EL HISTÓRICO ROL DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA EN EL CHILE DE HOY
En este enrarecido clima electoral, es bueno recordar que hay un partido político con trayectoria y praxis histórica que puede ser el aval ético para contener el notable avance de la alianza estratégica de la UDI con la organización Opus Dei.
Chile a cambiado y mucho. Desde el gobierno popular del presidente Allende, pasando por la brutal dictadura de Pinochet y sus aliados civiles, hasta el largo proceso de transición a la democracia con cuatro gobiernos consecutivos de la Concertación que ahora aspira a su quinto mandato. Hoy con un candidato de las filas de la Democracia Cristiana que, al parecer, no cuenta con un equipo de apoyo sólido y compacto para alcanzar y ganarle al candidato de la derecha que lleva años en masiva campaña.
Pero hemos de remontarnos al período presidencial anterior al de la Unidad Popular para entender ciertas claves políticas y de poder que de alguna manera se manifiestan hoy. Nos referimos al notable triunfo de Eduardo Frei Montalva en 1964. Con su famosa revolución en libertad y la emblemática marcha de la Patria Joven que cautivó a miles de jóvenes cristianos con principios e ideales bien definidos a favor de las mayorías oprimidas y postergadas por décadas.
En este escenario se debe considerar la presencia histórica de una derecha política sagaz, operatoria y experta en alianzas de todo tipo cuando se trata de conseguir el poder político y resguardar con firmeza sus privilegios. Respecto a otros poderes como el económico y militar, para esta derecha no es un problema mayor, ya que sus cuadros y aliados tienen una presencia in situ desde los tiempos de la independencia hasta ahora.
Pero la estela de cambios y transformaciones sociales que impulsó la revolución en libertad, potenciada y profundizada, posteriormente, en los tres años del gobierno popular del presidente Allende han dejado una huella profunda en la memoria colectiva ciudadana chilena y, como lo reconocen los historiadores, latinoamericana.
En todo este período de más de medio siglo, nunca la derecha política con el apoyo irrestricto de un sector minoritario de la Iglesia Católica ha alcanzado el poder en las urnas. Distinto fue el violento golpe de Estado de 1973, en que esa misma derecha económica teñida de un catolicismo ultra conservador, accedió al poder con mano ajena. Solo un ejemplo para graficar la idea central. Todos los ideólogos de la dictadura y sus cambios en políticas país importantes como la economía y el nuevo orden institucional, fueron llevadas a cabo por economistas, constitucionalistas y estrategas comunicacionales formados en la pontificia Universidad Católica.
En este nuevo siglo, por diferentes y atendibles circunstancias sociopolíticas, la derecha chilena se apresta a librar la madre de todas las batallas en diciembre próximo con un candidato a la presidencia bastante sui generis. Es un próspero empresario, liberal en temas valóricos, con una visión flexible en materia económica y que supo integrar a su discurso, transversalmente, vocablos como la alternancia en el poder, seguridad ciudadana y, una postura ambigua que lo ajusta según las circunstancias y audiencia.
Por eso es que a estas alturas de la carrera presidencial, los poderes fácticos unidos a la férrea disciplina de ciertos movimientos integristas católicos, unen sus esfuerzos para centrar su artillería "ideológica" en contra de lo que es y postula la Democracia Cristiana. Simplemente porque es la única organización política con experiencia y capacidades diversas capaces de contrarrestar esta marea neoliberal tanto en lo ideológico (desde la ciencia política) como en lo espiritual (enseñanza social de la Iglesia).
Teniendo presente este preámbulo histórico y considerando el actual mapa de navegación de la Democracia Cristiana, nadie se debe extrañar que a continuación de la visita del español José María Aznar y de las supuestas "molestias" de la Unión Demócrata Cristiana Alemana (CDU), vengan otras manifestaciones públicas de fuerte contenido mediático para recargar las baterías ofensivas y provocativas en contra del candidato Eduardo Frei y de la Democracia Cristiana en las próximas semanas.
La derecha política y el integrismo católico no entienden ni aceptan que la DC en su V Congreso reivindicara con claridad, por ejemplo, que la justicia social; "es luchar contra la pobreza y la desigualdad como prioridad para los democratacristianos..." O, que se deben hacer todos los esfuerzos para "mejorar la calidad de la política y urgentemente se deben abordar un conjunto de cambios y reformas tendientes a crear una nueva Constitución Política". Por lo tanto, la cuestión de fondo no es si el candidato Frei es buen o mal comunicador, o si su gobierno tuvo éxito o no en la gestión económica financiera bajo la crisis asiática, lo de fondo es que existe un Programa audaz que va en sintonía plena con las urgentes aspiraciones ciudadanas en este nuevo siglo.
Es esta nueva acción programática que propone tanto la Democracia Cristiana, como el conglomerado concertacionista que lo apoya, la que no acepta la derecha más dura -heredera del pinochetismo- en alianza estratégica con movimientos ultraconservadores como lo son los Legionarios de Cristo, de triste historia, o como el Opus Dei con su conocida intolerancia. Para estos pequeños grupos que tienen una altísima incidencia en el mundo del alto empresariado financiero y bancario, nunca citan o tienen a la vista, por ejemplo, la enseñanza social de la Iglesia reflejada claramente en el Concilio Vaticano II o, la reciente Conferencia de los obispos de Aparecida. Las ignoran!
Para estos cruciales momentos que vive Chile ad portas de la elección presidencial, lo que haga o deje de hacer la Democracia Cristiana es determinante. No será la derecha ni su candidato empresario el que efectivamente avance en mitigar el dolor y la exclusión de los pobres. Serán partidos de reconocida posición de izquierda que han sufrido la persecución y el martirio por causa de la justicia y la libertad, junto a otros conglomerados políticos que reconocen el valor de la democracia los que han de triunfar para no detener el camino hacia una sociedad justa y buena para todos sin exclusión.
Los cristianos estamos llamados a dar razón de nuestra fe y nuestra esperanza y seguir creyendo que los rostros de los hambrientos, de los sin techo, de las mujeres doblemente explotadas... son los rostros del Jesús sufriente. Así, daremos testimonio creíble en toda circunstancia, electoral o no, que es Dios mismo quien no se olvida de los pobres, precisamente para que "la esperanza de los pobres nunca se frustre" (Salmo 9, 19).
Jaime Escobar es Sub director de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 13 de octubre 2009
Crónica
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ABEL REYES TELLEZ -
DONALD TRUMP .ASUMIRA EL CARGO COMO 45 PRESIDENTE DE EEUU,
Donald John Trump (Nueva York, 14 de junio de 1946) es un empresario, político, personalidad televisiva y escritor estadounidense. Tras su triunfo en las elecciones presidenciales,
Este es el mayor negocio de mi vida. Así calificó Donald Trump su candidatura a la presidencia de los EEUU. Y en eso se ha convertido también su campaña: una negociación con el votante en la que no se están aplicando las máximas políticas, sino las puramente comerciales. Porque Trump no es un político, sino un empresario que está dispuesto a convertir a los EE UU en la nueva América S.A. Así también lo ha especificado en su último libro, publicado hace sólo unos meses,
Su padre, Fred Trump, que se había quedado huérfano a los doce años, formó su fortuna construyendo viviendas de clase media, hasta llegar a tener miles de pisos en los barrios neoyorquinos de Queens, Brooklyn y Staten Island. Desde muy pequeño Donald Trump, el cuarto de un total de cinco hijos, acompañó a su padre en la inspección de los bloques y en el cobro de los alquileres. Donald estudió en la Universidad Fordham y en la de Pensilvania. Tras ello empezó a trabajar en el negocio de la construcción; en 1974, con 28 años, recibió el relevo de su padre y entró de lleno en el mundo inmobiliario de Manhattan.
En 2015 presentó su candidatura a la presidencia por el Partido Republicano; contra todo pronóstico el magnate superó a los restantes candidatos republicanos en las primarias y consiguió la nominación en julio de 2016. Tras una áspera campaña presidencial marcada por los ataques directos y la escasez de propuestas políticas, Donald Trump se impuso a la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, por un amplio margen de votos, inaugurando una etapa de incertidumbres en la política estadounidense y, por ende, en la mundial.
En el barrio neoyorquino de Queens. Fue uno de los cinco hijos de Mary Anne MacLeod y de Fred Trump, que se casaron en 1936. Su hermano mayor, Fred, murió en 1981 a los 43 años.16 Su madre era una inmigrante escocesa nacida en la isla de Lewis, en el norte de las Hébridas Exteriores,17 y sus abuelos paternos eran inmigrantes alemanes.18 Su abuelo, Frederick Trump (de nacimiento Friedrich Drumpf), llegó de Alemania a Estados Unidos en 1885, y adquirió la nacionalidad en 1892. Se casó con la abuela de Donald, Elisabeth Christ19 en Kallstadt, con quien tuvo tres hijos.
Donald Trump contrajo matrimonio en 1978 con la deportista de origen checo Ivana Winkelmayr, a la que había conocido dos años antes durante los Juegos Olímpicos de Montreal, en las pruebas de patinaje artístico en que participaba Ivana. El matrimonio tuvo tres hijos. A comienzos de 1990, Ivana Trump presentó la demanda de divorcio de su marido, iniciando una de las separaciones más caras de los Estados Unidos. El hecho mereció la portada de muchos periódicos y fue tratado incluso en telediarios durante cinco días seguidos. Donald Trump cedió a su ex esposa Ivana 10 millones de dólares, una pensión anual de 600.000 dólares, una mansión en Connecticut y un apartamento en el Trump Plaza de Nueva York, además de la custodia de sus hijos.
En 1990 empezaron a circular rumores insistentes acerca de las dificultades económicas de Trump, quien al parecer no podía hacer frente al pago de sus enormes deudas. El 27 de abril de ese mismo año, el millonario contrató los servicios de la firma Merrill Lynch para negociar la venta de su aerolínea Trump Shuttle, aunque trató de disimular esta operación afirmando que quería dinero para convertirse en "el rey del líquido", con la idea de comprar gangas inmobiliarias aprovechando la caída del mercado.
Tras la sonada ruptura con Ivana, su vida sentimental siguió siendo azarosa. En 1993 contrajo matrimonio con la actriz Marla Maples, de la que se divorciaría en 1999; su tercera y actual esposa es la modelo eslovena Melania Knauss, con la que se casó en 2005. A partir de ese mismo año protagonizó el reality show El aprendiz, en el que un grupo de aspirantes compiten por un contrato para dirigir alguna de sus empresas; tal exposición pública incrementó su popularidad, pero también dio a conocer su personalidad un tanto primaria y su carácter egocéntrico y estridente.
Cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos. Enriquecido en el sector inmobiliario, Donald Trump forjó desde los años 80 un imperio empresarial orientado a la construcción de casinos, hoteles y viviendas de lujo que supo mantener pese a las dificultades financieras. Cobró con ello un considerable prestigio y popularidad como encarnación del self-made man norteamericano,
Se iniciaba con ello la campaña para las elecciones presidenciales, fijadas para el 8 de noviembre de 2016, en las que el magnate republicano había de enfrentarse a una encumbrada figura del Partido Demócrata, Hillary Clinton. Mientras el Partido Republicano acudía dividido a la cita electoral, la esposa del ex presidente Bill Clinton contaba con el aparato de su formación y el apoyo del presidente Obama; la avalaba asimismo una larga experiencia en el desempeño de altos cargos en la administración estadounidense.
Asumirá el cargo como 45.° presidente de la Unión el 20 de enero de 2017. Es presidente de la Trump Organization y fundador de la empresa de hotel y juegos de azar Trump Entertainment Resorts, que es ahora propiedad de Carl Icahn.2 Trump es una celebridad televisiva, y entre otras cosas fue el presentador del programa de telerrealidad The Apprentice, de la NBC, entre 2004 y 2015.3
Es hijo de un acaudalado promotor inmobiliario de Nueva York,4 en cuya empresa, Elizabeth Trump & Son, trabajó mientras estudiaba en la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania. En 1968, se unió oficialmente a esa sociedad,5 que controla desde 1971, cuando la renombró Trump Organization.6 7 En los años 1990 la empresa entró en bancarrota comercial,8 pero en la década siguiente se recuperó,9 lo que le reportó una fortuna de varios miles de millones de dólares.
Uno de sus primeros grandes éxitos fue la idea de adquirir un viejo hotel contiguo a la Grand Central Station que, mediante préstamos y exenciones fiscales, logró convertir en uno de los mejores establecimientos de la ciudad. A partir de entonces compró toda clase de viviendas y edificios en Nueva York, particularmente torres de lujosos apartamentos (como la Trump Tower, donde el propio Trump reside en un triplex) y hoteles: es propietario del legendario Hotel Plaza, del Hotel Saint Moritz y del Hotel Grand Hyatt.
Pero su auténtico imperio se formó en Atlantic City, localidad situada en la costa de Nueva Jersey, cerca de Filadelfia. Allí poseía los tres principales casinos: el Trump Castle, el Trump Plaza y el más reciente Taj Mahal. También allí se hallaba anclado el yate Trump Princess, considerado el más lujoso del mundo, que fue adquirido al millonario saudita Adnan Kashoggi por 29 millones de dólares. El magnate poseía además una casa valorada en siete millones de dólares en Palm Beach (Florida), una mansión de 47 habitaciones en Connecticut, un Boeing 727 y seis helicópteros. En 1990 ocupaba el puesto decimonoveno en la lista de grandes fortunas estadounidenses de la revista Forbes, con un patrimonio valorado en más de mil millones de dólares.
Entre sus adquisiciones de los 80 figuran el puente aéreo de la Eastern Company entre Boston, Nueva York y Washington, que rebautizó como Trump Shuttle, y el 5% de las acciones de American Airlines. En junio de 1988 publicó el libro Trump o el arte de vender, que en poco tiempo se colocó a la cabeza de las listas de libros más vendidos en su país. Trump era el ejemplo por antonomasia del norteamericano triunfador que se ha hecho a sí mismo, y uno de los millonarios más populares de Estados Unidos. Aunque habitualmente se mantuvo al margen de la política, a comienzos de 1987 dedicó más de cien mil dólares a la compra de espacios en los principales periódicos, donde publicó una carta abierta en la que criticaba la política norteamericana de proteger los petroleros que navegaban por el Golfo Pérsico.
Durante la primera fase de la campaña, una de las más enrarecidas que se recuerdan, Trump se vio perjudicado por la divulgación de acusaciones de acoso sexual y por sus propias salidas de tono. En la fase final, sin embargo, logró remontar el vuelo en las encuestas, que fallaron estrepitosamente al otorgar una ligera ventaja a los demócratas: en los comicios, Donald Trump se impuso a Hillary Clinton con total rotundidad. De algún modo, ni su ideología racista ni sus actitudes machistas habían logrado restarle crédito, mientras que los ataques a la candidata demócrata y los mensajes directos de Trump en materia económica y migratoria fructificaron en una inesperada victoria.
El ideario y las maneras heterodoxas del nuevo presidente de los Estados Unidos han abierto un periodo incierto, en gran medida porque las pocas propuestas políticas formuladas durante la campaña (verdaderamente escasas) parecían responder más a una mercadotecnia populista que a un credo realizable; prescindiendo de su alarmante integrismo, resulta cuando menos dudoso que puedan llevarse a la práctica medidas como la deportación de millones de inmigrantes sin papeles o la construcción de un muro fronterizo.
Publicado en 1987, cuando Trump subía como la espuma en los Estados Unidos de Ronald Reagan, es su hoja de ruta en el terreno de los negocios. Un mantra neoliberal en el que el magnate es capaz de compararse con artistas muy alejados de él ideológicamente, como Pablo Picasso. Pero es que en el cerebro de Trump es capaz de mezclarse todo, e incluso que suene con cierta coherencia. En este libro desarrolla cómo los negocios son al fin y al cabo un arte. Trump podría haberse comparado con Thomas de Quincy y su arte de matar y no hubiera resultado tan raro.
La fórmula la repitió en su libro de 2010, Think like a champion: Compite contigo mismo para ser lo mejor que puedas ser. Esa es la mentalidad de los emprendedores, ellos saben que competir con los demás, posiblemente, podría reducir sus propios estándares. Esto puede sonar duro, pero es la verdad. Usted tiene que tener su propia visión y no la pierda. Picasso definitivamente tenía su propia manera de ver las cosas que sin duda trabajó a su favor, artística y financieramente. No tenga miedo de ser único. Es como tener miedo de ser su mejor yo, escribió el empresario y se quedó tan ancho. Y añadió: No te vendas a ti mismo por poco. La vida es un arte, los negocios son un arte, así que sé un artista y mejórate a ti mismo. Ahí lo tienen, la Trump Tower a la altura del Gernika.
Y, por fin, su ideario empresarial trasladado a la política, pero con más toques de conservadurismo. A Trump se le veía venir desde los ochenta y en este libro expone cómo deberían gestionarse los EE UU. Esto es, como una empresa. Como uno de sus holdings. Como si la Casa Blanca fuera la Trump Tower. Pero también como un padre de familia.
Fue presentado por el propio empresario en su Torre de Nueva York el pasado 3 de noviembre y aunque, como él admitió, todas las ganancias del libro serían destinadas a obras de beneficencia caridad sí, distribución de la riqueza, no- en él deja claro su planteamiento político neoliberal. Y sin cortarse un pelo. Es más, admite que pese a coquetear en algún momento con el Partido Demócrata un liberal al fin y al cabo puede fluir de un lado a otro según sus intereses- él siempre ha sido conservador. No hacía falta que lo explicitara.
En este libro abandona un tanto la ferocidad empresarial. Y habla más de su familia, de sus ex esposas. Hasta se muestra culpable por haber querido más a sus negocios que a ellas. Soy un republicano conservador con un gran corazón", escribe. Sin embargo, no olvida los mantras neoliberales que expuso en anteriores libros. No voy a jugar el mismo juego de los políticos han estado jugando desde hace décadas. Todos hablan, pero ninguno actúa, afirma. Y guiándose por los consejos de sus mentores indica:
Encuentro a las personas que son los mejores del mundo en lo que hay que hacer, les contrato, y luego dejo que lo hagan. Contrato a la mejor gente, les pago bien, y los mantengo trabajando para mí"
ABEL REYES TELLEZ
PRESIDENTE NACIONAL
PARTIDO SOCIAL CRISTIANO NICARAGUENSE PSC
HISTORIADOR Y TEOLOGO CRISTIANO
TELFAX: 505 22493460 . 505 .88827758
MANAGUA NICARAGUA
ISRAEL EN NICARAGUA,
ABEL REYES TELLEZ -
QUIEN CREE EN LA BÌBLÌA ,TÌENE QUE CREE QUE LA VÌDA HUMANA ES SAGRADA,
Qué dice la Biblia acerca del aborto?"La Biblia enseña que la vida humana es distinta de los otros tipos de vida, ya que los seres humanos están creados a la imagen misma de Dios.
La Biblia enseña claramente contra el aborto. Esta enseñanza sale a relucir de muchos modos y por muchas razones. Algunas personas señalan que la palabra "aborto" no aparece en la Biblia, y tienen razón. Sin embargo, la enseñanza sobre el aborto sí aparece.
El aborto es totalmente contrario a estas enseñanzas. Es la justicia trastornada, invertida, puesta al revés. Es la destrucción de los indefensos en lugar de ser su rescate. Si el pueblo de Dios no interviene para salvar aquellos cuyas vidas están siendo atacadas, no están ni agradando ni adorándolo a El.
Dios ordenó a nuestros primeros padres: "Sean fecundos y multiplíquense" (Génesis 1: 28). ¿Por qué? Dios mismo es fecundo. El amor siempre desemboca en la vida. Cuando la primera madre trajo al mundo al primer niño, exclamó: "Gracias a Yahveh he podido tener un hijo" (Génesis 4:1). La ayuda del Señor es esencial, ya que El tiene dominio sobre la vida humana y el origen de ésta. Los padres cooperan con Dios en traer una nueva vida al mundo. Debido a que todo este proceso está bajo el dominio de Dios, es un pecado interrumpirlo.
Un acto de justicia es uno de intervención a favor de los indefensos, un acto de defensa para aquellos que son demasiado débiles para defenderse a sí mismos. Al predecir al Mesías, el Salmo 72 dice: "Florecerá en sus días la justicia...pues librará al mendigo que reclame y al pobre que no tiene quién lo ayude" (Salmo 72:7,12). Jesucristo es nuestra justicia (1 Corintios 1:30) porque El nos rescató del pecado y de la muerte cuando no teníamos a nadie que nos ayudara (ver Romanos 5:6; Efesios 2:45).
Si Dios hace justicia por Su pueblo, espera que éstos hagan justicia los unos por los ostros. "Sean compasivos, como es compasivo el Padre de ustedes" (Lucas 6:36). "Vete tú y haz lo mismo" (Lucas 10:37). "Entonces, todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos" (Mateo 7:12). "Que se amen los unos a los ostros" (Juan 15:17).
El profeta Amós condena a los amonitas, "Porque ellos al extender sus dominios abrieron el vientre de las mujeres encintas de Galaad" (Amós 1:13). "Son los hijos regalo del Señor, es el fruto del vientre premio suyo" (Salmo 127:3).
Este mismo es el caso de otras enseñanzas. La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia, pero las enseñanzas sobre la Trinidad sí. En cualquier caso, quien quiera negar la enseñanza de la Biblia con respecto al aborto, la negaría aunque la palabra apareciera en ella.
El primer argumento que se levanta siempre contra la posición cristiana sobre el aborto es, ¿Qué sucede en los casos de violación y/o incesto? Tan horrendo como sería el quedar embarazada como resultado de una violación y/o incesto, ¿es el hacer asesinar a un bebé la respuesta? Dos errores no hacen un acierto.
