La Tragedia de la Banda del Regimiento Caupolicán
http://www.regionloslagos.cl/tragedia_moewe.htm
Breve: En Puerto Octay se recuerda como una de las mayores tragedias la muerte de los músicos del Regimiento Caupolicán. Fecha del suceso: Año 1931, 28 de febrero.
El 28 de febrero de 1.931 los príncipes de Inglaterra Eduardo de Gales y Jorge de Windsor, visitaron la hermosa zona lacustre, hospedándose en la casona de la Península Centinela.
Su visita motivó que las autoridades de la época quisieran agasajarlos con una serie de actividades, por lo que por disposición del alto mando del Ejército de la época, la Banda del Regimiento Caupolicán de Valdivia, deleitara con sus melodías a tan selecta comitiva.
Sin embargo, debido al carácter apático del príncipe, muchos de los actos que se tenían preparados por la comisión organizadora no se pudieron realizar, suspendiéndose antes de lo previsto, a tal punto de que el príncipe tampoco se encontraba en su estado de salud etílico normal debido a bebidas que había consumido durante su viaje. Esto motivó que los músicos tuvieran que regresar a Puerto Octay, mientras que el príncipe fue directamente a la casona, que años mas tarde sería el Hotel Centinela.
En aquellos años, solo existía la posibilidad de hacerlo vía lacustre, por tal razón se tomó contacto con el capitán del vapor Chile, para que éste adelantase la hora de zarpe para recogerlos en la Península Centinela.
Lamentablemente, el vapor se encontraba sin leña y sus calderas no tenían la presión suficiente para poder zarpar de inmediato, y los músicos, al ver que demoraba la llegada del vapor, e impacientes por regresar a la ciudad de origen, se dieron cuenta que en el muelle estaba atracada la lancha Moewe, la que tenía una capacidad máxima de 20 pasajeros.
Esta lancha era de propiedad de Egon Balduino Minte, y desarrollaba una velocidad máxima de 25 millas por hora, encontrándose en excelente estado de seguridad.
Los músicos se acercaron al patrón de la lancha y le solicitaron que los llevara hasta Puerto Octay. el capitán de la Moewe, gustoso accedió a tal petición, sin embargo, el destino quiso confabularse contra ellos ya que en ese mismo momento zarpaba desde Puerto Octay el vapor Chile.
En cubierta, los músicos reían y recordaban jocosamente las duras actividades durante el día, otros descansaban y disfrutaban del silencio y relajo, y entonaban melodías con sus instrumentos.
Serían aproximadamente las 22 horas de esa oscura noche de verano, navegando la Moewe más o menos a una milla de Puerto Octay, y el "Chile" viajando en dirección contraria, o sea, dirigiéndose hacia Centinela, los pasajeros de la lancha fueron encandilados con las potentes luces del reflector del vapor, el que hacía uso de éste para orientarse en la oscuridad, sin percatarse de la presencia y cercanía de la lancha. A causa de esto el piloto de la Moewe perdió la noción de la ruta, atravesándose delante del vapor, cuando de pronto estruendoso ruido se escuchó, ambas naves habían chocado !!
Fue tan fuerte el impacto que el vapor Chile partió por la mitad a la frágil lancha Moewe, lanzando a los músicos al agua. En forma desesperada y percatándose de la colisión de salvataje, los tripulantes del vapor proceden a lanzar los botes salvavidas y demás elementos de salvataje, al mismo tiempo el capitán ordena marcha atrás.
Pero lamentablemente con esta maniobra sólo fue empeorada aún más la caótica situación. La hélice del vapor succiona los cuerpos de los músicos los cuales perecieron despedazados por la infortunada maniobra, tratan de nadar hacia la orilla pero debido al pánico que se apoderó de ellos, lo hicieron en dirección equivocada y sus fuerzas se agotaron siendo atrapados por las frías aguas del Lago Llanquihue. Aunque unos pocos son rescatados por embarcaciones y otros logran ponerse a salvo llegando a la orilla totalmente agotados y choqueados por la desgracia ocurrida.
Después de hora de trabajo y cuando llegó la luz del día, vino el recuento de lo ocurrido. Trece hombres habían desaparecido aquella noche, 12 de ellos músicos del Regimiento Caupolicán, además del capitán de la lancha. Las patrullas de rescates y buzos, sólo lograron recuperar algunos cuerpos sin vida, otros según cuentan en Puerto Octay, aún yacen en las profundidas del lago.
Actualmente, se recuerda a los músicos y capitán de la lancha que perecieron esa noche con un monolito emplazado en la costanera de Puerto Octay, donde se les rinde un homenaje por haber perdido la vida en cumplimiento del deber. Allí hay también inscrita una frase que los recuerda " Noble guerrero de estirpe ilustre que el gran Ercilla justiciero...yo sabré ya sea en paz o en guerra a mis colores hacen honor".
5 comentarios
Aristides Chamorro Rivas -
ERNESTO SALAZAR BRIONES -
En ese entonces desde mi calle, Eleuterio Ramirez Nº 1810, casi a una cuadra de mi Regimiento,
Dejaba todo por ir al ensayo de banda.
Con Amor de hombre, hoy grande a los Caupolicanes
Donde quiera que Chile luche....
UN GRAN ABRAZO.
ERNESTO SALAZAR BRIONES
magdalena salamanca bastidas -
FERNANDO LEIVA MUÑOZ -
ERNESTO SALAZAR BRIONES -
EN RECUERDO DE MI PADRE ERNESTO SALAZAR MIRANDA