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Chilenos en el Mundo

Asociación de Chilenos en Rusia

Asociación de Chilenos en Rusia

La Asociación de Chilenos en Rusia es una organización no gubernamental y sin fines de lucro que fue creada para coordinar actividades y acciones de bien común para la comunidad chilena en Rusia. En términos mas generales esta iniciativa pretende lograr una organización que permanentemente trabaje por satisfacer las demandas y para solucionar los problemas de comunidad e individuales que enfrentan los chilenos residentes en este país.

El grado de chilenidad de nuestros compatriotas en Rusia ha sido probado durante decadas, y hemos pasado la prueba con honor. Todos reconfirman su condición de chilenos, cada compatriota en Rusia es portador legítimo de nuestra cultura y tradiciones.

Nuestra organización tiene como razón y objetivos la realización de labores culturales, sociales y de esparcimiento colectivas. Estas actividades colectivas y nuestra organización en sí deberán llenar los vacíos que nos alejan de la realidad de nuestro país, aportar a que los chilenos aquí residentes se conozcan más mutuamente, participen mas activamente en el desarrollo de los lazos culturales, científicos, económicos y comerciales entre Chile y Rusia, aprovechando el potencial que representa la Comunidad chilena y sus vínculos a todo nivel en este país. Nos planteamos la necesidad de unificar nuestros esfuerzos con los de nuestro pais.

Una tarea medular de la organización es ayudar a nuestros hijos a que no pierdan la relación con la patria de sus padres y encaminar a nuestros compatriotas y su entorno familiar a acercarse y reencontrarse con nuestras raíces nacionales.

En lo orgánico nuestra organización cuenta con un directorio que se regirá por unos estatutos a aprobar. En lo legal somos una organizacón presentada y reconocida por nuestro Estado a través del consulado, la embajada y DICOEX.

La Asociación

 

 

 

 

Madrid: Reunión de chilenos residentes en Europa por el derecho al voto sin condiciones

Madrid: Reunión de chilenos residentes en Europa por el derecho al voto sin condiciones

Madrid, 12 y 13 de noviembre de 2011

 Ante la urgente necesidad de hacer oír la voz de los chilenos/as que vivimos en el exterior, es que convocamos a las distintas organizaciones de chilenos/as residentes en países europeos, y a personas que apoyen estas reivindicaciones, a participar en el Encuentro por EL DERECHO AL VOTO SIN CONDICIONES a realizarse en la ciudad de Madrid, España, los días 12 y 13 de noviembre de 2011.

Para lograr esta legítima reivindicación, un conjunto de asociaciones y de ciudadanos/as chilenos/as residentes en varios países europeos, queremos reunirnos para organizarnos, intercambiar opiniones, y definir un camino común en toda Europa, para enfrentar esta batalla democrática por conquistar un derecho, que ya muchos pueblos del mundo lo tienen hace bastante tiempo. El ultimo en obtenerlo ha sido recientemente el pueblo paraguayo. Por ello durante estos dos días buscaremos acordar esfuerzos que vayan en esta dirección. Asumimos que el voto es el arma de los demócratas en este mundo tan desigual, y que conquistar este derecho irrenunciable es consustancial a un estado verdaderamente democrático.

El próximo año, en Chile, se anuncian elecciones de concejales y alcaldes y a fines del 2013 elecciones legislativas y presidenciales. Nosotros/as los/as chilenos/as que vivimos en el exterior, no podemos seguir al margen de estas grandes decisiones, es urgente y necesario jugar un rol en los destinos de nuestro país.

El interés de esta jornada es la de abrir iniciativas destinadas a sensibilizar a la comunidad internacional, tal cual ocurrió en Ginebra en septiembre pasado, donde la comisión Internacional, que vela por el cumplimiento de la Convención Internacional de los trabajadores inmigrantes y sus familias, hizo una fuerte recomendación al gobierno de Chile, para que reconozca y legitimé legalmente este derecho. Fue muy importante esta acción que se realizó por las asociaciones de chilenos en España pero es aún insuficiente, más cuando en Chile a más de 22 años del término de la dictadura,  se sigue hablando que este derecho sería reconocido parcialmente para algunos residentes en el exterior. Es decir se quiere mantener este verdadero apartheid político, instaurado por Pinochet, creando una división entre chilenos de primera y de segunda categoría.

