audiencia, a pretexto de cubrir una actividad Bárbara Walters. 

No soy periodista, pero fui 8 años Consejero Nacional del Colegio de Abogados. Se perfectamente como se instruye un sumario ético. Y, también, por formación moral, se distinguir entre el auxilio (informado, voluntario, consciente, indesmentible) a un genocidio y una ausencia justificada (e, incluso si fuese injustificada) a una citación administrativa.

Quizás si los autores del sumario estuvieran bien informados, sabrían que Mónica González ha sido la más importante investigadora de la Operación Colombo, que es, entre los crímenes de la dictadura, quizás si el que mejor refleja la perversión de los procedimientos de que se valía el régimen: la Operación Colombo fue una operación de exterminio y desinformación que no pudo realizarse sólo por militares inescrupulosos, sino que requería necesariamente la complicidad de periodistas de la catadura de Silva Espejo, Carneyro, Undurraga, Díaz Palma y Guerrero.

Pudieron también los investigadores del Consejo Regional Santiago del Colegio averiguar algo sobre Juan Pablo Cárdenas, también presentado como “sancionado colaborador de la dictadura”. Juan Pablo sufrió los rigores de la cárcel muchas veces y la persecución por ejercer un periodismo digno e independiente, y aunque no haya concurrido a una citación, no merece estar en la lista con auténticos asesinos.

No sólo Mónica y Juan Pablo merecen una explicación clara, profunda, destacada, honesta del Presidente del Consejo Nacional del Colegio de Periodistas, sino que también merecemos esa explicación todos los chilenos democráticos. La feliz coincidencia de ser Ud. Director de un Noticiero de televisión de amplia cobertura y panelista del único programa de debate de la televisión chilena abierta autoriza a confiar que en parte el mal hecho sea reparado.

Le saluda atentamente,

Roberto Garretón

LLEGO LA HORA DE DAR PUNTO FINAL A UN PROYECTO HISTORICO

Estimadas amigas y amigos

residentes a lo largo y ancho de todo el planeta.

Antes de dar inicio a ésta carta y a su contenido, deseo hacer llegar a cada uno de ustedes un gran saludo. Como he leido en algun poema por ahí: …"Este año nuevo es tuyo"… "recoje lo major de tu vida y entregalo al combate"…

Recordados compatriotas, el motivo de ésta carta es para que demos inicio final al gran proyecto de ley propuesto por la compañera Diputada Isabel Allende en lo que refiere al derecho a votar.

Para ésto me dirijo a cada uno de ustedes pidiendo   respetuosamente una acción en común, en una sola vóz.

Llegó el momento de hacer escuchar nuestras voces en donde cada uno de nosotros podamos tener la magna posibilidad de sumarnos a éste gran proyecto único en la historia de Chile. Proyecto  que cambiará para siempre la historia de nuestra gran Nación.

La campaña en común puede tener cualquier nombre y puede ser iniciada por cualquier ciudadano chilenos que se sienta identificado con ésta y que viva dentro o fuera de Chile. Por lo tanto debemos entender que no importa quien de el pié de vamos, sino que como, cuando y cuantos nos sumamos.

Siempre ha sido más fácil sumar y multiplicar que dividir, por lo tanto ya es hora de dejar de lado las diferencias póliticas, los liderazgos y pongamonos en marcha. De ésta forma haremos realidad un   anhelo  de los  cientos de  miles   de  chilenos y chilenas que residimos  en la XIV región.

Mi propuesta es la siguiente:

Enviar via mail a todos los rincones del mundo don existan chilenos para que éstos a su véz, envien mail a los Señores y Señoras de la H. Camara de Diputados y Diputadas de la República de Chile para darle punto final a un proyecto histórico iniciado hace ya bastante tiempo.

Si somos capaces de lograr una acción masiva al respecto, estoy convencido que lograremos que el proyecto de Ley presentado por la Compañera Diputada Isabel Allende tenga un final felíz.

Es por ésto que hago llegar a cada uno ésta carta tipo para ser copiada, firmada y mandada a los mail correspondientes.

Fraternalmente

Sebastian Sepúlveda

Gotemburgo, Suecia

chile.suecia@gmail.com

CARTA PARA ENVIAR.
SI USTED NO TIENE LAS DIRECCIONES CORRESPONDIENTES, RUEGO VISITAR PAGINA WEB: www.camara.cl   POR EL LADO IZQUIERDO INRESAR DONDE DICE: Diputados; LUEGO PRESIONAR EN Listado Completo.
POSTERIOR A ESO PEGAR TEXTO ADJUNTO Y PONER SU NOMBRE.  GRACIAS.
Señor y Señora

De la H. Camara de

Diputados de la República de Chile

Presente:

Me es grato dirijirme a usted, para con la presente carta,  recordarle que la MODIFICACION LEY N° 18.700, ORGÁNICA CONSTITUCIONAL SOBRE VOTACIONES POPULARES Y ESCRUTINIOS, aún no ha sido resuelta. Por éste motivo pido a usted   respetuosamente actuar como representante y ciudadano electo por nustra Nación para apoyar y darle curso ésta moción, lo cual sería una muestra a los países democráticos de todo en mundo que, Chile esta en pié de avanzar en el aspecto democrático, permitiendole a los chilenos residentes en el extranjero a participar en Elecciones Presidenciales.

