Insulza recaba datos de la crisis en plena selva
La Nación / Agencias
Martes 11 de marzo de 2008
Misión especial de la OEA visitó zona de Ecuador bombardeada por fuerzas colombianas
La delegación continuará en Bogotá su labor de investigación para aclarar los pormenores del ataque a las FARC en territorio ecuatoriano, el que originó el delicado impasse entre Ecuador y Colombia.
Foto: Insulza encabeza una misión especial de investigación conformada también por los embajadores de Argentina, Brasil, Bahamas, Panamá y Perú. Foto: AP
Una misión especial de la Organización de Estados Americanos (OEA), con su secretario general José Miguel Insulza a la cabeza, llegó ayer hasta la zona selvática ecuatoriana donde hace poco más de una semana se perpetró el ataque colombiano a un campamento de las FARC que desencadenó la delicada crisis político-diplomática que aún mantiene en tensión a Quito y Bogotá.
La labor del grupo es contrarrestar en terreno toda la información recibida hasta ahora por los principales actores del impasse para tener el panorama más claro que se pueda del ataque que dejó al menos 25 muertos, entre ellos el "número dos" de las guerrilleras FARC, "Raúl Reyes".
Sin ofrecer ningún tipo de declaración, Insulza llegó al sitio en un helicóptero militar acompañado de embajadores de cinco países miembros del organismo regional: Argentina, Brasil, Bahamas, Panamá y Perú. Al sitio, conocido como Angostura y ubicado en la provincia amazónica de Sucumbíos (275 kilómetros al norte de Quito), también se trasladaron los ministros ecuatorianos de Defensa, Gobierno y de Seguridad Interna y Externa.
Los representantes de la OEA recibieron en el lugar los testimonios y las pruebas de la incursión armada colombiana en suelo ecuatoriano en la que también resultaron heridas tres mujeres, entre ellas una mexicana.
En la víspera, tras su llegada a Quito, Insulza se había reunido con el Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, quien le manifestó la disposición de su Gobierno de cooperar con esta misión. Habrá transparencia, honestidad, manos limpias y nada que ocultar resaltó Correa en ese encuentro, destacando además la necesidad de que la comisión reúna las evidencias de que Colombia violó la soberanía de su país con su ataque.
TRASLADO A BOGOTÁ
Tras cumplir con su vital misión en la selva ecuatoriana y en Quito, (también se entrevistaron con organizaciones civiles), el grupo viajó inmediatamente a Bogotá, donde recabará detalles de la versión colombiana del incidente.
La misión especial de la OEA corre contra el tiempo en su labor pues debe elaborar un informe lo más detallado posible sobre el impasse, escrito que será analizado por los cancilleres del bloque en una reunión especial a realizarse en Washington el 17 de marzo.
Aún cuando ambos gobiernos dieron por superada la controversia en la pasada cumbre del Grupo de Río y que Colombia pidiera perdón comprometiéndose además a no incursionar nunca más en otro territorio, el Presidente ecuatoriano aún no decide restablecer los vínculos diplomáticos, para lo cual -aseguró- se tomará todo el tiempo que necesite. Los otros dos países que habían roto igualmente sus relaciones diplomáticas con Bogotá en solidaridad con Quito, Venezuela y Nicaragua, ya normalizaron estos nexos (ver recuadro).
DIFÍCIL CONTROL FRONTERIZO
Antes de que la misión de la OEA abandonara suelo ecuatoriano, el Gobierno de ese país insistió en su pedido al organismo para que supervise el control colombiano de la frontera de unos 600 kilómetros y anticipó que, de no ser atendido, podría plantear el envío de cascos azules.
"Queremos que (la OEA) garantice la vigilancia en la frontera. Si no lo puede hacer, podríamos pedir ayuda de los cascos azules", señaló el ministro de Seguridad Interna y Externa, Gustavo Larrea.
El secretario general del organismo regional estimó ayer "muy difícil" que una fuerza internacional asuma el control de la frontera colombo-ecuatoriana, pero planteó en su lugar una misión de verificación que evite tensiones.
"Creo que es muy difícil, muy difícil, controlar una frontera como ésta, como también es difícil realmente que otros países que no son de la región contribuyan con muchas fuerzas militares", dijo Insulza en Lago Agrio, capital de la provincia de Sucumbíos.
Antes de considerar esa opción, "vamos sobre todo a ver la posibilidad de unos acuerdos concretos, serios" en los que pueda "haber una verificación civil, política de dichos acuerdos", declaró el máximo representante de la OEA al término de su recorrido por esa zona selvática.
"Las dos cosas que nos interesarían (ahora es) saber cómo ocurrieron los hechos y, segundo, qué es lo que se tiene que hacer para evitar que vuelvan a producirse", agregó.
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