Presidenta Sindicato Tripulantes Lan
Presidenta Sindicato Tripulantes Lan: “Es un travesti político”
La dirigente Arlette Gay critica que el inversionista RN se vista con ropa ajena, aludiendo a la insistencia del candidato presidencial de la derecha por arrogarse un rol continuista de las medidas de protección social impulsadas por Bachelet. Por su experiencia en la aerolínea, nada cómoda por las prácticas laborales de la empresa, Gay no cree en sus promesas.
Domingo 15 de noviembre de 2009
Se mueve de un lado a otro. Vuela constantemente por distintas partes del mundo y ocupa como puede las pocas horas que la empresa le otorga para dedicarse a la labor sindical.
A pesar de ello, durante el gobierno de la Presidenta Bachelet, lideró el proceso de la llamada Ley de Pilotos y Tripulantes de Cabina, que reguló sus condiciones laborales tras 15 años de intentos fallidos.
Arlette Gay, presidenta del Sindicato de Tripulantes de Cabina de Lan, considera que se logró sólo una parte del objetivo central.
“La jornada laboral se rebajó de un máximo de 16 horas a sólo 12, aunque se puede extender hasta 14 en situaciones extraordinarias. Pero lo fundamental es que ahora nos regimos por el Código del Trabajo como el resto de los chilenos, cuestión que antes no sucedía”, cuenta.
-¿Cuánto le falta a Lan para llegar a ser una empresa socialmente responsable en materia de condiciones laborales?
-En materia de seguridad, atención y servicios, la empresa está en un nivel bastante alto. Pero en condiciones laborales, Lan tiene una gran ventaja frente a su competencia: cuenta con mano de obra barata en Latinoamérica, cosa que no puede tener Air France, Lufthansa o British Airways, compañías con estándares europeos.
-¿Cree que en Lan existe una dicotomía entre lo que publicita y lo que sucede puertas adentro?
-Le falta mucho respecto de su responsabilidad social. Me parece curioso que no participe en el ranking de las mejores empresas para trabajar en Chile. Ni siquiera participa para que se le evalúe. Una compañía con sana conciencia no debería tener problemas.
-Un tema recurrente, como país, es la distribución de la riqueza. ¿Qué sucede en Lan?
-Con la crisis económica, que efectivamente golpeó a la compañía, Lan disminuyó su nivel de ganancias, pero en ningún caso perdió. Con ese argumento, las negociaciones sindicales de este año terminaron con reajuste salarial igual a cero. No se justifica si la empresa tuvo utilidades.
-¿Cuál es la situación de Lan a nivel sindical y ambiente laboral?
-En 2001, la empresa literalmente destruyó el sindicato de pilotos, que tenía una altísima adhesión, en medio de una negociación colectiva. Algunos fueron recontratados con el compromiso de no volver a sindicalizarse y otros tuvieron que irse del país, porque pelearse implica marginarse de casi toda posibilidad laboral. Fue devastador y aleccionador para el movimiento sindical. En el caso de los pilotos, recién este año se han comenzado a rearticular. Hace seis años, sin embargo, hubo un cambio en la política de la empresa respecto de los sindicatos. De una primera suavización de la posición empresarial, encontrando ciertos acuerdos, se ha llegado a tener una relación bastante menos conflictiva.
-¿Cómo te lo explicas?
-Relacionamos esto con la aparición de Sebastián Piñera como un personaje que puede tener relevancia dentro del ámbito político nacional. Siempre la prensa ha estado muy ávida de saber lo que ocurre en Lan. Aunque los trabajadores lo vemos muy poco, sabemos que está en el directorio de alguna manera. Desde que empezó a figurar como presidenciable, se ha suavizado bastante la forma en que nos tratan y hemos podido trabajar mejor y lograr mejores acuerdos. Lo están protegiendo, obviamente.
-¿Por qué podría convenir a Lan proteger a Piñera?
-Aunque Piñera y Lan son cosas distintas, en un nivel macro hay que entender que su figura ha sido clave en el éxito que la empresa ha tenido para ingresar a Perú y Argentina. Es de público conocimiento que Piñera fue y firmó los tratos con el Presidente Kirchner, lo mismo con el Presidente peruano. Igual en Colombia y Ecuador.
-Tiene una participación importante, entonces.
-Más que participar del día a día de la empresa, Piñera está en los momentos clave. Ahora no participa en el directorio, al menos nominalmente, pero está claro que está siempre presente y, si tiene que prestar su figura pública, que goza de cierto reconocimiento a nivel de cúpulas políticas, lo hace y acompaña a los Cueto en los grandes negocios. En ese sentido, para la empresa es importante resguardar la imagen de Piñera.
FREI Y PIÑERA
Arlette Gay forma parte del segundo sindicato más numeroso de Lan, compuesto por 750 personas. Además participa en la International Transport Federation (ITF) -que cuenta con 5 millones de afiliados a nivel mundial- como vicepresidenta del Comité Regional de la Mujer para América Latina y el Caribe, además de ser coordinadora nacional proyecto Lan, destinado a mejorar las condiciones laborales de los funcionarios del holding. La semana pasada, Gay se sumó a la campaña presidencial de Eduardo Frei en un acto realizado en San Miguel. Es uno de los rostros nuevos incorporados por el comando. En el evento, la dirigente compartió micrófono con el candidato y destacó la importancia de la materialización de una reforma laboral profunda.