Pretendemos con esta reunion reactivar los comités por el derecho a voto existentes en Europa y crearlos donde no existan, dar inicio a campañas amplias de información en todo el entorno europeo y mundial. Asimismo trabajaremos por incidir en los organismos internacionales como Naciones Unidas, la Unión Europea, los diferentes gobiernos y las organizaciones sociales democráticas. En fin, buscar el apoyo necesario a esta justa y noble causa. Junto con convocar a este Encuentro hacemos un llamado a todas las chilenas y chilenos residentes fuera y dentro de Chile, a retomar la lucha por el derecho a voto en el exterior sin restricciones y por una nueva Constitución, democrática y representativa. Queremos que esta movilización se convierta en un aporte real a la necesidad de introducir cambios democratizadores que por tantos años se ha postergado en la sociedad chilena

Por otra parte aprovecharemos esta instancia para dar un fuerte respaldo a la movilización por la educación gratuita y de calidad, que mantiene movilizados a miles de jóvenes y adultos en Chile. Creemos que desde Europa aún se puede hacer más por apoyar a esta movilización.

Queremos abordar también la reciente ofensiva del gobierno de Piñera, en el sentido de ir quitando a cientos de chilenos/as su condición de exonerados, víctimas de la dictadura. En nuestras organizaciones existen un importante número de compatriotas, que están en esta condición y por lo tanto también nos pronunciaremos sobre este tema.

Pretendemos también dar una clara señal de apoyo a la lucha de los pueblos originarios en Chile. Y sumarnos a las iniciativas en defensa de los recursos naturales existentes, con especial interés en el proyecto Hidroaysen y la privatización del cobre.

Están invitados todas las asociaciones, comités, sindicatos, organismos sociales y democráticos como también cualquier persona que se identifique con estas reivindicaciones.,

Al no contar con apoyos económicos, este será un evento autofinanciado, donde los gastos de traslado, alojamiento y alimentación, están a cargo de los asistentes.

Solicitamos a la brevedad confirmar a los participantes, ya sea representantes de organismos de chilenos/as de todo tipo, o ciudadanos chilenos/as a título individual.

 

Hay dos teléfonos de contacto:

34-91 310 14 96    y      34-645 464 902.

 

Les instamos a participar en este evento y esperamos vuestras noticias.

Organiza

Asociación de Chilenos/as Violeta Parra. Madrid, España

Participan.

Asociación Pro Derechos Humanos Francisco Aedo. Leganés, España

Asociación de Amistad Hispano Chilena Winnipeg. Madrid, España

Asociación de Chilenos Residentes en Ginebra, Suiza

Asociación “Chile Somos Todos” de Austria y Francia.

Asociación AETCH de Bruselas, Bélgica.

Asociación Alpiandes, Milán Italia

 

 

 

 

 

 

 

Ayuda, amigos chilenos

Ayuda, amigos chilenos

Hola amigos, mi nombre es Verónica y soy mexicana.  No quiero robarles su tiempo, por lo que voy al grano.  Para un trabajo de investigación, necesito su ayuda con una palabra "Camanchaca".  Mis dudas son, ¿es una palabra chilena?, ¿qué significa para ustedes - no definición de diccionario sino de sus experiencias - qué les viene a la cabeza cuando la oyen?, ¿es una palabra popular, común en Chile?  y la pregunta más importante, ¿la han oído fuera de Chile y si es así, la usan fuera del país con el mismo significado? 

Un millón de gracias por su ayuda, reciban un cordial saludo desde Puebla, México.

 

Te respondo:

La camanchaca es un tipo de neblina costera, dinámica y muy copiosa. Se trata de condensación en altura que se mueve hacia zonas costeras por el viento y se produce gracias al anticiclón del Pacífico.

Específicamente, durante el día el mar absorbe calor irradiado por el sol actuando como moderador térmico. Durante la noche y la madrugada libera este calor, que a la vez produce vapor. Este vapor en la mañana no sube lo suficiente a causa del anticiclón del Pacífico, este vapor permanece y es exactamente igual que la vaguada costera, o niebla costera. A medida que transcurre el día esta vaguada se calienta con el sol y se eleva, como nube orográfica, la que finalmente es dispersada por la alta presión del anticiclón del Pacífico. En algunos lugares de la costa chilena se usan dispositivos, llamados atrapanieblas, para captar agua de la camanchaca obteniendo excelentes resultados.

Tambien se usa en Perú, Bolivia y nor oeste argentino.

 

 

 

 

 

Pintor Chileno expone sus pinturas en barcelona.

Pintor Chileno expone sus pinturas en barcelona.

 EXPOSICIÓ ACTUAL:

PINTURES DE ANDRÉS FALK

Pintor xilè establert a Barcelona, amb gran sensibilitat artística. També es desenvolupa en àmbits com l’escultura o artesania.
Per contactar amb l’artista pot enviar un missatge al següent

 e-mail anndhy_bluesky17@hotmail.com

o trucar al telèfon Mòbil 664.736.314

Del 9 gener 2010 a l’
13 març 2010

 fotografía de cuadro "CICLO TRIANGULAR"

ADDENDA RESTAURANT

Passeig de Maragall, 176

08027-Barcelona.

