Bachelet afirma que un Estado sin protección social se convierte en un Estado de derecha
PRESIDENTA TRAZÓ EL PERFIL DEL SISTEMA QUE QUIERE CONSOLIDAR DURANTE SU ADMINISTRACIÓN
En un seminario internacional, la Mandataria estableció que su gestión apunta a reconstruir la continuidad con el modelo estatal de activa intervención pública que dominó buen parte del siglo XX y atacó el neoliberalismo de la dictadura y la derecha.
Por Carolina Miranda
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Foto: La Presidenta Michelle Bachelet ingresa al Círculo Español acompañada del senador y presidente de honor de la Fundación Chile 21, Carlos Ominami.
Las palabras de la Mandataria se han producido poco antes de que se conozca hoy el presupuesto 2007, en el cual -según ha sintetizado en el Ejecutivo- dos de cada tres pesos se destinarán a gasto social. Con esto La Moneda busca cumplir con uno de los objetivos de la gestión de Bachelet: establecer un sistema de protección social desde la infancia hasta la vejez.
El cuadro político, además, está dominado por la efervescencia gremial que presiona por obtener mayores pedazos de la torta del Producto.
En esta línea, Bachelet afirmó que “se equivocan quienes creen que a través de la desregulación y la jibarización del Estado podrán avanzar hacia un Estado integral”, en alusión a los sectores más liberales que piden mayor apertura en materia económica. “La marca histórica de mi Gobierno va a estar dada por la consolidación de las bases de un sistema de protección social”, garantizó Bachelet.
En la que fue la principal exposición de la jornada, la Jefa de Estado cuestionó al régimen militar por haber instaurado en el país “una matriz neoliberal, asistencialista y subsidiaria”.
“En Chile, el desafío aún es mayor, porque si en Europa intentan una construcción moderna del Estado de bienestar partiendo, digámoslo así, desde la izquierda, nosotros lo hacemos partiendo desde un origen de la derecha, de la matriz neoliberal, asistencialista y subsidiaria que nos legó el Gobierno militar”.
De ahí en adelante, agregó, “pasamos a explorar cómo establecemos mínimos sociales, cómo lo hacemos para garantizar derechos sociales a nuestros ciudadanos”. En este contexto recordó que tras la recuperación de la democracia en 1990, el primer Gobierno centró sus energías en asegurar las libertades básicas y mantener los equilibrios macroeconómicos, elementos fundamentales -según dijo- no sólo para lograr que la transición se asentara, sino que también para combatir “la enorme pobreza que nos legó el Gobierno militar”.
“El esfuerzo”, subrayó, “estuvo en pasar de un modelo autoritario excluyente a un modelo democrático inclusivo”.
A renglón seguido, recordó que durante las administraciones de la Concertación “se triplicó el gasto social en salud, estableciendo un derecho de acceso garantizado para las principales patologías; se duplicó el gasto en educación, con cifras de cobertura que alcanzan el 100 por ciento de la educación básica y más de 90 por ciento en educación media”.
Asimismo, Bachelet destacó que se ha entregado más de un millón y medio de soluciones habitacionales y que se redujo la pobreza absoluta a la mitad: de casi un 40 por ciento en 1990 a poco más de 18 por ciento en 2003.
“El resultado neto del esfuerzo inicial de la Concertación no puede dejar de reconocerse y es precisamente ese éxito, todo lo que hemos logrado en estos años de democracia y de Concertación, el que nos da la legitimidad para enfrentar los nuevos desafíos”, explicó Bachelet.
No obstante, precisó, existen nuevos desafíos y problemas, tales como “la alta movilidad en el mundo de la pobreza; los diversos tipos de discriminaciones por edad, condición étnica o de género; la fragilidad de condiciones en que se encuentran quienes están apenas por sobre la línea de la pobreza; y la constatación de que el crecimiento por sí solo no es garantía de mayor empleo ni de mejores condiciones de vida de las personas”.
“Lo central”, aseguró, “es la noción de un sistema integral, basado en derechos de las personas, pero lo importante es que no sólo sean derechos enumerados, sino que garantizados por el Estado, es lo que queremos que quede como legado”.
En esta línea, postuló que a través de la consolidación de este sistema de protección social, “estaremos reencauzando el país en lo que fue su matriz histórica de construcción estatal, de crecimiento con igualdad, de un Estado preocupado de ampliar las libertades y el bienestar de sus ciudadanos, que primó durante gran parte del siglo XX”. LN
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Ministra Hardy y las falsas disyuntivas
El Gobierno -a través de la ministra de Planificación, Clarisa Hardy- estableció que sentar las bases de un Estado de bienestar moderno, que permita el ejercicio de los derechos sociales de los ciudadanos, mediante un sistema de protección social, es el compromiso central de La Moneda con miras al Bicentenario. La idea -explicó en el marco del seminario “La protección social en un mundo incierto”, organizado por la Fundación Chile 21- es que los chilenos y chilenas cuenten con protección frente a las amenazas de la sociedad moderna, como el trabajo precario, la discapacidad y las enfermedades, entre otras.
Asimismo, Hardy estableció que la disyuntiva entre crecimiento y protección social es falsa, ya que “sostenemos que las condiciones de crecimiento son necesarias para plantearse una agenda de protección social fundada en derechos. Pero no podemos reducir la discusión de la equidad en Chile, de la garantía de los derechos sociales básicos para el conjunto de las ciudadanas y ciudadanos del país, a una Agenda Pro Crecimiento”.
Así, los ejes de la protección social que busca La Moneda son la ampliación del Programa Chile Solidario, destinado a la extrema pobreza, la instalación de un sistema de protección integral de la infancia y establecer garantías sociales para los trabajadores.
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