Fiesta en Berlín para recordar la caída del muro
Alrededor de cien mil personas participaron en el último día de conmemoración del término simbólico de la división alemana y planetaria. La capital germana se preparó para un maratón artístico, que finalizó en la Puerta de Brandenburgo. El mensaje de los representantes de las potencias que lideraron la guerra fría fue uno solo: unidad.
Martes 10 de noviembre de 2009
Foto: Mil fichas revivieron el recorrido del muro a través de Berlín. Su caída en cascada simbolizó el fin de la división planetaria que siguió al término de la Segunda Guerra Mundial.
Ni la lluvia ni el frío impidieron que miles de alemanes y extranjeros se congregaran para conmemorar los 20 años de la caída del muro de Berlín, símbolo de un conflicto ideológico que no sólo dividió a Alemania, sino que a todo el orbe en dos.
Y ayer el mensaje de los representantes de las potencias que lideraron la guerra fría fue uno solo: unidad. Nada de críticas al pasado, nada de revivir una fragmentación que, si bien se cree extinta, aún sigue viva en millones de personas.
“Es un día de fiesta, no sólo para Alemania, sino para toda Europa”, afirmó ayer la Canciller Angela Merkel, primera líder germana oriunda de la extinta República Democrática Alemana (RDA).
La Puerta de Brandeburgo, que hasta el 9 de noviembre de 1989 estuvo cercada por el murallón y alambradas, fue el principal punto de reunión.
El Mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, sorprendió a los más de cien mil asistentes con un mensaje proyectado en pantallas gigantes.
En horas de la tarde, la atención se concentró en el antiguo puesto fronterizo interbelinés de la Bernauer Strasse. Merkel, junto al ex líder soviético Mijail Gorbachov y al ex dirigente polaco y Premio Nobel de la Paz, Lech Walesa, y un centenar de alemanes orientales revivieron el camino que recorrieron veinte años atrás al cruzar el primer paso que levantó la barrera la noche que cayó el muro.
Dominó
Walesa fue el encargado de dar inicio a la actividad central de la conmemoración: volcó la primera de las mil fichas de un dominó pintadas por aficionados de todo el mundo.
Su caída en cascada simbolizó el desplome del muro, bajo el clamor del público y las luces de cientos de proyectores. Tras caer la última pieza, la noche berlinesa se iluminó con fuegos artificiales.
Poco antes, una pieza musical recordó que también ayer fue el aniversario de la Noche de los Cristales Rotos, cuando el 9 de noviembre de 1938 cientos de sinagogas ardieron en toda Alemania. Era el inicio del Holocausto. LN
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