Presidenta Bachelet se decidió por la abstención en el Consejo de Seguridad
LOGRÓ EL APOYO DE LAS PRINCIPALES FIGURAS POLÍTICAS
La Concertación valoró la determinación de la Presidenta Michelle Bachelet de no apoyar a Venezuela para el organismo internacional y evitar así una polémica en el oficialismo. La derecha sostuvo y reconoció que primó el sentido común.
www.lanacion.cl
Por Rodrigo Durán / Ivonne Toro
Lagos Weber -en clara referencia crítica a la advertencia que hizo el ex diputado DC Gutenberg Martínez sobre las consecuencias en la Concertación de un eventual respaldo a Venezuela- explicó que la determinación del Ejecutivo obedece a que “ninguna de las actuales candidaturas reúne la mayoría suficiente” y que, por ello, “considerando los intereses superiores del país”, La Moneda determinó que lo mejor es no pronunciarse en esta contienda, en especial porque la polémica en torno a la decisión distrae a las fuerzas políticas del quehacer nacional.
La sentencia gubernamental se conoció anoche luego de una reunión del comité político que se realizó en casa de la Mandataria y que tuvo como invitado “especial” al canciller Alejandro Foxley -que hoy se referirá en extenso al tema-, dado que el asunto que se trató concierne directamente al ministro que ha estado en una posición incómoda durante estas semanas por la postura de su tienda.
Ayer, sin embargo, la calma retornó a la DC. La timonel, Soledad Alvear, enfatizó su conformidad con la medida adoptada por Bachelet. “Siempre señaló la Presidenta que ella iba a resolver tomando en consideración los intereses del país y ella ha emitido su pronunciamiento que, por cierto, la Democracia Cristiana valora”, afirmó la senadora.
En el PS, en tanto, el dirigente Camilo Escalona sostuvo que Bachelet actuó “pensando en el bien de Chile y por la unidad de la Concertación”. El senador adujo que respeta el camino escogido por la gobernante: “Independientemente de no recaer (el voto) en el país respecto del cual habíamos manifestado nuestra simpatía, valoramos que esta decisión se haga pensando en el bien de Chile, buscando sortear la aguda polarización que se generó, evitando que esta decisión se transformara en un tema de política interior que abriera divisiones en el seno de los chilenos y, en especial, valoramos también que esta decisión se haya tomado, pensando sobre todas las cosas, en la unidad de la Concertación”.
Desde la vicepresidencia del Senado, el legislador PS Jaime Naranjo acotó que “cualquier otra opción iba a provocar más división en el país y al interior de la Concertación”.
En la derecha también hubo conformidad. El líder de la UDI, Hernán Larraín, aseguró que se logró que primara “el sentido común, porque Chile jamás puede apoyar a gobiernos como el de Chávez para un organismo como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Éste es un buen resultado para los moderados, para la Alianza, que espera que finalmente prime la hidalguía en las relaciones internacionales”.
Las razones
La inhibición de sufragar fue un camino esbozado por el oficialismo y la oposición ante la disyuntiva de votar por Guatemala -país tutelado por Estados Unidos- o Venezuela -el candidato “natural” para un sector del socialismo-, dados los inconvenientes que cualquiera de estas dos alternativas implicaba para Chile.
El propio Foxley levantó la tesis de la necesidad de un postulante de consenso y ante la ausencia de esta convergencia, el tomar palco fue la postura menos controversial para el Gobierno, ya que ni siquiera el partido de la jefa de Estado estaba 100% alineado con el Mandatario Hugo Chávez; y la DC, junto con la derecha, se oponía férreamente a un espaldarazo a Caracas. La estrategia peruana -que incluso según la prensa limeña fue pactada con la Cancillería chilena- se impuso en nuestro país, porque cerrar filas con Guatemala nunca fue ponderado.
La administración del Presidente Óscar Berger, a pesar de los esfuerzos de su canciller, Gert Rosenthal -un buen amigo de Chile, desde que fue secretario ejecutivo de la Cepal-, no ha logrado sacudirse de la imagen de ser una postulación digitada por Washington. Por ende, votar a la nación centroamericana era una opción declaradamente antichavista -comprensible en Colombia, América Central o México, cuyo Gobierno ha sido maltratado por Chávez-, pero más ilógica en una administración como la bacheletista, inclinada a volver al barrio y algo ansiosa por llevarse bien con Argentina y Brasil. LN
|
Los efectos internos de la medida
La resolución de la Jefa de Estado si bien puede ser interpretada como indefinida o incomprendida en el vecindario regional -además está por verse la reacción que tenga Caracas hoy-, es plana en términos de la política doméstica: no significa una crisis de gabinete ni desestabiliza al canciller DC, bloquea la ofensiva que preparaba la derecha -insinuaba que votar por Chávez sería un acto de liderazgo de izquierda, no de estadista- y además tiene un efecto neutro en la Concertación, donde habrá razones en la DC y el bloque progresista para sentirse ganadores. Previsiblemente, la oleada crítica vendrá de la minoritaria izquierda extraparlamentaria y de la franja concertacionista que apoya al chavismo.
0 comentarios