Honorable representante de Gobierno, por mi parte, estaría demás seguir argumentando sobre lo cuan positivo sería la legislación de éste proyecto de Ley y, apoyarme en la Constitución sería demaciado fácil para hacerle entender ésto, es por eso que solo acudiré a su Honorable calidad de ser humano comprometido con el desarrollo, solidaridad y bienestar de los chilenos y, a su conciencia ciudadana, pidiendole que se ponga en nuestro lugar.

Creo que para cerrar definitivamente el circulo del 11 de septiembre de 1973, el gesto más significativo para los que residimos fuera de Chile, sería aprobar éste proyecto de ley. Solo de ésta forma podremos poner punto final a ésta congoja que aun hoy en dia nos acompaña.

Esperando que su respuesta y participación sea activa y positiva en ésta votación le saluda cordial y respetuosamente,

NOMBRE DE QUIEN ENVIA

FECHA

CIUDAD Y PAIS

E-MAIL

SEBASTIAN SEPÚLVEDA; Secretario General de Asociaciones Chilenas en Gotemburgo, Suecia: CIUDADANOS CHILENOS EN SUECIA.        Encargado de Relaciones Públicas de RADIO UNIVERSO, Gotemburgo, Suecia

¿Y si Allende no hubiera muerto?

Ramón Alberto Escalante Luna

 
Miércoles, 15 de marzo de 2006

La televisión chilena ha transmitido para estos días un extenso documental sobre la caída de Salvador Allende, suerte de póstumo homenaje con treinta años de atraso. Quizás la transición de un socialista a otro en la Presidencia permitió insertar este programa inconcebible veinte o diez años atrás.

En la proyección se escucha la voz metálica, briosa y fulminante de Augusto Pinochet pidiendo la rendición incondicional del gobierno mientras amenazaba una y otra vez con bombardear el Palacio de La Moneda. Era un ultimátum impaciente que seguramente el Presidente escuchaba a través de la radio militar de su despacho.

He leído las crónicas periodísticas de la época y las minuciosas memorias del Embajador Norteamericano en Santiago, Nathaniel Davis, donde se pone en evidencia que el gobierno de la “Unidad Popular” siempre pendió de un hilo, nunca tuvo condiciones objetivas para sostenerse. Abrumado por el conflicto de los sindicatos, acorralado en el Congreso, con la feroz oposición de la prensa y en plena Guerra Fría, cuando Washington no titubeaba para derrocar mandatarios incómodos, casi fue un milagro que terminase el segundo año en el cargo. Entonces, si sólo pasó lo inevitable: ¿por qué se suicidó Allende?

En la larga jornada del 11 de septiembre de 1973 Allende tuvo salidas que no quiso aceptar. Pudo elegir cómodamente el camino del exilio, hacia Europa, donde la opinión pública lo hubiese aclamado como el nuevo símbolo del romanticismo izquierdista. Vivo y en plenitud de condiciones físicas y mentales –porque tenía apenas 65 años- Allende hubiera gravitado intensamente en la política latinoamericana y habría representado la resistencia pacífica frente a la feroz dictadura militar.

Porque aún derrocado, Allende tenía un peso específico en la política latinoamericana, mucho más allá de la simple coyuntura de una coalición socialista que ejerció el poder. El era amigo de Rómulo Betancourt, de Víctor Raúl Haya de la Torre, de los más influyentes estadistas del continente y cualquiera de ellos le hubiese procurado el asilo, luego el alojamiento y la supervivencia en el exilio.

Mal puede evaluarse a Allende como alguno de esos aventureros a quienes el poder llega como un billete de lotería premiado y que cuando lo pierden quedan sin razón alguna para vivir. No. La trayectoria del médico fue larga y meticulosa: cuatro candidaturas presidenciales, un estratégico posicionamiento como figura reconocida del stablishmen, porque antes había sido ministro y presidente del Senado.

Para entender la visión fatalista de Allende debemos hurgar en su biografía. Hay un episodio de la historia chilena que ejerció dramática influencia sobre el futuro presidente. Me refiero al brevísimo ejercicio socialista de 1932, encabezado por el Coronel Marmaduke Grove, quien en sólo doce días de gobierno se atrevió a establecer relaciones diplomáticas con la Unión Soviética y a decretar un conjunto de medidas revolucionarias a favor de los pobres. Entre éstas, la inmediata devolución de las prendas y útiles pignorados en las casas de empeño, la suspensión temporal de las obligaciones vencidas y la obligación para el sistema financiero de destinar un porcentaje de su capital para financiar pequeños y medianos empresarios.

La reacción contra estas medidas resultó feroz. Caído Grove, todos sus colaboradores y notorios simpatizantes fueron perseguidos. Entre los detenidos estaba un joven estudiante de medicina llamado Salvador Allende, cuyo padre murió precisamente en esos días. Marmaduke Grove y Salvador Allende coincidirán después en la formación del Partido Socialista Chileno, una facción del cual le apoyaría para la presidencia en 1970.

En muchas formas, la larga agonía del gobierno de Allende fue la reanudación del vía crucis que pasaron los socialistas románticos en 1932. Aquella vez derogaron las medidas, proscribieron los grupos, apresaron a los dirigentes, pero imbuidos de su ideario siempre asumieron que todos los reveses formaban parte de su visión romántica y mesiánica de la lucha.

Entonces el Allende que llega al poder en 1970, se asume a sí mismo como la segunda parte de un experimento comenzado cuarenta años atrás. Tiene una visión destinista y fatalista sobre sí, de seguro que afianzada por su adscripción a la logia masónica.

