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Centros Chilenos en el Exterior

Leche cortada

Leche cortada

Darío Zambra B.

La Nación Domingo

Entre esta semana y la próxima, Soprole, Nestlé y Watt’s, la tres más grandes comercializadoras lácteas de Chile, concretarán sus anuncios de bajar los precios que pagan a los agricultores por litro de leche. Esa situación es la que tiene en alerta a los lecheros y la que ha generado una nueva batalla en el sur del país

Domingo 26 de septiembre de 2010

Juan Pablo Aruta va manejando por la carretera. Son casi las siete de la tarde del jueves cuando lo contacta LND. Para conversar más tranquilo decide hacer un alto en la ruta. Viene saliendo de una reunión de directorio de la Federación de Productores de Leche (Fedeleche), en Osorno. Asegura que los ánimos en el encuentro estaban derechamente malos. Han sido días complejos para el gremio, incluido el propio Aruta.

Junto a su hermano Carlos son dueños de Agrícola La Hiedra, que está ubicada en la comuna de Renaico, en la provincia de Malleco, justo en el límite norte de la Región de La Araucanía. En 2005 fueron elegidos como el Mejor Productor de Leche de Chile. Cuenta Juan Pablo que al año producen 3,5 millones de leche. Durante casi 20 años toda su producción se la vendieron íntegramente a Soprole, la famosa multinacional de los lácteos. Eso hasta el pasado 1 de septiembre. Desde esa fecha, toda la leche que produce el ganado de La Hiedra se la comenzaron a entregar a otra comercializadora.

¿Qué pasó para que después de tanto tiempo se terminara esa relación comercial? “Simplemente porque ya no les creo. En Soprole han sido inconsistentes en su relación con los productores, en la presentación de un proyecto lechero que nos permita subsistir y mantenernos en el negocio”.

La misma determinación de poner fin a su relación comercial con Soprole la han tomado otros productores. El hecho que ha gatillado estas decisiones fue el anuncio de esta compañía

-que pertenece a Fonterra, cooperativa de Nueva Zelandia compuesta por más de 10.500 agricultores- de bajar en 11% el precio por cada litro de leche que paga a los productores, que equivale a $18,5. Ese anuncio lo realizaron el pasado 23 de agosto.

Justo una semana después, Nestlé y Watt’s, en la práctica las otras dos grandes compradoras de leche del mercado chileno, comunicaron que también disminuirían los precios en $12 y $19, respectivamente. En el caso de Soprole, ese nuevo precio comenzó a regir este viernes 24 de septiembre, mientras que los de Watt’s empezarán a aplicarse el 1 de octubre, este próximo jueves.

Las nuevas tarifas tienen en estado de alerta a los productores de leche. Su mayor molestia radica en que el principal argumento que dieron estas compañías para tomar su decisión fue que los precios internacionales de la leche estaban disminuyendo. Sin embargo, un par de días después de comunicadas las decisiones de Nestlé y Watt’s, Fonterra, la matriz de Soprole, aseguró que proyectaba una estabilidad en el precio de este commodity y, por lo tanto, mantendría hasta mayo de 2011 el valor por litro que pagan a su cooperados en Nueva Zelandia, lo que según los productores chilenos echa por tierra los argumentos de la baja que los tiene en pie de guerra con estos grandes compradores. Tan complejo es el escenario que, según Juan Pablo Aruta, estaría “en riesgo la seguridad en el consumo interno de leche en el país”.

El boicot a Soprole

Este año las malas noticias para los productores se adelantaron. Habitualmente estos tres compradores anunciaban sus cambios en el precio que pagan por la leche después de las celebraciones de las Fiestas Patrias, en vísperas que comience la temporada de mayor producción, que va desde octubre a marzo.

Una sentencia de 2004 del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia obliga a Soprole, Nestlé y Watt’s a mantener una lista de precios de compra de la leche y anunciar al menos con un mes de anticipación los cambios al alza o a la baja, los que deben ser publicados en los medios de comunicación. Y este año así lo hicieron.

El 23 de agosto Soprole comunicó a los productores su decisión de bajar en 11% el precio que paga por la leche. “Esta modificación obedece, entre otras causas, a la disminución de un 25% en los precios internacionales de leche proveniente del Hemisferio Sur (mercado de referencia para Chile) en los últimos tres meses. Se suma que en ese mismo período, el tipo de cambio en Chile ha caído un 9%, por lo que el precio real de exportación en pesos chilenos ha caído por sobre el 30%”, argumentó la empresa a través de un comunicado. Y agregaba: “El nuevo precio asegura sustentabilidad a los productores de leche, debido al alto nivel de competitividad que ha logrado el sector lácteo chileno, capaz de competir en los mercados externos, a pesar de la volatilidad de los precios en el mundo”.

En el sur -donde se concentran los productores- la reacción fue instantánea: al día siguiente Fedeleche hizo un llamado a los proveedores de Soprole a dejar de entregarles leche. “Los instamos a buscar otras empresas a las cuales vender su producción”, fue la petición que hicieron entonces y de la que muchos agricultores se hicieron eco, como los hermanos Aruta de Agrícola La Hiedra, que tras esa mala noticias decidieron poner fin a 18 años de relación comercial con esta compañía que fabrica los famosos yogurt 1+1, Huesitos y Gold.

