Myanmar, el drama de los miles de desaparecidos
La Nación / Agencias
Grupos humanitarios desconocen el paradero de un gran número de opositores arrestados durante las protestasLa misión del enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, será puesta aprueba hoy, martes, con la reunión que tiene previsto sostener con el jefe de la junta militar birmana, el general Than Shwe.
Foto: Según datos oficiales, la represión militar en Myanmar dejó al menos 13 personas muertas, aunque otars fuentes estiman que la cifra ascendería a varias centenas. Foto: AFP
Dominadas a golpes y balas las manifestaciones pro democracia en Myanmar, grupos de defensa de los derechos humanos y diplomáticos extranjeros alertaron ayer sobre un preocupante efecto de la represión desatada por la junta militar que encabeza el general Than Shwe: la falta de informaciones sobre el paradero de miles de opositores que fueron detenidos durante las jornadas de protesta.
La Asociación de Asistencia a los Detenidos Políticos (AADP), que desde Tailandia trata de seguir el rastro de los presos políticos distribuidos en 43 prisiones de Myanmar (ex Birmania), estima que unas 1.500 personas fueron arrestadas la semana pasada, cuando las fuerzas policiales reprimieron las mayores manifestaciones antigubernamentales de los últimos 20 años.
"Por lo menos 85 líderes de las manifestaciones, más de mil monjes y entre 300 y 400 estudiantes y militantes (partidarios de la democracia) fueron privados de su libertad", declaró Bo Kyi, el subsecretario de la AADP.
Kyi agregó que los birmanos arrestados estaban sometidos a severas condiciones de detención.
Los monjes budistas, adalides de las manifestaciones pacíficas masivas de la semana pasada, fueron desvestidos, "recibieron severas golpizas, patadas y fueron insultados" por los soldados y sus acólitos, indicó la asociación en un comunicado.
Las denuncias de la AADP fueron secundadas por la Comisión Asiática de Derechos Humanos (CADH), que aseguró que "al menos 700 monjes y 500 civiles fueron arrestados y llevados a lugares desconocidos".
Estos detenidos, así como 150 personas arrestadas cuando comenzó el movimiento, en agosto, "deben ser considerados como desaparecidos, y no arrestados, hasta que se haya confirmado su localización y su condición", exigió la CADH.
Diplomáticos extranjeros confirmaron los arrestos masivos, pero sus verificaciones se han visto obstaculizadas por la fuerte censura desplegada por las autoridades castrenses, que controlan todos los sistemas de telecomunicaciones. Mientras, miles de soldados fuertemente armados patrullan las calles, evitando que se produzcan nuevas protestas.
Según fuentes oficiales, 13 personas fueron muertas a balazos y varias decenas quedaron heridas en las protestas, mientras que algunos diplomáticos estimaban que el balance de las violencias es mucho más elevado.
Paralelamente con la preocupación sobre del destino de los opositores detenidos, la atención también se centraba en la esperada reunión que sostendrían hoy, martes, el enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, con el general Than Shwe. La cita tendrá lugar en la ciudad de Naypyidaw, designada por los militares como la nueva capital del país.
El veterano "hombre fuerte" de Myanmar, un experto en guerra sicológica, ha hecho esperar dos días a Gambari creando la duda de si haría un desplante al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien encomendó al diplomático nigeriano viajar inmediatamente al país asiático para tratar de infundir en los generales birmanos los conceptos de contención y diálogo.
Gampari ya había viajado a Myanmar en mayo y noviembre de 2006 para lograr la liberación de la líder de la oposición y Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, gestión que no dio frutos.
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