Alguien puso en duda que Allende efectivamente se hubiera matado, asomando la posibilidad que las tropas golpistas lo hubieran asesinado. Pero basta escuchar su alocución, en la cual comienza advirtiendo que será la última de su vida, para comprender que había en él una fría, tranquila y reposada aceptación del suicidio.

Creo que su condición de médico forense, la única especialidad que ejerció dentro de su carrera, también pesó para la autoeliminación. Como masón y quizás agnóstico, acostumbrado a diseccionar cadáveres y a palpar íntimamente la muerte, asumiría semejante decisión como otra etapa más de su vida de combates.

El Presidente debió estar muy cansado en aquellas jornadas dramáticas. Porque desde su precaria elección como candidato más votado en septiembre de 1970, había vivido en ascuas día a día. Había sacado sólo el 37 por ciento de respaldo en una variopinta concertación y para que fuese formalmente proclamado como Presidente electo debió firmarle a la Democracia Cristiana de Eduardo Frei un estatuto de garantías mínimas. De allí en adelante fueron cercos y sabotajes internos, el disenso de los partidos que le respaldaron, la abierta enemistad norteamericana, el embargo de las trasnacionales, sus medidas nacionalistas y el incesante conflicto sindical.

El periodista Jack Anderson decía ya entonces que la CIA intentó impedir la asunción de Allende y ciertamente hubo un intento de magnicidio cuando apenas era presidente electo. En todo caso, más adelante le mataron escoltas, a su jefe del ejército, se le sublevaron tropas y la Democracia Cristiana planteaba abiertamente su deposición constitucional. Con sus facultades limitadas por el Congreso de mayoría opositora, debió cogobernar con los militares, apelar dramáticamente a los norteamericanos, mendigar apoyo de la oposición y tras las nacionalizaciones procuró arreglos amistosos con las trasnacionales. Es decir que ya en Palacio vivió acorralado porque llegó a la Presidencia pero nunca ejerció realmente el poder.

(*) Abogado / Politólogo

Mario Lopez Ibañez 
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"Toda verdad pasa por tres etapas:
Primero es ridiculizada,secundariamente sufre una oposicion violenta, y tres, es aceptada como AUTO EVIDENTE."
Arthur Schopenhauer, Filosofo, 1788-1860
“There’s three things to remember: claim everything, explain nothing, deny everything,”
Prescott Bush

Escribe Maria Cristina Cruz Ulloa

Anita, muchas felicidades a Michelle y a todos Uds., su equipo de trabajo que estuvieron a su lado todo este tiempo. Estamos felices  disfrutando este tan importante triunfo y, como lo dijo Luz Figueroa en el acto de la Asociación Salvador Allende de México, el que una mujer sea elegida presidenta de Chile, Fuera presa política de la dictadura, haya tenido que abandonar el país para ir al exilio, a nosotras como exiliadas, nos hace estar más cerca de ella.
Complementando el correo de Angel, creo que lo más importante es que podamos recibir la señal de Chile, directamente desde las televisoras chilenas y no triangulado y ver la transmisión del mando desde CNN. Es una inquietud de todos los que vivimos en México. Ojalá puedan hacerse los convenios que se
requiera para poder, a cada minuto, ver lo que está ocurriendo en Chile.

