Una historia inconfesable y vergonzosa
Por Juan Gabriel Labaké jglabake@telered.com.ar
Según la información oficial que me ha proporcionado el señor encargado de Negocios de la República Islámica de Irán, Dr. Mohsen Baharvand, ese país amigo ha intentado dialogar con el gobierno argentino en numerosas oportunidades, para ofrecer su colaboración en el caso AMIA, y nunca obtuvo respuesta alguna.
Hoy hago pública esta información reservada porque la Argentina se apresta a tomar decisiones que podrían dejarnos en posición muy deslucida ante la comunidad internacional, y crearnos graves problemas políticos en el futuro inmediato. Y lo hago con la esperanza de que el gobierno sopese bien sus pasos en los próximos días, antes de tomar tales decisiones que serán irreversibles.
La historia de esta triste y bochornosa actuación de nuestra Cancillería y de nuestro Poder Judicial es la siguiente.
Luego de recibir los exhortos de Galeano (2003), Irán ofreció dialogar varias veces con la Argentina. Poco después, Gran Bretaña comprobó que no teníamos prueba alguna contra el ex embajador iraní, Sr. Solemainpour, y por ello lo liberó.
A su vez, y como consecuencia ineludible de la nulidad del proceso que dictó el Tribunal Oral Nº 3, y la consiguiente absolución de Telleldín y los 4 policías, Interpol suspendió el pedido de captura internacional contra los 12 iraníes acusados por la Argentina.
Ante la protesta de la Argentina, INTERPOL llamó a una audiencia a las partes que se efectuó a principios de 2004, y a la cual asistió el señor Baharvand por Irán, y el primer secretario de la Embajada argentina en París. En esa ocasión, Interpol decidió mantener la suspensión de las capturas, e instó a las partes a iniciar actividades de colaboración mutua para esclarecer el atentado, pero el representante argentino anunció que él no estaba autorizado para aceptar esa propuesta.
Al promediar el año 2004, el nuevo juez de la causa AMIA, Dr. Canicoba Corral, insistió en el pedido de captura contra los 12 iraníes, por lo que Interpol decidió llevar el asunto ante su Asamblea General a realizarse en Berlín, Alemania, a principios de 2005.
A dicha Asamblea de Interpol (ya mencionada en mi nota Nº 1) asistió por Irán una delegación presidida por Mohsen Baharvand, y por nuestro país otra similar presidida por el embajador en Berlín, Dr. Enrique José Candioti.
Cuando ya estaba claro que perderíamos la votación final en esa Asamblea, Baharvand propuso a Candioti mantener conversaciones bilaterales para iniciar un período de colaboración mutua e investigar el atentado. Nuestro embajador hizo la correspondiente consulta con Buenos Aires y recibió la orden de rechazar la propuesta iraní e insistir ante la Asamblea General de Interpol.
Tal Asamblea, luego de escuchar extensos alegatos de cada parte, decidió que nuestro pedido era ilegal. La votación fue contundente: 109 votos en contra nuestra, y sólo 5 a favor, con 9 abstenciones. Los cinco votos a favor fueron de EEUU, Israel, Argentina, Islas Marshall (¡!) y Micronesia (¿?). Sólo nos apoyaron los dos estados interesados en acusar a Irán y autores del meneado informe secreto que usó la SIDE, y otros dos países liliputienses que nadie sabe dónde quedan. ¡Un verdadero y doloroso papelón internacional que, con toda seguridad, repetiremos con la nueva e irresponsable acusación de Canicoba Corral, Nisman y Martínez Burgos! En esa sesión de la Asamblea fue cuando, ante la insistencia nuestra de que se capturara a los 12 iraníes, un representante de Interpol le respondió irónicamente, y ante la risa de todos los asistentes, que "al menos en un caso es imposible hacerlo, porque uno de los 12 (llamado Allamol Hoda quien, por otro lado, nunca había estado en la Argentina) ha fallecido hace 5 años justamente acá, en Berlín, y aquí está enterrado todavía... y no se puede esposar a un cadáver que está bajo tierra..."
De ahí en más, la Argentina mantuvo su decisión de acusar a los iraníes por el atentado. Ante ello, Irán designó un nuevo encargado de Negocios en la Argentina. Eligió para el cargo al propio Dr. Mohsen Baharvand, quien ya había visitado nuestro país en dos oportunidades para estudiar de cerca el caso. Baharvand arribó a Buenos Aires en abril de este año.
Por nota del 09-05-06, el nuevo representante iraní solicitó una entrevista con el canciller Jorge Taiana, para entregar una nota oficial de su gobierno. Nuestra Cancillería aún no ha respondido si concede o no dicha audiencia, ¡y van 6 meses!
Al no recibir noticia alguna sobre ese pedido, el 26 de mayo de 2006 el encargado de Negocios de Irán solicitó por nota audiencia con el vice canciller, García Moritán.