Obert cada dia de 9 a 17hrs, diumenges tancat,

dijous-divendres i dissabtes també de 21 a 23 hrs. 

nota: Andrés Falk es un pintor chileno, de Santiago de Chile, de la comuna de Peñaflor, establecido hace 3 años en Barcelona, y un poco mas en Europa, que ha vivido en Francia, con su trabajo nos muestra la sensibilidad, lo social, la esperanza y la energia en sus obras.

Lugares en que a expuesto:

bar cubano orishas, carrer bailen 221, Barcelona, España.

Vinoteca vins codinas, carrer travessera de Gracia 259, Barcelona, España.

casa de pinturas, carrer del penedes, Barcelona, España.

ADDENDA restorant, Passeig de Maragall 176, Barcelona, España.

Traduccion a español.  

EXPOSICIÓN ACTUAL:

PINTURAS DE ANDRÉS FALK

Pintor chileno afincado en Barcelona, con gran sensibilidad artística. También se desarrolla en ámbitos como la escultura o artesanía.
Para contactar con el artista puede enviar un mensaje al siguiente e-mail anndhy_bluesky17@hotmail.com o llamar al teléfono móvil 664.736.314

Del 9 de enero 2010 en el
13 de marzo 2010

fotografía de cuadro "CICLO TRIANGULAR"

ADDENDA RESTAURANTE

Paseo de Maragall, 176

08027-Barcelona.

Abierto cada día de 9 a 17hrs, domingos cerrado,

jueves-viernes y sábados también de 21 a 23 hrs.

 

 

 

CON EL RELOJ DE MI ABUELA

CON EL RELOJ DE MI ABUELA

El libro, "Con el reloj de mi abuela" será remplazado por El diario de Anna Frank, como material de estudio en Noruega, chicos de 7 a 10 grado deberán leer el libro.

"Con el reloj de mi abuela": un libro de los niños que vivieron en dictadura Escrito en un lenguaje sincero y directo este libro de Leandra Brunet es un relato conmovedor y necesario en que la autora cuenta las atrocidades que tuvo que enfrentar, junto a su familia, durante la dictadura de Pinochet.

Siendo aún una niña debió sufrir la ejecución de su padre y el exilio junto a sus seres queridos. ¿Qué ocurrió con los niños que sobrevivieron a la dictadura y qué paso con las abuelas que tuvieron que asumir sus soledades cuando fueron alejados de sus padres? Estas son las interrogantes que se plantea en su libro “Con el reloj de mi abuela” Leandra Brunet, quien a los 11 años tuvo que enfrentarse a los dolores y ausencia de sus padres que fueron perseguidos por pensar distinto.

Fue uno de los tantos niños que sin entender lo que ocurría tuvieron que asumir que su vida de ahí en adelante sería distinta. Ya adulta y viviendo en Noruega, su segunda patria, Erika Guzmán , buscó en sus recuerdos lo que su abuela en esos tristes momentos le había regalado: un reloj que lo guardó por todos estos años.

Descubrió entonces que su padre Marcelo Guzmán Fuentes había sido ejecutado en septiembre de 1973 y que su madre tuvo que dejarlos con la abuela para buscar refugio, salvar la vida y luego marchar al exilio. “Con el reloj de mi abuela”, es una obra testimonial que recoge relatos inéditos escritos por primera vez por una niña que vivió el horror de quedar sola con su abuela, a cargo de otros cuatro hermanos menores, acosados día y noche por tropas militares que golpeaban las puertas de la casa.

Mas informacion en la página de la autora:

 http://www.escritores.cl/web/brunet/index.htm

 

 

La inmigración en Chile

La inmigración en Chile

Escribe: Gustavo Mártin Montenegro*

Canberra - Australia

  La inmigración en Chile es el resultado de una política especial implementada por los gobiernos del país, en las dos últimas décadas del siglo XIX. Las medidas, tomadas por las autoridades administrativas de Chile, apuntaban a resolver el problema de baja densidad poblacional en un extenso territorio, heredado del sistema colonial en primer lugar y conquistado, por otra, a través de exitosas incursiones militares en el norte del país y en la apropiación indebida de la llamada zona de La Araucanía.        

 Para las autoridades chilenas, de la segunda parte del siglo XIX, el fenómeno revestía características muy serias, que de no mediar soluciones concretas y urgentes, privaría al Estado del derecho a ejercer soberanía sobre esta extensa faja territorial, reclamada como posesión o soberanía nacional.         

