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La causa del Frente Patriótico Manuel Rodríguez

La causa del Frente Patriótico Manuel Rodríguez

Hablan ex combatientes

Chile: La causa del Frente Patriótico Manuel Rodríguez

"La grandeza de la lucha revolucionaria es que permite

 pasar por sobre las contradicciones, los egoísmos

 y los riesgos; de ahí el desprecio a la muerte por una causa noble"

Comandante Raúl Pellegrín, "Rodrigo", “José Miguel” o “Benjamín”, 1987. Un año después su cuerpo torturado por agentes de la dictadura militar fue encontrado en el río Tinguiririca luego de haber encabezado personalmente la toma de la localidad de Los Queñes, VII Región de Chile.

  • El primero de septiembre de 2010, como parte de una evidente maniobra política de alto vuelo, fue revelado en Chilevisión (canal de Sebastián Piñera) un reportaje donde Mauricio Hernández Norambuena, el Comandante Ramiro, prisionero en el penal de Catanduvas en Brasil por el plagio de Washington Olivetto, se refiere a una serie de eventos asociados a la muerte del artífice de la Constitución del 80, Jaime Guzmán en 1991. En sus declaraciones, Mauricio Hernández involucra  en el hecho a altos personeros del primer gobierno de la Concertación y a miembros de la Oficina de Seguridad Pública encargada de desarticular las organizaciones político-militares que enfrentaron la dictadura de Pinochet. A los días siguientes del reportaje, los líderes de la UDI pidieron a La Moneda la extradición de Hernández, mientras el ministro Mario Carroza reabrió de oficio el “caso Jaime Guzmán”, comenzando de inmediato con los interrogatorios. Dos semanas después, el 14 de septiembre, la Corte Suprema de Argentina  autorizó la extradición  Galvarino Apablaza Guerra, el Comandante Salvador, ex líder del FPMR, también por el “caso Guzmán”, quedando la decisión final de su retorno en manos de la presidenta trasandina, Cristina Fernández. Galvarivo Apablaza actualmente reside en Argentina  en virtud de la Ley General de Reconocimiento y Protección al Refugiado de ese país. Más allá de la operación cuidadosamente urdida por la ultraderecha chilena, uno de los objetivos de la trama es convertir  lo que significó históricamente el Frente Patriótico Manuel Rodríguez en una vulgar banda de criminales. Todo lo contrario de lo que afirman sus ex combatientes.

Por Andrés Figueroa Cornejo

periodistafigueroa@yahoo.es

 Gerardo y Mariano eran militantes chilenos de las Juventudes Comunistas durante el gobierno de Salvador Allende y cuando se ejecutó el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. Ambos fueron parte de la fundación del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Ambos lucharon como combatientes internacionalistas  en la Revolución de Nicaragua. Ambos participaron en el destacamento político y militar más contundente contra el régimen pinochetista, que junto al MIR y al MAPU-Lautaro, enfrentaron con arrojo y audacia el horror de la tiranía. Ambos ofrecen sus testimonios y argumentos para explicar las razones profundas de la  causa rodriguista.

-¿Qué te ocurrió cuando viste el reportaje de Chilevisión?

Mariano: “Hasta el 11 de septiembre de 1973 hubo un gobierno democrático que fue destruido a bombazos por la derecha y las FFAA, digitadas por los intereses del gobierno norteamericano. Y Salvador Allende, representante del pueblo, cumplió dramáticamente su palabra. Yo era muy joven. Y ahora que salga la derecha hablando de moral, me resulta contradictorio absolutamente.”

-¿Cómo surge el Frente?

Mariano: “El FPMR nace del Partido Comunista, pero inexplicablemente no lo reivindica. Yo me incorporé al Frente porque era militante del PC e ingresé a Chile hacia fines de 1984.”

-Gerardo: “EL FPMR está inserto dentro de una política del Partido Comunista, y muchos de nosotros éramos militantes de esa tienda. Estábamos  en la denominada Política de Rebelión Popular de Masas. El FPMR comienza a tener una existencia propia sólo cuando se separa del partido. Y ocurre porque el PC se quiebra en dos posiciones en esa  época: los que están dispuestos a negociar con la dictadura y los que no estábamos dispuestos a ello.”

-Es decir, el Partido Comunista tenía un quehacer militar…

M: “La política militar del PC tenía tres componentes: el trabajo militar de masas; el trabajo de inteligencia y propaganda hacia el Ejército; y la fuerza militar propia. El accionar original del Frente tenía como fin complementar la política general del PC. Y en las protestas contra la tiranía se combinaban todos esos esfuerzos. La dictadura cometió una infinidad de atrocidades y asesinatos que determinaron el contexto de la aparición del Frente. El comportamiento de la derecha y su aparato militar, las FFAA conducidas por su oficialidad perteneciente a la clase privilegiada, es criminal, asesina a miles, viola todos los derechos humanos. Sin mencionar el robo de la propiedad estatal y social. Por eso teníamos que luchar con todas las formas y fuerzas posibles.”