Esa entrevista se efectuó el 29 de mayo de 2006, con la presencia del nombrado García Moritán y de la ministro Viviana Johns, por nuestra Cancillería, y Mohsen Baharvand como encargado de Negocios de Irán en Buenos Aires.
Inmediatamente después, el 31-05-06, la Embajada de Irán entregó a nuestra Cancillería la nota oficial Nº 3640 de su gobierno, dirigida al canciller Jorge Taiana, cuya vital y definitoria importancia en este tema me lleva a transcribir "in extenso" sus párrafos centrales:
"Irán y la Argentina mantienen relaciones diplomáticas desde hace más de un siglo... y nunca fueron tan graves (por malas) como en esta última década.
"Irán y la Argentina, como dos países en vías de desarrollo, influyentes e independentistas, merecen tener unas relaciones más sólidas y más sostenidas que las actuales.
"Es nuestra tarea tomar medidas para solventar (por aclarar) malentendidos y resolver los problemas existentes con mutuo respeto. Permítame hacer un repaso a la situación actual entre los dos países.
"Han sido incluidos los nombres de varios diplomáticos y súbditos de la R. I. de Irán en el caso de un terrible atentado terrorista en Buenos Aires, sin ningún indicio ni testimonio. Lamentablemente, después de eso fue emitida la orden de detención nacional e internacional de esas personas, con el fin de su extradición, por un juez cuya incompetencia ya fue comprobada por el Poder Judicial de la Argentina. Esta cuestión ha creado una situación que se ha podido formar con (por debido a) la intervención de otros países que no siguen otro objetivo que (no sea) la distorsión de las relaciones entre los países independientes y el abuso de tales circunstancias, con continuas propagandas injustificadas contra la R. I. de Irán en los medios de comunicación. Ocurre todo esto mientras varias instituciones y Cortes (por Tribunales) nacionales e internacionales han afirmado el carácter arbitrario de las expresiones del juez argentino contra los súbditos de la R. I. de Irán.
"Excelencia, ¿cómo es posible que el juez de investigación de este caso haya sido destituido de su cargo de juez por acusaciones de corrupción y comisión de actos ilegales, como por ejemplo la desviación de la investigación de un acto criminal hacia otro camino distinto al de la Justicia, poniéndose en consecuencia en tela de juicio todos sus hallazgos, y absolviendo a todos los que habían sido acusados por él, quedando sólo en vigor sus expresiones contra unos súbditos y diplomáticos iraníes...?
"Sin lugar a dudas, los gobiernos tienen, en una situación clara como ésta, la obvia responsabilidad, según el Derecho Internacional, de no sólo impedir el deterioro de las relaciones amistosas con otros países y la violación del Derecho Internacional por sus propias instituciones nacionales, sino también procurar evitar, según sus compromisos adquiridos y tradicionales, cualquier acto que pudiera vulnerar el derecho natural de los individuos, e indemnizar adecuada y efectivamente esa infracción... Mucho sabríamos agradecer si el gobierno argentino procediera a hacer lo necesario a este respecto.
"Pese al desagrado que hemos sentido, tanto mi gobierno como yo personalmente, por las infundadas acusaciones contra los súbditos y diplomáticos de la R. I. de Irán, le comunico que la R. I. de Irán estaría dispuesta, según los principios y normas del Derecho Internacional, como el de no intervención, la igualdad de soberanía, el respeto mutuo y la observación de los derechos fundamentales de las personas entre otros, a promover y desarrollar sus relaciones con todos los gobiernos del mundo y, especialmente, con la República Argentina. En este sentido, y como la expresión de la buena voluntad del gobierno de la R. I. de Irán, he dado instrucciones a mis colegas para facilitar las relaciones judiciales entre los dos países y, en cambio, espero que las autoridades judiciales argentinas, como es digno de toda autoridad judicial, eviten acusaciones infundadas contra ciudadanos iraníes, levantando asimismo las órdenes de detención emitidas por el ex juez del caso.
"Excelencia, quisiera aprovechar la ocasión para presentarle al señor Mohsen Baharvand, quien es un diplomático especialista y con experiencia, como el nuevo encargado de Negocios de la Embajada de la R. I. de Irán. Espero que con su envío a Buenos Aires se abra un nuevo capítulo en las relaciones entre ambos países.
Firma: Manouchehr Motakí, ministro de Relaciones Exteriores de la R. I. de Irán."
Es difícil creerlo, pero esa nota de Irán, cuya importancia central nadie puede ignorar ni ocultar, no ha tenido respuesta de nuestro gobierno. Realmente es vergonzoso, tanto por la torpeza diplomática que ese silencio significa, como por el grado de obediencia a los deseos de Washington y Tel Aviv que denota.