 Chile, en los primeros años de su vida republicana, se mantiene al margen de las olas inmigratorias que empiezan a llegar a los países de Latinoamérica . Las razones de ello, obedecen a varios factores, entre ellos, la distancia de Europa, la barrera de comunicación que constituye la cordillera de los Andes y la ausencia inicial de una política inmigratoria coherente por parte de las autoridades políticas del poder colonial y más tarde, de la naciente república.        

El Chile pre-colonial estaba constituido fundamentalmente por poblaciones nativas (Diaguitas, Picunches Mapuches, Huilliches, Pehuenches y Cuncos), los que empezaron a mezclarse a partir del siglo XVI y XVII con españoles de Andalucía, Extremadura, Castilla y León.En el siglo XVIII empieza a llegar una gran cantidad de vascos que comienzan a transformar las características económicas y políticas del país. Conseguida la independencia del país, el 18 de febrero de 1818, no se advierte, de parte de las nuevas autoridades, la intención de enfrentar el fenómeno inmigratorio, preocupados más bien de consolidar la toma de posesión  de territorios que aún permanecían en manos de los españoles (La región de los Lagos, Valdivia, Osorno, Llanquihue y Chiloé) como también de las comunidades nativas, que rehusaban deponer su dominio sobre sus tierras en la región de la Araucanía.Aún después del asalto a la ciudad de Valdivia, en 1820, por el almirante inglés Lord Cochrane y su incorporación territorial al patrimonio nacional, no se advierte intención alguna por dar paso a una política inmigratoria que permitiera poblar estas extensas zonas del país.Sólo a fines de la segunda mitad del siglo XIX se empieza a abordar el problema en forma seria y responsable. Por primera vez en la historia de Chile se inicia un proceso de orden político y económico que faculta al gobierno para establecer el control y el desarrollo de zonas o áreas que había incorporado a su patrimonio y de otras, que deseaba incluir a través de su llamado proyecto de “pacificación de la Araucanía”. 

“En el año 1832 se estimó que la población de Chile era un millón cien mil habitantes, cantidad insuficiente para distribuirse de manera adecuada en el área sobre la que Chile declaraba ejercer una soberanía más retórica que real. ... En 1854, del millón cuatrocientos mil habitantes, casi novecientos mil vivían entre los ríos Aconcagua y Maule. Lo que había al norte del río Copiapó y al sur del río Bío-Bío era en la práctica – salvo Valdivia y Chiloé – tierra de nadie” 1       

Según Francisco Encina, “el territorio chileno, que durante el período hispano había alcanzado a una extensión de más de 2.000.000 de kilómetros cuadrados, con la segregación de Tucumán y Cuyo y la renuncia de los 700.000 kilómetros cuadrados de la Patagonia, quedó reducido a 565.000 kilómetros cuadrados, que aumentaron a 741.767 con la anexión de Antofagasta, Tarapacá y Arica”.2     

En efecto, en 1848 se hacía el primer esfuerzo serio para abordar el problema de “vacíos demográficos” con el envío a Alemania del ciudadano alemán al servicio de Chile, Bernardo Philippi, para que éste reclutara a posibles colonos. “En 1850 empezaron a llegar a Valdivia los primeros grupos de inmigrantes. En octubre de ese año se creó el cargo de agente de colonización en Valdivia, que ocupó Vicente Pérez Rosales. Con el fin de habilitar nuevas tierras al sur de Valdivia para colonos y desde río(?) hasta el seno de Reloncaví. En 1853 el astillero de Melipulli era un verdadero pueblo – Puerto Montt – en tanto que otros inmigrantes ocupaban los márgenes del lago Llanquihue y se creaba el nuevo territorio de colonización de ese nombre”. 3         

En relación con esta preocupación creciente, se agregan tres hechos que en la práctica obligan a una política concertada de inmigración, en la que todos los sectores de la vida nacional se muestra interesados en resolver. Estos hechos están marcados por la decisión de ocupación de la Araucanía, los problemas limítrofes con Argentina y por último, la victoria militar sobre Perú y Bolivia en la guerra del Pacífico. En un corto período de tiempo, desde 1852 hasta 1890, los gobiernos se ven obligados a iniciar un proceso inmigratorio que producirá profundos cambios en la fisonomía del Chile colonial, convirtiéndolo, en el transcurso de los años, en un país de estructura racial de origen europeo. Veamos brevemente estos hechos y de qué manera inciden en la política inmigratoria adoptada por las autoridades chilenas.         