-El contexto es determinante…

G: “Durante la primera etapa de la dictadura, el pueblo es declarado “enemigo interno”. Por eso, los primeros presos son prisioneros de guerra. La lógica de guerra impuesta por la tiranía hace que los trabajadores y el pueblo comiencen a reagruparse. A través de los sindicatos de la construcción, ferrocarriles, los portuarios, los metalúrgicos, las organizaciones políticas, se ofrecen los primeros hechos de resistencia en condiciones extraordinariamente adversas. En los  grupos iniciales de resistencia, que en el caso del PC tomaron el nombre de Frente Cero, entre el 74 y el 76, evidentemente los jóvenes de entonces asumimos un papel sustantivo. Después aparece la figura del preso político y se institucionaliza el terrorismo de Estado. Ante esa situación, los partidos de izquierda, como los socialistas, el MIR, el MAPU, comienzan a crear formas de resistencia más de choque, de acción directa contra las fuerzas represivas. En el marco de esa dinámica se crea una estrategia para enfrentar a la dictadura por todos los medios, porque ya existía claridad de que Pinochet se quedaría para largo.”

M: “Paulatinamente, la violencia dictatorial fue agudizando las condiciones del enfrentamiento. El pueblo mismo comenzó a realizar  barricadas, y luego sabotajes, atentados, coordinación de atentados. La lucha contra la tiranía se masificó.”

-¿Por qué enfrentar la violencia con violencia?

G: “Evidentemente el FPMR no inventó la violencia. Las clases dominantes, históricamente, han resuelto con violencia los avances populares. Desde la llamada “pacificación de La Araucanía”, la formación del Estado portaliano, pasando por Balmaceda, las Escuela Santa María de Iquique, La Coruña, la Ley Maldita, etc. Cuando Allende triunfa en las urnas, inmediatamente se comete un atentado fascista contra el propio Comandante en Jefe del Ejército, René Schneider Chereau. El resguardo de los intereses económicos que representa la derecha en Chile son las causas de su violencia. Y en los primeros tiempos de la dictadura, Pinochet mata al General Carlos Prats en Argentina, oficial que había sido ministro del Interior de Allende. Por otra parte, la crisis económica de comienzos de los 80 (“la crisis de la deuda”) colabora con el empobrecimiento general provocado por la dictadura, y la certeza de que no habría una salida democrática a la tiranía.”

“ÉRAMOS MÁS QUE UN EQUIPO DE FÚTBOL”

-¿Cuál era la política del frente?

M: “Nosotros éramos combatientes. Como Frente recibíamos una orientación política asociada a la participación antidictatorial de todo el pueblo. La idea era  contribuir con los levantamientos populares que obligarían a Pinochet a salir del poder. Junto con eso, el PC comienza a buscar alianzas con el fin de combinar esfuerzos de protestas poblacionales, sabotajes, ajusticiamientos de “connotados” asesinos que estaban impunes, huelgas, paros nacionales. Nosotros, el Frente, apoyábamos con sabotajes, pero lo mayoritario eran las barricadas populares, las marchas. Y  estábamos dentro  del pueblo. Éramos mucho más que un equipo de fútbol, como quiso mostrar Chilevisión. Nosotros peleábamos por una democracia con justicia, sin impunidad, por la devolución de las industrias robadas.”

G: “Internacionalmente, la dictadura estaba aislada; la propia Iglesia reconoce el derecho de los pueblos a la rebelión; nuestra lucha fue legal y legítima. Y no sólo el PC y el FPMR estaban luchando. Estaba el PS, el MIR, otras organizaciones. Es decir, entonces existe una correlación de fuerzas, incluso internacional, que es favorable a la lucha contra la dictadura.”

“EL FRENTE ERA EL AYUDISTA DEL PUEBLO, NO AL REVÉS”

-¿Cómo era la relación entre el pueblo y el rodriguismo?

M: “Cuando había un paro, la gente esperaba los apagones. Y esa era una responsabilidad rodriguista. Había una complicidad entre el pueblo y el Frente.”

G: “El Frente es parte del aprendizaje de la resistencia popular. Acompaña ese proceso de lucha. Es imposible imaginar una fuerza como el Frente sin un amplio apoyo de la gente. Ahora, mirado desde hoy, los ayudistas éramos los combatientes rodriguistas. Es decir, nosotros ayudábamos a la mayoría del pueblo.”

FPMR Y PC 1983-1987

-¿Qué pasó en 1986, cómo se fue gestando la división?

M: “Con el tiempo se van produciendo dos morales entre el Frente y el PC. Los compañeros destinados al Frente tenían una serie de reglas. Por ejemplo, como militante rodriguista no se podía caer preso. Si se caía preso, no se debía hablar, y se debía hacer cuanto estuviera a mano para fugarse. Eso es propio de organizaciones que están en una lucha permanente. En el Frente hubo compañeros que prefirieron morir antes que entregarse. Compañeros  presos que no hablaron nunca, y compañeros que se fugaron de la cárcel. Por su parte, el PC, en la lucha en el plano legal, totalmente válida, fue creando otras normas y otra ética. Si algún militante era llamado a declarar, debía presentarse a los tribunales, por ejemplo. La experiencia política práctica va produciendo diferencias. Yo creo que el Frente nunca debió ser aparato del PC, el frente debió haber sido el propio PC. Luego ocurre que la dirección del partido comienza a ver la salida a través del acuerdo político.”

G: “Aquí, primero esta el tema de la internación de armas en Carrizal (localidad ubicada en el norte de Chile) en mayo de 1986. Ahí pasan situaciones que van aclarando cuál era la verdadera actitud del partido. De hecho, mucha gente del PC se siente sorprendida con la llegada del armamento y se da cuenta que la cosa va en serio. Ya en 1985 comienzan a darse esos “tirones”. Hay salidas del PC también por la derecha. En 1986 se declara “el año decisivo”, pero fue decisivo para el quiebre del PC. Queda claro que al interior del partido hay quienes están por las negociaciones y otro sector que está dispuesto a seguir luchando contra la dictadura. La ruptura está latente. Ya en ese año me tocó participar independientemente de la dirección del PC, con política propia. Y con el intento de ajusticiar a Pinochet el 7 de septiembre de 1986, se evidenció que el partido no quería seguir adelante con la Rebelión Popular.”

