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Centros Chilenos en el Exterior

LA COMPLEJA DISCUSIÓN QUE SEGUIRÁ AL ANUNCIO SOBRE TV DIGITAL

LA COMPLEJA DISCUSIÓN QUE SEGUIRÁ AL ANUNCIO SOBRE TV DIGITAL

La batalla recién comienza

Esta semana, la Presidenta Bachelet anunciará qué estándar adoptará nuestro país. Decisión relevante, pero que aparece como menor al lado de otros debates que prometen encender de verdad la industria de la pantalla chica.


Nación Domingo

Cuando los directores de los principales canales de televisión abierta del país pisen el suelo de La Moneda, el jueves por la tarde, lo más probable es que las cartas estén echadas. Pero será el último de sus esfuerzos por ganar una batalla –la elección de la norma de televisión digital que regirá en Chile– en la que hasta ahora parecen en desventaja. Los mandamases de la TV están conscientes de que la llegada de esta nueva tecnología revolucionará la forma en que los chilenos interactúan con la pantalla chica. Sólo así se entiende la artillería mediática que han desplegado las últimas semanas, y que culminará con la cita que tendrán con la Presidenta Michelle Bachelet. Esta última aseguró que la decisión que tome la Subsecretaría de Comunicaciones (Subtel) será anunciada antes que finalice marzo.

Todos los esfuerzos de los canales agrupados en la Asociación Nacional de Televisión (Anatel) apuntan a convencer al Gobierno de que el estándar más ventajoso es el estadounidense (ATSC), por sobre los que ofrecen la Unión Europea (DVB) y Japón (ISDB). ¿Argumentos? Permite alta definición de imagen y sonido envolvente. Pero también es cierto que el ATSC, respecto a sus competidores, permite una menor cantidad de canales dentro del espectro radioeléctrico, lo que, a juicio de Anatel, sería incluso más práctico: en las condiciones actuales, la torta publicitaria no alcanzaría a financiar nuevas estaciones de TV (ver recuadro).

Sin embargo, los criterios del Gobierno para la elección del estándar son distintos. Para el Ejecutivo, más que una decisión exclusivamente técnica, como sostiene Anatel, se trata de una decisión estratégica y también política. Ve en ella la oportunidad de refundar la televisión gratuita y evitar que se abra una nueva brecha tecnológica. Es por eso que la Mandataria precisó que la norma que se adopte debe “fortalecer la pluralidad y facilitar el acceso de los ciudadanos a la tecnología”.

El subsecretario de Telecomunicaciones, Pablo Bello, propone derribar mitos: “Desde el punto de vista técnico, las tres normas entregan similares funcionalidades. Por eso, un criterio fundamental es el costo que tendrá acceder a la televisión digital para los chilenos de menores ingresos [que, junto a la clase media, son los principales usuarios de la televisión abierta]”.

Si se toma en cuenta este criterio, el estándar europeo lleva la delantera. Porque este sistema es el que tiene hoy, a precio más accesible, los decodificadores para recepción en definición estándar, que permiten a los actuales televisores análogos recibir la señal digital, no en alta definición, pero sí con una calidad similar a la del DVD. De hecho, el más barato bordea los 30 mil pesos, mientras en los otros dos sistemas los precios no descienden de los 150 mil. Junto a esta ventaja, la norma del Viejo Continente facilita la diversidad de canales –una de las prioridades de La Moneda– y la recepción de las señales en teléfonos móviles.

Esto último es un detalle no menor. “Se abriría una amplia oportunidad de negocios para las empresas de telefonía móvil”, explica Lucas Sierra, investigador del Centro de Estudios Públicos. No por nada, gigantes de las telecomunicaciones, como Telefónica, han hecho un fuerte lobby por el estándar europeo.

Al presidente del Consejo Nacional de Televisión (CNTV), Jorge Navarrete, el exacerbado debate de las últimas semanas le parece “muy chileno”, incluidas las gestiones de última hora de los canales. “A medida que se acerca la fecha intuyeron cuál iba a ser la decisión, y están haciendo esfuerzos de última hora para postergarla, porque quizás se teme que la norma que patrocinan no sea la elegida”.

El Congreso, campo de batalla

Pero la batalla por la elección del estándar es sólo una de las tantas que se tendrán que librar una vez que Bachelet anuncie la decisión. La verdadera pelea vendrá después, y su principal escenario será el Congreso. “El debate va mucho más allá de la norma, como lo quieren hacer ver los canales. Ésta es ‘la’ oportunidad que tiene la televisión abierta para reinventarse”, asegura el diputado Marco Enríquez-Ominami.

Junto con el anuncio, la Subtel presentará una normativa técnica y un plan de acción, con un calendario de las modificaciones necesarias para el funcionamiento de la televisión digital.

Entre éstas está cambiar el artículo de la Ley del CNTV que prohíbe a los canales tener dos concesiones simultáneas, algo indispensable en el camino hacia el “shut down” o muerte definitiva de la televisión analógica. Mientras se produzca la transición, que según el subsecretario Bello podría demorar entre ocho y diez años, las estaciones tendrán que transmitir paralelamente en análogo y digital (para ello debería haber una concesión transitoria) para permitir que los usuarios emigren progresivamente a la nueva tecnología. Sin embargo, se mantendrá la prohibición para que un concesionario opere más de un canal de TV abierta.