En 1852, bajo el gobierno de Manuel Montt, se había iniciado la acción de usurpación de las tierras nativas de la Araucanía, con la ocupación de Arauco; territorio que había estado en posesión de distintas comunidades indígenas, conocidas genéricamente con el nombre de Mapuches. Estas comunidades mantenían afinidades culturales y en cuyo proceso de expansión se pretendía ir extendiendo la línea fronteriza, hasta unir entre ellas el territorio nacional con las provincias al sur de Valdivia. Aún cuando los avances de una guerra de agresión fueron significativos en 1853, 1867 y 1871, las tropas de asalto debieron ser retiradas en 1879, a raíz de la guerra del Pacífico, entregando a guardias civiles la continuación de la tarea, los que en la práctica no fueron capaces de conseguir sus objetivos. De este modo, la incautación de los territorios indígenas, debió esperar hasta el término de la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, produciéndose así un intervalo que fue quebrantado violentamente inmediatamente después de la victoria militar obtenida en el norte.        

En el año 1872, el gobierno de Federico Errazúriz, le entregó a la Sociedad Nacional de Agricultura la responsabilidad del manejo de la Oficina General de Inmigración. Dos años más tarde, se creó el cargo de Inspector de Colonización para los territorios indígenas, que hasta la fecha habían sido substraídos a los Mapuches.        

Casi simultáneamente se nombra en Europa un Agente General de Colonización, encargado de buscar europeos que quisieran emigrar a Chile y dedicarse a las tareas agrícolas.         En este período, en esferas del gobierno (parte de la plutocracia y oligarquía nacional), se empieza levantar la consigna de la superioridad racial; pretexto para asignarse, así mismos, territorios o “terrenos baldíos”, bajo la cobertura de la inmigración europea. Este fenómeno también estuvo presente en Australia hasta 1972 (White Australia) y que fue abortada por el Primer Ministro Laborista, Gough Whitlam.        

Para los gobiernos de la época, el territorio de la Araucanía no sólo constituía una preocupación en términos de una zona que impedía la continuidad geográfica y soberanía de norte a sur ( del río Bío-Bío a la Región de Los Lagos), sino que además existía una seria presunción de que Aurelio Antonio de Tounens, auto-coronado como Orélie Antoine I, rey de la Araucanía y de la Patagonia, era en la práctica una importante carta del gobierno francés para producir un enclave dentro del territorio chileno heredado por el sistema colonial, situación histórica a la que Francia aspiraba a conseguir dentro de las nacientes e inestables repúblicas latinoamericanas.        

La preocupación de ocupar tierras baldías  se convierte en una necesidad urgente. Si a esto se agrega la victoria militar del norte, la exigencia se hace ineludible. En efecto, terminada la guerra del Pacífico, el gobierno central, con un ejército numeroso y con armas modernas proporcionadas por Gran Bretaña, cuyos intereses y control de las salitreras nadie dudaba, inició su segunda ofensiva, la que terminó por consolidarse exitosamente en 1887.        

Un segundo hecho de importancia en torno a la política de inmigración, lo constituía el problema limítrofe con Argentina. Durante el desarrollo del conflicto armado con Bolivia y Perú en el norte, Argentina había revivido interesadamente el problema limítrofe con Chile, pese a los acuerdos del 6 de diciembre de 1878. Reactiva el diferendo, obligando al gobierno a firmar un nuevo tratado en 1881, por medio del cual Chile se resigna a entregar los territorios reclamados para sí en la Patagonia. De este modo se exacerba la preocupación por poblar el extremo sur del país, para lo que no se dispone de otro medio que la inmigración.Por último, al terminar la guerra del Pacífico, cuya duración se prolongó desde 1879 a 1883, se produce la incorporación al territorio nacional de dos extensas provincias, Tarapacá y Antofagasta, las que habían pertenecido a Perú y Bolivia respectivamente.           

Frente a este cuadro general, Chile se encuentra – en menos de una década -  con una superficie territorial que le era imposible poblar con nacionales y cuyas intenciones de soberanía no podían ser meramente retóricas, sino que por el contrario, se impone la tarea de buscar urgentemente medios para implementar ciertas políticas para mantener el control y dominio sobre los nuevos territorios, como así mismo, preservar otros que permanecían en litigio con Argentina.           

De este modo, entre 1883 y 1900, llegan al país no menos de 10 mil inmigrantes, los que en su mayoría fueron reclutados por la Agencia chilena de colonización, que tuvo sus oficinas en Paris, Zurich y Berna, la capital Suiza.4        

Junto a esta política inmigratoria, se crea una política militar para proporcionar seguridad a estos nuevos habitantes, especialmente en el sur. El ejército se instala en la zona ocupada y se habilitan guarniciones militares para proteger a los colonos y dominar por la fuerza a los indígenas que reclamaban propiedad sobre sus tierras usurpadas. De este modo se crean los regimientos de Temuco, Lautaro, Traiguén, Victoria y Angol.           