El niño que llega a ser el resultado de violación y/o incesto puede ser dado en adopción a una amorosa familia que no haya podido tener hijos propios o el niño puede ser criado por su madre. Nuevamente, el bebé no debe ser castigado por los actos malvados de su padre.
El segundo argumento que usualmente se levanta contra la posición cristiana sobre el aborto es, ¿Y qué sucede cuando la vida de la madre está en riesgo? Honestamente, esta es la pregunta más difícil de responder en el tema del aborto. Primero, recordemos que esta situación es la razón tras menos de una décima del uno por ciento de los abortos hechos en el mundo actual.
Hay muchísimas más mujeres que tienen abortos porque no quieren arruinar sus cuerpos que mujeres que tienen un aborto para salvar sus propias vidas. Segundo, recordemos que Dios es un Dios de milagros.
Él puede preservar la vida de una madre y su bebé, a pesar de que todos los pronósticos médicos estén en su contra. Aunque finalmente, esta pregunta solo puede ser decidida entre el esposo, la esposa y Dios. Cualquier pareja que enfrente esta extremadamente difícil situación deberá orar al Señor por sabiduría (Santiago 1:5) para saber lo que Él quiere que hagan.
En el 99% de los abortos ejecutados en el mundo actual, la razón es control natal retroactivo. Una mujer y/o su pareja deciden que no quieren al bebe que han concebido. Así que deciden terminar la vida de su hijo, en vez de enfrentarse con la responsabilidad. Esta es una maldad extrema. Aún en el 1% de las situaciones más difíciles, el aborto nunca debe ser la primera opción. La vida de un ser humano en la matriz vale cualquier esfuerzo que le permita llegar al término de su proceso de nacimiento.
Para aquellos responsables de un aborto el pecado del aborto no es menos perdonable que cualquier otro pecado. A través de la fe en Jesucristo, cualquier y todos los pecados pueden ser perdonados (Juan 3:16; Romanos 8:1; Colosenses 1:14).
La Biblia nunca menciona específicamente el problema del aborto. Sin embargo, hay numerosas enseñanzas en la Escritura que hacen totalmente claro la visión de Dios sobre el aborto.
Jeremías 1:5 nos dice que Dios nos conoce antes de formarnos en el vientre materno. El Salmo 139:13-16 nos habla del papel activo de Dios en nuestra creación y formación en la matriz. Éxodo 21:22-25 prescribe el mismo castigo para alguien que cause la muerte de un bebé en el útero que para alguien que cometa un asesinato. Esto indica claramente que Dios considera a un bebé en la matriz del mismo modo que lo hace con un ser humano plenamente desarrollado como adulto. Para el cristiano, el aborto no es un asunto de elección de los derechos de la mujer. Es un asunto de la vida o la muerte de un ser humano hecho a la imagen de Dios. (Génesis 1:26-27; 9:6).
Las narraciones de la creación del hombre y la mujer que aparecen en el Génesis (Génesis 1:26-31; 2:4-25) nos dicen lo siguiente: "Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra los creó." (Génesis 1:27). La palabra "crear" se utiliza aquí tres veces enfatizando un momento culminante dentro del proceso de Dios, haciendo al mundo y todo lo que éste contiene. Al hombre y a la mujer se les concede "dominio" sobre todo lo demás en el mundo visible.
Ni siquiera el pecado original quita de los seres humanos la imagen de Dios. Santiago se refiere a esta imagen, diciendo que debido a ella ni siquiera deberíamos hablar mal los unos de los otros. "Con ella (la
lengua) bendecimos a Dios Padre, y con ella maldecimos a los hombres hechos a imagen de Dios...Hermanos, no puede ser así." (Santiago 3:9-11).
¡La imagen de Dios! ¡Esto es lo que significa ser un ser humano! No somos unas simples células que han sido unidas al azar por unas fuerzas impersonales, ajenas a nosotros. Más bien, reflejamos auténticamente a un Dios eterno que nos conocía antes de que fuésemos hechos, y que nos llamó a la existencia.
En los Salmos "¿quién es el hombre para que te acuerdes de él, el hijo de Adán para que de él cuides?...coronándolo de gloria y grandeza; le entregaste la obra de tus manos" (Salmo 8:5-7). Es ahí en donde está la clave. Dios no sólo nos hizo, sino que nos valora. La Biblia nos habla de un Dios que está locamente enamorado de nosotros, hasta el punto de que se convirtió en uno de nosotros e incluso murió por nosotros, mientras que nosotros le seguíamos ofendiendo (ver Romanos 5:6-8). Frente a esto, ¿podemos decir que los seres humanos son desechables, como un carro, que son más los problemas que causa que lo que vale? "Dios no hace basura."
Quien cree en la Biblia, tiene que creer que la vida humana es sagrada.
La Biblia enseña que el niño en el vientre es un niño verdaderamente humano, quien tiene incluso una relación con el Señor.
La frase "quedó embarazada y dio a luz" es utilizada en repetidas ocasiones (ver Génesis 4:1,17), y el individuo tiene la misma identidad tanto antes como después del nacimiento. "Pecador desde el seno de mi madre" expresa el salmista arrepentido en Salmo 51:7. La misma palabra es utilizada para el niño antes y después de nacido (Brephos, es decir, "niño," es utilizada en Lucas 1:41 y en Lucas 18:15).
Dios conoce al niño no nacido. "Me tejiste en el seno de mi madre...mis huesos no escapaban a tu vista cuando yo era formado en el secreto" (Salmo 139:13,15). Dios, además, ayuda y llama al ni o no nacido. "Me entregaron a Ti apenas nacido, Tú eres mi Dios desde el seno materno" (Salmo 22:11). "Hasta que me llamó por su mucho amor el que me había elegido desde el seno de mi madre" (Gálatas 1:15).
La Escritura en repetidas ocasiones condena la matanza de los inocentes.
Esto fluye de todo lo que, hasta el momento, se ha visto. El dedo mismo de Dios escribe sobre piedra el mandamiento "No matarás" (Exodo 20:13; Deuteronomio 5:17) y Cristo lo reafirma (Mateo 19:18 -notar que El primero menciona este mandamiento). El Libro del Apocalipsis afirma que los asesinos no pueden entrar en el Reino de los Cielos (Apocalipsis 22: 15).
La matanza de niños es condenada por Dios de manera particular a través de los profetas. En la tierra que Dios dió a ocupar a su pueblo, las naciones extranjeras tenían la costumbre de sacrificar en el fuego a algunos de sus niños. Dios dice a Su pueblo que ellos no deben tomar parte en este pecado. Sin embargo, sí lo hicieron, según lo narra el Salmo 106: "Sino que se mezclaron con ellos y los imitaron...Sacrificaron a sus hijos e hijas a los demonios. Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos e hijas, que sacrificaron a los ídolos de Canaán; la tierra quedó manchada de sangre" (Salmo 106:35, 37-38).
De hecho, este pecado de sacrificio de ni os es mencionado como una de las principales razones por las cuales el Reino de Israel fue destruido por los asirios, y su gente llevada al exilio. "Sacrificaron a sus hijos e hijas por el fuego...entonces Yahveh se enojó muchísimo y los arrojó lejos de su presencia" (2 Reyes 17:17-18).
Ni tan siquiera por la "libertad religiosa" puede ser tolerada la matanza de niños.
El derrumbó las falsas barreras que las personas habían establecido entre sí, y en su lugar, reconoció la igualdad de la dignidad humana en todo individuo, a pesar de lo que la opinión general pudiera decir. En consecuencia, vemos que acoge a los niños, a pesar de los esfuerzos de los apóstoles por mantenerlos alejados (Mateo 19:13-15); a los cobradores de impuestos y a los pecadores, a pesar de las objeciones de los Escribas (Marcos 2:16); a los ciegos, a pesar de las advertencias de la multitud (Mateo 20:29-34); a una
mujer extranjera, a pesar de la absoluta sorpresa de los discípulos y de la mujer misma (Juan 4:9,27); a los Gentiles, a pesar del enfado de los judíos (Mateo 21:41-46); a los leprosos, a pesar del aislamiento de éstos del resto de la sociedad (Lucas 17:11-19).
Cuando se trata de la dignidad humana, Cristo borra toda distinción. San Pablo declara: "Ya no hay diferencia entre quién es judío y quién es griego, entre quién es esclavo y quién es hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer. Pues todos ustedes son uno sólo en Cristo Jesús" (Gálatas 3:28).
De ese mismo modo, nosotros podemos decir: "No hay ni nacido ni no nacido." El usar esta distinción como base para la valoración de la vida y de la protección que uno merece, no tiene sentido y constituye una ofensa para todo lo que la Escritura enseña. El niño no nacido es el grupo más rechazado y discriminado de nuestra sociedad. Cristo mismo de seguro ha de tener un amor especial hacia ellos.
San Juan nos dice: "Pues se les enseñó desde el principio que se amen los unos a los otros. No imitemos a Caín, que mató a su hermano..." (1 Juan 3:11-12). El amor es el contraste directo de la matanza. Quitarle la vida a otro es romper con el mandamiento del amor. Fallar en ayudar a los que se encuentran en necesidad y en peligro es también fallar, en amar.
Cristo nos enseña esto, claramente, en la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10:25-37), en la historia del hombre rico y Lázaro (Lucas 16:19-31), y en muchos ostros lugares.
Ningún otro grupo de personas se encuentra en mayor peligro que los niños y niñas dentro del vientre materno. "Cuando alguien...viendo a su hermano en apuros le cierra el corazón, ¿cómo permanecerá el amor de Dios en él?" (1 Juan 3:17).
La victoria de la vida está predicha en la promesa de que la cabeza de la serpiente, a través de quién entró la muerte al mundo, sería aplastada (ver Génesis 3:15).
Isaías prometió: "Y así destruirá para siempre a la Muerte" (Isaías 25:8). En la escena del primer asesinato, la tierra "abrió su boca" para tragarse la sangre de Abel. En la escena de la victoria final de la vida, es la muerte misma la que será "destruida en esta victoria. Muerte, ¿dónde está ahora tu triunfo? ¿dónde está, muerte, tu aguijón?...Por eso demos gracias a Dios, que nos da la victoria por Cristo Jesús nuestro Señor" (1 Corintios 15:54-57).
El aborto es muerte. Cristo vino a vencer a la muerte, y por lo tanto, al aborto. "Yo, en cambio, vine para que tengan vida y sean colmados" (Juan 10:10).
El desenlace final en la batalla a favor de la vida ya ha sido decidido por la Resurrección de Cristo. De nosotros depende el difundir esa victoria a cada persona. El movimiento pro-vida se mueve de la victoria que Cristo ganó a plenitud, a esa victoria del día final. "Ya no existirá ni muerte" (Apocalipsis 21: 4). "Amén. Ven, Señor Jesús!" (Apocalipsis 22:20).
El evento mas impresionante de las Sagradas Escrituras que revela la dignidad del niño no nacido es el hecho de que Jesucristo mismo se encarnó en el vientre de María Santísima y vivió como niño no nacido.