Un abrazo de Mcristina

macricruzulloa@msn.com

LAS MUJERES DE MI GENERACIÓN

Las mujeres de mi generación abrieron sus pétalos rebeldes  de rosas, camelias, orquídeas y otras yerbas,  de saloncitos tristes, de casitas burguesas, de costumbres añejas,  sino de yuyos peregrinos entre vientos.
Porque las mujeres de mi generación florecieron en las calles, en las fábricas se hicieron hilanderas de sueños,  en el sindicato organizaron el amor según sus sabios criterios.
Es decir, dijeron las mujeres de mi generación,  a cada cual según su necesidad y capacidad de respuesta, como en la lucha golpe a golpe, en el amor beso a beso.
Y en las aulas supieron lo que tenían que saber, para el saber glorioso de las mujeres de mi generación.
Minifalderas en flor de los sesenta, las mujeres de mi generación no ocultaron ni las  sombras de sus muslos, que fueron los de Tania.
Erotizando con el mayor de los calibres los caminos duros de la cita con la muerte.
Porque las mujeres de mi generación, bebieron con ganas del vino de los vivos,  acudieron a todas las llamadas y fueron dignas en la derrota.
En los cuarteles las llamaron putas y no las ofendieron,  porque venían de un bosque de sinónimos alegres:  minas, grelas, percantas, cabritas, minones, gurisas, garotas,  jevas, zipotas, viejas, chavalas, señoritas.
Hasta que ellas mismas escribieron la palabra Compañera, en todas las espaldas y en los muros de todos los hoteles.
Porque las mujeres de mi generación  nos marcaron con el fuero indeleble de sus uñas  la verdad universal de sus derechos.
Conocieron la cárcel y los golpes,  habitaron en mil patrias y en ninguna,  lloraron a sus muertos y a los míos como suyos, dieron calor al frío y al cansancio deseos, al agua sabor y al fuego lo orientaron por un rumbo cierto.
Las mujeres de mi generación parieron hijos eternos, cantando Summertime les dieron teta, fumaron marihuana en los descansos,  danzaron lo mejor del vino y bebieron las mejores melodías.
Porque las mujeres de mi generación, nos enseñaron que la vida no se ofrece a sorbos, compañeros, sino de golpe y hasta el fondo de las consecuencias.
Fueron estudiantes, mineras, sindicalistas, obreras, artesanas, actrices, guerrilleras, hasta madres y parejas en los ratos libres de la Resistencia.
Porque las mujeres de mi generación, sólo respetaron los límites que superaban todas las fronteras.
Internacionalistas del cariño, brigadistas del amor, comisarias del decir te quiero, milicianas de la caricia.
Entre batalla y batalla, las mujeres de mi generación lo dieron todo y dijeron que eso apenas era suficiente.
Las declararon viudas en Córdoba y en Tlatelolco, las vistieron de negro en Puerto Montt y Sao Paulo, y en Santiago, Buenos Aires o Montevideo, fueron las únicas estrellas de la larga noche clandestina.
Sus canas no son canas, sino una forma de ser para el quehacer que les espera.
Las arrugas que asoman en sus rostros,  dicen he reído y he llorado y volvería a hacerlo.
Las mujeres de mi generación, han ganado algunos kilos de razones que se pegan a sus cuerpos, se mueven algo más lentas, cansadas de esperarnos en las metas.
Escriben cartas que incendian las memorias.
Recuerdan aromas proscritos y los cantan.
Inventan cada día las palabras y con ellas no empujan,  nombran las cosas y nos amueblan el mundo.
Escriben verdades en la arena y las ofrendan al mar.
Nos convocan y nos paren sobre la mesa dispuesta.
Ellas dicen pan, trabajo, justicia, libertad,  y la prudencia se transforma en vergüenza.
Las mujeres de mi generación son como las barricadas: protegen y animan, dan confianza y suavizan el filo de la ira.
Las mujeres de mi generación son como un puño cerrado, que resguarda con violencia la ternura del mundo.
Las mujeres de mi generación no gritan, porque ellas derrotaron al silencio.
Si algo nos marca, son ellas.
La identidad del siglo, son ellas.
Ellas: la fe devuelta, el valor oculto en un panfleto, el beso clandestino, el retorno a todos los derechos.
Un tango en la serena soledad de un aeropuerto, un poema de Gelman escrito en una servilleta, Benedetti compartido en el planeta de un paraguas, los hombros de los amigos guardados con ramitas de lavanda.
Las cartas que hacen besar al cartero, las manos que sostienen los retratos de mis muertos, los elementos simples de los días que aterran al tirano, la compleja arquitectura de los sueños de tus nietos.
Lo son todo y todo lo sostienen, porque todo viene con sus pasos y nos llega y nos sorprende.
No hay soledad donde ellas miren, ni olvido mientras ellas canten, intelectuales del instinto, instinto de la razón, prueba de fuerza para el fuerte y amorosa vitamina del débil.
Así son ellas, las únicas, irrepetibles, imprescindibles, sufridas, golpeadas, negadas pero invictas mujeres de mi generación.
Luis Sepúlveda, 1999

Texto de Roberto Tello (Corregido)

·        Sres. Consejo Directivo de FEDACH.

 

               Después de revisar algunos documentos enviados por ese consejo directivo dirigidos a la comunidad de chilenos residentes en la argentina y firmados por su presidente el  Sr Carlos Méndez Contreras, me he visto en la necesidad de contestar los mismos, no con el animo de rendir cuentas ante quien considero no tiene la menor capacidad moral de exigirlas, sino que con el propósito de definir su accionar político dentro de la colectividad. Hago esta aclaración con el fin de alertar a Uds. y al propio Méndez de mi verdadero objetivo a efectos de no crearles falsas expectativas.

Los elementos que usaré para este fin los tomaré de los mismos documentos que tengo en mi poder y que fueran remitidos a la colectividad chilena residente en Argentina, con motivo de la finalización de la primera vuelta electoral que arrojó como resultado el triunfo de la Dra. Michelle Bachelet. En principio dejaré de lado la mención a ese consejo directivo para referirme a quien es a todo efecto el verdadero objeto de mis declaraciones, el Sr. Méndez.

Comenzaré diciendo que es un ejercicio bastante insalubre el que me he propuesto, ya que esperar encontrar otra cosa que no sea oportunismo y contradicciones en los documentos es toda una ilusión. Ud. Sr. Méndez se a propuesto equivocadamente la tarea de fiscal de los chilenos residentes, ya que nadie lo a nombrado  para ejercer tan noble fin, pero que se explica fácilmente ya que el “autoproclamarse” es en realidad una costumbre suya. Pero dejemos este detalle  para abordar lo que considero más importante. Si lo que Ud. pretende con este accionar es aparecer ante sus seguidores como el genio de los dirigentes, es algo que atañe solamente a estos. Pero le diré que fuera del ámbito de Fedach tal comportamiento es apreciado como una vulgar  manifestación de oportunismo, lo que anula cualquier intento serio de su parte de querer aportar a su investigación elementos objetivos que sirvan a ese propósito, y no es que Ud. no sirva para encomendarle alguna tarea, lo que digo es que tanto su método como su política  son equivocados. Ud, está desperdiciando  toda la confianza que le han depositado los dirigentes de Salta, Buenos Aires, Bahía Blanca, Neuquen, Viedma, Bariloche, Río Gallegos y el Comunal Buenos Aires del partido Socialista de Chile, como lo menciona Ud. en el punto tres de su documento.

