Una esperanza llamada Michélle

Por Mario González "el huillimario"  Ginebra

Chile ha vuelto a reecontrarse  con el mundo. Ha vuelto a ser reconocido el país que siempre debió ser. La victoria de Michèlle Bachelet ha hecho historia . Con ella ha vuelto a nacer esas  añoradas alamedas. Heredadas del y en el sacrificio de un hombre que dejara su legado en aquel doloroso día de septiembre de 1973.
 Es que lo que acaba de suceder en Chile, está en boca de todos los medios de comunicación del mundo entero.
Algunos dicen, los periodistas y comentaristas, que ha sido algo muy parecido con el 4 de septiembre de 1970, cuando ganó las elecciones el “Chicho” Allende y abrió una esperanzadora primavera en el sur de los Andes. El Presidente Allende no ha muerto.
Otros años, Otros tiempos pero el mismo simbolismo. Una nueva época que se abre en Chile y en América Latina. Por lo mismo alguien dijo que América del Sur está despertando nuevamente.
Lo de Chile no ha pasado desapercibido, por el contrario. Europa espera que sea  y cree que es el final de esa página que se iniciara el 11 de septiembre de 1973. El fin definitio de la herencia pinochetista y de la llamada transición.
Un nuevo rumbo. Un nuevo camino donde la derecha chilena, siempre tan..., mezquina y fachista, hará todo lo posible para impedir que se hagan realidad los sueños de la gran mayoría de los chilenos. La de compartir  toda esa riqueza, en manos de unos pocos. Por ellos acumuladas gracias a un sistema finamente elaborados por ellos mismos y con la complacencia y complicidad de la dictadura pinochetista.
Que se pidan cuentas, una vez por todas, a aquellos que tiene muchas cosas pendientes con Chile y los chilenos. Que se haga justicia. Que dejemos un tanto, los numeritos de la economía de mercado, a un lado, que solo benefician a pocos y distribuyamos la riqueza, que ellos han ganado a lo largo de estos últimos treinta años.
Es ahora el momento preciso  para bajarles el moño a esa derecha arrogante y clasista. A esa mentalidad machista y ultra conservadora arraigada en nuestra sociedad por esa falsa imagen social que arrastramos con nuestra propia historia.
Un país más humano, más libre, más democrático, sin miedos y más solidario. Sin prejuicios, más justo y sin esas fronteras que existen entre nosotros mismos. Todos somos chilenos.
Michèlle Bachelet reencarna esa esperanza, esas aspiraciones y esperamos que no nos defraude. Tiene la voluntad y tiene, sobretodo, la dignidad para cumplir y realizar esos cambios que necesita Chile y su pueblo, para terminar, una vez por todas con los grandes negociados, especialmente en la salud, la previsión social y la educación.
La historia reciente de nuestro país, llama a cerrar esas heridas profundas, que siguen socavando nuestra memoria. La historia futura, la que ha comenzado el 15 de enero es un grito de esperanza y de justicia para todos. El mundo lo desea. Chile lo espera.
Es en este momento que se deberán abrir esas alamedas  por donde reine  y se dé paso a la justicia y comencemos a olvidar el olvido, con dignidad y solidaridad.
El 11 de Marzo día de la  llegada a La Moneda de Michèlle Bachelet llevará ese destino y es lo que pide Chile y el mundo entero.