Bachelet y Suprema emplazan a Guzmán a probar acusaciones contra jueces
El ex magistrado del caso Caravana de la Muerte dijo estar dispuesto a probar sus dichos en tribunales "si se exigiera mi presencia judicial"
"Espero que tenga pruebas", dijo ayer la Mandataria, agregando que, de ser así, las denuncias de Guzmán contra los supremos "tendrán que ser investigadas". La corte, en tanto, dijo que Guzmán, al no dar nombres, "no asume su responsabilidad".
Fecha edición: 08-04-2006
Las fuertes acusaciones que el retirado juez Juan Guzmán lanzó el jueves contra los ministros de la Corte Suprema -entre otras cosas, habló de magistrados "coimeros", "acosadores sexuales", "que les pegaban a sus señoras" y "bailaban desnudos" en prostíbulos- no quedaron sin respuesta.
"Me he enterado de las graves acusaciones que el juez Guzmán ha hecho y espero que se funden en pruebas serias", dijo ayer la Presidenta Michelle Bachelet, quien agregó que, de resultar ciertas las denuncias, "tendrán que ser investigadas".
Además, el pleno del máximo tribunal emitió un comunicado lamentando los dichos por "emanar de un ex integrante del Poder Judicial y actual decano de un facultad de Derecho" y porque "su carácter general impide comprobar su veracidad". La Suprema acusa al ex juez de "tender un manto infundado de dudas (...), pues al no referirse a personas precisas individualizadas, no asume su responsabilidad e inhibe la iniciación de investigaciones".
Ayer, el juez insistió en que lo que dijo es veraz, pero que los involucrados "ya no están más en la Corte Suprema", y agregó estar dispuesto a declararlo en tribunales "si se exigiera mi presencia judicial (...) donde el juez competente que me citara".
El ministro de Justicia, Isidro Solís, sostuvo ayer que los dichos de Guzmán eran "denuncias al voleo" y "poco sanos".
No obstante, Guzmán agregó que sus afirmaciones eran "más que nada un mensaje a los miembros del Senado" para que revisen mejor las designaciones de nuevos integrantes a la Suprema. Esto, en alusión al rechazo de la nominación del juez Carlos Cerda, de quien Guzmán afirma que sufrió "un veto" de la Alianza por sus actuaciones en casos de DD.HH.
"Lo que dije ayer (el jueves) fue para que los senadores (...) no queden en ridículo y no utilicen la política para razones que son meramente funcionales", dijo ayer el ex juez.
La Corte Suprema no puede querellarse colectivamente contra Guzmán por el delito de injurias, en tanto no es titular del derecho al honor. Sin embargo, sí es posible que algunos jueces, a título personal, iniciaran acciones legales.
Entre los supremos, algunos optaron por la ironía para referirse a lo dicho por Guzmán. "Yo no soy el que baila", dijo en tono de broma el ministro Alberto Chaigneau, señalando su bastón. Otros, en cambio, fueron más duros. "Lo de hombre es denunciarlos", dijo José Luis Pérez sobre los antecedentes que tendría Guzmán.
Penalistas de la plaza hacen ver que si bien el ex juez dice referirse a hechos de larga data -anteriores a que empezara a funcionar la Comisión de Etica del Poder Judicial en 2003-, el ex juez hubiera podido presentar sus denuncias, en caso de tener antecedentes concretos, ante la propia Suprema.
La Tercera intentó ayer sin éxito contactarse con Guzmán para consultarlo al respecto.
Las críticas al juez
El juez Guzmán en un principio fue partidario del régimen militar -por lo que su designación en el caso Caravana de la Muerte fue bien recibida en el Ejército-, pero después se desilusionó de él y pasó de ser un ministro desconocido a un símbolo de la defensa de los DD.HH., cuando procesó a Augusto Pinochet. Sin embargo, tanto entre abogados de DD.HH. como entre profesionales que han defendido a militares en estas causas hay quienes dicen que su desempeño en ese caso no fue ejemplar.
Por ejemplo, la primera vez que Guzmán procesó a Pinochet, el 1 de diciembre de 2000, la Suprema le revocó la resolución por no cumplir con una diligencia básica: no tomar declaración indagatoria a Pinochet.
Una situación similar ocurrió en la tramitación de este proceso el 23 de diciembre del 2005, cuando la Corte de Apelaciones revocó su decisión de sobreseer Caravana de la Muerte por no haber indagado a los autores materiales: los fusileros.
Abogados de DD.HH. recuerdan que, además de estos hechos, "el proceso entero era un desorden". El mayor antecedente surgió de la comparación del interrogatorio a Pinochet de Guzmán con el de Víctor Montiglio. Según esas fuentes, el primero preguntaba generalidades, mientras que el segundo concatenaba las preguntas de acuerdo a un orden histórico.
Guzmán también se vio envuelto en dimes y diretes con su ex secretaria, Millaray Durán. El la denunció por haberle borrado declaraciones judiciales y ella a él de gastarse los viáticos con funcionarios de Investigaciones, en lugar de utilizar el dinero para lo que estaba previsto: viajes fuera de Santiago en busca de cuerpos de detenidos desaparecidos.
Ex magistrado apoyó candidatura de la Presidenta
El juez Juan Guzmán no hizo un secreto de su intención de voto durante la campaña del año pasado. Consultado sobre el candidato que mantendría a Chile en la senda de la reconciliación, dijo que "espero que Michelle Bachelet, por la cual voy a votar", durante el lanzamiento de su libro "En el borde del mundo" realizado en Madrid en junio.
Ello, pese a que sólo días antes había calificado a tres postulantes a La Moneda -Bachelet, el RN Sebastián Piñera y el UDI Joaquín Lavín- como "amateurs".
Hacia el fin de la campaña, Guzmán participó en el acto "100 Hombres con Bachelet", que congregó a diversas personalidades. Tratando a la entonces candidata de "Presidenta", el ex juez se sentó cerca de ella y le entregó una carta personal.
"Les pido encarecidamente que voten por Pinochet... digo, por Bachelet", dijo a la audiencia Guzmán, corrigiendo un lapsus lingüístico.
En la oportunidad, Guzmán comentó a La Tercera que había conocido a Bachelet y a su madre, Angela Jeria, cuando tuvo que interrogarlas en el marco de una causa de DD.HH.
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