                Se equivoca también cuando cree interpretar las críticas que éstos últimos hacen, al expresar su decepción por la distancia, que el gobierno de la concertación a tomado del ideario Socialista, según lo manifiesta en el punto cuatro de su documento.Por si no se ha dado cuenta le diré que quien gobierna en chile es una coalición de partidos políticos con identidades ideológicas diferentes, lo que hace imposible que exista una ortodoxia partidaria en ese sentido. Pero existe una razón más poderosa todavía y es que el actual gobierno de la concertación cuenta con el apoyo del 54%  de la ciudadanía que da sustento a esta forma plural de gobierno.
Lo que queda claro para todos es lo siguiente y es que en su afán por buscar consenso para su oportunismo ve amigos donde no los hay, (tengo en mi poder un documento del Comunal Buenos Aires que descalifica cualquier mención de su parte que los relacione con Ud.). En igual sentido se han expresado y desde hace bastante tiempo innumerables dirigentes de asociaciones  de todas las regiones que ha mencionado, sin que nadie se entere, ya que Ud. nunca lo publicó, como no lo hizo con el documento del Comunal Buenos Aires del PS.
En el punto sexto de su documento, menciona la conocida disyuntiva del pacto “Juntos Podemos Más” referida a la instancia de la segunda vuelta, y afirma que dichos componentes forman parte también de Fedach. También informa en el punto siete que algunos dirigentes de Fedach de la zona de Neuquén le habían expresado que votarían en segunda vuelta por el candidato de la Alianza por Chile, Sebastián Piñera.Conforme a lo expuesto en estos dos puntos del documento, esta amalgama dentro de la Fedach parece ser cierta ya que no cuento con ningún desmentido al respecto y si se lo han hecho saber a Ud. dudo que lo sepamos, por lo tanto no objetaré esto y daré por hecho semejante consenso.
                 A continuación abordaré el punto once del referido documento, que constituye para mí  el centro del delirio personalista manifestado por Ud. y que muestra las contradicciones más flagrantes expuestas en el mismo. Señala que “no objeta los compromisos políticos de los dirigentes de la Fedach que organizan a los electores para ir a votar a Chile en la segunda vuelta”. Aquí me detengo para recordarle que tanto Ud. como su consejo directivo, votaron la prescindencia de la Fedach en la segunda vuelta, es decir, la ¡no-participación! en estos actos. Por qué no explica esa voltereta en el aire y le aclara a la colectividad que lo que han hecho los miembros de ese consejo es ¡cagarse! en lo que han votado, para ir a colgarse de algún comando que les permita cierto protagonismo que de otra forma no tendrían. Aparece Ud. en este punto aconsejando a sus dirigidos en orden a que los “mantendrá informados de las posibilidades serias y responsables de viajes y ayudará a la coordinación entre ellos”, es decir, de los que participen de estos viajes. Al error anterior le suma este, porque le pregunto, ante las críticas catastróficas hechas al comando en Buenos Aires  por Ud. (y últimamente por una de sus alumnas) que va mas allá y llega hasta la difamación: ¿falló Ud. también en proveer de esa información seria y responsable a sus dirigidos y de la coordinación prometida?. Cierra este punto advirtiendo a los suyos que “prevean no poner en riesgo su prestigio personal en caso de que algo salga mal”(le juro que me cuesta contener la risa).
                  Con motivo de mi estadía en Bahía Blanca y a efectos de organizar el comando en esa zona, me contacté con un dirigente de la Fedach, el Sr. Luis Humberto Cruz, a quien invité a una reunión en el hall del hotel donde me hospedaba, en la que participaron dos destacadas dirigentes de la colectividad, las Sras. Ana Fuenzalida y Griselda Gatica, quienes se comprometieron a conformar el comando por Michelle Bachelett de Bahía Blanca. Entre las actividades programadas se encontraba la difusión por todos los medios de prensa de este comando y de sus finalidades, a este efecto me dirigí al palacio municipal acompañado por la Sra. Ana Fuenzalida quien había concretado una serie de entrevistas con los medios locales en donde aparecería yo cumpliendo este cometido. Una vez finalizadas las entrevistas nos dirigimos a la sala de prensa del municipio a retirar material informativo, y lo que encontramos fue un comunicado de prensa que databa de varios días anteriores a mi visita firmados por el Sr. Luis Humberto Cruz en nombre de un centro de jubilados y pensionados de Bahía Blanca, con dos sellos al pie de página, uno a nombre de exonerados políticos de Bahía Blanca y el otro perteneciente al Centro Cultural Violeta Parra. En este comunicado se invitaba a los Chilenos residentes en la zona a participar de los viajes a chile programados por el “Comando Bachelet de la Argentina” (?).
Como vemos, esto se repitió a lo largo de toda la Argentina, los mismos miembros del consejo directivo de la Fedach no sólo incumplieron con su resolución de no participar en la segunda vuelta electoral, sino que también se “colgaron” del comando al que pertenezco (y por el cual trabajé para lograr la elección de la Dra. Michelle Bachelet) y al que el oportunismo barato de Ud. Sr. Méndez hoy demoniza disfrazado de fiscal.
Se cree acaso, que alguien lo toma en serio como genuino defensor de los derechos de la colectividad chilena, cuando lo único que trasmite es su interés personal de figurar a toda costa. No pasa inadvertido para nadie que lo más anhelado por Ud. es que lo vean como el único referente en condiciones de representar a los chilenos en la Argentina, sin importar para nada su pertenencia al partido que sea. Es por ello que menciona a comunistas y aliancistas, como miembros de su federación, sin detenerse un segundo en lo contradictorio que resulta conciliar los intereses de tan variado conglomerado. Si considera acaso que en nombre de derechos tan generales como el derecho a voto, que beneficia por igual a todos los chilenos residentes en el exterior, se puede defender esto, se equivoca nuevamente, ya que, una vez resuelto este problema, cuando todos los chilenos podamos tener la opción de votar en nuestros países de residencia, será este mismo derecho el que nos separe entre quienes aspiramos a una sociedad más justa e igualitaria y quienes proponen lo contrario.
                  Esto que acabo de expresar tendría que transmitírselo a su padrino político y a quienes, como él, piensan que la idea de un solo referente es posible por el solo hecho de que lo mencionen (y no me diga que no sabe a quién me estoy refiriendo). Esta tarea que le han encomendado y en la cual Ud. se ha empeñado, requiere de algo más que rejuntar gente para mostrar un consenso que haga sostenible la idea de un solo referente. De dónde saca Ud. que los intereses de los chilenos en la Argentina  responden todos a un mismo fin y que Ud. puede, dentro de su estructura, elaborar una política coherente para derechas e izquierdas sin tomar antes un curso de magia. Sólo su miopía le impide ver acontecimientos tan simples, como es el hecho que le den de patadas los que Ud. creyó aliados (la Comunal Bs As), le estén indicando lo difícil que resulta querer aparecer como el “Mesías”.
                Para terminar le diré que sería saludable para todos, especialmente para Ud. en su calidad de fiscal, que  Fedach publicara la nómina de entidades enroladas en esa federación, con sus libros, tanto de actas y de tesorería, al día y con las rubricaciones correspondientes hechas por “Personería Jurídica”; y que ese consejo al que Ud. pertenece, dé cuenta de esto mismo, en iguales términos en lo referente a Fedach. Esto se lo digo porque sabemos que Ud., en nombre de Fedach, ha sido reiteradamente beneficiario de “Fondos Concursables” para usar un término con el que Ud. se familiariza más, a los que vulgarmente se los conoce como subsidios. Todo esto con el fin de asumir el cargo de fiscal que se autodesignó, en  las condiciones tanto éticas como morales que el caso requiere.
                                                                              