Desde el vientre hace el primer milagro de gracia. Ocurre en la visita de la Virgen Santísima a su prima Santa Isabel. Jesús, no nacido, comunica su gracia santificadora a Sta. Isabel y a su niño no nacido, San Juan Bautista.
Lucas 1:41 "Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo"
Sta. Isabel como respuesta bendice a la Virgen y a Jesús:
Lucas 1:42 "y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno"
Sta. Isabel además reconoce que el bebé no nacido que vive en María es su Señor.
La Biblia dice: He aquí, los hijos son una herencia del Señor: y el fruto del vientre es su recompensa (Salmos 127: 3). Si los niños son una herencia o recompensa por los padres, el aborto destruye la recompensa dada por Dios.
Es cierto; algunos países han legalizado el aborto. Pero de ninguna manera pueden alterar la Palabra de Dios. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Muchos dicen que un aborto no tiene vida. Vamos a ver que piensan estos estudiosos:
(Profesor Botella Llusiá, de Presidente de la Real Academia Nacional de Medicina, Catedrático de Ginecología y ex-Rector de la Universidad de Madrid) Soy biólogo y puedo afirmar que cuando el óvulo y el espermatozoide se unen ya se ha originado una nueva vida. Molecularmente hablando, aquello no es una prolongación de la madre, no es un apéndice que pueda ser extirpado sin más. Es un individuo nuevo, y a menos que neguemos la definición misma de la humanidad y sus derechos, no podemos atentar contra él.
El momento clave es pues el de la concepción. Entonces comienza la aventura humana. Y la evolución del ser humano proseguirá sin cesar hasta la muerte. Embrión, feto, recién nacido, niño, joven, adulto, anciano, todo es el mismo individuo en diferentes edades.
Lucas 1:43-44 "y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno."
ABEL REYES TELLEZ
PRESIDENTE NACIONAL
PARTIDO SOCIAL CRISTIANO NICARAGUENSE PSC
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MANAGUA NICARAGUA
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El pensamiento social cristiano tendría un gran desarrollo a lo largo del Siglo XX, y serviría de plataforma entre otras cosas para la constitución de partidos políticos inspirados en estas doctrinas(las Democracias Cristianas), así como para el surgimiento de corrientes sindicales también inspiradas en las lecturas sociales realizadas desde matrices cristianas.
La democracia cristiana es también , la fe de los derechos de cada persona, para desempeñarse en la vida social, que es la Persona Cívica, y desenvolverse en la actividad económica, política y social.
La DEMOCRACIA está ligada al CRISTIANISMO ; el empuje democrático surgió en la historia humana como una manifestación temporal de la inspiración evangélica.
La democracia actual requiere algunas características, entre las que se pueden citar :
n Elecciones libres.
n Estabilidad social, económica y política.
n Libertades públicas.
n Pluralismo partidista.
n Libertad de prensa.
n Libertad Sindical.
n Defensa de la soberanía nacional.
n Libertad entre los poderes tradicionales, como son el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.
La democracia debe promover EL BIEN COMUN y la JUSTICIA SOCIAL, valores permanentes para todas las Personas Humanas.
El sistema democrático debe renovarse constantemente para engrandecerse con los valiosos aportes que hacen diversos sistemas que luchan por libertades y derechos de las personas, las organizaciones intermedias, la sociedad civil, y el pueblo en general.
« Si la convicción de que la autoridad o el derecho de ejercer el poder lo poseen los gobernantes de la comunidad terrestre, sino esta expresa en ellos el consentimiento común, y porque ellos recibieron su cargo del pueblo, y es la convicción de que el estado normal, al cual deben atender las sociedades humanas, es un estado en que el pueblo se comporte como persona adulta o mayor , en la vida política.
El socialcristianismo es una corriente nacida a finales del siglo XIX, integrada por numerosos autores y activistas sociales guiados e inspirados por la ética y el mensaje del cristianismo. En sus orígenes destacan importantes aportes sociales y económicos, definitivamente contrarios al liberalismo y a las filosofías individualistas, que reaccionan como oposición a las ideas materialistas, de gran influencia a lo largo de un siglo, que escandalizaba por el creciente desmejoramiento de las clases trabajadoras.
Existen diversos movimientos alrededor del socialismo cristiano, siempre destaca la vinculación de la fe y la política en la coincidencia de sus motivaciones, entre las que resaltan el aspecto humano y la solidaridad por encima de otros elementos. El movimiento ha surgido en ocasiones diversas a través de la historia, sobre todo en momentos donde grupos sociales o económicos han expresado exceso de poder o posiciones extremistas contra el individuo y el resto de la sociedad por el ejercicio del poder o por abusos dogmáticos o económicos en detrimentos de los sectores en desventaja.
A partir de los trabajos de Joseph Cardijn (quien no pretendía romper con los lazos que unen a distintas iglesias, busca en la orientación y el ejemplo de Cristo la forma de buscar una sociedad más igualitaria para todos), surge en América Latina la Teología de la Liberación en un intento por formular una teoría teológica a la lucha social.
La doctrina social cristiana, tal como se halla en documentos pontificios y otros textos de la Iglesia y también en tratados científicos y populares de sabios y hombres de acción católicos, puede teóricamente definirse como «la síntesis sistemática de todos los conocimientos posibles, a base de la economía cristiana de la salvación, acerca de las estructuras de ordenación de la s. humana sobre la tierra en su totalidad y en sus ámbitos particulares, como norma de la función ordenadora que le incumbe al hombre, social por naturaleza, de modo permanente y en el cambio de la historia
La -> revelación nos enseña que el hombre no sólo es imagen natural de Dios, sino que ha sido además llamado a la semejanza sobrenatural con él, a la filiación divina por la gracia, a ser hermano y coheredero del Hijo de Dios hecho hombre, miembro de su cuerpo místico, cuya cabeza es él mismo, es decir, miembro de la Iglesia. Esta Iglesia nos enseña igualmente la revelación no sólo es el Christus totus, sino también una configuración social que ocupa su lugar entre las otras instituciones sociales. Con todo esto la revelación enriquece nuestra imagen del hombre de manera muy esencial. Qué se siga de ahí para la doctrina social cristiana en general y para la inteligencia de la sociabilidad del hombre en particular, es punto sobre el que no se ha llegado aún a completa unanimidad.
La imagen del hombre de la doctrina social cristiana muestra a éste en la dignidad personal que le es propia, pero lo muestra también esencialmente destinado a la s. («social por naturaleza», cf. antes). La s. no existe fuera ni siquiera por encima de los hombres socialmente unidos, sino exclusivamente en ellos y, por ende, para ellos. De ahí resulta la característica relación entre individuo y s., que se formula en el principio de solidaridad: el individuo está ordenado, por su naturaleza, a la s., y ésta se halla referida a él. Primero explicativamente: Esta implicación común existe realmente; cada individuo como miembro de la s. en todo caso, mientras lo es está indisolublemente implicado en sus destinos o azares; pero tampoco la s. puede desentenderse de los azares de sus miembros. Consiguientemente, también como norma: Cada individuo tiene parte de responsabilidad en el bien o mal de la comunidad; ésta a su vez es responsable de todos sus miembros («uno por todos, todos por uno»). Así el principio es fundamentalmente ontológico y, sólo por deducción, ético
El acervo doctrinario del siglo XX incluye fuentes eclesiales y no eclesiales. Entre las primeras destacan varias Encíclicas Sociales (en 1931 Pío XI publica Quadragesimo Anno, y desde entonces todos los Papas promulgarían las suyas), además de una activa labor de los diferentes Consejos Episcopales de cada continente. Para el caso de América Latina, hay material social de mucho interés en las Conferencias de Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992), además del documento final del Sínodo de las Américas (1999) donde Juan Pablo II condena frontalmente al neoliberalismo. Dice el Papa: Cada vez más, en muchos países americanos impera un sistema conocido como neoliberalismo; sistema que haciendo referencia a una concepción economicista del hombre, considera las ganancias y las leyes del mercado como parámetros absolutos en detrimento de la dignidad y del respeto de las personas y los pueblos. Dicho sistema se ha convertido, a veces, en una justificación ideológica de algunas actitudes y modos de obrar en el campo social y político , que causan la marginación de los más débiles. De hecho, los pobres son cada vez más numerosos, víctimas de determinadas políticas y de estructuras fuertemente injustas (No. 56). Para el caso latinoamericano, también adquiere relevancia la irrupción en la década del sesenta de la teología de la liberación (sobre la que volveremos en otra ocasión), como uno de los aportes significativos en la búsqueda de causas estructurales de los problemas socioeconómicos en estas tierras.
Entre las fuentes no eclesiales, se destaca la labor de numerosos intelectuales con influencia en el campo político, social o académico, que contribuyeron a consolidar el pensamiento humanista cristiano. Ha sido el caso, entre otros, de Nicolás Berdiaieff, partidario de un socialismo personalista que rechazara a la vez el comunismo como el capitalismo; de Jacques Maritain, para muchos uno de los mayores filósofos del siglo XX; de Emmanuel Mounier, teórico del personalismo comunitario y feroz oponente del desorden establecido por el capitalismo y el fascismo en los años cuarenta; o del P. Lebret, fundador de la corriente de economía humana en los años cincuenta, y asesor de Pablo VI en materia de desarrollo humano
HUMANISMO CRISTIANO. Estaposición se plasma en documentos tan importantes como la encíclica Rerum Novarum,publicada en 1891 por el Papa León XIII, que se convierte en piedra angular sobre la que selevanta el socialcristianismo, al decir de algunos politólogos, un planteamiento de TerceraVía, esto es, una alternativa central, que intenta corregir los abusos tanto del capitalismoliberal, como del comunismo clásico marxista.Hoy en día, el socialcristianismo trata de ajustarse a los cambios que se han producidoen el planeta con motivo del derrumbe del comunismo clásico y la redefinición de los estadosdemocráticos socialistas. Luego de las complejas redes económicas y financieras que se hanformado en el mundo a raíz del auge de la globalización, la vertiginosa carrera tecnológica, elimperio de la informática, podría decirse que, a pesar de todos estos notables avancescientíficos, legados del Positivismo, sigue imperando la desigualdad social bajo el yugo deestructuras de poder capitalista en algunos casos, socialista en otros-, que han convertido alEstado en una herramienta al servicio de partidos, olvidando que el Estado somos todos.El planteamiento socialcristiano representa un esfuerzo por moderar los desafuerosdel capitalismo y restituirle al Estado su papel como agente clave en la redistribución de
Aunque podemos tener una idea general de qué es la doctrina social cristiana , a menudo resulta más simple eliminar las nociones falsas comenzando con lo que no es. la doctrina social se enfrenta seriamente con las realidades y estructuras existentes, y los desafíos de la humanidad para buscar soluciones a las situaciones sociales, políticas y económicas, dignas de la dignidad humana, de manera que se cree un sano grado de tensión entre las realidades temporales que encontramos y el ideal del Evangelio. La doctrina social cristiana pertenece al marco de la teología y especialmente de la teología moral Es un conjunto de principios, criterios y directrices de acción, con el objeto de interpretar las realidades sociales, culturales, económicas y políticas, determinando su conformidad o inconformidad con las enseñanzas del Evangelio sobre la persona humana y su vocación terrenal y trascendente. Principios y valores fundamentales. La doctrina social adquiere sus principios básicos de la teología y la filosofía, con ayuda de las ciencias humanas y sociales que la complementan. Estos principios incluyen la dignidad de la persona humana, el bien común, la solidaridad, la participación, la propiedad privada, y el destino universal de los bienes. Los valores fundamentales incluyen la verdad, la libertad, la justicia, la caridad y la paz.
