Un héroe chileno-argentino
Joven de padres chilenos fue el primer caído de la Guerra de las Malvinas. En Calbuco y Puerto Montt sus tíos y primos reconstruyen la historia del soldado héroe.
Por CARLOS SOTOMAYOR V. / Colaboración MARCO VÁZQUEZ.
Foto: Uno de los mayores orgullos fue cuando la ciudad de Comodoro, en agradecimiento por la valentía de soldado, le puso su nombre a la escuela primaria.
Cuenta la historia que hace 25 años, un chileno, Mario Almonacid Vargas, oriundo de las cercanías de Calbuco ofrendó su vida defendiendo los intereses de Argentina, en la primera operación de la guerra con Gran Bretaña por recuperar las Islas Malvinas.
Sin embargo, la narración entre calbucanos y puertomontinos ha pasado ha convertirse en un mito urbano, tiene los más variados entramados y enredos que sin duda vale la pena volver a revisar y aclarar, como que el muchacho era argentino, aunque por sus venas corriera sangre chilena y que su nombre adorna escuelas en el país trasandino.
Largo viaje
Humberto Almonacid, padre de Mario, nacido en la localidad de Rulo, en la comuna de Calbuco, siendo muy joven decidió probar suerte en la década del ´60 y partió a Argentina, donde seguramente encontraría la oportunidad laboral que Chile no le dio.
Su destino lo llevó hasta la costera Comodoro Rivadavia, donde para su sorpresa no se sintió tan solo, ya que como él otros chilenos habían decidido emigrar. Mientras se instalaba en una de las ciudades más importantes del sur argentino, su camino lo llevó a encontrarse con la chilota María Vargas.
Juntos empezaron a construir su vida y tuvieron dos hijos, Mario y Jorge (más tarde tendrían a Mario Ricardo, en honor a su primer niño). Para ambos muchachos, pese a nacer en tierras trasandinas, Chile les era muy familiar debido a las historias contadas por sus padres, que les hablaban del hermoso sur del país. Olivio Almonacid, hermano de Humberto y tío de los muchachos y que aún vive en Rulo, recuerda con cariño como sus sobrinos disfrutaban viajar a nuestro país y sostiene que pasaban veranos enteros en los terrenos de su familia.
Los jóvenes siguieron su vida normal, cruzada por la cultura de dos países que por muy distintos que parecen, tienen muchas cosas en común. Cursaron sin problemas la primaria y la secundaria, hasta que el destino le daría el primer susto.
Cuando Mario terminó de estudiar, debía cumplir con su Servicio Militar Obligatorio, justo en momentos cuando las relaciones entre Chile y Argentina estaban al borde de cortarse y empezar una guerra entre ambas naciones.
El muchacho que había estudiado una carrera técnica pidió una prórroga con lo que logró postergar su Servicio. Suerte que no corrió el también argentino de padres chilenos y primo hermano de Mario, Guillermo Almonacid, quien recordó que los días en las trincheras en la frontera fueron duros, sobre todo por su cercana relación con Chile. "Guardias de 24 horas, sin más comida que un pedazo de pan, era lo que debíamos soportar por el hecho que nuestros padres habían nacido al otro lado de la cordillera".
Malvinas
Luego que Mario completara sus estudios debió cumplir con el deber de todo argentino. Él decidió hacer su servicio en la Brigada de Infantería de Marina Nº1, en Comodoro Rivadavia.
Llevaba sólo dos meses de instrucción, había ingresado en marzo de 1982, cuando recibió la noticia que debía partir al inclemente sur, a luchar por la recuperación de las Malvinas.
La "Operación Georgias" se inició el 26 de marzo de 1982 y entre los que participa iba el chileno-argentino, que difícilmente había conseguido instrucción para portar un arma, menos para enfrentar una guerra. La historia indica que a las 11.47 horas del 2 de abril inicia el desembarco, en el helicóptero Puma, la segunda ola al mando del teniente Giusti, compuesta por un grupo de tiradores y una ametralladora, un total de 15 hombres.
El helicóptero trató de aterrizar en las proximidades del hospital, pero cuando lo hacía recibió nutrido fuego de armas portátiles, que ocasionaron el fallecimiento de los dos primeros conscriptos de infantería de marina. Mario Almonacid y José Néstor Águila son los nombres de los caídos en ese tiroteo.
De esta forma, Mario se convirtió en el primer caído y primer héroe de la guerra de las Malvinas. El chileno-argentino había ofrendado su vida por la nación que lo vio nacer.
Héroe
Los tíos de Mario, Olivio en Rulo y Orlando en Puerto Montt, recuerdan a su sobrino como un joven excepcional, tranquilo y el encargado de unir siempre a la familia, ya sea en Argentina como en Chile.
Ambos sostienen que el muchacho estaba cumpliendo su Servicio, con el afán de finalizar pronto con su deber, para dedicarse a su profesión de electro mecánico. Sin embargo, los sueños de Mario y los de su familia se vieron truncados y su cuerpo fue devuelto cinco días después de su deceso.
Guillermo, su primo, fue uno de los encargados de reconocer el cadáver que estaba desfigurado, pues el proyectil inglés había atravesado su rostro.
La pena y rabia de sus padre era fuerte y la familia no terminaba de entender por qué un joven de apenas 20 años, sólo con una mínima instrucción militar, había sido enviado a la muerte. Pero Guillermo sostiene que una cualidad de los argentinos es que no olvidan a quienes dieron todo por su patria. Es por ello que uno de los primeros gestos de la nación transandina fue enterrar a su soldado con todos los honores, además de instalar una placa recordatoria con el nombre de Mario en Comodoro Rivadavia. Así también los padres del combatiente, Humberto y María (quienes siguen viviendo en Comodoro), recibieron una pensión que les ayuda a mitigar el dolor de la pérdida de su hijo.
Pero el mayor orgullo fue cuando la ciudad de Comodoro, en agradecimiento por la valentía de soldado, decidió cambiar el nombre a la escuela primaria 737 y rebautizarla como "Mario Almonacid Vargas", según consta en el diario Crónica, de la ciudad argentina.
1 comentario
guevara -
USTEDES TRAICIONARON A KIENES LLAMAN "PAIS HERMANO"
SON UNOS HIJOS DE PUTA!!! AGUANTE ARGENTINA!!!