Esta nueva responsabilidad asumida por el ejército chileno, inicia un proceso de adecuación, cuyas dimensiones no son sólo proporcionar garantías a los colonos, sino que además, a las élites políticas y grupos oligárquicos que también se auto asignan parte importante de las tierras sustraídas a las comunidades indígenas.        

Para preparar al nuevo ejército en las técnicas que las condiciones políticas requieren, el gobierno decide contratar al Teniente Coronel – de nacionalidad alemana – Emil Körner como subdirector de la Escuela Militar, creándose dentro del año un periódico y un club militar (Círculo Militar), ambos subvencionados por el estado.    “Bajo la dirección de Körner, en 1886, se funda la Academia de Guerra o Colegio de Guerra, con la finalidad de desarrollar la capacidad técnica y científica de los oficiales. A partir de entonces, la Academia de Guerra empieza a reclutar jóvenes de la elite militar, con un alto sentido de crítica a los métodos y prácticas, a la dirección política y a la ingerencia gubernamental, llegando en los años 20 a un desafío directo a los partidos políticos por el control del estado.En muy poco tiempo, solamente 5 años después de la fundación de la Academia de Guerra, Körner y su pequeño grupo de incondicionales, toman parte activa en la guerra civil de 1891 contra el presidente José Manuel Balmaceda”. 5            

Los inmigrantes llegan a Valparaíso, Chile por vía marítima y generalmente se les concede un tiempo de adaptación urbana antes de ser trasladados al sur del país. Ricardo Ferrando sostiene que “entre el 25 de septiembre de 1883 y el 7 de abril de 1884, llegaron 1.973 inmigrantes, entre los cuales, los suizos eran mayoría, con un total de 1.243, entre mayores de edad, padre, madre e hijos”.6         Por otra parte, Balmaceda, desde que asumió la presidencia del gobierno en 1886 y hasta su muerte, en la revolución de 1891, continuó con la política colonizadora iniciada por Montt e incorporó al país unos 3.500 extranjeros, cuya mayoría estaba constituida por suizos, alemanes y franceses.7        

En este período, es decir, bajo la presidencia de José Manuel Balmaceda, es cuando ingresa a Chile un gran número de ciudadanos de origen suizo procedentes de Berna. Llegan en un período en que el cuadro político empieza a ser fuertemente convulsionado por visiones opuestas sobre la forma de estructurar el país, sobre la influencia que debe o no tener la Iglesia Católica Romana y sobre el control de las riquezas básicas del país, especialmente el salitre, en manos, en ese entonces, del imperialismo británico.       

Estos factores son objeto de profundas divisiones en la sociedad chilena. Los sectores más conservadores, en alianza con el imperialismo británico y con las élites militares, levantan una insólita campaña contra el Presidente de la Republica, contra  sus ideas y convicciones nacionalistas y se deciden, en último término, por una confrontación militar contra el gobierno democrático y legítimamente elegido por los chilenos (situación que se repetirá en 1973 contra el gobierno del Dr. Salvador Allende).         

Es así como la oligarquía criolla se pone de parte del capital británico, que ve amenazado sus intereses en las salitreras y empieza a provocar una inestabilidad político-institucional de grandes proporciones. De esta forma, levantan una insólita campaña contra la persona del presidente Balmaceda, contra los intentos de nacionalización del salitre y su incorporación al patrimonio nacional.        

El conflicto conduce a una guerra civil, en cuyo desenlace el presidente Balmaceda termina con su vida, con un disparo en la sien, en la sede de la Embajada Argentina en Santiago. La oligarquía nacional gana el conflicto y toma nuevamente posesión del gobierno.   

“Los historiadores chilenos continúan debatiendo las causas de la guerra civil, con explicaciones que parten de una interpretación basada en la visión obcecada del presidente Balmaceda por los cambios, hasta las causas externas provocadas por el imperialismo británico y sus seguidores en Chile. Los acontecimientos producidos en Chile entre 1970 y 1973 han permitido establecer enormes analogías entre Balmaceda y el Presidente Allende, como nacionalistas y reformadores, ambos encontraron sus derrotas políticas en manos de los intereses extranjeros y de las oligarquías chilenas. Como en todas las controversias históricas, hay evidencias para estar de acuerdo con todas las versiones del conflicto. Sin embargo, no se podrá entender la guerra civil de 1891 si se ignoran los complejos cambios políticos y económicos producidos en Chile por la guerra del Pacífico y el prolongado enfrentamiento político por “las cuestiones religiosas” y la tensión entre el Congreso y el poder ejecutivo” 8