“Los gremios de productores están en su derecho a realizar los llamados que ellos consideren necesarios. Sin embargo, nosotros tenemos la convicción de que la gran mayoría de nuestros productores tienen claridad respecto a las razones de esta baja de precios, para lo cual se les entregó toda la información en forma previa al cambio de precios y también saben de nuestra responsabilidad para mantener la sustentabilidad de la cadena láctea”, sostiene Rudy Waldspurger, gerente agrícola de Soprole.

¿A la FNE?

Una semana después del anuncio de Soprole, y justo el mismo día, se conocieron las decisiones de Nestlé y Watt’s, las que también se sumaron a la baja en los precios que pagan a los lecheros. La actuación en la misma es la que ha llevado a Fedeleche a analizar la presentación de una denuncia ante la Fiscalía Nacional Económica (FNE).

El presidente del gremio, Dieter Konow, asegura que no es un tema que tengan resuelto, porque antes “tenemos que conversar y analizar los antecedentes en su mérito. Estamos haciendo al respecto todo un levantamiento de información, porque es un tema serio que merece un análisis en profundidad y que incluye no sólo los hechos actuales, sino también cómo ha sido el comportamiento en general de esta industria”.

A juicio del presidente de Fedeleche, estas empresas “son libres de fijar el precio de compra que estimen conveniente. En Chile no hay una obligación de comprar bajo ningún esquema algún litro de leche. Lo que nos parece digno de observar es que efectivamente los precios de compra son siempre similares. De alguna manera parecen ser coordinados y con iguales magnitudes de variación. Curiosamente, siempre que una mueve el precio, el resto lo hace exactamente en las mismas magnitudes y en el mismo tiempo. Es como si hubiera sólo una empresa grande comprando leche. Por lo menos esa es la sensación que le queda al productor”.

El diputado UDI Javier Hernández, que representa a Osorno, la zona que concentra la mayor cantidad de lecheros del país, asegura que si existen antecedentes, se debe hacer esa presentación ante la autoridad que vela por la libre competencia. “Lo que sí se configura es un cuadro en que siempre cuando una empresa presenta una rebaja de precios, las otras también los siguen, no en cantidad, por lo que no podríamos decir que hay colusión de precios. Pero sí existe colusión en el tiempo en que lo hacen”, asegura el parlamentario.

“Actúan como cartel”

Desde la industria de los grandes compradores desestiman esos argumentos. El gerente de Estrategia y Política Lechera de Nestlé, Claudio Sarah, afirma que “cuando una empresa anuncia una baja en el precio de la leche, el resto que no lo hace, pierde competitividad y participación en el mercado local. Es por ello que sin conocer lo que pasará a futuro, cuando existe la obligación de publicar con 30 días antes que el resto, este hecho obliga a tomar a las demás empresas que tienen esta restricción, posiciones de precios y nivelarse para no quedar en una desventaja competitiva. Lo mismo si una empresa sube el precio de la leche y el resto no lo hace, puedes perder productores. Aunque se diga lo contrario, el mercado de la leche es altamente competitivo”.

El ejecutivo de la multinacional agrega que la sentencia del TDLC obliga a Nestlé, Soprole y Watt’s y hace una distinción con estas tres empresas. “Todas las cosas tienen su cara y sello. Estas tres compañías grandes son las que están obligadas a anunciar con 30 días de anticipación y nadie se querrá quedar esperando un mes el mercado con una diferencial de 16 pesos por litro. No te puedes dar el lujo de esperar como sí lo hace el resto de las 17 empresas que también participan y que con mucha comodidad pueden esperar para tomar una decisión”, justifica.

Sin embargo, estos argumentos no han convencido a los lecheros, quienes ven con firmeza la opción de presentar su caso a la FNE. Juan Pablo Aruta, quien además fue presidente de Fedeleche, asegura “que la industria láctea está actuando como un cartel, que no tiene una validez económica para aplicar bajas de la magnitud y la oportunidad en que lo está haciendo. En este cartel una empresa baja el precio y las otras la siguen”.

Diferencias de precios

Sin embargo, el principal reclamo de los lecheros es el diferencia entre las precios de la leche que se están pagando a nivel internacional y el que se está comenzando a aplicar en Chile. El anuncio de la neozelandesa Fonterra de mantener hasta el 2011 el precio a sus productores en ese país fue la mecha que encendió esta guerra que hasta hoy no da señales de tener tregua.

“Nosotros alegamos que por qué le mantienen el precio a los productores neozelandeses y nos bajan a nosotros cuando su matriz ve buenas perspectivas respecto al futuro. En su comunicado dicen que habían cerrado para los próximos meses precios de venta de alrededor de $3.100 dólares por tonelada, pero al mismo tiempo su matriz en Nueva Zelandia en sus remates de septiembre tomaron valores de US$3.600 dólares por tonelada. Yo no entiendo nada y el resto de los productores tampoco. Eso es lo que nos tiene más que molestos, confundidos. Y luego Nestlé y Watt’s toman la misma determinación”, plantea Konow.