Directrices de acción: opiniones contingentes sobre acontecimientos históricos. Esto no es una deducción lógica y necesaria que surja de los principios, sino también el resultado de la experiencia pastoral de la Iglesia y de la percepción cristiana de la realidad; la opción preferencial por el pobre, el diálogo, y el respeto por la autonomía legítima de las realidades políticas, económicas y sociales. Ejemplo: sugerencias de condonación de la deuda internacional, reformas agrícolas, creación de cooperativas,El primer fundamento de la enseñanza social católica es el mandamiento de Jesús de amar: Ama a Dios sobre todas las cosas y ama a tu prójimo como te amas a ti mismo. Éste es el fundamento de toda la moral cristiana y, por lo mismo, de la doctrina social de la Iglesia que es parte de esta moral. Jesús decía que el doble mandamiento del amor no es sólo el primero y más importante de todos los mandamientos, sino también el resumen o compendio de todas las leyes de Dios ,inspirado en los valores de la libertad, la democracia, la tolerancia y el humanismo cristiano de tradición occidental y defiende la dignidad del ser humano y los derechos y libertades que le son inherentes
La democracia-cristiana acepta como legítimo el sentimiento nacional y el patriotismo. Lo que no es aceptable para un demócrata-cristiano es el creer que no existen otras asociaciones diferentes que deben tomarse en cuenta dentro del contexto universal. Existe una comunidad de naciones que está unida por vínculos de solidaridad y de justicia social internacional. Para la democracia cristiana el desarrollo actual de la técnica, los problemas económicos y sociales no podrán resolverse si antes no se realiza un proceso de integración en un ente internacional o supra- nacional.
La democracia social cristiana considera igualmente el que las naciones deben integrarse en tres procesos diferentes: una integración económica, una social y cultural y, de ser posible, una integración política.
En esta forma, la democracia social cristiana concibe una descentralizada división de poderes, al mismo tiempo que defiende la existencia entre el individuo y el Estado, de otras sociedades cuyo regular funcionamiento garantiza la plenitud de una democracia orgánica. Estas sociedades son de dos tipos: Naturales unas y otras de Creación por la Ley y ambas cumplen una finalidad cuya trascendencia es para la Democracia Social Cristiana imponderable.
El pluralismo social y jurídico señala que cada uno de los cuerpos intermedios tiene un fin humano, propio de los mismos, que hay que respetar. En esta forma, el hombre con su libertad, forma la familia. Por ello, la democracia cristiana defiende, en primer lugar la integridad de la familia contra todos los intentos de disolución que le amenazan.
El reconocimiento de los cuerpos intermediarios entre los individuos y el Estado, que son las organizaciones profesionales, es una idea clave en la doctrina social cristiana. Ésta le reconoce ventajas inapreciables: se halla más próximo que el Estado a las verdaderas necesidades del hombre y respeta más la persona; procura y reparte mejor las iniciativas y las responsabilidades; en fin, descongestiona al Estado. Por ello, los documentos de esta doctrina social cristiana han dado siempre tanta importancia a la organización profesional, que descansa en tres elementos: el s., la corporación profesional y la existencia de un estatuto de derecho público,
Principios cristianos que deben inspirar la política sindical. La idea central de la doctrina sindical cristiana que domina todos los pormenores de esta doctrina y le da su carácter moral, es la idea cristiana del hombre: criatura racional llamada a un fin personal sobrenatural, que ha de vivir en sociedad y utilizar los bienes materiales. Para alcanzar ese fin es muy útil y a veces indispensable la sociedad profesional organizada, que puede prestar grandes servicios a las otras sociedades (a la Iglesia, a la familia, a la nación), haciendo que la persona humana se desarrolle rectamente en el uso de aquellos medios convenientes y necesarios y que tenga fácil acceso a ellos. La organización sindical es una institución cuyo campo de acción es de orden económico-social, y, por tanto, en gran parte técnico, pero que, por referirse al hombre, está subordinado a la moral y la religión. Por eso, y como ya hemos apuntado, la acción sindical ha de estar orientada al bien común, inspirada por la justicia y la caridad, estructurada sobre la base del respeto a la persona y a la convivencia humana, etc. Con respecto, más concretamente, a la estructura sindical, lo vital del pensamiento orientador de la doctrina social cristiana se centra en cuatro principios fundamentales: el de representatividad, el de autonomía, el de participación y el de libertad de actuación. Sin una vigencia efectiva de estos cuatro principios no habría un auténtico sindicalismo que mereciera este nombre, y menos aún un sindicalismo inspirado en la doctrina social cristiana
Bien Común es lo que preserva, asegura y propicia el desarrollo de los diversos bienes particulares, los cuales se ordenan con base en él. La realización del Bien Común simultáneamente implica la justicia, la seguridad, la defensa del interés general, el respeto y la protección de la persona y sus derechos.
Sin embargo, el Bien Común tiene un límite. El Bien Común siendo inmanente o temporal no es limitado ni absoluto. La sociedad jamás puede exigirle al hombre el sacrificio de su personalidad, ni arrebatarle sus derechos naturales, ni pedirle que haga el mal, porque el Bien Común es algo moralmente bueno. Por ello, no debe confundirse con el llamado Bien Común del Estado que es uno de los elementos del Bien Común Separado como lo llama Maritain. Los derechos naturales de la persona han de merecer respeto por parte del Estado, el cual debe integrar, sin anular, ni eliminar, a todas las otras sociedades (intermedias entre el Estado y el individuo) y las iniciativas privadas que tiendan a favorecer la perfección de la persona humana. Si se actúa de otro modo, no puede ser alcanzado el Bien Común.
Bien común es el conjunto de condiciones de la vida social que permiten que las asociaciones y cada uno de sus miembros alcancen de manera más fácil e íntegra la perfección que les corresponde.
Jacques Maritain es sin duda, uno de los filósofos que ha ejercido mayor influencia en el pensamiento cristiano del mundo entero y en la mentalidad socialcristiana de América Latina. Los estudios tomistas deben a él y a Etienne Gilson principalmente, el espíritu de renovación que tanto ha significado en el mundo occidental.La preocupación del pensamiento maritainiano es aunar, reconocer, absorber, dentro de una concepción ecuménica capaz de permitir la búsqueda de las ovejas perdidas, la convivencia con los hermanos separados. Es una preocupación pastoral en la misma línea que un siglo antes en Roma, la Habana y otros lugares de América, habían tenido preocupaciones similares los Varela, los Díaz de Gamarra y tantos otros afiliados a tesis eclécticas o electivas. Vale decir selectivas. Sólo que en Maritain el propósito no es tanto alcanzar una síntesis sino un mosaico. No totalizar de ahí su fobia a todo totalitarismo sino particularizar, reconocer que la cordillera supone, por definición cumbres diversas. Su apelación a la analogía es continua. Su rechazo de la identificación es permanente. No hay luz sin sombras ni sombras sin luz. No cree posible ontologizar las antítesis, pero cree que deben coexistir en todo panorama.El fin de la sociedad política es perseguir el bien común. Pero este bien común no es la mera suma de los bienes particulares, pues, como Aristóteles nos enseña, incluso en el orden matemático seis es algo más que tres más tres. Es decir que el número seis tiene vigencia propia e independiente de los sumandos, e incluso puede ser resultado de otros diferentes. Y a su vez puede combinarse con entidad propia en la serie de los números en cifras de valor absoluto y relativo ad infinitum. El hombre del humanismo cristiano dice Maritain sabe que la vida política aspira a un bien común superior a una mera colección de bienes individuales que la obra común debe tender, sobre todo, a mejorar la vida humana misma, a hacer posible que todos vivan en la tierra como hombres libres y gocen de los frutos de la cultura y del espíritu aprecia la libertad como algo que hay que ser merecedor; comprende la igualdad esencial que hay entre él y los otros hombres y la manifiesta en el respeto y en la fraternidad; y ve en la justicia la fuerza de conservación de la comunidad política y el requisito previo que llevando a los no iguales a la igualdad, hace posible que nazca la fraternidad cívica
Maritain cree que la democracia ha de ser más que una etiqueta, más que una mera forma, un verdadero estilo de vida, toda una concepción cultural del universo. Existe una democracia verbalista, demagógica, que decepciona a los pueblos que no se sienten representados por sus dirigentes. No se vive el propósito igualitario ni participativo. El pueblo no opina, ni decide aunque aparentemente vote. Sólo sufraga, es decir, paga los gastos de la burocracia estatal. Los partidos demócratas cristianos deben ser populares aunque no clasistas, pero mirar con honda simpatía a las clases más desvalidas de la comunidad política y promover su ascensión, no con sentido paternalista, sino para que sea sujeto de sus propias decisiones.inspiración cristiana, en buena parte por influencia maritainiana. Incluso al calificar de cristiana la democracia parece subrayarse esta idea. Dentro de las filas del propio social-cristianismo la cuestión del nombre ya ha sido muy debatida. Y de hecho algunos de estos grupos políticos han desechado la etiqueta por cuanto compromete y responsabiliza a los miembros en esta cuestión.Pero para Maritain, el éxito inmediato que alienta el maquiavelismo no es más que una ilusión. Puede ser que el mal y la injusticia triunfen de esa forma, pero solo para provecho de un hombre. Nunca de la sociedad. Ni es tampoco fruto duradero como corresponde al bien común. Más bien fuente de males. Mussolini escribió un prefacio para una edición de El Príncipe cuando se creyó en el apogeo de su gloria. Veinte años más tarde vimos como toda aquella aparente exitosa irradiación del poder se volvía tensión, derrotismo y violenta caída en una nación destruida. Pero, aún así, hay que advertir que muchos de los éxitos de la Italia en ascenso fueron debidos también a factores que escapaban al mero maquiavelismo.
Para Maritain los grandes representantes del maquiavelismo contemporáneo absoluto son el fascismo, el nazismo y el comunismo. Son los verdaderos maquiavelismos, los que devoran a los otros más moderados o tolerables.
La conciencia moral no es suficiente si al mismo tiempo no implica una conciencia religiosa. Pero la política cristiana no es teocrática ni clerical ni es política de pseudodebilidad evangélica y de no resistencia al mal. Sus armas son la justicia real y concreta, la fuerza, la perspicacia y la prudencia. Ha de empuñar la espada, atributo del Estado, pero sabiendo que la paz es fruto no solo de la justicia sino del amor.