-¿Por qué?

G: “En el atentado se da un vacío de poder durante horas y, según los planes de la Rebelión Popular, era el momento en que debería organizarse un levantamiento general. Pero no ocurrió nada de ello.”

-Hubo gente que no creyó en la realidad del atentado…

G: “Ello fue resultado también de la ambigüedad con que el PC asumía su relación con nosotros. Eso repercute en una falta de confianza de lo que el propio pueblo es capaz de hacer. Y la verdad es que los pueblos, cuando lo deciden, están en condiciones de realizar proezas sorprendentes. Porque las condiciones que generan las acciones no surgen de un grupo de iluminados. Son resultado del calor y  la necesidad de llevar adelante una lucha. Y cuando las direcciones políticas no se sostienen, comienzan a titubear, y emplean la fuerza propia únicamente para situarse en un mejor puesto en  la mesa de negociaciones, los pueblos se desaniman rápidamente.”

EL QUIEBRE

-En 1987 se produce la fractura entre el Frente y el PC…

G: “Ya en esa época, a escala internacional, se está consolidando una nueva fase del imperialismo. Está cayendo el bloque socialista. Hay una fuerte ofensiva ideológica del capitalismo. Comienza a aparecer el eurocomunismo y una etapa de renunciamiento que va desmoralizando a las fuerzas revolucionarias a nivel mundial. Y para Estados Unidos, la dictadura ya había cumplido su tarea histórica que era refundar el capitalismo en Chile. En ese contexto se quiebra el PC. Aquí comienza un proceso de descomposición. Y entonces el Frente intenta una obra ya de orden político, como construcción e instrumento político propio.”

M: “La dirección del Frente enfrentó una encrucijada colectiva. El partido nos conminó a abandonar nuestra misión. Y ahí se produce la ruptura.”

-¿Qué ocurre con el Frente sin el PC?

G: “El Frente, ya autónomo, resuelve que la salida de la dictadura debe ser con justicia, que no aceptaríamos un fraude a la hora del plebiscito y teníamos la convicción de que la nueva etapa política, si no era producto de la lucha, sería puro continuismo de otra forma, nada más. Y así pasó. Se consolidó un modelo de dominación capitalista, fraguado mucho antes. Y Piñera hoy, por lo demás, no es otra cosa que un producto político de ello.”

-Pero ganó el “No” en el plebiscito…

G: “Sin embargo, la lectura colectiva es que, entonces, el nuevo período estará marcado por la continuidad. Esa era nuestra convicción y la del Comandante Raúl Pellegrín, líder del Frente.”

M: “Raúl encabeza la partida a Los Queñes en 1988 por razones no vinculadas al plebiscito, sino más bien, por una determinación rodriguista de cruzarse  al paso de una salida política negociada con la dictadura.”

-En Chilevisión, Mauricio Hernández habló de “voluntarismo”…

M: “Cuando las cosas resultan es un acierto, y cuando es un fracaso se le llama voluntarismo. Raúl (Pellegrín) tomó  la decisión por convencimiento político, no por compromisos con nadie o vergüenza.”

¿Cómo evalúan el período luego de la caída de Raúl Pellegrín?

G: “Hay que entender que el proceso de descomposición de las luchas y sus organizaciones políticas, les ocurre a todos. Ahora bien, la labor de refundar un nuevo proyecto de emancipación social por superar el capitalismo precisa de una nueva dirección política y un nuevo instrumento. Y todavía es una tarea vigente.”

M: “Yo creo que el Frente se justificó plenamente durante la dictadura y tiempo después, contra los remanentes de la dictadura. Es decir, un grupo de jóvenes se tomó la tarea de no permitir la injusticia. Y hasta el día de hoy, esa justicia todavía no existe. Los autores de la destrucción de la democracia dirigida por Allende hasta el 73, jamás pagaron. Los crímenes quedaron impunes. Pero una organización no sólo puede dedicarse a hacer justicia. Y llegó un momento en que Manuel Rodríguez se fue para quedarse en el pueblo. Esa generación de revolucionarios entregó todo de sí. Soy un convencido que siempre en Chile habrán jóvenes que se levantarán contra las dictaduras y las injusticias que, en nuestro tiempo, tomó la forma del FPMR, y fue una expresión de respuesta ante la violencia en un momento histórico determinado. El Frente demostró que el empleo de las armas no es patrimonio de la derecha.”

G: “Lo grave es que las situaciones de injusticia no acaban con la Concertación. Ella continuó una nueva fase de guerra sucia  contra los luchadores antidictatoriales, mantuvo la impunidad vigente y las injusticias sociales. Y eso es responsabilidad de la Concertación, no del Frente.”

M: “Aquí a los pocos asesinos que están presos en cárceles que más parecen hoteles, el Estado les paga hasta su pensión.”

-¿Y cómo ven la actualidad?

G: “Ahora la persecución contra la juventud rebelde, los mapuche, los estudiantes secundarios, no tiene nada de distinto que la dictadura y la política sucia de la Concertación y la derecha.”

M: “Y la actual violencia del Estado sigue aplicándose para que los poderosos continúen manteniendo sus prebendas y privilegios.”

