Alan García inicia mandato reivindicando límites marítimos
Pese a que el Presidente peruano enfatizó en su discurso de asunción que insistirá en la demanda sobre los límites en alta mar, el tema no empañó la luna de miel con Michelle Bachelet. Apenas un par de horas después de la ceremonia, sostuvieron una bilateral en la que acordaron avanzar hacia un Tratado de Libre Comercio.
Foto: García recibó a Bachelet apenas un par de horas después de iniciar su segundo mandato en Palacio Pizarro.
En dos ocasiones el recién asumido Presidente peruano Alan García hizo alusión a Chile durante el extenso discurso que leyó una vez que se terció la banda presidencial bicolor. Una de ellas fue para dejar en claro que durante su gobierno mantendrá la reivindicación por los límites marítimos, un punto que generó polémica entre Lima y Santiago durante el gobierno del saliente Alejandro Toledo.“Reitero nuestra decisión de defender soberanamente las 200 millas del mar de Grau que fueron tesis jurídica del Perú y resguardan la riqueza de nuestra patria", dijo el recién asumido Mandatario del vecino país, frente a los asistentes en el Palacio del legislativo, con la Presidenta Michelle Bachelet incluida.
Con esto, el líder aprista hizo referencia al proyecto aprobado por el Congreso peruano en noviembre de 2005, estableciendo las "líneas de base del dominio marítimo". En esta ley, Lima afirma que el territorio peruano de alta mar está dentro de una línea diagonal desde la frontera en Arica hasta la altura de Pisagua, al interior, mientras Santiago defiende una línea perpendicular desde el mismo punto.
Sin embargo, el tema no generó controversia durante la visita de Michelle Bachelet. Un par de horas después del cambio de mando, García recibió a la Presidenta chilena, en un encuentro que fue calificado como “muy auspicioso” y como una “extraordinaria reunión de trabajo” por la Mandataria.
Si bien no hubo versión oficial si el tema de los límites marítimos estuvo presente en el diálogo –tampoco se discutió durante la vista de garcía a Santiago en junio pasado, según confirmó en aquella oportunidad el socialdemócrata- la conversación versó sobre temas comerciales.
Justamente estas materias fueron la otra referencia que García hizo a Chile en su primer discurso de su segunda época como Mandatario. En una parte de su alocución, alabó el desarrollo económico social de nuestro país, pero prometió competencia, tal como lo adelantó cuando fue candidato presidencial.
En este sentido, dijo que espera “lograr que en los próximos 10 años el Perú pueda ser un país líder en Sudamérica, un país que compita con las demás naciones hermanas. Declaro sin soberbia que nuestra ambición es igualar o superar el desarrollo económico de nuestros vecinos sudamericanos”.
Buenos augurios
Pero la competencia ofrecida por García debe ser interpretada como cooperación. Así lo dio a entender la Presidenta Bachelet al dar su versión de la bilateral. Dijo que en la reunión acordaron “seguir avanzando" para suscribir un tratado de libre comercio entre ambos países.
Además, destacó la voluntad de ambos países por potenciar las posibilidades que abre el Océano Pacífico como vía de intercambio comercial con las naciones de Asia, un área en que García ha identificado como prioritaria para Lima durante su gestión.
"El Asia Pacífico sin duda que abre a nuestros países -que son pequeños por separado, pero grandes unidos- tremendas oportunidades", señaló Bachelet.
Asimismo, tomando el guante lanzado por García, la Mandataria reiteró su disposición a negociar un eventual ingreso como miembro asociado a la Comunidad Andina (CAN).
Bachelet y García se encontrarán de nuevo hoy, ya que la Presidenta asistirá al desfile militar en conmemoración de los 185 años de la Independencia peruana
Promesas de Alan
El socialdemócrata, que gobernó Perú entre 1985 y 1990, anunció que el salario del presidente se reducirá a casi una tercera parte, al igual que el de los 17.000 cargos electos, puestos de confianza y congresistas, además de rebajar a la mitad los gastos generales del Palacio de Gobierno.
El Gobierno del Partido Aprista cerrará seis embajadas, dejará en la mitad el número de agregados civiles y militares en el exterior y reducirá un 25 por ciento los sueldos de embajadores y diplomáticos.
El ahorro, que se traducirá en millones de dólares, se destinará a electrificación, proyectos de irrigación, construcción de infraestructuras y mejora de hospitales en las zonas más pobres del país, donde, según dijo, hay 13 millones de pobres, de ellos cinco millones en la miseria.
Reconoció que si bien "hay más exportaciones y con ellas más crecimiento del Estado", comentó que "en la otra orilla (existe) una catástrofe social" con lo que se refería a la gestión de su antecesor, Alejandro Toledo, quien deja el país con excelentes datos macroeconómicos, pero con una pobreza que alcanza al 48 por ciento del población.
"Vivimos en peligro de caos y desorden, la mayoría votó contra el Estado, contra la frivolidad y el escándalo", matizó, al resaltar que hay ausencia de legitimidad democrática y corrupción judicial, en otra dura crítica a Toledo.
García anunció que sus acciones inmediatas serán la reconstrucción del Estado y el sistema político y la creación de empleo y la recuperación de los derechos laborales, y que además impondrá políticas a favor de la mujer, la infancia y la juventud y reforzará la seguridad ciudadana y nacional.
Prometió la puesta en marcha de un proceso de descentralización, tras calificar los intentos de la gestión anterior de "ambiguos" en este sentido, y anunció que comenzará con la transferencia de las competencias en educación.
También dijo que la plantilla estatal no se incrementará e impondrá una política de simplificación administrativa y de compras estatales conjuntas para evitar el desfase de los precios de bienes y servicios adquiridos por las entidades estatales, incluidos gobiernos regionales y locales.
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