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Centros Chilenos en el Exterior

Discriminación

A. P. D. H.
(Eduardo A. Hidalgo)

"No se puede levantar a todos los borrachos que andan tirados por ahí". Esta frase era pronunciada por un ciudadano que expresaba el atroz pensamiento de una sociedad, que considera la posibilidad cierta de existencia de ciudadanos de primera y de segunda. Alguien que mostraba con total impunidad su desprecio por el otro, ni tan sólo una mueca de mínima consideración o respeto, y mucho menos de solidaridad.
 

"Y si se hubiera muerto en el lugar sin que nadie lo hubiera llevado al hospital, ¿de quién era la responsabilidad?", le pregunté. La respuesta no tardó: "De él por supuesto, por ponerse en pedo… Nadie más tiene por qué hacerse cargo".
 

En oportunidad de cumplirse treinta años del golpe militar genocida del 24 de marzo de 1976, un párrafo de nuestro documento hecho público al respecto decía: "30 años en una ciudad, donde el olvido, el encubrimiento, el mirar para otro lado, la interpretación caprichosa de la política ha sido casi una constante. 30 años en que se ha sucedido la violación de derechos esenciales como el trabajo, la salud o la educación, y se han sumado las exposiciones e interpretaciones interminables de proyectos de gobiernos municipales que nos traían la solución y el cambio, y así estamos hoy. 30 años donde ha habido cuanto menos una incapacidad de hacer de la política la herramienta excluyente para la protección de nuestros derechos, y si embargo se han implementado acciones para el asistencialismo permanente, que habilita a la manipulación y aporta contra la dignidad de las personas y el ejercicio pleno de sus derechos. 30 años donde hemos visto y vemos aún hoy que son muchos los que siguen abonando a la teoría de la ’ciudad isla’. Esa en la que no pasa nada, donde prevalece el razonamiento encubridor de la prolijidad careta."
 

El dr. Gustavo De Salvo es agente médico del estado municipal local y coordinador de las Emergencias Médicas del 109. Por estos días, al escuchar la minimización o defensa de distintos funcionarios municipales de su conducta, al negar la asistencia a Antonio Tetriacof, "vergonzoso ciudadano indigente y enfermo alcohólico", uno no puede menos que confirmar la construcción social perversa en vigencia, expresada por el ciudadano mencionado al principio de esta nota y lo denunciado en el párrafo de nuestro documento.
 

Uno no ha perdido la capacidad de asombro. Tanta deshumanización, hipocresía y cinismo en danza en nuestra patria desde hace años no nos ha quebrado. La acción y expresión de los funcionarios que representan al estado municipal, demuestran que la Constitución no existe para ellos más que para la declamación y poco para el respeto de la misma en cuanto a sus ciudadanos, evadiendo la condición del Estado responsable ineludible e inexcusable de la defensa de los derechos de los mismos. Así, actúan como el dr. De Salvo, justificando lo injustificable de esa conducta. Es entonces que uno entiende cuánto discurso falso sigue proclamándose exigiendo responsabilidad a los demás para encubrir su propia irresponsabilidad, como en este caso el conjunto de los defensores-justificadores del dr. De Salvo.
 

El jueves 20 de abril presentamos ante la justicia local un pedido de investigación por estos hechos, que violan la Constitución Nacional y Provincial al igual que convenios y pactos incluidos en ellas. Esperamos una resolución ejemplarizadora no sólo para el involucrado en forma directa, sino también para el resto de los funcionarios superiores que lo han sostenido, más allá de los supuestos sumarios administrativos lentos, burocráticos y a la larga injustos para el ciudadano de a pie Antonio Tetriacof, indigente, alcohólico y marginado, que es lo mismo que decir violado brutalmente en sus Derechos Humanos esenciales por el Estado, pero también por el resto de la sociedad aborregada y silenciosa.

Eduardo A. Hidalgo es secretario general de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Bahía Blanca

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