Participar y Decidir el Bien Común en la Justicia y la Paz
Si permanecen fieles a mi palabra, ustedes serán verdaderamente mis discípulos; así conocerán la verdad y la verdad los hará libres LA BIBLIA (JUAN. 8, 31-32).
La democracia es fundamentalmente un ordenamiento, y como tal, un instrumento y no un fin. Su carácter moral no es automático, sino que depende de su conformidad con la ley moral a la que, como cualquier otro comportamiento humano, debe someterse; esto es, depende de la moralidad de los fines que persigue y de los medios de que se sirve
Hacia la consolidación de la Democracia
La democracia participativa, con soberanía suficiente para negociar de tú a tú, con el resto de las naciones; anhela tener un gobierno que garantice el respeto irrestricto a los derechos humanos y tenga como prioridad el ejercicio de la justicia social; un gobierno que se conduzca haciendo valer el estado de derecho y que imparta justicia superando cualquier intento de corrupción; un gobierno que someta la delincuencia dentro de los cauces de la legalidad; nuestro Pueblo anhela un gobierno que se respete a sí mismo y gane la autoridad moral ante el pueblo por buscar primero y, ante todo, el bien común.
Participación ciudadana Todo proceso electoral y democrático deberá desembocar en un proyecto al Servicio de la Nación, y no de los intereses de los Partidos y Grupos Políticos. Todo creyente tiene el deber inmediato e inexcusable de colaborar en favor de un orden justo en la sociedad, configurar rectamente la vida social y animar todas y cada una de las actividades políticas que le corresponda viviéndolas como caridad social. Debe hacer presente en nuestra cultura y, por tanto, en su vida cotidiana los valores universales de la dignidad de la persona humana, el respeto a los derechos humanos, la búsqueda del bien común, el cuidado del medio ambiente, la verdad, la justicia, la libertad, el amor, la solidaridad, la tolerancia y la paz. Sin estos valores que, por cierto, tienen una profunda raigambre cristiana, nuestra sobrevivencia y convivencia estarán en peligro.
Además de presentarse con voluntad de servir y no de beneficiarse del poder; deberán mostrar coherencia básica entre su conducta y los principios morales necesarios para desempeñar su misión. Confiamos que, de forma transparente e integral, los candidatos presentarán al electorado su proyecto de gobierno, basado en una valoración ética sobre el estilo de desarrollo y estableciendo los problemas que nuestra sociedad debe solucionar y los métodos para enfrentarlos.La conciencia cristiana bien formada ejerce el voto de modo que la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular sean coherentes con la fe y la moral y no dañen el bien de las personas y las instituciones. Frente a ambos aspectos, es necesaria una formación del criterio y una reflexión profunda, ya que ni en las elecciones ni en ningún otro aspecto de la vida pública, podemos prescindir de las exigencias éticas fundamentales e irrenunciables de la fe, pues los creyentes deben saber que está en juego la esencia del orden moral, que concierne al bien integral de la persona De esto surge también el perfil idóneo de quienes ocuparán la presidencia del país y las diferentes responsabilidades en los cuerpos legislativos. El análisis del currículum personal de los candidatos es a menudo un instrumento importante para llevar a cabo este discernimiento.
El Bien Común es concreto, porque siempre es una realidad tangible, un medio organizado conforme a los mejores recursos del momento. El Estado tiene como misión cuidar directamente, mediante una amplia planificación y coordinación de la cooperación social, todas las necesidades existenciales de sus miembros, contando con una amplia gama de políticas públicas además de un amplio sistema de derechos humanos que protejan a las personas en todas las eventualidades de la vida, proporcionándoles la ayuda que necesitan. Los bienes y organizaciones de carácter público, sumados en armonía, son necesarios para que los individuos, como miembros de la colectividad, cumplan su destino temporal y eterno generando el mayor bien posible.
Es perfectible y dinámico, porque siempre es mejorable y parcialmente realizado, pero jamás perfectamente alcanzado. Al lograr metas, surgen de inmediato nuevos retos; trabajar y hacer política de bien común en Acción Nacional es tarea permanente.
El Bien Común, como elemento fundamental de la estructura de toda comunidad, implica que gracias al don de la sana convivencia social fundamentada en la amistad, se genera cultura. La cultura es fruto de la acción del hombre, donde quiera que éste se encuentre en el mundo. La cultura humaniza, ya que es el conjunto de significados y valores que le dan sentido de pertenencia y destino a una comunidad. Los hombres y mujeres de todo grupo y nación deben tomar conciencia de que ellos son los autores y promotores de los valores culturales de su comunidad para que estos no decaigan.Sin efectivas garantías de los derechos fundamentales del ser humano, no cabe realización alguna del Bien Común, y sin democracia participativa decae el perfeccionamiento continuo de la comunidad en la búsqueda de su bien propio. La justicia social se promueve mediante la participación de todos en la definición, construcción, realización y disfrute del bien común; su definición en común es lo que constituye la democracia participativa.El Bien Común facilita el despliegue de la persona y el establecimiento de espacios culturales para el ser humano. La máxima expresión del mismo, es un orden social cooperativo y solidario en el que las personas vivan a plenitud el bien ser, el bien hacer y el bien estar, garantizando que las generaciones por venir también tengan acceso a estas posibilidades plenificadoras.
el bien común nacional y universal exigen esa presencia inmediata y activa, que coopere a restaurar el sentido de unidad y hermandad en la convivencia y el equilibrio de valores que la misma crisis actual coloca en falsas oposiciones, tales como persona y sociedad, libertad y autoridad, trabajo y capital, justicia y libertad.
Este deber cívico es también una obligación de testimonio y un mandato de caridad, que no se pueden cumplir suficientemente con la sola labor doctrinaria, pues su propia razón de ser está en su realización práctica.
Ello significa la necesidad permanente de actuar en el terreno político, necesidad más justificada aún en nuestros tiempos y en nuestra Patria, en que la política en sentido amplio es el cauce natural para solucionar los problemas temporales de la comunidad.
Estamos convencidos de la urgencia y posibilidad de instaurar una política nutrida ante todo en los valores espirituales, fundada en la buena voluntad cívica y vivificada por la libertad y la justicia; una política de unión en los fines supremos y de tolerancia en la diversidad de los medios honestos con terminante exclusión de la violencia; en fin, una política que merezca ser llamada ciencia, arte y virtud del bien común.
Creemos igualmente que tal empresa sólo puede inspirarse y sostenerse en los principios sociales del cristianismo,
Lo que entiendo por ser social-cristiano es una forma de pensar en política donde pueden caber distintas tendencias, es decir, que mas que una ideología, yo lo entiendo como una inspiración para unas determinadas ideologías o planteamientos políticos que mas alla de sus diferencias, puedan compartir unos principios comunes muy atacados en estos tiempos y por ello se requiera su unión ante un enemigo común mas fuerte, que es el laicismo.
Ser social-cristiano es buscar la justicia social, pero con los valores cristianos que enseña la Doctrina Social de la Iglesia, un conjunto de inspiraciones para actuar en política. Es decir, que un socialcristiano no se puede contentar con el hecho de querer la justicia social y emitir un modelo de sociedad utópico como hace la izquierda, imposible de llevar a la práctica, sino que tiene que ponerse en las necesidades inmediatas y urgentes de aquellas personas que lo están pasando mal en situaciones graves o de urgencia, y que necesitan ayuda inmediata por medio de la caridad o solidaridad.
El social cristianismo es una corriente que nació en el siglo XIX, fue integrada por varios autores y activistas sociales guiados e inspirados por la ética y el mensaje del cristianismo. En sus orígenes tuvo importantes aportes sociales y económicos que, por lo cual fue un contra-referente al liberalismo y las filosofías individualistas. Esta crítica al liberalismo, sobre todo en su vertiente económica, tiene numerosos antecedentes que contribuirían finalmente al surgimiento de la primer Encíclica Social, la Rerum, Novarum, obra del Papa León XIII en el año 1891.
En el siglo XX este pensamiento sirvió de plataforma para la constitución de partidos políticos inspirados en estas doctrinas (las Democracias Cristianas), así como para el surgimiento de corrientes sindicales también inspiradas en los en pensamientos cristianas.
En todos los casos, el social cristianismo o humanismo cristiano termina convertido en una de las corrientes claves para comprender la historia de las ideas en los últimos cien años.
El socialcristianismo es una corriente nacida en el siglo XIX, integrada por numerosos autores y activistas sociales guiados e inspirados por la ética y el mensaje del cristianismo. En sus orígenes destacan importantes aportes sociales y económicos que tuvieron como principal contra-referente al liberalismo y las filosofías individualistas, así como las ideas materialistas, de gran influencia a lo largo de un siglo que escandalizaba por la creciente pauperización de las clases trabajadoras.
La dotrina social cristiana deja claro que su doctrina social no es una «tercera vía», un camino intermedio entre el capitalismo y el socialismo. No tiene nada que ver con una agenda económica o política, y no es un «sistema». Aunque, por ejemplo, ofrezca una crítica del socialismo y el capitalismo, no propone un sistema alternativo. No es una propuesta técnica para solucionar los problemas prácticos, sino más bien una doctrina moral, que surge del concepto cristiano de hombre y de su vocación al amor y a la vida eterna. Es una categoría propia.
La doctrina social católica no es una utopía, en el sentido de un proyecto social imposible de alcanzar. No se propone describir un paraíso en la tierra en el que la humanidad pueda alcanzar la perfección.
A pesar de todo esto, la doctrina social católica se enfrenta seriamente con las realidades y estructuras existentes, y los desafíos de la humanidad para buscar soluciones a las situaciones sociales, políticas y económicas, dignas de la dignidad humana, de manera que se cree un sano grado de tensión entre las realidades temporales que encontramos y el ideal del Evangelio.
Las enseñanzas sociales no son una doctrina estática y fijada, sino una aplicación dinámica de la enseñanza de Cristo para cambiar las realidades y circunstancias de las sociedades y culturas humanas. Por supuesto, los principios fundamentales no cambian, porque están profundamente enraizados en la naturaleza humana. Pero sus aplicaciones y juicios contingentes se adaptan a las nuevas circunstancias históricas según los tiempos y lugares.
La doctrina social ccristiana pertenece al marco de la teología y especialmente de la teología moral.
Según las palabras del magisterio, es la formulación exacta de los resultados de la cuidadosa meditación de las complejas realidades de la existencia humana, en sociedad, y en un contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición viva de de Cristo
La Iglesia creada por Cristo para enseñar Su doctrina a los hombres, tiene por lo tanto no sólo el derecho, sino ambién la obligación de enseñar los principios que deben regir la vida en sociedad, y como las condiciones sociales han ido evolucionando, las aplicaciones prácticas de esos principios han ido cambiando también. Es también su función el señalar los métodos eficaces y justos, así como los que son ineficaces e injustos.
