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Las esterilizaciones forzadas en Uzbekistán y la indiferencia de Occidente‏

Querido Amigo:

Después del colapso de la Unión Soviética, USAID potenció los programas de control de la población en Asia Central. En Uzbekistán, uno de los países con menor densidad de población en la tierra, las mujeres son esterilizadas sin su consentimiento o a veces sin decirles siquiera.

Steven W. Mosher

Presidente

Las esterilizaciones forzadas en Uzbekistán y la indiferencia de Occidente‏

Por Colin Mason

La historia de Gulbahor Zavidova es una verdadera tragedia. Sometida a una operación de cesárea, fue esterilizada durante el proceso y nunca le informaron al respecto. Frustrada por su incapacidad de concebir de nuevo, visitó a un médico que le confirmó que había sido esterilizada. Al enterarse de esto, su esposo la abandonó.

Lamentablemente la historia de Zavidoza se ha vuelto frecuente en Uzbekistan. Según la prensa local, el “presidente” de Uzbekistán (léase: dictador actual con el estilo de la era soviética), Islam Karimov, ha reiniciado las antiguas campañas de esterilización masiva, con miles de mujeres tratadas como animales de granja.

El “Times Online” reportó:

“Diversos activistas afirman que la esterilización masiva empezó en el 2003, pero se calmó dos años después debido a las protestas populares. Pero ahora se ha reiniciado en febrero de este año luego que el Ministerio de Salud ordenó a los doctores recomendar la esterilización como un “método de anticoncepción eficaz”. Los críticos afirman que a cada doctor se le dijo que persuada “por lo menos a dos mujeres” por mes para que se realizara el procedimiento. A los doctores que no cumplían esta cuota, se les aplicaba diversas represalias y multas.”

“Desde febrero, cerca de 5,000 mujeres han sido esterilizadas sin su consentimiento,” declaró una defensora local de los derechos humanos, que pidió no ser identificada por temor a ser detenida.

“Es frecuente que los médicos aprovechen los partos por cesárea para realizar una esterilización sin decirle a la mujer. Los rumores extendidos de esta práctica dan como resultado que las mujeres decidan por partos en sus hogares para evitar este riesgo.” 

A pesar de que las noticias de esta impactante campaña han llegado a Occidente, a través de medios como “Times Online” y “LifeSiteNews,” los principales grupos de derechos humanos la han recibido con una fría indiferencia.

En Population Research Institute creemos saber por qué.

Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, las antiguas cinco Repúblicas Soviéticas de Asia Central (las “stán”s: Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán) finalmente lograron la independencia. Naturalmente, Estados Unidos se apresuró a ofrecerles relaciones diplomáticas a estos países. Junto a estos lazos diplomáticos, llegaron los dólares norteamericanos de cooperación internacional con su infame agenda de ayuda exterior.

En un informe de 1997, Population Research Institute denunció como USAID rápidamente hizo del control de población su mayor prioridad en todas las 5 naciones de Asia Central, a modo de venganza. Un “equipo de evaluación” de USAID fue enviado para decidir que era lo mas necesario para los habitantes de Asia Central. Population Research Institute denunció en aquella ocasión que, antes de poner pie en tierra asiática, los evaluadores ya habían decidido cuál sería la respuesta.

“Como era de esperar, el equipo de evaluación descubrió que había una necesidad fundamental de limitar la natalidad y era indispensable suministrar grandes cantidades de anticonceptivos en toda la región una vez más, a pesar de que es uno de los lugares con menor densidad de población del planeta. En verdad, dado que los funcionarios de USAID ya tenían una idea previa sobre las presuntas deficiencias, ¿cuál era el verdadero motivo de un viaje de “evaluación”? Siguiendo el mismo patrón que USAID ha aplicado en otros países pobres, las decisiones básicas ya se habían hecho antes de la supuesta identificación de las ‘necesidades’ aún por descubrir.”

Como resultado de esta “investigación”, USAID procedió a esterilizar a las mujeres. Muchas mujeres. De hecho, un informe de USAID afirmó que sus funcionarios habían implantado los DIUs (dispositivos intrauterinos) en más de un millón de mujeres solamente durante 1991.

Sin embargo, de acuerdo a la documentación presentada por Population Research Institute, esto no sólo sería terrible, sino imposible. “En la medida de que el total de la población de Uzbekistán era alrededor de 21 millones, existen algo menos que 5 millones de mujeres en edad reproductiva en toda la población. Sin importar cuan ‘agresivamente’ persiguieron la tarea, ¿Se puede creer que los funcionarios de la salud podrían haber implantado los DIUs en más del 20% de la población femenina en solo un año? Tal historia del “éxito” del dispositivo intrauterino-DIU era más improbable porque los sistemas de asistencia médica son anticuados y decrépitos en todas las repúblicas de Asia Central, complicados con una severa escasez de medicamentos básicos y de suministros médicos, incluidos los dispositivos intrauterinos”.

Cualquiera sea el número en realidad, USAID no resultó siendo un mero proveedor de asistencia primaria, sino un militante impulsador de  anticonceptivos y esterilizaciones. La cantidad de mujeres que permanecen marcadas y dañadas por su campaña sigue siendo desconocida, pero sin duda, trágicamente elevada. El informe de Population Research Institute concluyó que “por desgracia, en Asia Central, los resultados para USAID serán solamente kilos de papel convertidos en informes inútiles y dinero desperdiciado. Pero sin duda el resultado más trágico de los programas de control de población de USAID serán las miles de mujeres esterilizadas para siempre y víctimas (inclusive víctimas mortales) del Norplant, Depo-Provera, DIU’s y píldoras anticonceptivas.”

Actualmente, USAID tiene presencia en Uzbekistán, aunque más moderada. Su Presupuesto sustentado en el Congreso para el Año Fiscal 2011 es de alrededor de US$ 12 millones solamente para ese país, incluyendo US$ 146,000 en “salud reproductiva”.

Este es el contexto de las esterilizaciones masivas que traen las noticias del presente año. Parece claro que, aunque USAID ya no está directamente  involucrada con la esterilización de decenas de miles de mujeres, su legado persiste. Es muy dudoso que una nación como Uzbekistán, emergiendo de la oscuridad de la opresión soviética y con pocos habitantes, diera prioridad al control de población espontáneamente. Y, sin embargo, misteriosamente continua haciéndolo.

Peor aún, no existe prácticamente protesta pública alguna en el Occidente. Las organizaciones como USAID cuentan con el propio silencio y la ligereza de la conciencia pública, para hacer que estos abusos escandalosos contra los derechos humanos se mantengan en el silencio de la noche. Rara vez hay alguna fanfarria de la prensa o alguna indignación colectiva pública.

El razonamiento de los promotores del control poblacional es simple: si la sobrepoblación es realmente un problema, entonces el sufrimiento de miles es sólo un daño colateral para la causa de salvar el planeta. Y, hasta donde alcanza la ideología de estos grupos, la esterilización de los pobres sin rostro, sin nombre, en tierras lejanas, es una alternativa aceptable a imponer las mismas medidas de las mujeres en Occidente.

Lo cual nos trae de vuelta al núcleo de la cuestión: que la "sobrepoblación" es sólo otra manera de decir  la "gente pobre" y la "salud reproductiva" a menudo es sólo otra manera de decir "limpieza étnica".

Colin Mason es el Director de Comunicaciones de Population Research Institute.

Steve Mosher es el Presidente del Instituto de Investigación en Población (Population Research Institute), una organización sin fines de lucro dedicada a desmontar la falacia de la sobrepoblación en el mundo.

(c) 2010 Population Research Institute.

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