USA está perdiendo la Guerra Fría con China simplemente por pretender que no existe
Por Steven W. Mosher
Foto: Hu Jintao
Una China económicamente poderosa, y contraria al “establishment” de las políticas de Washington, no está resultando ser una nación libre. Pero mientras sigamos creyendo en el mito de la “evolución pacífica” de China, vamos a ser incapaces de defendernos ante el comportamiento cada vez más abusivo de Beijing.
Existe una creencia en Occidente muy popular, incluso aplicada por presidentes de Estados Unidos a partir de Nixon, que postula que más riqueza significa más libertad. El presidente George W. Bush en el año 2005 formuló una típica opinión de Washington aplicando esta creencia a la situación de China: “A medida que China reforma su economía, sus líderes descubren que una vez que se abren las puertas a la libertad, aunque sea un poco, éstas ya no se pueden cerrar. Mientras el pueblo de China va prosperando, sus demandas por libertades políticas también crecen. Cubriendo las demandas legítimas de libertad y apertura de sus ciudadanos, los líderes de China ayudan a su país a convertirse en una nación moderna, próspera y segura”.
Suena muy bonito pero la realidad es muy diferente.
Las corporaciones multinacionales que buscan ganancias en China continúan promoviendo esta creencia. Sus “lobbys” continuamente promocionan entre los parlamentarios electos y los burócratas del gobierno de USA que China cada vez más se parece a su país. Todo lo que necesitan hacer es esperar el momento oportuno.
Esto tiene mucho sesgo etnocéntrico. La realidad es que a medida que el régimen de Beijing se hace más rico, se vuelve más dictatorial internamente y agresivo en el exterior. Los disidentes que deberían haber sido liberados por las solicitudes de clemencia de Occidente todavía permanecen en prisión. Las frágiles democracias de África, Asia y Latinoamérica están cada vez más corrompidas por ricachones de la política exterior de China.
Los líderes de China rechazan lo que ahora públicamente ridiculizan como valores "occidentales”. En su lugar, siguen promoviendo su propia concepción del hombre como subordinado al Estado y que no posee derechos inalienables. Es evidente que están convencidos de que China puede ser rica y poderosa, sin dejar de ser una dictadura.
¿Y por qué no habrían de creer esto, teniendo en cuenta el espectacular desempeño de su modelo económico durante las últimas décadas? Con un sistema confuso de barreras comerciales y su moneda subvaluada artificialmente han manipulado el juego del “libre comercio” a su favor. No hacemos nada mientras que Beijing aplica una política industrial que se centra en el desarrollo de las llamadas industrias “pilares” y utiliza los subsidios de la exportación y otras tácticas desleales para darles una ventaja competitiva en los mercados mundiales. Con el fin de seguir compitiendo, las corporaciones multinacionales ahora se sienten tan obligadas a ceder a las demandas de Beijing que transfieren sus tecnologías de producción más avanzada a China, comprometiendo sus propios futuros
Los líderes de China se han convencido de la superioridad de su sistema aún más, por la forma como China ha escapado de las peores consecuencias de la actual recesión y ha continuado creciendo.
China se mantiene firmemente ligada a una perspectiva totalitaria de Estado. Hu y sus colaboradores están decididos no sólo a permanecer en el poder indefinidamente, sino que la República Popular de China reemplace a Estados Unidos como hegemonía reinante a nivel mundial. Todo lo que tiene que hacer, como Deng Xiaoping dijo una vez, es "ocultar sus capacidades y tomarse su tiempo".
Mientras los demás no hacemos nada.
Steven W. Mosher es el Presidente de Population Research Institute..
Steve Mosher es el Presidente del Instituto de Investigación en Población (Population Research Institute), una organización sin fines de lucro dedicada a desmontar la falacia de la sobrepoblación en el mundo.
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