Jacques Maritain escribió uno de los libros más importantes para el estudio y el análisis de la Doctrina Social Cristiana, esa obra está titulada : « CRISTIANISMO Y DEMOCRACIA ».
Maritain enfoca que una de las tragedias más grande que tiene que tiene actualmente el mundo llamado « democrático » es que no ha podido realizar la democracia que desea el pueblo.
Etimológicamente « democracia » viene del griego « demos » (pueblo) y « cracia » ( poder), por lo tanto debe ser el poder del pueblo. Su definición puede ser la forma de organización social y política donde cada individuo participa directa y libremente en todos los actos que benefician y fortalecen la sociedad..
El cristianismo democratico plantea, que antes de establecer un modelo de sociedad democrática, como la quiere y desea la mayoría del pueblo, es necesaria una conversión del hombre, en lo social, político, económico y espiritual, que lo haga capaz de innovar, comenzando por él mismo. El hombre nuevo exigirá una nueva sociedad, y el Cristianismo puede ofrecer ese nuevo sistema democrático.
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La democracia cristiana constituye una corriente política contemporánea que intenta, a partir de una praxis religiosa, crear un sistema político que solucione los vacíos de los sistemas tradicionales y hegemónicos, En este marco, aseguró que la democracia cristiana se ofrece como una alternativa superadora, respecto a las opciones instaladas que provienen del pasado. La democracia es perfectible y que no cree que solo con obras exteriores al hombre pueda mejorarse la convivencia social y las condiciones de vida de los habitantes de la ciudad. Por ello nuestros propósitos se asientan sobre los siguientes ejes: subordinación de la política a la ética, promoción humana, participación y desarrollo integral, considerando a las personas en su triple dimensión, personal, social y trascendente En la práctica política, la Democracia Cristiana es considerada de derecha en asuntos sociales, morales y culturales. La Democracia Cristiana no tiene su origen en el socialismo ni relación alguna con la Internacional, sino en la Doctrina social de la Iglesia. Aunque en muchas ocasiones la democracia cristiana ha aceptado el liberalismo, y comparte la idea de la reducción de impuestos con la interveción estatal, con el fin de acabar con la injusticia social; en general los principios que han regido su matriz se derivan de la idea del Estado del bienestar. Por esa razón es frecuente encontrar partidos democristianos en la centro-derecha. La Democracia Cristiana suele sobresalir por su marcado conservadurismo lo que la distingue del progresismo; y su notoria inclinación estatista lo que también la separa del liberalismo económico. Como con cualquier ideología política, la democracia cristiana ha tenido manifestaciones diferentes a través del tiempo y en distintos países; hay dos amplias ideologías que son llamadas democracia cristiana. .En asuntos económicos, los democratacristianos no suelen desafiar al capitalismo como sistema económico, a diferencia de su repudio explícito al comunismo y similares ideologías,1 aunque sí ven a la economía como algo al servicio de la humanidad. El deber del estado con respecto a la sociedad es de real importancia para los democratacristianos, algunos ven a este deber como meramente para crear las condiciones para que la sociedad civil florezca por fuera de las fronteras del estado, mientras que otros lo ven como un deber más directo del estado con los ciudadanos. En décadas recientes, algunos partidos democratacristianos en Europa han adoptado políticas consistentes con un punto de vista liberal en lo económico, mientras que otros democratacristianos por momentos parecen mantener visiones similares del socialismo cristiano Debido a que la Democracia Cristiana (DC) surge de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), para poder entender a la DC, primero tenemos que entender lo que es la DSI. La DSI es un conjunto de normas y principios generales de la Iglesia Católica referentes a los problemas sociales, políticos y económicos de la humanidad, impulsada desde el pontificado de León XIII, con su famosa Encíclica Rerum Novarum (1891), que tiene como objetivo proponer una tercera vía entre el liberalismo y lo que (según su perspectiva) es su engendro: el socialismo. Ésta tercera vía tiene como objetivo central el mejorar las condiciones económicas de las masas de desposeídos que el capitalismo generó, pero a diferencia del socialismo rechaza la lucha de clases, la estatización de la propiedad y su materialismo que se manifiesta en indiferencia (y en algunos casos hostilidad) frente a la religión. Previa a Rerum Novarum, fue publicada la Encíclica Sapientiae Christianae (1890), que versaba sobre los deberes de los ciudadanos cristianos. En ella León XIII hizo un llamado a los laicos a defender los derechos y libertades de la Iglesia Católica en el terreno del derecho común. Ese propósito implicaba su participación activa en la política. La Democracia Cristiana surgió del desarrollo de una doctrina social de la Iglesia protegida por el Papa León XIII. En 1919 (Primera Guerra Mundial) el sacerdote siciliano Don Luigi Sturzo fundó el Partido Popular, independiente de la jerarquía religiosa pero inspirado en la filosofía cristiana. A causa de su evolución este se convierte en el Partido Demócrata Cristiano, que en 1945 se convierte en el partido político más dominante en Italia.. Los Demócrata Cristianos tenían en común con los demás componentes de la familia católica el rechazo a la economía de Laissez Faire, así como al colectivismo socialista, pero al concentrarse en atender las necesidades de las masas populares preconizaban la participación y la igualdad de derechos para todos los ciudadanos. Desde luego que ni León XIII ni su sucesor Pío X entendían por Democracia Cristiana a partidos políticos, mucho menos la pensaban como la participación de los católicos en la vida electoral y parlamentaria , por DC ellos entendían a un movimiento social inspirado en la DSI que atendiera las necesidades de las masas populares y con ello se evitaría que éstas fueran a engrosar las filas de los movimientos socialistas. Partidos Católicos europeos existieron desde el siglo XIX, pero sus programas estaban centrados en el objetivo de defender los derechos de la Iglesia en el terreno del derecho común, participaban en la competencia electoral sin aceptar a la democracia liberal como el modelo a seguir , su objetivo era defender a la institución eclesial de los embates liberales y socialistas. Eran claramente organizaciones anti-sistema. La singularidad de la Democracia Cristiana radicaba en sus planteamientos democráticos, ya que si bien tenían inspiración católica, su objetivo no era defender una legislación donde la Iglesia tuviera una posición de privilegio, sino procurar mejoras materiales y concretas en la vida de los laicos, por lo que fue hasta el pontificado de Benedicto XV (1914-1922) que el Sumo Pontífice autorizó la creación del primer partido político Demócrata Cristiano bajo el liderazgo del sacerdote siciliano Luigi Sturzo. La Democracia Cristiana y la separación Iglesia-Estado: Es toral aclarar que la DC no es un movimiento confesional. Sus valores y proyectos beben de la doctrina social-cristiana, pero no plantea la reimplantación de privilegios para la Iglesia católica. De hecho, consideran que la separación entre la Iglesia y el Estado es saludable e indispensable para el buen funcionamiento de ambas instituciones. Luigi Sturzo, fundador del primer partido político Demócrata Cristiano, el Partito Popolare Italiano o PPI (1919), planteaba a la DC como una alternativa católica para que las masas populares, al ser guiadas por el magisterio de la Iglesia, salieran de la situación de miseria creada por el liberalismo económico, pero rechazando al socialismo, planteando la creación de una nueva sociedad cristiana . Su proyecto era crear una auténtica democracia que le permitiera a las masas participar y reclamar sus derechos, pero esa política al ser llevada a cabo en el parlamento, que por definición es un órgano de debate y negociación, significó reafirmar la autonomía del partido en relación con el clero, y por tanto, desconfesionalización y colaboración con los no creyentes, con los liberales e incluso con los socialistas, aceptando una legislación que ya no concedía a la Iglesia una condición de privilegio. El adjetivo popular de su partido hacía referencia a una visión orgánica de la sociedad, compuesta por varios grupos, todos ellos diferentes en función pero iguales en derechos, los cuales se relacionan de manera simbiótica, siendo interdependientes entre sí, trabajando para un objetivo común y beneficiándose mutuamente, idea opuesta tanto al individualismo liberal como la lucha de clases socialista . En 1947 se fundó, con el apoyo de los partidos Demócrata Cristianos de Europa (principalmente de Alemania Federal), la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) con lo que dicha ideología tuvo presencia (aunque bastante discreta salvo en Venezuela y Chile) en los países más importantes de Latinoamérica -Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Venezuela y Perú- . Diez años más tarde, a finales de la década de los 50 y principios de los 60, la ODCA y los partidos que la integran tuvieron la suficiente fuerza como para ser partidos electoralmente competitivos en sus respectivos países. Los vínculos entre la ODCA y la Democracia Cristiana Europea se hicieron más sólidos cuando en 1957 surgió la Comunidad Europea con el impulso de los líderes políticos Demócrata Cristianos de Robert Schuman (Francia), Alcides de Gasperi (Italia) y Konrad Adenauer (Alemania Federal), mejor conocidos como los padres fundadores de la Unión Europea. En 1961 surgió la Unión Europea Demócrata Cristiana (ECDU por sus siglas en inglés), y forma junto con la ODCA la Internacional Demócrata Cristiana. En 1965 nace como parte de La Internacional el Partido Popular Europeo (EPP), reflejando en su nombre la herencia política e ideológica de Luigi Sturzo. La nueva fuerza electoral tuvo como centro de operación política al Partido Social Cristiano de Venezuela, también conocido como Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI). Este partido fue formado en 1946 por estudiantes pertenecientes a organizaciones juveniles católicas, los cuales recibían becas e invitaciones para recibir cursos de formación política de parte de partidos Demócrata Cristianos de Europa. A esa política para hacer de la DC un producto de exportación, principalmente de parte del gobierno de Konrad Adenauer, Otra innovación importante es la que encontramos en la encíclica de Pío XI, Quadragesimo Anno (1931). En esta encíclica se alientan las vías cooperativas en las empresas donde trabajadores y empresarios participan tanto en la gestión como en los beneficios. En la segunda mitad del siglo XX, y coincidiendo con la progresiva emancipación de la tutela vaticana de la democracia cristiana, esta corriente ideológica ha ido consolidándose y extendiéndose. La Internacional Demócrata Cristiana (IDC), agrupa a un centenar de partidos, fundamentalmente europeos y latinoamericanos. Principios en que se basan los Social Demócratas o Demócratas Cristianos. La democracia-cristiana acepta como legítimo el sentimiento nacional y el patriotismo. Lo que no es aceptable para un demócrata-cristiano es el creer que no existen otras asociaciones diferentes que deben tomarse en cuenta dentro del contexto universal. Existe una comunidad de naciones que está unida por vínculos de solidaridad y de justicia social internacional. Para la democracia cristiana el desarrollo actual de la técnica, los problemas económicos y sociales no podrán resolverse si antes no se realiza un proceso de integración en un ente internacional