El derecho a voto de los ciudadanos chilenos residentes en el exterior
El derecho a voto de los ciudadanos chilenos residentes en el exterior: ¿y qué opinan los ciudadanos chilenos residentes en el exterior?
Chilenos somos todos los chilenos.
Ciudadanos somos todos los ciudadanos.
Desde hace varios años circulan en las esferas de poder, en el Congreso para ser más exactos, diversas ideas y proyectos para otorgar el derecho a voto a los chilenos residentes en el exterior. A pesar del tiempo transcurrido, fuerza es de constatar que el debate acerca de este aspecto incompleto del sistema político y electoral chileno, ha mostrado a lo menos dos grandes series de argumentos y de posturas, unas en favor y otras con ciertas restricciones.
Por un lado, los sectores de la Concertación y de la izquierda que han formulado la idea que deben disponer de ese derecho todos los ciudadanos chilenos residentes en el exterior, y por otro lado, la postura esgrimida por la derecha (UDI y RN) de que otorgar ese derecho debe ser restringido en virtud de la existencia y de la condición de determinados vinculos entre los ciudadanos chilenos y la nación chilena a la que pertenecen. Esas han sido las posturas generales de los principales actores políticos chilenos.
Pero el problema no es sin embargo, ni propiedad de algun sector político ni privilegio de un partido o coalición: se trata de un asunto que toca centralmente a la condición ciudadana en la nación chilena. Toca centralmente a la ciudadanía que es el fundamento de la república y es el pilar constitutivo de la democracia y de la soberanía.
Tenemos derecho a preguntarnos, entonces:
¿Quién tiene derecho en Chile a calificar los vínculos existentes entre esos cientos de miles de chilenos y su patria? ¿Qué organismo público de este país tendría el triste e impresentable rol de preguntarle a los chilenos en el exterior qué tipo de vínculos tienen con su patria?
¿En qué consiste esa inexplicable y vergonzosa casuística del supuesto "vínculo" entre los ciudadanos chilenos y su país: ¿el número de viajes aéreos al país? ¿el número de llamadas telefónicas internacionales realizadas? ¿el número de cartas de amor o de poemas enviados? ¿la cantidad de emails enviados y recibidos hacia y desde su país? ¿el monto de los giros postales en dólares, yens, euros, libras esterlinas? ¿el número de encomiendas enviadas y recibidas?...
Sin embargo, a lo largo de todos estos años de debate público, poco hemos conocido aquí en Chile, respecto de cual es la posición y la opinión de los propios ciudadanos chilenos residentes en el extranjero.
La cuestión no es menor si se considera que cuando nuestros gobernantes, empresarios, profesionales y parlamentarios salen al exterior, se complacen en afirmar que Chile es una democracia moderna y con altos estándares de gobernabilidad y estabilidad, que es un país ordenado y tranquilo. ¿Qué Chile venden los empresarios -a los que representa la derecha política- en el exterior? Ciertamente la de un país seguro y estable para la inversión privada extranjera: ¿porqué no sería entonces ésta, una democracia estable que le asegura el derecho a voto a los 800.000 chilenos residentes en el extranjero?
En nuestra opinión, el asunto es extremadamente simple y claro: en el sistema político chileno, el derecho a voto debe abarcar a todos los ciudadanos chilenos sin restricciones ni condiciones, residan donde residan.
¿Quién le tiene miedo a 800.000 votos más en las elecciones presidenciales, si no le temen a esos casi 4.000.000 de jóvenes que se sumarían con el voto voluntario y la inscripción automática?
¿Porqué no realizar una amplia consulta a todos los ciudadanos chilenos residentes en el extranjero preguntandoles derechamente si quieren disponer del derecho a votar en las elecciones en su país? ¿Porqué no le preguntamos a nuestros compatriotas en el exterior si están de acuerdo a que se les pongan condiciones para que ejerzan su derecho a sufragio?
¿Chilenos somos todos los chilenos?
¿Ciudadanos somos todos los ciudadanos?
Manuel Luis Rodríguez U.
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