Sobre la inmigración en Chile, recién se empieza a trabajar con acuciosidad. Si bien es cierto que existen estudios preliminares y aislados, hoy, con motivo de la preparación de la celebración del Segundo Centenario, se ha empezado a producir interesantes trabajos. Lo más recientes: Inmigración italiana a Chile: 1880-1930 y La Inmigración árabe a Chile 1885-1950. De acuerdo al sitio web de DIBAM, (Memoria chilena - http://www.memoriachilena.cl/mchilena01/temas/dest.asp?id=inmigracionitalianaachileinmigracionitaliana)

“En Chile la inmigración italiana comenzó a manifestarse a mediados del siglo XIX, sin embargo, sería en las primeras décadas del siglo XX que este proceso se acentuaría hasta consolidar a la colonia italiana en la segunda más numerosa después de la española. Si el censo de 1854 establecía que eran 406 los residentes italianos en el país, el de 1920 elevó su número a 12.342, la cifra más alta hasta hoy. La mayoría eran hombres jóvenes que provenían del norte de Italia, de la Liguria y el Piamonte, los que a través de cadenas migratorias entraron a través de los puertos de Valparaíso y Talcahuano, extendiéndose de norte a sur, y dedicándose mayoritariamente al comercio, la industria y las profesiones liberales.Con relación a la inmigración árabe, Memoria Chilena nos dice:

“No fue de gran magnitud. Se calcula que el total de árabes que llegó a asentarse al país fluctuó entre 8 mil y 10 mil personas, de los cuales alrededor de un 50 por ciento era de origen palestino, un 30 por ciento sirio y el 20 por ciento restante libanés. El itinerario de la cadena migratoria árabe se iniciaba en los puertos de Beirut, Haifa y Alejandría, pasando por Marsella o Génova hasta llegar a Buenos Aires, desde donde continuaban su viaje cruzando la cordillera a lomo de mula o en el tren trasandino”.Estos esfuerzos por valorar el aporte de los extranjeros en Chile y su contribución al desarrollo del país es una tarea pendiente. Esperamos que los centros de enseñanza superior en Chile promuevan, a través de tesis doctórales entre sus alumnos, este importante aporte a la historia y a la cultura de nuestro país.           

 Notas:1.- Villalobos Sergio, Osvaldo Silva, Fernando Silva y Patricio Estelle, Historia de Chile, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1974, p 455-6.2.- “El 26 de noviembre de 1885, se realizó el sexto Censo General de la República, que arrojó una población total de 2.527.320, es decir, 451.349 más que el de 1875. De ellos 95.812 habitantes corresponden a las anexiones de Antofagasta, Tarapacá y Tacna. Francisco Encina y Leopoldo Castedo, Resumen de la Historia de Chile, Zig-Zag, Santiago de Chile, 1970, p 1637.3.- Villalobos, Sergio, obra citada, p. 457-8.4.- Ferrando Keun Ricardo, Y así nació la Frontera (Conquista, Guerra, Ocupación y Pacificación) 1550-1900, Editorial Antártica S.A. Santiago de Chile, 1986, p 527 y siguientes.5.- Loverman Brian, Chile, The Legacy of Hispanic Capitalism, Oxford University Press, USA, Second Edition, 1988, p 175.6.- Ferrando Ricardo, obra citada, p. 512-37.- Francisco Encina y Leopoldo Castedo, obra citada, p 1803-4.8.- Loverman Brian, obra citada, p 176.·         

Master en Estudios Latinoamericanos. University of New South Wales, Sydney, Australia  

Informacion

Informacion

 Estimadas amigas y amigos de la Ong Reencuentro, por la presente tengo a bien informarles  que después de un largo receso, primero por el fallecimiento de algunos socios honorarios muy queridos, de Canadá, Australia y España, luego por el sensible fallecimiento de mi esposo y posteriormente por caer en una depresión severa estuve ausente de la organización por casi mas de dos años, claro que ya esta había estado trabajando solo con los socios en actividades a nivel nacional.

Pues bien, ya restablecida, me atrevo nuevamente a retomar los proyectos que tienen que ver con los compatriotas que viven en el exterior y es así que este año haremos el Tercer Reencuentro y premiación del Tercer Concurso de Literatura de la ONG Reencuentro y queremos aprovechar la oportunidad para hacer también este año la Segunda Cumbre Mundial y Seminario Internacional de Periodistas y Comunicadores Chilenos que viven en el exterior.