De ahí en más, la Embajada de Irán solicitó las siguientes audiencias, a través de nuestra Cancillería:
- el 26-05-06, con el ministro de Justicia, Dr. Alberto Iribarne;
- el 26-05-06, con el presidente de la Unidad Especial de Investigaciones sobre la AMIA de ese Ministerio, Dr. Alejandro Sloker;
- el 26-05-06, con el fiscal Dr. Alberto Nisman (en los tres casos, para ofrecer la colaboración de Irán en la investigación del atentado a la AMIA);
- el 06-06-06, con la senadora Cristiana Fernández de Kirchner y el diputado nacional Rafael Bielsa, para dialogar sobre las relaciones bilaterales;
- el 28-06-06, con el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde y el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, para denunciar la discriminación existente contra los iraníes y los musulmanes por motivo de su nacionalidad y religión (delito que está penado por nuestra ley 23.592). Sin respuesta hasta hoy;
- el 10-07-06, con el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado Carlos Alberto Reutemann, para dialogar sobre las relaciones bilaterales, y
- con el ministro del Interior Aníbal Fernández, para ofrecerle cooperación bilateral en cuestiones de seguridad.
Ninguno de esos pedidos de audiencia ha sido siquiera respondido por nuestra Cancillería, a pesar de tener ya entre 4 y 5 meses de antigüedad.
En junio de 2006, el Dr. Baharvand logró dialogar con el entonces presidente del INADI, Enrique Oteiza, y denunció la discriminación citada. Oteiza le respondió que el INADI no podía actuar porque la eventual discriminación la habían cometido miembros del Poder Judicial, ante quienes ese Instituto de Lucha contra la Discriminación no tenía jurisdicción ni facultades... Aclaro que ésa es una interpretación muy particular de la ley 23.592 que creó el INADI, cuyo texto no hace distingos al respecto. También aclaro que la misma respuesta evasiva me dio el señor Oteiza cuando yo denuncié la flagrante discriminación que sufrían mis defendidos Edul padre e hijo, a manos de Galeano, Canicoba Corral, Nisman y Martínez Burgos.
Finalmente, el 31-10-06, la Embajada de Irán envió al canciller Taiana la nota oficial Nº 3688, en la cual el encargado de Negocios Baharvand expresó:
"... en referencia a la declaración del fiscal Alberto Nisman del día 25-10-06, en la que realizó graves acusaciones contra el gobierno de la R. I. de Irán, su ex presidente Ali Akbar Rafsanjani, varios miembros del Alto Consejo de Seguridad de la R. I. de Irán y dos ex diplomáticos de esta Embajada en Buenos Aires... el gobierno de la R. I. de Irán rechaza categóricamente estas acusaciones y reitera sus objeciones sobre los actos tomados por el fiscal argentino, demostrando (por, proclamando o afirmando) solemnemente que ni el gobierno de la R. I. de Irán ni sus autoridades tienen ninguna relación con el atentado terrorista contra la AMIA en 1994.
"Más allá de esta declaración, esta Embajada desearía apelar, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina, ante Gobierno de la República Argentina y al juez responsable de la causa, a fin de utilizar todas las legítimas herramienta judiciales para prevenir la violación de los principios de la ley internacional con respecto a la inmunidad de los Estados, de las personas y de las funcionalidades, en todo el territorio de la República Argentina.
"Las objeciones de la R. I. de Irán no solamente se relacionan con el contenido y la sustancia de las acusaciones, sino también con las formalidades y procedimientos del caso contra el gobierno y las autoridades de la R. I. de Irán.
"Alguien puede argumentar, inclusive tal vez de acuerdo con la ley argentina, que el Tribunal Oral no es competente para tratar casos en los cuales están involucrados Estados extranjeros.
"Finalmente, el gobierno de la R. I. de Irán desearía sugerir, como siempre lo ha hecho, que de acuerdo con los principios de la ley internacional, sus leyes internas y regulaciones, comenzar negociaciones con las autoridades argentinas a fin de clarificar todas las ambigüedades, siempre y cuando el debido proceso legal sea observado por el lado argentino."
Tampoco esta vital nota ha tenido respuesta por parte de nuestro gobierno.
Para concluir esta preocupante serie de desatinos e irresponsabilidades de nuestro Poder Judicial y de nuestra Cancillería, vale la pena consignar un detalle del dictamen acusatorio de los fiscales, hecho suyo por el juez Canicoba Corral. Nisman y Martínez Burgos aducen que tienen una nueva y decisiva prueba, en base a la cual solicitan a Interpol la captura de los (ahora) 9 iraníes. Esa prueba es la declaración de dos testigos clave, uno de ellos de apellido Mohadesín. Pero resulta que esos dos "testigos" están acusados de graves delitos, por lo que tienen orden de captura internacional emitida por... Interpol.
Sin dudas, en esta oportunidad el papelón será mayúsculo, y las consecuencias políticas, muy serias.
Buenos Aires, 12 de noviembre de 2006.
Juan Gabriel Labaké
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