Datos Referenciales
·        Recordamos que el consejo ejecutivo de Fedach, con motivo del comicio del 15 de diciembre, resuelve no participar del mismo y vota como medida política la realización del voto simbólico entre sus asociados.
·        Este mismo consejo resuelve votar la prescindencia de Fedach con motivo de la segunda vuelta electoral.
·        El Sr. Carlos Méndez  ejerce desde hace 10 años el cargo de presidente de Fedach.
·        El Sr. Luis Humberto Cruz es miembro activo del consejo ejecutivo de Fedach.
·        El cargo de Fiscal del Sr. Méndez, además de ser  nuevo, es parte de su viejo y gastado oportunismo.

 

                                                                                  Roberto Tello
                                                                                  Mail:chilevivo2000@yahoo.com.ar
Corregido 7/ 3 / 06
                              
                         

Carta abierta al ministro Puccio

Carta abierta al ministro Puccio


Santiago, 12 de Febrero de 2006.

Ministro Secretario General de Gobierno
Dn. OSVALDO PUCCIO HUIDOBRO

Presente

Ministro:

Leí con mucha atención sus groseras declaraciones en el diario "El Mercurio" de 11 de Febrero de 2006, en que expresa que: "durante 17 años se formó a las FF.AA. lejos del honor".

Mi primera intención fue enviar una carta al mismo medio, pero conociendo la manipulación comunicacional que se teje desde su ministerio, opté por enviarle esta carta abierta que con seguridad llegará a sus manos por el control además, que el gobierno ejerce sobre los enlaces telefónicos y computacionales de la ciudadanía. Le advierto que la escribí a la ligera por lo que. a lo mejor, adolece de cierto desorden en las ideas.

Como militar y General de la República me he sentido ofendido porque usted ha manoseado el valor fundamental que posee todo militar: su honor, expresando que durante cierto período nos mantuvimos alejados no sólo de esta virtud sino que además de la "fortaleza moral".

La democracia que tanto pregonan, me permiten decirle que usted es un cobarde.

Otrora defecado y orinado de susto en la Isla Dawson, ahora encumbrado, por no sé qué méritos a Ministro, y aprovechando la coyuntura de las tragedias de Antuco y la Antártida, las emprende – ofendiéndonos gratuita y vilmente – contra el General Pinochet y  aquellos que no nos podemos defender por nuestra condición de retiro.

Mientras el tiempo nos envejece a los viejos soldados, siempre con honor, usted engorda en la infamia.

¿Conoce lo que es el honor, usted, ministro?

No lo ha conocido nunca, ni sabe de lo que está hablando. Esa palabra no existe en el corazón de mediocres que, sin pena ni gloria, han surgido de oscuros rincones, viviendo de odios y resentimientos.

Los hechos de Antuco y la Antártida, no lo autorizan a usted, mediocre funcionario de la administración pública, cuyo único acto de honor fue arrancar de La Moneda, para agraviar en la forma mugrienta en que lo ha hecho, a los que ayer vestimos uniforme y a desviar la atención nacional, suponiéndonos conductas institucionales reñidas con la verdad durante los años del mando del general Pinochet. Le recuerdo que en esa época, usted vivía el exilio dorado, donde al igual que sus compañeros de ruta, no lo pasó tan mal. Más aún, mientras paseaba por Europa, nosotros en Chile, estábamos dispuestos a luchar y morir por nuestro honor en un conflicto con Argentina con una pobreza paupérrima de material, heredados de los gobiernos "democráticos"

Junto a su cobardía, usted es un hipócrita.