 

 

 

Rechazamos la extradición de Apablaza Guerra

Rechazamos la extradición de Apablaza Guerra

Rechazamos la extradición de Apablaza Guerra       

(15 de septiembre de 2010)

El Partido Comunista de la Argentina repudia la decisión de la Corte Suprema de la Justicia de la Nación, que concedió la extradición pedida por la Republica de Chile, de Galvarino Sergio Apablaza Guerra, ex jefe del Frente Patriótico Manuel Rodríguez.

Le pedimos al Poder Ejecutivo que  la Comisión Nacional de Refugiados resuelva favorablemente su petición de ser reconocido como refugiado político. Las presiones del gobierno de derecha chileno, evidentemente generan una distorsión en el reclamo de extradición.

Llamamos a todos las fuerzas políticas que apoyen la pronta resolución de este trámite a favor de Apablaza Guerra.

 

Carta de opinión libertaria: los anarquistas ante un nuevo 11 de septiembre

A los trabajadores, pobladores y estudiantes, a las organizaciones populares y revolucionarias:

trágica derrota de la clase obrera chilena significó un retroceso enorme que para todos ha sido muy difícil superar, dejando incompleto un programa histórico de lucha que pusiera fin a esta sociedad de explotadores. Desde aquel 11, hace ya 37 años, miles de hombres y mujeres se han abocado a la tarea de rearmar a nuestra clase tanto ideológica como orgánicamente, y muchos murieron en ello. Convicción no ha faltado, pero las heridas fueron muy profundas y duraderas, no solo por las valiosas vidas que se perdieron durante la dictadura -y posteriormente en todos estos años de “democracia”-, sino también por la traición del reformismo que ha vendido e hipotecado los intereses, las aspiraciones y las demandas más sentidas de los trabajadores a lo largo y ancho de nuestro territorio...

La amargura y el miedo se apoderaron de más de una generación casi por completo. El régimen de terror, que aún no ha terminado, cumplió un papel fundamental para detener los avances que se fueron consiguiendo por medio de la lucha. El otro tanto se fue perdiendo ya por otros medios, y el mismo miedo se encargó de que muchos callaran cuando se pactó la salida pacífica a la dictadura, cuando se condenaba a los rebeldes, a los revolucionarios, cuando se firmaban las leyes de Pinochet o los “ex super militantes” de todos los colores formaban “La Oficina” mientras sus amigos parlamentarios discutían la Ley Antiterrorista para encarcelar a los opositores a su proyecto neoliberal.

Todos los sectores políticos que conforman el bloque dominante han sido cómplices y autores materiales de estos hechos y de la miseria en que hoy se encuentra la clase trabajadora, desde la Derecha más conservadora hasta el reformismo comunista, unos infundiendo el miedo desde arriba y los otros dispersándolo hacia el pueblo. De la derecha no hay que extrañarse. Cada vez que gobiernen (y cuando no, le buscarán por otro lado) estarán velando por mantener este sistema y profundizarlo: hacer sufrir al obrero, pero mostrándole una sonrisa, con descaro, con arrogancia. Y se perfeccionan para ello y alardean de sus capacidades de gestión. Si no, basta mirar lo que han sido estos meses del gobierno de Piñera en Chile, un gobierno de gerentes, que seguramente ha avanzado más de lo que nos muestra en el cumplimiento del programa de la burguesía nacional y extranjera.

El peligro está, sin embargo, más cerca de lo que parece, ya que son los mismos que empobrecieron al pueblo, que lo encarcelaron con nuevas y mejores leyes, que vendieron todo lo poco que nos quedaba de recursos, los que hoy critican a la Derecha y se ponen aparentemente “del lado de los trabajadores”. Era de esperarse. No pasaron semanas de las últimas elecciones y ya la Concertación hablaba de cambiar y acercarse al pueblo, y aunque sabemos que les costará bastante (porque el pueblo no es tan idiota como ellos creen) por estos días hacen sus mejores esfuerzos, poniéndose cerca de los desposeídos para aparecer en la foto, fundando nuevos partidos o declarándose en huelga de hambre. Las volteretas de la vida. Un día aprueban las leyes que encarcelan a los Mapuche y al otro se ponen a su lado. Si fueran más consecuentes, aunque sea, como el PC chileno por ejemplo, que siempre ha traicionado a los trabajadores por sus intereses partidarios ¡Todo un ejemplo, una sola línea! (como no recordar a Cristian Cuevas, que hace poco no más que se coludió con CODELCO para destruir al SITECO en Rancagua).

Esta es la tónica que creemos marcará este periodo. Cada pequeño avance de los sectores clasistas y sobre todo de los revolucionarios será asechado por todos los flancos: por el Gobierno y el Parlamento buscando salidas para los errores del modelo; por la Iglesia llamando a la paz; por la Prensa criminalizando toda lucha social; con la burocracia sindical hipotecando las demandas más sentidas; y bueno, con la Represión, ahora que son otros los que tienen el garrote en sus manos. Pero también será en los propios gremios, en las organizaciones sociales y populares donde querrán llegar para derrotarnos.

Para nosotros, lo que se busca intervenir y criminalizar no es otra cosa que los avances que den los sectores clasistas y revolucionarios, así como un sin fin de experiencias y de luchas que le han servido a los trabajadores para recuperar confianza, para aclarar ideas y proyectos y que son necesarios compartir bajo un programa de lucha común. Al igual que hace 37 años, cuando el proletariado chileno impulsó sus demandas más allá del Gobierno de Allende, alcanzando enormes niveles de organización, hoy se quiere detener cualquier proyecto de transformación. Y no es menor. Hoy que está en discusión la venta de lo poco que queda de cobre y de recursos naturales, nada mejor que acusarnos de terroristas. Hoy que los revolucionarios se adentran cada día más en los sectores estratégicos de la economía, qué mejor para la burguesía que aquellos gremios los dirija el reformismo.

