Carta de opinión libertaria: los anarquistas ante un nuevo 11 de septiembre
A los trabajadores, pobladores y estudiantes, a las organizaciones populares y revolucionarias:
trágica derrota de la clase obrera chilena significó un retroceso enorme que para todos ha sido muy difícil superar, dejando incompleto un programa histórico de lucha que pusiera fin a esta sociedad de explotadores. Desde aquel 11, hace ya 37 años, miles de hombres y mujeres se han abocado a la tarea de rearmar a nuestra clase tanto ideológica como orgánicamente, y muchos murieron en ello. Convicción no ha faltado, pero las heridas fueron muy profundas y duraderas, no solo por las valiosas vidas que se perdieron durante la dictadura -y posteriormente en todos estos años de “democracia”-, sino también por la traición del reformismo que ha vendido e hipotecado los intereses, las aspiraciones y las demandas más sentidas de los trabajadores a lo largo y ancho de nuestro territorio...
La amargura y el miedo se apoderaron de más de una generación casi por completo. El régimen de terror, que aún no ha terminado, cumplió un papel fundamental para detener los avances que se fueron consiguiendo por medio de la lucha. El otro tanto se fue perdiendo ya por otros medios, y el mismo miedo se encargó de que muchos callaran cuando se pactó la salida pacífica a la dictadura, cuando se condenaba a los rebeldes, a los revolucionarios, cuando se firmaban las leyes de Pinochet o los “ex super militantes” de todos los colores formaban “La Oficina” mientras sus amigos parlamentarios discutían la Ley Antiterrorista para encarcelar a los opositores a su proyecto neoliberal.
Todos los sectores políticos que conforman el bloque dominante han sido cómplices y autores materiales de estos hechos y de la miseria en que hoy se encuentra la clase trabajadora, desde la Derecha más conservadora hasta el reformismo comunista, unos infundiendo el miedo desde arriba y los otros dispersándolo hacia el pueblo. De la derecha no hay que extrañarse. Cada vez que gobiernen (y cuando no, le buscarán por otro lado) estarán velando por mantener este sistema y profundizarlo: hacer sufrir al obrero, pero mostrándole una sonrisa, con descaro, con arrogancia. Y se perfeccionan para ello y alardean de sus capacidades de gestión. Si no, basta mirar lo que han sido estos meses del gobierno de Piñera en Chile, un gobierno de gerentes, que seguramente ha avanzado más de lo que nos muestra en el cumplimiento del programa de la burguesía nacional y extranjera.
El peligro está, sin embargo, más cerca de lo que parece, ya que son los mismos que empobrecieron al pueblo, que lo encarcelaron con nuevas y mejores leyes, que vendieron todo lo poco que nos quedaba de recursos, los que hoy critican a la Derecha y se ponen aparentemente “del lado de los trabajadores”. Era de esperarse. No pasaron semanas de las últimas elecciones y ya la Concertación hablaba de cambiar y acercarse al pueblo, y aunque sabemos que les costará bastante (porque el pueblo no es tan idiota como ellos creen) por estos días hacen sus mejores esfuerzos, poniéndose cerca de los desposeídos para aparecer en la foto, fundando nuevos partidos o declarándose en huelga de hambre. Las volteretas de la vida. Un día aprueban las leyes que encarcelan a los Mapuche y al otro se ponen a su lado. Si fueran más consecuentes, aunque sea, como el PC chileno por ejemplo, que siempre ha traicionado a los trabajadores por sus intereses partidarios ¡Todo un ejemplo, una sola línea! (como no recordar a Cristian Cuevas, que hace poco no más que se coludió con CODELCO para destruir al SITECO en Rancagua).
Esta es la tónica que creemos marcará este periodo. Cada pequeño avance de los sectores clasistas y sobre todo de los revolucionarios será asechado por todos los flancos: por el Gobierno y el Parlamento buscando salidas para los errores del modelo; por la Iglesia llamando a la paz; por la Prensa criminalizando toda lucha social; con la burocracia sindical hipotecando las demandas más sentidas; y bueno, con la Represión, ahora que son otros los que tienen el garrote en sus manos. Pero también será en los propios gremios, en las organizaciones sociales y populares donde querrán llegar para derrotarnos.
Para nosotros, lo que se busca intervenir y criminalizar no es otra cosa que los avances que den los sectores clasistas y revolucionarios, así como un sin fin de experiencias y de luchas que le han servido a los trabajadores para recuperar confianza, para aclarar ideas y proyectos y que son necesarios compartir bajo un programa de lucha común. Al igual que hace 37 años, cuando el proletariado chileno impulsó sus demandas más allá del Gobierno de Allende, alcanzando enormes niveles de organización, hoy se quiere detener cualquier proyecto de transformación. Y no es menor. Hoy que está en discusión la venta de lo poco que queda de cobre y de recursos naturales, nada mejor que acusarnos de terroristas. Hoy que los revolucionarios se adentran cada día más en los sectores estratégicos de la economía, qué mejor para la burguesía que aquellos gremios los dirija el reformismo.
Lo que se busca, es que perdamos la memoria, que nos olvidemos de quienes fueron los criminales de la dictadura y los traidores de la democracia, para hipotecar para siempre los sueños y las esperanzas de nuestro pueblo. Lo que se quiere al fin es hacernos perder la conciencia, para que luego los trabajadores vuelvan a elegir a otros gobernantes, más “nobles” estos que los anteriores, pero con los mismos intereses. Lo que se busca por cierto es desmoralizarnos, dividirnos e infundirnos temor. Pero ojo, que pueden encontrarse con todo lo contrario. Es una tarea urgente por tanto, sacar buenas lecciones de estos años. La lucha de clases en Chile muestra su cara en días como hoy, en un tiempo difícil pero no por eso con menos esperanzas.
¡Por la memoria y la sangre de todos los caídos en dictadura y democracia!
¡Por el fin de la criminalización a las luchas populares!
¡Por la libertad a todas y todos los presos políticos!
¡Por la renacionalización del cobre bajo control directo de los trabajadores!
¡Arriba las y los que luchan!
Estrategia Libertaria, 11 de Septiembre del 2010
Por: La Batalla de los trabajadores
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