¿Viene usted a hablar de honor. Usted que ha manipulado desde su cartera para que cientos de escándalos sean escondidos para la opinión pública por la grosera intervención y control de los medios de comunicación y la presión ejercida sobre la justicia? ¿Por qué no habla del honor de sus amigos políticos concertacionistas que, fracasados y enfrentados a "tener que trabajar", diariamente dan el triste espectáculo de "matarse por una pega" en el gobierno de Bachelet?. Refiérase a ese "honor" de los políticos en alguna de sus aburridísimas intervenciones.

No sea cínico Sr. Puccio.

Ustedes sí se han encargado de despojar de su honor a las Fuerzas Armadas actuales. Se han empeñado en humillarlas, agraviarlas, insultarlas y vejarlas ante la opinión pública. Han logrado ponerlas de rodillas. Oficiales y Suboficiales – como lección y ejemplo para las actuales generaciones de militares – han sido engrillados y expuestos a linchamientos, preparados por gente de izquierda. Han buscado, apuñalándonos por la espalda y no dando la cara, desprestigiar a los mandos, metiendo cuñas entre superiores y subalternos. Pregonan alabanzas a los mandos con la esperanza, eso sí, que caigan en algún error para destrozarlos. Realmente, han disfrutado haciéndolo.

Finalmente, lamento que los obesos mórbidos no puedan hacer el Servicio Militar, por eso aprovechando su cargo de Ministro de Defensa Nacional subrogante, infórmese de los que es el honor militar. Cite a algún Sargento a su oficina y le dará cátedra (Para que no hable más leseras).


Fdo.) General HERNAN NUÑEZ MANRIQUEZ

LA SOMBRA

Todas las mañanas, al despertar, tiene una carrera local con el sol. Eso en verano, en invierno no se preocupa. Debe llegar al trabajo antes que él asome su rubicunda faz. En el 99,9% de los casos gana. Se encierra durante ocho horas y media en un trabajo tan simple y tan monótono que duerme soñando con auroras sin luces.

Desde las primeras horas empieza a sentir cómo se pudre. Como la gangrena de lo imposible corroe sus entrañas. Siente, huele, palpa el morir en cada jornada, siempre un poco más, cada día más…más…más… Sabe que va desapareciendo molécula a molécula, átomo a átomo, segundo a segundo… Comprueba cada día como la muerte va produciendo la podredumbre. Cómo se aleja lo bueno y lo bello. Cómo el amor se transforma en ácido corrosivo y maloliente.

Está una jornada larga de horas infinitas sintiendo al todo convertirse en excremento, embadurnando sus manos con la mugre de papeles infectos que reclaman porquerías. Bebe un a botella de jugo insalubre, producto de exprimir caca fresca que la propaganda dice ser exquisito. Come platos infectos con una variedad gigantesca de excrementos de colores diferentes (admira al cocinero que sabe preparar la mierda con tan fecundo arte culinario).

Su linfa, por tanto, ya no nutre: desgasta sus órganos vitales. Su sangre ya no canta: murmura quejidos agónicos y debe creer que no son glóbulos rojos o blancos, no son plaquetas ni fibrina, sino defecaciones líquidas las que corren por sus venas.   Debe hacerse un esfuerzo enorme cada día para superar la inercia de la noche y lanzarse a la vida antes de que el todo se haga nada.  

 Ha perdido su poder de creación. No hace nada positivo. No labora ni con la Ilusión no con la Esperanza. Parece que las células de su masa encefálica se han anquilosado, o pero aún, se están pudriendo, igual al resto. (¿Llegará el día en que tenga el cráneo lleno de líquenes putrefactos, que sus ojos sólo miren cuadros negros y que sus oídos sólo escuchen ayes atormentados de muertos ignotos?)  

Tiene miedo de que alguna vez su boca, en vez de musitar palabras, desparrame un raudal de porquería acuosa que ensucie la pechera de su camisa y arrugue su corbata. Pero la  jornada de trabajo, larga y fea, termina y debe partir rumbo a casa. En verano es un mayúsculo problema. Sale a paso apresurado, casi corriendo. Atraviesa calles, cruza esquinas, a veces sin esperar la luz del semáforo. Es una carrera loca contra la imagen que da  a los vieneses. (Felizmente los habitantes de la vieja vindobona se preocupan poco de sus prójimos. Están encerrados en sí mismos y no tienen ojos para mirar el horizonte. Su mundo redondo gira como carrusel de circo pueblerino sin salir de la órbita creada por su propio ego. Son, casi siempre, su eje, su espiral y la causa de su propio movimiento. Piensan en comer, en beber, en fornicar, en el auto, en las vacaciones y en la jubilación que siempre tarda.) Corre. Apenas baja las escalas del metro está salvado. Quedan solamente algunos pasos hasta su casa.