Claudio Sarah, de Nestlé, reconoce que efectivamente los argumentos que dieron al momento de anunciar la baja en el precio de la leche son distintos a las proyecciones internacionales que se conocieron días después. “La decisión de todas las empresas de bajar el precio sucedió pocos días antes de que hubiera un anuncio de alza en el mercado internacional de la leche. En ese entonces, las perspectivas eran que el precio estaba en un nivel y a los pocos días el mercado internacional se revirtió y el escenario de alguna manera cambió. Si tuviéramos bola de cristal para saber eso no estaríamos conversando y yo estaría en otro lado”, afirma el ejecutivo.

“A los dos días podrían haber corregido esa situación, pero no hicieron nada”, refuta el dueño de Agrícola La Hiedra. Y el diputado Hernández agrega: “Aquí ha habido grandes inversiones y expectativas y con la baja de precios se empiezan a generar problemas en el pago de los créditos y los pequeños siempre son los que más sufren. La producción de leche es en escala y hoy para los pequeños este negocio se hace insostenible en el largo plazo”.

Libertad de acción

La situación de los productores es disímil. Hay algunos que poseen sobre mil animales, pero una gran mayoría tienen menos de diez animales. Son estos últimos quienes más se podrían ver más afectados por la caída en el precio que les pagan. En el mercado existen otras compradoras de leche, como Surlat y Mulpulmo, pero su capacidad de comercialización es mucho menor a las de estos tres gigantes que hoy están en la mira de los productores. El caso de la otra grande del sector, Colún, es diferente, porque es una cooperativa que recibe leche sólo de sus asociados. “Actualmente no hay demasiadas alternativas, así que el cambio masivo evidentemente no es una opción en este minuto. Lo que sí nos interesa es ver qué modelo de industria láctea queremos desarrollar. Para algunos estos precios pueden ser una alternativa, pero para la gran mayoría no lo es”, explica el presidente de Fedeleche.

Aruta cuenta que en Agrícola La Hiedra llevaba varios años ya de malas relaciones con Soprole. “Durante meses les expliqué que debían tener un cambio de actitud y no lo hubo, siguieron en la posición avasalladora y si uno analiza sus utilidades son gigantescas. Se requiere intervenir el sistema porque si no, no quedará producción lechera en el país. En el escenario actual está en riesgo la seguridad láctea para el consumo interno del país. Se seguirán cerrando lecherías y cada vez habrá menos productos lácteos. De hecho, este año andaremos equilibrados entre la producción y el consumo interno. Es súper delicado el tema y las autoridades de gobierno tendrán que tomar cartas y no seguir de espectadores en esta coyuntura”, plantea el agricultor.

El ejecutivo de Soprole argumenta que “es importante destacar que nuestra empresa siempre ha mantenido un trabajo serio y de largo plazo con sus proveedores lecheros como también con los gremios. Los cambios de precios del mercado internacional y las fluctuaciones en el tipo de cambio están fuera del control de la industria procesadora y habrá que vivir con ellos. Además, estamos en un mercado competitivo, por lo que la movilidad de los productores es parte de esta característica, pero nuestra consecuencia y racionalidad respecto a la determinación de los precios sabemos que es entendida y comprendida por la mayoría de nuestros productores.”.

En Soprole los nuevos precios se están pagando desde el viernes y en Nestlé y Watt’s lo harán desde este jueves. Hoy están analizando qué acciones seguir. El presidente de Fedeleche asegura que hasta ahora han evitado tomar medidas de fuerza: “Creemos que primero debemos agotar todas las instancias de diálogo, es lo que corresponde porque son dos ramas de producción y comercialización que se necesitan y tienen que establecer una relación de largo plazo. Las acciones de fuerza son una instancia que trataremos de no adoptar, pero los agricultores pueden hacer lo que determinen. Al final de cuentas, nosotros como productores también somos libres de vender o no la leche. Y a largo plazo cada productor tendrá que evaluar si sigue o no en este negocio”.

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PIDEN AL GOBIERNO MESA DE TRABAJO

El diputado Javier Hernández cuenta que antes del 18 conversó con el ministro de Agricultura, José Antonio Galilea, para plantearle el escenario que se configuraba luego de las bajas en el precio de la leche para los agricultores. Le pedí al ministro que conforme una especie de mesa de trabajo, de manera de poder reunir a las empresas y a los productores y así transparentar cuáles son los indicadores con los que se manejan los precios de leche a nivel nacional e internacional. De esa forma, el productor podría predecir una situación en el mediano plazo y no estar arriesgando todo su patrimonio en cada temporada producto de los vaivenes de los precios internacionales”, cuenta el parlamentario UDI.

LND se contactó con los asesores del ministro Galilea para ver si el gobierno podría acceder a crear una instancia de diálogo. Sin embargo, se excusaron explicando la escasez de tiempo del ministro, quien esta semana acompañó al presidente Sebastián Piñera a la gira por EEUU, donde tuvo una nutrida agenda

 

 

 

 

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