Lo que se busca, es que perdamos la memoria, que nos olvidemos de quienes fueron los criminales de la dictadura y los traidores de la democracia, para hipotecar para siempre los sueños y las esperanzas de nuestro pueblo. Lo que se quiere al fin es hacernos perder la conciencia, para que luego los trabajadores vuelvan a elegir a otros gobernantes, más “nobles” estos que los anteriores, pero con los mismos intereses. Lo que se busca por cierto es desmoralizarnos, dividirnos e infundirnos temor. Pero ojo, que pueden encontrarse con todo lo contrario. Es una tarea urgente por tanto, sacar buenas lecciones de estos años. La lucha de clases en Chile muestra su cara en días como hoy, en un tiempo difícil pero no por eso con menos esperanzas.

¡Por la memoria y la sangre de todos los caídos en dictadura y democracia!

¡Por el fin de la criminalización a las luchas populares!

¡Por la libertad a todas y todos los presos políticos!

¡Por la renacionalización del cobre bajo control directo de los trabajadores!

¡Arriba las y los que luchan!

Estrategia Libertaria, 11 de Septiembre del 2010

Por: La Batalla de los trabajadores

 

 

 

Muere periodista que sacó cinta de Allende

Muere periodista que sacó cinta de Allende

La Nación

Lunes 16 de junio de 2008   

 Hernán Barahona, que rescató la grabación del último discurso del 11 de septiembre de 1973 del fallecido Presidente Salvador Allende, falleció a consecuencia de un cáncer que lo afectaba desde hace dos años.

Un periodista que tuvo un rol clave en la historia contemporánea de Chile murió en la madrugada de ayer. Hernán Barahona, que rescató la grabación del último discurso del 11 de septiembre de 1973 del fallecido Presidente Salvador Allende, falleció a consecuencia de un cáncer que lo afectaba desde hace dos años. La intervención de Allende, unas cuatro horas antes de suicidarse, salió al aire a través de Radio Magallanes. Barahona logró sacar la cinta de la emisora, luego ocupada por los militares, y entregarla a la dirección ya clandestina del Partido Comunista, lo que hizo posible su difusión mundial.

Barahona tenía 71 años y además de periodista fue escritor y profesor en la Universidad de Chile. En el exilio trabajó en la entonces Checoslovaquia, en Radio Praga Internacional, y en medios cubanos.

En los últimos años, además de ejercer la enseñanza del periodismo, fue director de la Radio Nuevo Mundo. El velatorio de Barahona, antiguo militante del PC, se realiza en la sede de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y su funeral se efectuará mañana, según informó la familia.

Sus amigos lo evocan como sagaz, imperturbable, alegre, audaz e irreverente, y además, como un apasionado de la buena mesa y el buen vino.

Su amiga Mireya Baltra, ex ministra del Trabajo del Presidente Salvador Allende, dijo que se ha perdido un hombre que supo "conquistar con su carisma el cariño de millones de radioescuchas". Agregó que "Hernán demostró durante toda su vida que la ética era su principal regla profesional, pero fue un ser humano comprometido con las luchas de los pueblos de América Latina y un admirador del Presidente Salvador Allende".

"No tendríamos las últimas palabras de Salvador Allende si no fuera por Hernán Barahona, el cual pudo tomar esa cinta y entregarla a la dirección del Partido Comunista para que la voz del presidente saliera al mundo", indicó.

 

Cumbre revolucionaria comenzó con prohibición de ingreso al país de líder piquetero

Cumbre revolucionaria comenzó con prohibición de ingreso al país de líder piquetero Con una polémica se inició la cumbre organizada por el Frente en el cine Lido. Francisco Esteche, líder de la organización Quebracho de Argentina, fue impedido de entrar al país. “Tenía antecedentes de desórdenes causados en Chile”, dijo el ministro del Interior, Belisario Velasco.

www.lanacion.cl

Por Rodrigo Durán

Foto: El vocero del Frente, Jorge Gálvez, en la inauguración de la cumbre. (Foto: Esteban Garay) 

Durante varias semanas la derecha intentó sin éxito que la cumbre de movimientos revolucionarios de Latinoamérica, organizada por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, no se realizara en nuestro país.

Finalmente ayer, sin la presencia de Francisco Esteche, líder de la organización Quebracho de Argentina, y con cerca de 800 personas en el cine Lido de la capital, se dio el vamos a la cita. El encuentro seguirá hoy con las ponencias de los distintos grupos y culminará mañana cuando se difundan las resoluciones que emerjan de la discusión.

Durante el discurso de inauguración, Jorge Gálvez, vocero del FPMR, criticó duramente a la Alianza y al ministro del Interior, Belisario Velasco, a quien acusó de utilizar -previo al encuentro- técnicas de espionaje que recodaban su pasado en la subsecretaría del ramo, a inicios de los ´90, cuando tenía a su cargo el organismo de seguridad pública conocida como “La Oficina”.

Según Galvez, Velasco habría hecho seguimientos y habría extremado las dificultades para que los activistas de grupos afines al Frente en la región no pudieran ingresar al país, sólo para demostrar el adecuado funcionamiento de los aparatos de seguridad. Y aseguró que en esa línea se entiende la prohibición de que Esteche entrara al país, medida que calificó de política y no jurídica.