Los hace a trancos largos, apresurados: así la gente no se fija ¡es su drama! Toda persona comparte lo que hace, lo que recibe, lo que piensa, lo que sufre, lo que ama, los recuerdos, los anhelos, las esperanzas con la otra parte de sí mismo, consustancial al hombre, pero esa parte la ha perdido. Perdió su sombra. Se fue desprendiendo poco a poco, lentamente… El primer trozo quedó en una comisaría de carabineros, allá lejos. Fue pequeña, insignificante la parte que dejó adherida a las viejas paredes de la casona enorme.   Luego otro pedazo en el calabozo del  Regimiento de Ingenieros Ferroviarios, allí se pegó junto a su sangre, a su dolor, a su impotencia y su rabia.

Una tajada grande quedó soldada a las graderías, a los camarines, en los pasillos del Estadio Nacional (también quedaron las sombras de los cuerpos torturados de innumerables compañeros). La parte más grande la perdió en la tierra seca y salitrosa, entre las casuchas de barro, en la plaza revivida, en el teatro en que cantó Caruso, en el viento duro y en la camanchaca matutina.

Chacabuco fue el lugar donde su sombra se alejó con más premura, hecha caliche, hecha torta, hecha rajos son obreros, hecha soledad, hecha congoja. Más tarde en Ritoque, junto al mar, al conjuro del olor del yodo quedó otra parte (estará ahora pescando merluzas ese pedacito de sombra).

Y lo último que de ella quedaba lo dejó en Tres Álamos, el lugar maldito en las puertas de Santiago. Cuando lo sacaron para expulsarlo a Europa, la policía no se percató del hecho, pues era invierno y no brillaba el sol. Sol que para la mayoría de los chilenos no brilló en muchos años. Y llegó al asilo sin sombra. Al principio no notaba cuanta falta le hacía. Pero hoy, después de tantos años de exilio, toda la carga emocional y temporal le pesa, pues no tiene con quién compartirla. 

Con su sombra se fue la mitad de su energía, y su escasa inteligencia, de su pequeño acervo cultural, de su mínima capacidad creadora, de sus muchos sueños y de un cúmulo de esperanzas truncas. Su vida quedó amarrada a fragmentos de si mismo que vagan por senderos olvidados. ¿Dónde está su sombra? ¿Los distintos trozos andarán deambulando por los caminos tierrosos de la patria? ¿Estarán en alguna parte del norte árido, el centro cálido, del sur feraz o del austral brumoso? ¿Andarán errando por aldeas, pueblos y ciudades? ¿Se habrán ahogado en el mar-océano, en los ríos o en los lagos? ¿Habrán trepado al Aconcagua y cantarán en la cima de la libertad eterna en el monte más alto de Los Andes? ¿Serán pisoteados como cosa inútil o un niño tendrá una parte y jugará con ella pintar oscuridades al mediodía? ¿Habrá su sombra desaparecido, igual que la de otros tantos, víctimas de la jauría que devoró la tierra amada?

Lo acompañó desde siempre. Fue consigo a todas partes: en las buenas y en las malas. Jugaron juntos cuando pequeños. Estudiaron uno al lado del otro. Se enamoraron de sombras que proyectaban las mujeres que amó algún día. Se casaron en la misma fecha, en el mismo lugar y a la misma hora. Amó la sombra de su mujer, tal cual él la amó a ella.

No hubo nadie más fiel y más cercano: nacía junto a sus pies y se prolongaba conforme al tiempo y a la hora. Fue partícipe de sus triunfos y de sus derrotas, de sus pesares y alegrías, de su vida entera. Pero el Golpe fue muy duro y se fue quedando en los lugares de la ignominia. ¿Quiso estar allí como símbolo de lo bueno y de lo bello? Hoy debe capear el sol para que nadie se percate de que ya no la tiene.

Va solo, sin su cincuenta por ciento, sin su otro yo fraterno. La mierda acumulada en tantos años se extiende por su alma y por su cuerpo. A veces, en noches de insomnio (que son muchas), piensa en ella y reza: “Dios mío, sabes que para mí tú no existes, pero, por favor, haz un milagro: deja que me reúna con mi sombra antes de la muerte”.

Claro, milagros no hay en nuestros tiempos, sin embargo sueña: “Un día recorreré los caminos conocidos, otros nuevos y algunos que nunca existieron. Recogeré en los sitios más extraños los trocitos esparcidos de mi sombra y uno a uno los iré guiando en una bolsa impermeable.

Cuando tenga la totalidad de ellos, en un lugar cualquiera, tal vez bajo la luz inmisericorde del desierto, o en un puerto al conjuro de las olas y del graznar de las gaviotas, o en un bosque de araucarias, o en la ribera del lago Llanquihue mirando el cono nevado del volcán Osorno, o en la Laguna Helada cercana a Punta arenas, o en el Patio de los Naranjos del Palacio de La Moneda, o en las puertas del Congreso Nacional, en cualquier parte, los extenderé en el suelo y cual rompecabezas, los ordenaré hasta que esté completa (si faltare alguna parte cubriré el hueco con hollín de la cocina o con betún negro de zapatos).

 Entonces fabricaré coronas de copihue o de añañucas y nos coronaremos ambos y bailaremos la danza de la sombra y del hombre reencontrado. Abrazados estrechamente lloraremos largo rato por las sombras y por las gentes que nunca más podrán hacerlo unidos. Seguidamente buscaré un niño pobre, sucio, desnutrido, famélico, descalzo, despeinado y harapiento y unificaré su sombra con la mía. Tomados de la mano, juntos, emprenderemos, cantando, el camino por los senderos infinitos que conducen a la paz, a la justicia y a la democracia.
 

Autor Gregorio Mena Barrales
Fallecio en Viena, Austria, el 14 de enero de 1997