Los profesores de Buenos Aires contra la chilenización de la Enseñanza Pública
‘Soy profesor en un liceo obscuro,
He perdido la voz haciendo clases.
(…) Y todo ¡para qué!
Para ganar un pan imperdonable
Duro como la cara del burgués
Y con olor y con sabor a sangre.
(…) Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.’
Nicanor Parra, de Autorretrato
Andrés Figueroa Cornejo
Mariano Denegris (37 años) es secretario de prensa electo de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) de la provincia de Buenos Aires, sección de la confederación nacional de educadores de Argentina. Lleva 16 años como maestro de grado y profesor de media. Trabaja haciendo clases de Lenguas en la secundaria de la Escuela Nº 2, en una de las zonas más pobres de la Ciudad donde la comunidad votó el nombre de ‘Ernesto Guevara’ para el establecimiento.
En Argentina la educación es obligatoria desde la preescolar (5 años) hasta la secundaria completa. Bajo la administración antipopular de Carlos Menem, se provincializó la responsabilidad estatal de la enseñanza, camino hacia la municipalización educativa, tránsito previo a la privatización del sistema escolar. Entonces, los docentes ayunaron por turnos frente al Congreso durante 3 años (1997-2000), resistiendo las políticas de Menem.
Históricamente, el multifacético liberal Domingo Faustino Sarmiento (que fue presidente argentino, capitán del Ejército, promotor de bibliotecas populares y del fútbol, fundador de observatorios astronómicos, de academias y escuelas, salvó ileso de un atentado porque se le reventó el trabuco a su sicario; ejerció la pedagogía, sufrió el exilio, se ensañó contra los pueblos originarios y escribió sobre casi todo) inauguró tan alta preocupación por la formación y la cultura, que el día de su muerte en Paraguay, el 11 de septiembre de 1888, es la fecha en que toda Latinoamérica celebra el Día del Maestro. De hecho la ley que cautela la obligatoriedad, gratuidad y laicicidad de la enseñanza primaria –que no su realización inmediata- se dictó en 1884, es decir, 26 años antes que en Chile.
Ya a mediados del siglo pasado con Perón, se profundizó la cobertura y alcances de la escuela media y la técnica. En 1966 se produjo un punto de ruptura con el golpe de Estado de Juan Carlos Onganía y su ‘noche de los bastones largos’ que fulminó como un rayo el desarrollo de las universidades públicas y envió al exilio a buena parte de la intelectualidad. Peor cosa ocurrió con la tiranía que ofreció su muerte larga y su peste desde el 24 de marzo de 1976. Se traspasó a las provincias por primera vez, la administración de las escuelas primarias. Esa política fue retomada por Carlos Menem en los 90’. Los objetivos estaban asociados a la destrucción de la enseñanza, los servicios y la inversión públicas, dictaminados por las instituciones tutelares del crédito mundial. La enseñanza se fue a las provincias, pero no así el presupuesto necesario.
‘Por eso en la actualidad las provincias más ricas pueden tener escuelas un poco mejores y las provincias pobres un poco peores’, explica el dirigente docente Mariano Denegris.
-¿Y qué efectos ha tenido?
‘Ha crecido la educación privada en desmedro de la pública en los últimos 10 a 15 años. En la Ciudad de Buenos Aires la mitad de los chicos va a escuelas públicas y la otra mitad a las privadas.’
‘MACRI BUSCA DISCIPLINARNOS’
El ultraliberal gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Mauricio Macri, recién reelecto para 4 años más, no sólo es enemigo de la educación pública, sino que también es el único admirador que queda del Presidente chileno Sebastián Piñera.
Denegris señala que Macri quiere terminar ahora ‘con el procedimiento legalizado y legitimado a mediados de la centuria en el Estatuto Docente, donde está claramente estipulada la carrera profesional, y quiénes y cómo se eligen a sus jurados en materia de concursos, mérito y transparencia’.
En Argentina, la carrera docente y el modo de establecer los ascensos y cargos se realiza a través de juntas, ‘que son organismos de co-gobierno donde participa el Ejecutivo provincial de turno con docentes electos por sus pares’.
Macri desea obsesivamente eliminar la presencia de educadores en el proceso de la carrera docente y concentrar ‘todos los resortes en el poder ejecutivo’.
En la Ciudad porteña, donde existen alrededor de 55 mil profesores, hasta ahora, cada Junta de Clasificación está compuesta por 9 miembros. 4 ingresan a las juntas por votación mayoritaria de los maestros, dos por votación de minoría, y 3 por el poder ejecutivo. ‘Este es el sistema que pretende derogar el gobernador provincial’, sentencia Denegris.
Las juntas en cuestión funcionan por área, nivel y modalidad. Los niveles están organizados en los jardines infantiles, primario, secundario y terciario. La modalidad corresponde a las escuelas técnicas y comerciales. Y las áreas se refieren al tipo de conocimientos expresados curricularmente. En Buenos Aires existen 14 juntas. Cada dos años se votan y botan a la mitad de sus miembros. Con 100 firmas de profesores puede postularse el maestro que se considere apto para ser parte de una junta. También se presentan por listas sindicales.
La última votación se efectuó el 3 de noviembre recién pasado. Nunca había sufragado tanto profesor. Y pese a que las juntas están constituidas, ‘Macri quiere derogarlas y concentrar sus fueros en el poder ejecutivo de la provincia’, dice Mariano Denegris y agrega que ‘ese diseño e imposición es equivalente a una oficina de recursos humanos de una empresa cualquiera. Macri dirige un gobierno de impronta empresarial’.