Sin embargo, Velasco en horas de la mañana esbozó otra versión. Para el ministro, la prohibición se basó en que el líder trasandino “tenía antecedentes de desórdenes causados en Chile, por los cuáles había sido expulsado”.

Lo que sí reconoció el secretario de Estado fue que Investigaciones tenía órdenes de extremar las revisiones en los pasos fronterizos, mientras Carabineros resguardaría la seguridad en las afueras del recinto sede de la cumbre.

“El Gobierno no tiene las atribuciones constitucionales ni legales para prohibir una reunión privada dentro de un teatro también privado, aunque sí tenemos las atribuciones para tomar las medidas correspondientes”, indicó.

La versión de Esteche

Esteche, por su parte, declaro a agencia UPI que la comitiva de Quebracho se disponía a ingresar a territorio nacional cuando “nos separan de la fila de Migraciones, nos lleva la gente de Policía Internacional a un lugar que tienen ahí destacado, supongo que para estas cuestiones, y nos notifican que tenemos, por la resolución 6624, firmada por (Michelle) Bachelet y el ministro del Interior de Chile, prohibición de ingreso al territorio chileno”.

Ante el impasse, el dirigente ligado al movimiento piquetero pretende que el Estado argentino tome medidas. Por ello adelantó que pediría una reunión con el canciller trasandino, Jorge Taiana, buscando que éste exija explicaciones a La Moneda por negarle el ingreso.

“Por lo menos cuando fue secretario de Derechos Humanos en la provincia de Buenos Aires siempre tuvo la deferencia de recibirnos. Entendemos que ahora también nos va a recibir, y vamos a plantear que el gobierno argentino presente por lo menos un pedido de explicaciones respecto de qué se trata esta arbitraria y discrecional disposición que el gobierno chileno, que obviamente está en su derecho de decidir quien entra o no a su territorio, pero por lo menos una explicación”, explicó Esteche.

Según cree, el Gobierno habría cedido a las presiones de la derecha desde que se conoció la realización de esta reunión, sector que incluso pretendió que se declarara ilegal la cumbre, ya que “no tengo ningún tipo de antecedente penal, existen imputaciones en mi país, no procesamientos, que nos pretenden endilgar algunas cuestiones políticas, pero de todas maneras yo puedo salir libremente, de hecho yo ya tenía firmada la visa de salida”.

Bajo esa perspectiva, el dirigente cuestionó la calidad democrática en Chile, aunque puntualizó que su diferencia es sólo con el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, y en ningún caso con el pueblo chileno. “Lo cual es lamentable viendo la historia personal que tiene la Presidenta de Chile, pero evidentemente las intenciones de la derecha pinochetista eran ilegalizar este encuentro, cosa que no lograron, pero sí lograron que por lo menos una docena de dirigentes políticos latinoamericanos no pudiéramos ingresar a Chile", acusó.

Agustín, el Gringo, Tosco

Perfiles
22 de mayo de 1930 – 4 de noviembre de 1975
Agustín, el Gringo, Tosco
Por: Juan Carlos Cena - Elena Luz González Bazán (especial para ARGENPRESS.info)

El Agustín como lo llamaban algunos de sus compañeros, otros el Gringo, otros, simplemente Tosco, nace poco después de que revienta la

bolsa de Wall Street. En nuestro país, el modelo agro exportador estaba en un proceso de agotamiento, y en forma paralela comenzaba un proceso industrializador de productos primarios.

Agustín nace, se cría, y desarrolla parte de personalidad dentro de un marco rural, en Moldes, a 80 kilómetros de Río Cuarto, en la provincia de Córdoba. La dura realidad social penetraba en su hogar, los pisos de su casa eran de tierra apisonada.

Tosco fue esos hombres que militó la terquedad de la esperanza, un autodidacta, anduvo siempre en la búsqueda de ampliar el conocimiento, como una manera de ser cada más libre, buscó perfeccionarlo a través de la lectura y el estudio, éste, fue uno de las modalidades para ampliar el conocimiento, tanto humanísticos, políticos o técnicos; el otro, fue el de bucear en las aguas profundas de la practica concreta, y combinaba la teoría con esa práctica, en un ejercicio permanente de comprobación.

El otro aspecto de su personalidad, pero que tiene que ver con la integralidad del hombre, fue la de cumplir con los mandatos que le daban sus iguales: los compañeros, la de ser buen trabajador, la de tener una actitud correcta frente al trabajo, ante sus compañeros en la relación social diaria, ser solidario, una de las formas era la de transmitir sin egoísmos el conocimiento acumulado del oficio, cualidad de esa particularidad, que es ignorada en los mundos académicos cuando se trata de la descripción de un trabajador

Una fuerte concepción fue la de obrar siempre en forma colectiva, lo demostraba en los hechos concretos, hablaba y actuaba en plural siempre rodeado de sus pares.

Desarrolló su pensamiento buscando otra realidad para el Movimiento Obrero Argentino, que se centraba en la rotura de las cadenas que lo oprimían.

Tuvo claro que la democracia sindical no pasaba por la hegemonía del dedo, sino por las asambleas de cada sector, cuerpo de delegados o generales únicos órganos soberanos que consolidaban y refrendaban la lucha del movimiento obrero. Nada podía sustituir a las asambleas, ellas eran superiores a los cuerpos directivos.