Además, la Subtel anunciará también una iniciativa para garantizar un cierto número de canales que emitan exclusivamente contenidos de tipo regional. Ambas decisiones están orientadas a fortalecer la pluralidad de contenidos y evitar la concentración excesiva. “Queremos que la TV digital sea mucho más que buena imagen. Y la entrada de nuevos actores permitirá que otro tipo de contenidos puedan estar en pantalla. Queremos evitar lo que ocurrió en la radio FM, que prácticamente se concentró en dos grandes conglomerados”, explica Bello.

Incluso la ley que rige a TVN podría ser intervenida, pues hoy sólo autoriza al canal público a ofrecer un servicio de televisión, pero le impide transmitir otro tipo de datos, una de las posibilidades que ofrece la nueva tecnología.

Navarrete estima que las verdaderas batallas se librarán recién cuando se anuncien estas modificaciones: “Cuando se tengan que modificar algunas de estas leyes, aunque sea una pequeña cirugía en un punto específico, existe una alta probabilidad de que el debate dentro y fuera del Congreso se extienda a otros temas relacionados con la TV. ¿Por qué no privatizamos TVN?, ¿por qué no definimos la programación como cultural?, ¿por qué no cambiamos el sistema de financiamiento de la TV?”.

Estas discusiones –y muchas otras– saldrán al tapete. “Será necesario revisar el tema de las concesiones, porque hay algunas que son indefinidas y otras no; la entrada de nuevas actores a la televisión, como las empresas de telecomunicaciones, o si se fortalece o no el CNTV”, adelanta Enríquez-Ominami.

Teniendo en cuenta que la actual no es una etapa de consensos ni en la Concertación ni en la Alianza, ni menos de disciplina parlamentaria, el panorama parece complejo. Más aún si los principales actores de la industria –los canales– están empeñados en mantener el statu quo y trasladar la realidad analógica a high definition y sonido envolvente, como asegura Sergio Godoy, experto en comunicaciones de la Universidad Católica. “Es natural que los canales quieran mantener todo igual, porque ahora funcionan en un cierto equilibrio. Es lo que pasa en cualquier industria cerrada cuando se ven amenazados con la entrada de nuevos actores”, explica.

Navarrete, por su parte, advierte la importancia de llegar rápido a ciertos consensos porque, anticipa, “las posibilidades de que esto se estanque son proporcionales a que se mantengan/abandonen las posiciones extremas”. Y dure cuanto dure el debate, lo único seguro es que esta revolución sí será televisada.


¿QUIÉN PONE LA PLATA?

Según cifras de las Asociación Chilena de Agencias de Publicidad (Achap), la televisión se llevó casi la mitad de los más de 700 millones de dólares invertidos en publicidad en medios de comunicación durante 2005. Con cifras de esta magnitud, no es extraño que los canales se resistan a compartir siquiera un trocito de este suculento pastel. Su argumento es que la actual torta publicitaria es limitada y no alcanzará para financiar a los nuevos actores que, se supone, podrían entrar a la televisión abierta.

Algunos expertos relativizan este supuesto. Fulvio Barbieri, director del instituto audiovisual DGM y único particular que expuso en las audiencias sobre TV digital que organizó la Subtel en 2006, explica que la nueva tecnología abre otras posibilidades de financiamiento, como el multicasting, que permite a un canal transmitir hasta cuatro señales en forma simultánea, en definición estándar. “Esto permitirá a un operador crear canales temáticos orientados a un público más segmentado, optimizando así el recurso publicitario”. Otra área de negocios que se abrirá, agrega el experto, es la generación de contenidos exclusivos para celulares.

Claro que no habrá chipe libre. El subsecretario Bello descarta de plano la propuesta que el gerente general de Chilevisión, Mario Conca, hizo el jueves en el diario “La Segunda”: operar alguna de las señales que podrá tener un canal en la modalidad pay per view. “La Presidenta dejó en claro que la televisión digital será gratuita, así que, en principio, esa propuesta está descartada. Sí se podrán crear contenidos para vender a otras plataformas audiovisuales distintas a la televisión, pero para el Gobierno es fundamental garantizar que la recepción sea gratuita”.

Navarrete, quien fue presidente y director ejecutivo de TVN, es más escéptico respecto a la subsistencia de nuevos canales. “Lo más probable es que la torta no se reparta muy bien, y no es un tema de voluntarismo. Durante largos años la industria de la televisión fue deficitaria: los canales perdían plata. Y si el financiamiento va a ser de mercado, y el mercado del país es pequeño, no tiene por qué no suceder la concentración propia de las economías de escala”.

 

TODAVÍA NO CAMBIE LA TELE

Más de alguien se lo debe estar preguntando. ¿Qué hago con la vieja tele que tengo en el living? ¿Me va a servir para la era digital? ¿O tendré que endeudarme en 24 cuotas para comprar un plasma o un LCD? No pierda la calma. El director del Sernac, José Roa, recomienda esperar a que el Ejecutivo anuncie el estándar digital que adoptará nuestro país, y recién ahí tomar una decisión de compra. Porque, aunque el vendedor le haya dicho lo contrario, no todos los televisores de nueva generación están adaptados para recibir la señal en la norma que elegirá el Gobierno.

Cifras de la industria indican que, de los siete millones de televisores que hay en el país, unos 30 mil ya son aparatos digitales. ¿Es uno de los miles que compró un televisor con un estándar que puede ser incompatible? No se preocupe. ¿No está en condiciones de adquirir uno más moderno? Pierda cuidado. En ambos casos, la solución es un “set top box” o decodificador que le permitirá recibir la señal digital. “Hay que informarse bien y averiguar las características de un aparato antes de comprar. En todo caso, el apagón analógico no será inmediato, habrá un tiempo razonable para cambiarse a la nueva tecnología”, aconseja Roa.

 

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