¿QUIÉN DERRIBÓ LAS TORRES GEMELAS?
El lanzamiento, el lunes 10 de septiembre, de la tercera versión editada de una película que surgió como un video de aficionados, dará nuevamente tema para hablar a quienes comparten las llamadas "teorías conspirativas" en torno al 11-S.
Se trata de "Loose Change" (algo que podría traducirse como monedas sueltas o sencillo), escrita y dirigida por Dylan Avery con la producción de Korey Rowe y Jason Bermas. La película alega que sectores del gobierno estadounidense planearon y ejecutaron los ataques del 11 de septiembre.
La primera versión de este video, producido en una computadora portátil a un costo de US$2.000, fue puesta en la internet en abril de 2005. Un año más tarde y tras algunas correcciones, fue relanzada como segunda edición.
Cientos de miles de personas han visto el documental de una hora y media que todavía está disponible en forma gratuita para todo el público en la Internet.
En esta ocasión, Avery, Rowe y Bermas, quienes fundaron la compañía "Louder than Words" (más fuerte que las palabras), presentan la tercera edición con el subtítulo "final cut" (últimos cortes de edición), durante una serie de actos que tendrán lugar en Nueva York y otras ciudades estadounidenses.
EFECTO EXPANSIVO
El lanzamiento se produce dos meses después de la aparición de otro documental con una temática similar: "911 Ripple Effect" (el efecto de onda expansiva del 11-S), del presentador de radio neoyorquino Dave von Kleist y el productor William Lewis.
Ambos se presentan como pioneros del "911 Truth Movement", o movimiento para descubrir "la verdad" detrás de los atentados.
Quienes comparten los cuestionamientos de este movimiento, se presentan a sí mismos como ciudadanos que exigen al gobierno de EE.UU. que responda a una serie de dudas e inconsistencias en torno a los ataques.
Del otro lado, tanto la Casa Blanca, como quienes aceptan la versión oficial de que los atentados fueron perpetrados por 19 miembros de la organización al-Qaeda, califican a aquéllos como una mezcla de inadaptados y paranoicos que ven detrás de cada acontecimiento una mano macabra vinculada al poder.
"INSIDE JOB"
Entre los que dudan de la versión "oficial" figuran los que creen que los servicios de inteligencia y la Casa Blanca tenían cabal conocimiento previo de los ataques y permitieron deliberadamente su ejecución.
En una línea más radical se encuentran quienes sostienen que se trató de un plan maquinado y ejecutado desde el interior mismo del gobierno de George W. Bush, o como se dice en inglés, un "inside job".
Esto es lo que se desprende de la serie de interrogantes e hipótesis que plantean las películas "Losse Change" y "911 Ripple Effect". Interrogantes e hipótesis que sus realizadores dejan deliberadamente resonando en el público, pero que ellos mismos se niegan a responder.
En un debate abierto con el público de "Have your say" (tiene la palabra) un programa del servicio en inglés de la BBC, Jason Bermas, uno de los creadores e investigadores de "Loose Change", defendió en días pasados su posición diciendo que él no es el procurador general del estado de Nueva York para dar respuestas al caso.
En una posición similar, Dave von Kleist, de "911 Ripple Effect", quien también participó del programa, sostuvo que su película sólo reclama "la verdad" por parte de las autoridades a través de la presentación en formato de documental de una serie de testimonios y entrevistas.
DUDAS Y DUDOSOS
Al debate también fue invitado Steve Evans, corresponsal de la BBC quien reportó para la televisión desde el World Trade Center en el mismo momento en que cayeron las Torres Gemelas.
El periodista, al tiempo de rechazar de plano las ideas "conspirativas" de los autores de las películas, defendió su propio papel, ya que su trabajo es mencionado para plantear algunas de las dudas que Washington ---sostienen--- todavía debe responder.
En efecto, las películas dicen que Evans es uno de los tantos que informó "en vivo" de explosiones secundarias en las torres gemelas después del impacto de los aviones.
Según los conspirativos, esto contribuye a la teoría de que los edificios fueron derribados, no por las aeronaves, sino por una "demolición controlada" con explosivos colocados en su estructura interna.
En el programa, Evans calificó de absurda tal hipótesis y aclaró que cuando habló de otra explosión, durante su transmisión, en realidad quiso describir "un gran bang" producto del impacto de los aviones y no de artefactos explosivos.
Adujo además que cuando informó que la torre conocida como WTC-7 había colapsado, 25 minutos antes de que realmente se desplomara, se "trató de un simple error en un día de mucha confusión".
Cabe recordar que el World Trade Center se componía de siete edificios con las Torres Gemelas numeradas WTC-1 y WTC-2. Una tercera torre (la WTC-7), un edificio de 47 pisos, también colapsó aunque no recibió el impacto de los aviones.
ALIADO INESPERADO
"Hay una completa, obvia, simple y racional explicación para lo que ocurrió el 11-S, que ha sido dada incluso por especialistas que no están vinculados al gobierno de EE.UU.", dijo Evans durante el programa.
"Esto es que 19 personas con motivaciones fundamentalistas islámicas secuestraron los aviones para estrellarlos en las Torres Gemelas y el Pentágono", agregó y a continuación calificó las teorías conspirativas como "una locura absoluta".
Contrariamente, quienes participan de este "movimiento en busca de la verdad", recibieron con beneplácito las palabras de uno de los periodistas británicos más respetados en cuanto a temas de Medio Oriente.
Bajo el título "Hasta yo cuestiono la 'verdad' sobre el 11-S", Robert Fisk publicó, el pasado 25 de agosto en el diario "The Independent", un artículo en el que se hace eco de varias de las preguntas a las que aluden los "conspirativos", aunque aclara al final:
"Permítanme repetirlo. No soy un teórico de la conspiración (...) Pero como cualquier otra persona, me gustaría conocer toda la historia del 11-S porque, entre otras cosas, fue el disparador de esta lunática y rimbombante 'guerra contra el terror' que nos condujo al desastre en Irak y Afganistán y en la mayor parte del Medio Oriente".
GANANDO ADEPTOS
Con Evans o con Fisk, lo cierto es que más allá de las críticas y calificaciones, lo que se puede denominar como el "fenómeno conspirativos" sobre el 11-S, cuenta ya con un número de seguidores que no debe despreciarse.
En un artículo publicado por Time.com, el escritor estadounidense Lev Grossman cita una encuesta de la empresa Scripps-Howard, según la cual el 36% de los estadounidenses considera "muy probable" que funcionarios del gobierno ejecutaron los ataques o al menos los permitieron.
"Esto no es un fenómeno marginal. El 36% de la población significa mucha gente. Esto es una realidad entre las principales tendencias políticas", señala.
Desde los trágicos acontecimientos de hace seis años, el "movimiento en busca de la verdad sobre el 11-S" ha ido ganando adeptos en todo el mundo a través de diferentes espacios que ofrece la internet a medida que aparecen nuevas señales de inconsistencias.
Para refutar cada uno de los cuestionamientos, el Departamento de Estado de EE.UU. abrió una página en internet (www.nist.gov) en la que intenta responder a cada una de las interrogantes.
Al cumplirse un nuevo aniversario de los trágicos acontecimientos que marcaron un hito en nuestra historia contemporánea, el halo de conspiraciones o escepticismo (como usted prefiera llamarlo) no parece desvanecerse. Todo lo contrario.
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_6966000/6966715.stm#
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