Fue claro al señalar que el reclamo económico solamente, era una trampa tendida por los explotadores. Este, el patrón, trataba de penetrar con esa concepción, la de pelear solo por el salario y otras reivindicaciones parecidas. Era la ideología del economicismo que se inmiscuía en el seno de las luchas de los trabajadores para desviar el problema central, la lucha de clases en el marco de la lidia por la liberación nacional, para terminar con la explotación del hombre por el hombre.

Acabar, definitivamente, con explotados y explotadores, terminar con los sueños de los explotadores que quieren que los trabajadores trabajen de la cuna a la tumba.

Eso fue lo que intentaron en intentan en la actualidad los dirigentes obreros participacionistas o colaboracionistas, y los llamados burócratas en los tiempos contemporáneos, cuando buscaban y buscan artimañas para que la lucha sólo sea por el salario. Y que además, el Movimiento obrero fuera apolítico, tal como lo pretendían y pretenden las patronales, el Estado y las burocracias entregadas.

Tosco y sus compañeros, expresaban distintas corrientes del pensamiento político local y nacional, tuvieron claro que no se puede introducir ningún partido político en forma preeminente, ni darle un tinte partidario al sindicato. Entre los trabajadores, en el seno de la clase obrera conviven y existen distintas expresiones, identidades, creencias y pensamientos. Por eso sostenían que la política sindical es la forma política más importante y compleja a desarrollar. Tosco nunca confundió el papel del militante de un partido político, con la de un militante gremial, son total y absolutamente diferentes.

Sabía que la elección del delegado era de vital importancia. Era el momento donde se ejercía la democracia obrera en forma directa sin intermediarios. El delegado es la raíz que nutre de savia al sindicato, que viene desde los socavones de la clase trabajadora. Una vez elegido el delegado, pasa a ser la voz de todos, el que transporta las ideas y las palabras de todos, el ya no es más él, él es todos los compañeros que lo eligieron para que lleve la voz del conjunto. Las cualidades debían ser muy sencillas; ser un buen trabajador y un mejor compañero.

Cultura del Trabajo

Uno de los aspectos que debemos rescatar de entre las cenizas que el neoliberalismo destruyó, es la cultura del trabajo.

Tiene que ver con la relación social diaria, permanente, en el lugar de trabajo, en el sindicato, en el barrio, en los clubes de trabajadores. En el lugar de trabajo con la transmisión del oficio, transferencia de las enseñanzas centenarias que vienen de un proceso de acumulación del conocimiento. Labor que le correspondía a los trabajadores mayores, como un mandato no escrito, sin egoísmos de por medio. La transmisión oral de los más grandes a los más jóvenes, de los maestros hacia los aprendices, como en las grandes comunidades antiguas, donde el consejo de ancianos era la fuente de toda sabiduría.

Los trabajadores reconocen a sus maestros en el oficio y el trabajo diario, esta es parte de la esencia de una cultura de la transmisión, de la solidaridad, del compañerismo, de los códigos entre trabajadores, que se verifica en la vida cotidiana del trabajo y en la lucha por sus derechos.

Afirmamos que el neoliberalismo bregó por aniquilar todo lo que tenga que ver con la cultura del trabajo, había que imponer la desindustrialización del país y darle la bienvenida a un país con grandes pizarras, acciones y cotizaciones, más todos los privilegios a los bancos; o sea, el modelo financiero de concentración económica. Para imponer esta desindustrialización había que derrotar y posteriormente liquidar a la clase obrera, física y culturalmente.

Dos tipos de sindicalismo

Por otro lado, el Gringo definirá dos tipos de sindicalismo, nudo esencial de un pensamiento que marcará las diferencias y contradicciones entre los dirigentes obreros, los que utilizan a la clase obrera para sus intereses particulares y los que son auténticos representantes.

Estas afirmaciones las realiza en medio de la lucha ideológica y política con el participacionismo que estaban demostrando sobradamente, estas premisas, no sólo por su accionar, sino por los niveles de burocratización y corrupción, enquistados en los sillones, eran favorecidos con todas las prebendas, se habían corrompido. En esto se les iba la vida a los dirigentes burocráticos, en componendas con los grupos y sectores de poder, con las fuerzas armadas dando legitimidad a los golpes de estado.

Por otro lado, y fundamentalmente, el sindicalismo peronista se había transformado en la expresión política del ausente partido justicialista y la expresión contestaría de las masas peronistas. Aquellas habían virado hacia la resistencia, hacia la confrontación y hacia una búsqueda de nuevos dirigentes. Muchos dirigentes luego se burocratizaron, que antes fueron parte de la Resistencia Peronista, mientras unos pelearon por la vuelta de Perón, otros planteaban el peronismo sin Perón.

Por eso el pensamiento de Tosco giraba sobre la trascendencia de esos momentos de lucha del movimiento obrero y los trabajadores, y el carácter de clase que debía adquirir el sindicalismo.

Por esto, la premisa de Tosco, su pensamiento sobre el Sindicalismo de Liberación se asienta sobre tres banderas: la de unidad y lucha, la de justicia social, soberanía política y liberación nacional.

Además de la lucha sindical particular de su sindicato participaba en la confrontación general, en la esfera institucional y política del momento, estaba la disputa clandestina contra la dictadura encabezada por Onganía, autodenominada Revolución Argentina. En esa pelea Tosco plantea un sindicalismo para disputar en todos los espacios, no había que dejar ningún flanco descuidado, depende, afirmaba: “del momento en que se viva, de cómo instrumentar esa lucha, bregar para que sea la clase obrera y el pueblo los que la llevan adelante”. Teniendo en claro siempre, que sólo la democracia de bases es la forma y que no puede ser suplantada por otras maneras de funcionamiento, y que es la relación que existe y debe continuar entre dirigentes y las bases, mecanismo y ejercicio que logra la concientización de todos y reafirma su compromiso para la lucha.

