Parte juicio en Argentina contra cura torturador ubicado en Chile
Sacerdote Christian Von Wernich, que ejerció como párroco de El Quisco hasta 2003, enfrenta desde hoy ante la justicia trasandina los cargos por 31 casos de torturas y 42 secuestros durante la dictadura en ese país.
En medio de estrictas medidas de seguridad, un tribunal de Argentina comenzó a juzgar hoy al sacerdote católico Christian Von Wernich por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar en ese país.
Von Wernich, acusado de siete homicidios, 31 casos de torturas y 42 privaciones ilegales de la libertad, es el primer sacerdote argentino sometido a proceso por crímenes que perpetró el régimen que gobernó el país de 1976 a 1983.
Quien fuera capellán de la policía de la provincia de Buenos Aires, la mayor fuerza de seguridad del país, fue trasladado anoche a los tribunales para evitar incidentes y agresiones en su contra y asiste al juicio desde detrás de un vidrio para impedir que le arrojen objetos.
Von Wernich, de quien el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel dijo que "tiene sus hábitos manchados de sangre", regresó a Argentina en 2003 después de haber sido descubierto en Chile.
El religioso fue ubicado por el desaparecido semanario chileno Siete + 7, que denunció su presencia en un artículo titulado “El cura torturador que se esconde en El Quisco”, en ese balneario litoral de la Región de Valparaíso, en donde ejerció por siete años como párroco de su única iglesia haciéndose llamar Christian González.
Von Wernich, de 68 años, es juzgado por el Tribunal Oral Federal 1 de la ciudad bonaerense de La Plata, el mismo que en septiembre último condenó al ex policía Miguel Etchecolatz a prisión perpetua por seis casos de homicidio y dos de privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos durante la dictadura.
Durante el proceso los jueces Carlos Rosanski, Norberto Lorenzo y Horacio Isaurralde escucharán los testimonios de 126 personas, 70 de ellas sobrevivientes de cárceles ilegales montadas por el régimen militar y familiares de víctimas de la represión.
Las medidas de seguridad también apuntan a proteger a los testigos de este juicio a raíz de la desaparición de Jorge López, quien dio un testimonio clave en el proceso contra Etchecolatz y cuyo paradero se desconoce desde hace más de nueve meses.
El fiscal interviniente en el caso de Von Wernich, Carlos Dulau Dumm, dijo que las autoridades "han creado estructura de protección" para los testigos, por lo que consideró que su seguridad "está garantizada".
En el mismo sentido se pronunció el juez Rozanski, presidente del tribunal que juzga al sacerdote, quien sostuvo que "se han tomado todas las precauciones" y sostuvo que "no habrá problemas" para demostrar que "el Poder Judicial está funcionando".
Decenas de efectivos policiales han sido desplegados tanto en el interior como en las inmediaciones de los tribunales, donde hoy se concentraron miembros de organismos de derechos humanos, sindicatos y partidos de izquierda bajo la consigna "La impunidad tiene cura".
Christian Von Wernich fue capellán de la policía de la provincia más poblada del país cuando la jefatura de esa fuerza estaba a cargo del fallecido general Ramón Camps, quien en 1986 había sido condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad.
Varios supervivientes de la denominada "guerra sucia" que desató la dictadura contra sus opositores han asegurado que el sacerdote, además de visitar cárceles ilegales, acompañaba a los escuadrones paramilitares que secuestraban personas y presenció fusilamientos.
Pero el sacerdote aduce que visitaba las comisarías para dar "apoyo espiritual" a detenidos y niega que se tratara de personas secuestradas en centros clandestinos.
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