-¿Por qué entró a la campaña de Frei?
-Siempre he sido una concertacionista crítica. No votaría por un candidato de la derecha y menos por Sebastián Piñera. Conozco su trayectoria desde hace mucho rato y, de una u otra forma, me he encontrado con él y su familia durante la vida. Cada encuentro me refuerza que estoy lejos de su pensamiento político.
-¿Qué representa?
-Lo mismo de siempre: la derecha liberal en lo económico que dejó la dictadura como herencia nefasta. Por eso, me llama mucho la atención que Piñera asuma el discurso de la Concertación respecto de la protección social, asegurando que mantendrá los programas implementados por la Presidenta Bachelet, porque eso no va con lo que él piensa.
-¿Qué crees que piensa?
-Él cree profundamente en el libre mercado, en la teoría del chorreo, en los equilibrios macroeconómicos que se dan solos y todos esos conceptos que estuvieron de moda. Por lo mismo, me extraña que diga que los derechos de los trabajadores son sagrados. Se desmiente a sí mismo con su historia política.
-¿Qué simboliza exactamente para ti?
-Un travesti político, porque hoy se viste con ropajes que no son suyos. Defiende los derechos laborales, pero tal cual como están hoy, lo que nos sirve muy poco. No está dispuesto a hacer ninguna reforma clara y explícita. De ahí mi interés de apoyar a Frei, porque es el único que está dispuesto a hacer la reforma que el movimiento sindical está pidiendo. Por lo demás, es el único que tiene la capacidad política para llevarla a cabo.
-¿Por qué MEO no?
-Por la carencia de un partido que lo respalde o, por lo menos, un movimiento. Los trabajadores habríamos esperado que los grandes cambios laborales vinieran en el gobierno de la Presidenta Bachelet, pero, por diversos factores, no se dio. Hasta ahora, Frei es el único que se ha comprometido con un cambio de fondo respecto de este código que arrastramos desde la dictadura. También es una deuda de la Concertación y, a estas alturas, ya no quedan pretextos para no reforzar los sindicatos, dar peso a la negociación colectiva, terminar con los trabajadores en huelga, una figura que existe sólo en este país.
-¿Por qué Frei podría hacerlo?
-Porque se comprometió y ha tenido reuniones con las multisindicales. Además, me parece que tiene claro que es la última vez que los trabajadores nos cuadramos con la Concertación. Los dirigentes sindicales estaremos detrás de él para que cumpla con su palabra.
-En el último debate transmitido por Canal 13, Sebastián Piñera otra vez fue cuestionado por mantener su participación en Lan. ¿Cree que debería vender sus acciones?
-Hace bastante tiempo. Su presencia sólo ha causado problemas a la empresa. Además, hay una incompatibilidad ética, porque los conflictos de interés le surgen en cada momento. La imagen de personajes como Berlusconi en Italia demuestra que no es saludable. No se puede tener un pie en la política y el otro en el mercado bursátil, porque Piñera se dedica más que nada a ser apostador de la bolsa. Es como si fuera al casino.
-Dijo que siente mucho cariño por Lan…
-Le creo, pero también es una empresa bastante rentable y un negocio atractivo. Me llama la atención que él señale que no se mete en la administración.
-Piñera ha destacado su rol de empresario como una virtud en su carrera a La Moneda…
-No lo veo. Lan puede ser una empresa exitosa y todo lo demás desde cierta perspectiva, pero esa es una imagen empresarial y, para mí, la administración de un país no tiene nada que ver con administrar una empresa. Son cosas completamente distintas, con otras finalidades y formas. Por eso, no me compro que alguien que es buen empresario puede ser buen administrador de un país.
-¿Existe persecución sindical en Lan?
-En términos generales, el sindicato que se porta bien es premiado y el que lo hace a la inversa, es castigado. De ahí que hemos visto el despido de ex dirigentes sindicales en Perú en el último tiempo. En Argentina, las presiones por sacar a dirigentes han sido muy fuertes. Pero allá el marco legal lo hace más difícil. Los sindicatos son más fuertes.
-¿Cómo es la situación de los dirigentes sindicales?
-Es bastante difícil. Nuestra opción práctica es conseguir las cosas a través del diálogo, siendo creativos, dando buenos argumentos. Aquellos dirigentes que optan por judicializar los casos luego de no poder resolverlos dentro de un plazo razonable, corren el riesgo de ser despedidos. Esto, en gran medida debido a que la Corte Suprema ha estado fallando sistemáticamente en nuestra contra. Tenemos el caso de los dirigentes del Sindicato de Mantenimiento, quienes lucharon por mucho tiempo en tribunales, ganaron en dos instancias y, finalmente, Lan decidió echarlos hace un mes y con el beneplácito del máximo tribunal, lo que es muy preocupante.
-Confiar en la justicia no parece muy auspicioso.
-Es una mala opción, porque lo que te están diciendo es que, si tomas esa vía, puedes perderlo todo. El mensaje que queda es que hay que arreglárselas dentro de un metro cuadrado.
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