-¿Y que hizo Macri durante sus primeros 4 años de gobierno?
‘Avanzar contra la escuela pública mediante políticas de vaciamiento, reivindicando el modelo chileno. Intentó eliminar las becas de estudio para los estudiantes secundarios; prohibió a los docentes denunciar por los medios de comunicación los problemas de los establecimientos; trató de bajar la calidad de los alimentos de los comedores escolares, poniendo soja donde había carne. Asimismo, quiso cerrar 82 grados de la escuela pública, aduciendo que no existía matrícula suficiente, cuando la había; y pidió a los rectores de los establecimientos de secundaria que acusaran a la policía a los alumnos que participaban en las protestas y tomas por problemas edilicios. Pero en definitiva, la resistencia organizada de los profesores, estudiantes y las propias juntas calificadoras lograron detener la mano que privatiza y reprime del señor gobernador.’
-¿Y qué quiere hacer ahora contra Fuenteovejuna, digo, contra la comunidad docente de Buenos Aires?
‘Disciplinarla, disciplinarnos. En sus primeros 4 años pretendió acabar con la escuela pública y no pudo por la acción de los maestros. Ahora entonces, busca atemorizar y controlar a los docentes mediante el acceso al trabajo.’
-¿Qué criterios empleará Macri para ello?
‘Él habla de métodos objetivos porque ya no lo determinarían personas, sino que una computadora. Es decir, como si el uso de la informática fuera sinónimo de transparencia. Es el gobierno de la tecnocracia interesada contra el Estatuto Docente y la enseñanza pública.’
-¿Cuál ha sido el camino para llegar hasta aquí?
‘En octubre de 2011 ya se había anunciado la eliminación de las juntas con participación de educadores electos. A pura lucha, paros y movilizaciones realizamos las elecciones el 3 de noviembre. Al día siguiente el gobierno provincial quiso sancionar igual no más su proyecto, sin éxito. El martes 8 pasó al recinto de la legislatura y su fecha probable quedó para el próximo 24 de noviembre.’
-¿Y cuáles son los salarios y condiciones de trabajo de los profesores? ¿Tienen que ver con las juntas?
‘Las juntas no discuten eso. Se trata en mesas salariales. A nivel nacional se negocia un piso. En Buenos Aires las 15 horas de trabajo semanal se pagan a $2.500 pesos mensuales (alrededor de US$600), y con 30 horas, el doble. Luego ya no es proporcional el número de horas trabajadas con el sueldo, que después de los $5.000 pesos (US$1.200) comienza a bajar. Y sobre las condiciones laborales, en general son malas y en algunos casos, peores. El sector inicial y primario está muy abandonado por la planificación del sistema educativo. No se incorporan reformas capaces de dar cuenta de la nueva realidad de la sociedad y los estudiantes. Y no solamente en términos curriculares, sino también de organización escolar. Mientras en la secundaria existen apoyos docentes de preceptores, psicólogos, psicopedagogos, tutores; en la escuela primaria hay un puro gabinete psicopedagógico cada 20 establecimientos. Nosotros demandamos dos profesores por curso debido a la sobrepoblación escolar en el aula. Además tendría que haber un preceptor ligado a tareas administrativas. Los maestros están recargados de funciones y falta presupuesto provincial para estos requerimientos. Al respecto, Macri ha bajado los recursos para la educación pública y ha aumentado los subsidios a la enseñanza privada.’
-¿Cómo es observada la enseñanza pública escolar por el conjunto de la ciudadanía bonaerense?
‘Hasta hace unos 30 años, el chico que no aprobaba en la escuela pública debía emigrar a una privada. Ello se ha revertido. Ahora la escuela pública es para los pobres y la privada para los sectores medios y ricos. Estamos frente a una alta segmentación. De todos modos, la idea de escuela pública todavía se mantiene bien valorada en el imaginario de la gente. Es un bien cultural que aún queda.’
‘SI SE PRETENDE TRATAR ESTA POLÍTICA SIN NOSOTROS, PROMETEMOS CONFLICTO’
-¿Cómo han enfrentado la opinión de que su lucha está lejos de ser corporativa?
‘Los padres de los chicos y los propios chicos entienden y están de acuerdo con que la elección de cargos no puede quedar al arbitrio amistocrático del gobierno provincial de turno, porque ello no garantiza contar con los mejores maestros en los lugares adecuados. Incluso participan en nuestras movilizaciones.’
-¿Aunque deba extenderse el período lectivo?
‘Eso lo consideramos una bravuconada y amenaza del gobierno provincial.’
-¿Cuáles son las expectativas del movimiento docente?
‘Las movilizaciones actuales han sido las masivas de los últimos años. Hemos realizado hasta el momento 5 días de paro con un nivel de acatamiento de más del 90%. El gobierno ha sacado el pie del acelerador y la discusión del nuevo proyecto se postergó para el 24 de noviembre, cuando estaba dispuesto para mucho antes. Hemos logrado que no se apruebe la medida. Nosotros proponemos un cronograma de discusión en todas las escuelas para democratizar el problema y su solución. Queremos un diálogo en serio con participación plena de los trabajadores y la comunidad escolar. Si se pretende tratar esta política sin nosotros, habrá conflicto. La semana antes del 24 de noviembre pararemos una carpa frente a la legislatura provincial por el momento.’
12 de noviembre de 2011
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