CONVENIOS DE INFRAESTRUCTURA DE LA X REGION DEBERIAN REPLICARSE EN EL PAÍS

Estos acuerdos permitirán mejorar la calidad de vida de los habitantes de Osorno, Valdivia y Puerto Montt

Por Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Presidente del Senado

Foto: Presidente del Senado, Eduardo Frei Ruiz-Tagle

Los días 11, 12 y 13 de enero pasado la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, suscribió tres Convenio de Programación, uno en Puerto Montt, otro en Osorno y el restante en Valdivia, a partir de los cuales en un plazo de seis años, se realizarán importantes obras de infraestructura que le cambiarán el rostro urbanístico a esas ciudades y tendrán un significativo impacto en la calidad de vida de sus habitantes.

Se trata de una experiencia absolutamente novedosa en términos de política pública. Es una estrategia de desarrollo innovadora, ya que el referido convenio cuenta con la participación de distintos organismos públicos, tales como los Ministerios de Vivienda y Obras Públicas, el Gobierno Regional de Los Lagos y las respectivas municipalidades.

Otro aspecto que es fundamental destacar, es el monto de los recursos involucrados. En total, se trata de más de 72 mil millones de pesos, de los cuales Puerto Montt recibirá 27 mil millones 304 mil 500 pesos, Osorno 23 mil millones 382 mil 145 pesos y Valdivia 21 mil millones 660 mil 676 pesos. Ello sin contar otros proyectos relevantes que no forman parte del convenio, pero cuya ejecución está comprometida por el Ministerio de Obras Públicas con fondos propios asignados de manera directa y que representan una inversión superior a los 23 mil millones de pesos.

Pocas veces hemos visto un esfuerzo tan significativo de parte del Estado como exclusivo protagonista hacia una región en particular, la que también -cabe recordar- se verá beneficiada con el Plan Chiloé anunciado en 2006. Y es que ellas viven una realidad absolutamente diferente a la que vemos en Santiago. Muchas veces la atención mediática está centrada en los mega proyectos que se realizan en la Región Metropolitana con grandes inversiones e intervenciones, con participación del sector privado y con un fuerte impacto en la vida de la población capitalina, mientras desconocemos las necesidades de las otras ciudades, las que en forma recurrente ven como sus proyectos son una y otra vez postergados.

Pero esta vez la cosa va en serio. Los convenios son planes de obras concretas, con plazos claramente estipulados para su ejecución y son un compromiso explícito de la Presidenta Bachelet. Y en virtud de ello es que mandé un oficio a los Ministerios de Vivienda y Obras Públicas pidiendo que se agilice la tramitación del decreto supremo respectivo, de manera que se comience a trabajar cuanto antes en las iniciativas, de acuerdo al cronograma establecido. Asimismo, creo necesario que el Gobierno nombre a una persona que gerencie los convenios, de manera que se encargue de supervisar la entrega de los recursos, la realización de los trabajos comprometidos y el cumplimiento de los plazos acordados.

Asimismo, esta estrategia viene a confirmar lo que he dicho en tantas ocasiones, incluso en esta misma tribuna, cuando pedí que había que definir en que áreas vamos a poner más Estado y en cuáles más esfuerzo privado. Y es que esto tiene una lógica muy evidente: el Estado debe concentrar sus esfuerzos financieros y de gestión en aquellas áreas en que su rol es insustituible e impulsar las obras que está en condiciones de financiar. Pero, a la vez las autoridades deben tener el criterio de ceder al sector privados la ejecución y operación de los grandes proyectos que por su magnitud no está en condiciones de solventar.

En el caso de los Convenio de Programación, sí se da la primera condición. Se trata de una inversión considerable para el Estado, pero hoy abordable y susceptible de ser replicada en otras regiones. En el fondo, se trata de que el Gobierno asuma el liderazgo que le corresponde fijando objetivos y señalando claramente el camino para ejecutar estos proyectos que en regiones tienen una importancia trascendental para su desarrollo y la calidad de vida de sus habitantes.

Y en este proceso es relevante el rol que debe cumplir los representantes políticos de las zonas involucradas y la ciudadanía, los que en muchas ocasiones se quedan en los lamentos y en las críticas permanentes. Tras estos conveniso hay una convocatoria a la población de Valdivia, Osorno y Puerto Montt, y antes a la de Chiloé, a tomar parte en este proceso.  Para exigir hay que ser capaz de participar. Esta tarea debe reunir el esfuerzo de todos. Es la mejor manera de construir ciudades modernas, armónicas, integradoras y capaces de crear las capacidades competitivas para crecer y desarrollarse.