Ya ha habido algunas conversaciones pero nos interesa vuestra opinión y barajar las fechas, algunos dicen que en Septiembre otros en Noviembre, pues bien para eso les escribo para que tanto las escritoras y escritores como los periodistas y comunicadores, den contestación a este email y me digan que fecha les acomoda mas y si están dispuestos a participar.

En espera de sus gratas noticias, me despido cariñosamente, Graciela Arevalo Cruz, Presidenta.

ONG REENCUENTRO

El derecho a voto de los ciudadanos chilenos residentes en el exterior

El derecho a voto de los ciudadanos chilenos residentes en el exterior

El derecho a voto de los ciudadanos chilenos residentes en el exterior: ¿y qué opinan los ciudadanos chilenos residentes en el exterior?

Chilenos somos todos los chilenos.

Ciudadanos somos todos los ciudadanos.

Desde hace varios años circulan  en las esferas de poder, en el Congreso para ser más exactos, diversas ideas y proyectos para otorgar el derecho a voto a los chilenos residentes en el exterior.  A pesar del tiempo transcurrido, fuerza es de constatar que el debate acerca de este aspecto incompleto del sistema político y electoral chileno, ha mostrado a lo menos dos grandes series de argumentos y de posturas, unas en favor y otras con ciertas restricciones.

Por un lado, los sectores de la Concertación y de la izquierda que han formulado la idea que deben disponer de ese derecho todos los ciudadanos chilenos residentes en el exterior, y por otro lado, la postura esgrimida por la derecha (UDI y RN) de que otorgar ese  derecho debe ser restringido en virtud de la existencia y de la condición de determinados vinculos entre los ciudadanos chilenos y la nación chilena a la que pertenecen.  Esas han sido las posturas generales de los principales actores políticos chilenos.

Pero el problema no es sin embargo, ni propiedad de algun sector político ni privilegio de un partido o coalición: se trata de un asunto que toca centralmente a la condición ciudadana en la nación chilena.  Toca centralmente a la ciudadanía que es el fundamento de la república y es el pilar constitutivo de la democracia y de la soberanía.

Tenemos derecho a preguntarnos, entonces:

¿Quién tiene derecho en Chile a calificar los vínculos existentes entre esos cientos de miles de chilenos y su patria?  ¿Qué organismo público de este país tendría el triste e impresentable rol de preguntarle a los chilenos en el exterior qué tipo de vínculos tienen con su patria?

¿En qué consiste esa inexplicable  y vergonzosa casuística del supuesto "vínculo" entre los ciudadanos chilenos y su país: ¿el número de viajes aéreos al país? ¿el número de llamadas telefónicas internacionales realizadas? ¿el número de cartas de amor  o de poemas enviados? ¿la cantidad de emails enviados y recibidos hacia y desde su país? ¿el monto de los giros postales en dólares, yens, euros, libras esterlinas? ¿el número de encomiendas enviadas y recibidas?...

Sin embargo, a lo largo de todos estos años de debate público, poco hemos conocido aquí en Chile, respecto de cual es la posición y la opinión de los propios ciudadanos chilenos residentes en el extranjero.

La cuestión no es menor si se considera que cuando nuestros gobernantes, empresarios, profesionales y parlamentarios salen al exterior, se complacen en afirmar que Chile es una democracia moderna y con altos estándares de gobernabilidad y estabilidad, que es un país ordenado y tranquilo.   ¿Qué Chile venden los empresarios -a los que representa la derecha política- en el exterior?  Ciertamente la de un país seguro y estable para la inversión privada extranjera: ¿porqué no sería entonces ésta, una democracia estable que le asegura el derecho a voto a los 800.000 chilenos residentes en el extranjero?

En nuestra opinión, el asunto es extremadamente simple y claro: en el sistema político chileno, el derecho a voto debe abarcar a todos los ciudadanos chilenos sin restricciones ni condiciones, residan donde residan.

¿Quién le tiene miedo a 800.000 votos más en las elecciones presidenciales,  si no le temen a esos casi 4.000.000 de jóvenes que se sumarían con el voto voluntario y la inscripción automática?

¿Porqué no realizar una amplia consulta a todos los ciudadanos chilenos residentes en el extranjero preguntandoles derechamente si quieren disponer del derecho a votar en las elecciones en su país?  ¿Porqué no le preguntamos a nuestros compatriotas en el exterior si están de acuerdo a que se les pongan condiciones para que ejerzan su derecho a sufragio?

¿Chilenos somos todos los chilenos?

¿Ciudadanos somos todos los ciudadanos?

Manuel Luis Rodríguez U.