Las asambleas que se realizaban, y realizan por sectores, en unidades o sectores de trabajo, estaban acorde con la línea de pensamiento del Gringo, que el recogía de viejas tradiciones obreras, que las recreaba y la plasma en la practica. En la resistencia, en clandestinidad, o en una situación institucional normal, nunca esa democracia de bases, esa relación social y política entre dirigentes y cuerpos de delegados puede ser suplantada por otras formas.

Por eso el Gringo irá conformando un módulo donde confluirían la teoría y la práctica, teoría que se asienta sobre la vida misma, sobre las experiencias, sobre aquellos teóricos a los cuales consulta, nombra y que levanta sin ningún resquemor: 'yendo a la dialéctica de la historia y como decía el gran Lenin, al avance del proceso revolucionario se intensifica el proceso contrarrevolucionario' .

Su planteo antiburocrático, antipatronal, antiimperialista se enmarca en la teoría de la dependencia, por eso la lucha por la liberación nacional y social, por eso la concepción del sindicalismo de liberación, esencial en el proceso de transformación hacia una nueva sociedad.

Cabe una aclaración, en 1970 se publica un trabajo de investigación de los brasileños Theotinio Dos Santos y Enrique Cardozo, ex presidente de Brasil, ambos elaboran la Teoría de la Dependencia. Países centrales y periféricos. Un centro hegemónico y un conglomerado de naciones en nivel de dependencia, económica, social, políticamente hablando.

Por tal razón, la consigna del sindicalismo para la liberación nacional que emanaba del pensamiento del Gringo Tosco, se ratifica en esa investigación y se llena de contenido. La doctrina sindical tosquiana la hace suya, levanta las banderas de justicia social y liberación nacional, formando parte de todos los planteos

Tosco atacaba de esa forma los conceptos del liberalismo económico y del totalitarismo político que se habían hecho carne en la burocracia sindical, aquella que encarnaban las intervenciones a los sindicatos para frenar la democracia y la participación de las bases, porque de esa forma se paraba el avance de la conciencia en la lucha, la que se adquiría, la que era parte de ser la 'vanguardia organizada y combativa de los demás sectores populares...' .

El papel de la clase obrera y del movimiento obrero en el proceso de transformación

Tosco no sólo analizaba al movimiento obrero, sino el lugar que le cabe a la clase obrera como sujeto histórico de las transformaciones revolucionarias, de la sociedad, donde la vanguardia no estaba solamente en un partido político, sino en la única clase social capaz de generar esos cambios: la clase obrera.

El sistema capitalista mundial concentra los medios de producción, pero necesita de una clase obrera que venda su fuerza de trabajo en el mercado laboral en forma vil. La resistencia a esa vil venta de la fuerza de trabajo genera la que se denomina lucha de clases, contradicción fundamental: entre la burguesía y el proletariado, entre explotadores y explotados.

Sólo los explotados son los que pueden terminar con las imposiciones del sistema. Un sistema que utilizaba, y utiliza, los medios represivos, la persecución, imponiendo una ideología y una cultura que intenta desnaturalizar las necesidades de la clase trabajadora y el pueblo; inculcando formas culturales donde pregona la necesidad del apoliticismo y el egoísmo en sindicatos y durante la lucha sindical.

Es dable de tener en cuenta, y es una enseñanza, que la burguesía, nunca abandonó la lucha de clases, ni concilió con la clase obrera.

Atento a ello el Gringo afirmaba a modo de reflexión 'cada compañero tiene, no sólo el derecho sino él deber de pensar políticamente y la opción de estar afiliado o no, de ser militante o no, de una agrupación política' .

Con ese nivel de confrontación y enunciando la lucha de clases, se plantea en su pensamiento, que el apoliticismo es una malformación política reaccionaria, que va contra los intereses de la clase obrera y que sólo es necesaria para la clase de los explotadores, siendo la burocracia sindical su vehículo, aliada incondicional.

Tosco reafirmaba al decir: “…el rol de la clase obrera no es participar como socio menor y subalternos en las esferas del poder de la oligarquía y de la reacción, sino impulsar las transformaciones revolucionarias que cambien en profundidad este sistema de opresión, de explotación y miseria. El papel de la clase obrera es ser vanguardia organizada y combativa de los demás sectores populares para lograr la liberación social y nacional de los argentinos.”

A la gesta del Cordobazo la definía como que 'fue una rebelión obrera y popular (...) surgió de la clase obrera y del pueblo. Lo esencial del Cordobazo es que surge de los trabajadores y de los estudiantes y que ellos por sus convicciones salen a la calle a luchar'.

A 30 años de su desaparición podemos decir sencillamente: se fue el Gringo, el respetado por todos. Nos quedaron sus enseñanzas a través de la lucha y de la práctica concreta de su militancia. Otros rasgos además lo distinguían como la intransigencia en la defensa de sus principios, su tremenda fuerza moral y ética, su amor a la libertad; fue un rebelde obrero, duro, pero esa severidad nunca le hizo perder la ternura que le profesaba a todos sus compañeros.

Desde entonces la figura del Gringo Tosco se recorta lenta y obstinadamente, venciendo al silencio y al olvido, ensanchando día a día el campo de la memoria.

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