o supra- nacional. La democracia cristiana considera igualmente el que las naciones deben integrarse en tres procesos diferentes: una integración económica, una social y cultural y, de ser posible, una integración política. Los principios fundamentales de la filosofía cristiana están inspirados por una concepción cristiana del mundo. Estos principios se encuentran por encima de la política y según algunos políticos, estos son metapolíticos y pueden enunciarse de la siguiente manera: a. La dignidad de la persona humana. b. La primacía del bien común. c. La perfectibilidad de la sociedad civil. Estos principios corresponden a una concepción filosófica del mundo y del hombre elaborado por el pensamiento cristiano. Estos están elaborados en el orden de la filosofía pero no de la religión y es perfectamente posible que una persona, sin plantearse problemas de sus relaciones con Dios, pueda llegar a aceptar esos tres postulados que no son religiosos sino filosóficos. Como nuestra finalidad es conocer la esencia del pensamiento Demócrata Cristiano ahondaremos en el significado de los tres postulados citados para más adelante encontrarnos con lo que ha sido la adaptación de estos principios a un Partido Político La Democracia Cristiana latinoamericana, al menos durante la Guerra Fría, no alcanzó los niveles de secularización y oposición leal que mantenían sus contrapartes europeas, aunque sí eran partidarias de un régimen democrático. Citaré el ejemplo chileno: durante los años 70 y 80 América Latina fue azotada por varios regímenes militares auspiciados o apoyados por Estados Unidos en su afán por detener el avance del pensamiento marxista. Este fue el caso de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, la cual contó con el apoyo de la Iglesia católica y del Partido Demócrata Cristiano de aquella nación andina. La postura de la Democracia Cristiana cambió a sólo seis semanas de haberse efectuado el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende. La DC chilena se volvió opositora del régimen, pues tenían planeado que la asonada militar sería una medida transitoria para terminar con los socialistas y que el poder les sería entregado por los militares y restaurado el orden constitucional, lo cual no sucedió hasta la década de los 90 . Además la Comunidad Europea y la Internacional Demócrata Cristiana repudiaron el golpe de Estado, por lo que a sólo 6 semanas de instaurado el gobierno de Pinochet, la Democracia Cristiana Chilena se declaró oficialmente opositora el régimen. Numerosos fueron los Demócrata Cristianos chilenos que participaron en la defensa de los derechos humanos como Gabriel Valdés, Andrés y Patricio Aylwin, Jaime Castillo Velasco, Adolfo Zaldívar, Andrés Zaldivar, entre muchos otros . Durante el resto del siglo XX el nombre oficial de La Internacional fue Democracia Cristiana. Sin embargo, en la década de los 80 y 90 ocurrieron una serie de cambios geopolíticos en Europa, como la caída del bloque soviético, que provocaron que en noviembre de 2001, durante la Reunión de Líderes de La Internacional en las oficinas centrales del PAN en la Ciudad de México, la Internacional Demócrata Cristiana modificara su denominación a Internacional Demócrata de Centro (IDC). La anexión a La Internacional de partidos provenientes de países de Europa del Este y Turquía, con grandes sectores de población musulmana, generó que se optara por que el nombre de la organización no tuviera una alusión directa a una religión en particular . Según la resolución de La Internacional, se deja abierta la opción de que cada partido que la conforma elija la denominación Demócrata Cristiana o Demócrata de Centro, según lo juzgue conveniente. Sin embargo, quedó ratificada por unanimidad la declaración doctrinal llamada humanismo cristiano . La DC se ha hablado mucho, No queremos, por eso, volver ahora a la coyuntura política sino más bien tratar de situar dichas dificultades desde una perspectiva que valora el aporte cristiano en la política nacional. El social cristianismo segumos siendo la alternatiba de cambio sociales para el bien comun.
ABEL REYES TELLEZ PRESIDENTE NACIONAL PARTIDO SOCIAL CRISTIANO NICARAGUENSE .PSC ESCRITOR CRISTIANO EMAIL.PRESIDENTE.PSC@HOTMAIL.COM
TELEFONO .505 .2249 3460 .MOVIL CLARO .505 .8333 2038. MOVISTAR .505 .8882 7758 .
ABEL REYES TELLEZ -
Las dictaduras modernas tienen tres características: la concentración de un poder ilimitado, la participación ciudadana de alguna manera en virtud del arraigo del principio de soberanía popular, y reglas precarias para la sucesión en el poder.aunque se respeta la Constitucion, en realidad el poder se concentra de manera atoritaria o totalitaria en las manos de un dictador, controlando éste, directa o indirectamente, los poderes Lejilativo, ejecutivo .Electoral y judicial , por lo que no se asienta el principio de separacion de poderes , requisito indispensable
Al terminar la segunda guerra mundial y reorganizarse el mundo de acuerdo con nuevos esquemas jurídico-políticos, la democracia fue adquiriendo también nuevos calificativos. La tradicional democracia individualista y liberal recibió el adjetivo de clásica de acuerdo con las normas y patrones a que se habían ajustado los procesos democráticos, desde el siglo XVIII, en Inglaterra, Estados Unidos y Francia. Y a los estados de los diversos continentes que adoptaron este modelo, al menos formalmente, se les llamó países de democracia clásica. El esquema era el del viejo estado liberal de derecho, aunque con renovaciones y actualizaciones que imponían las circunstancias. Esas renovaciones iban por la línea de un neoliberalismo reformista, en el que había una mayor intervención del estado en el régimen de la propiedad, del trabaj o y de la distribución de la riqueza.
En abril de 1947, precisamente en la ciudad de Montevideo, se reunirá un grupo de personalidades que en Latino América compartían el ideario demócrata cristiano. En este encuentro se sentarán las bases de lo que después será el movimiento demócrata cristiano y el inicio de los partidos que en el Continente se funden inspirados en esta doctrina. Dicha reunión será convocada por el uruguayo Dardo Regules y los chilenos Eduardo Frei Montalva y Tomás Reyes Vicuña, el argentino Manuel Ordóñez, el brasileño Alseu Amoroso Lima, -más conocido por su seudónimo de escritor, Tristán de Athayde-, y finalmente Rafael Caldera que se adherirá pero no podrá concurrir porque la dictadura venezolana habrá de impedírselo. También concurrirá como invitado Eduardo Cayota, fundador en 1904 de la Unión Democrática Cristiana del Uruguay. En este congreso se creará asímismo la Organización Demócrata Cristiana de América, -ODCA-. En el año 1949, los participantes volverán a reunirse, también en Montevideo, testimonio de su firme resolución de impulsar y concretar en América el movimiento.
Una visión global y ecuánime sobre la historia del movimiento demócrata cristiano, revela la variedad de los caminos recorridos por éste, como asímismo, su aporte a la construcción de una sociedad a forjarse sobre la base de la justicia y la solidaridad.
Otra calificación de la democracia en los años que siguieron al triunfo de los aliados, fue la de la democracia cristiana, que tuvo vigencia por un largo periodo en Italia, con el gobierno de Alcide de Gasperi, y en Alemania Federal, con el liderazgo del viejo canciller Konrad Adenauer. A esa democracia, inspirada en la doctrina cívico-política de la iglesia católica, expuesta en las encíclicas de los papas, y especialmente en las alocuciones radiofónicas de Pío XII, se le aplicó también el título de democracia social, de inspiración cristiana. En este tipo de democracia hay un mayor respeto a la libertad personal y a la iniciativa privada, sin que se deje de reconocerla necesidad de la intervención estatal en los procesos económicos. Pero esa intervención debe estar normada por los principios de solidaridad y subsidiariedad, a fin de evitar cualquier totalitarismo estatal.
Konrad Adenauer fue el primer canciller o primer ministro de la República Federal Alemana, cargo que ejerció desde septiembre de 1949 hasta octubre de 1963. Adenauer fue el padre de la Alemania libre que renació de las cenizas de la II Guerra Mundial y de los escombros de la oprobiosa dictadura nazifascista de Adolfo Hitler. Y fue ta
mbién, Adenauer, uno de los precursores de la unión de Europa alrededor de los principios de la libertad y sobre bases institucionales firmemente democráticas.
Konrad Adenauer. se vazo ideal democrático se ha traducido en los últimos años en largas e importantes discusiones en torno a los aspectos procedimentales de la democracia. Debates y acuerdos en relación a la organización electoral, los derechos y obligaciones de los partidos, los cómputos comiciales, la calificación de las elecciones, etcétera, se han colocado, y con razón, en los primeros lugares de la agenda política del país. Se trata, sin duda, de una dimensión pertinente porque la democracia para existir requiere de normas, procedimientos e instituciones que la hagan posible.
El sistema democrático se funda en las libertades y derechos individuales; por lo tanto sus instituciones no deben tener otro objeto que garantizar, satisfacer aquellas libertades y derechos, cuya satisfacción es un deber para la sociedad; gobernando lo menos posible, en el sentido que hoy se da a esta palabra, a fin de que la acción del Gobierno no sirva de obstáculo a la iniciativa individual. La ley no debe tener otro objeto que garantizar la libre acción y ejercicio de los derechos de los ciudadanos;primer canciller de la República Federal Alemana (Colonia, 1876 - Rhöndorf, 1967). Abogado de Colonia, entró en la política de la mano del católico Partido del Centro Alemán. En 1917 llegó a ser alcalde de su ciudad, de manera que estaba al frente de la misma cuando estalló la revolución alemana de 1919,
Marginado de toda actuación pública por el nazismo y encarcelado varias veces, intervino en la preparación del golpe de Estado del 20 de julio de 1944, con el fin de derrocar el régimen hitleriano. Encarcelado por éste en los últimos meses de la guerra, fue al fin liberado y repuesto en la alcaldía de Colonia por los estadounidenses. Hacia el fin de la guerra, en 1945, Adenauer contaba con sesenta y nueve años,
Dictadura) es una forma de gobierno en la cual el poder se concentra en torno a la figura de un solo individuo (dictador), generalmente a través de la consolidación de un gobierno de facto, que se caracteriza por una ausencia de división de poderes, una propensión a ejercitar arbitrariamente el mando en beneficio de la minoría que la apoya, la inexistencia de consentimiento alguno por parte de los gobernados y la imposibilidad de que a través de un procedimiento institucionalizado la oposición llegue al poder.
En una dictadura, los líderes no se renuevan periódicamente por sufragio universal, libre, directo y secreto. De este modo, aunque el dictador alcance el poder en unas elecciones democráticas (como Adolf Hitler en la Alemania nazi) no transcurre mucho tiempo tras la elección antes de que el dictador prohíba todos los partidos políticos (salvo el suyo, si no se trata de una dictadura militar) e imposibilite así posteriores elecciones democráticas. Incluso puede suceder que por razones propagandísticas periódicamente se orquesten desde el poder votaciones manipuladas que otorguen una pátina democrática al gobierno y muestren el fervor popular que suscita entre la población.
La dictadura es una forma de gobierno autocrática, en la cual el poder se concentra en torno a la figura de un solo individuo (dictador),estableciéndose un gobierno de facto (de hecho o non de iure) que controla los poderes del estado y legitima su poder en base al dominio de la fuerza.
La reelección reeleccion presidencial concentra poderes, privilegios y voluntades políticas, afecta la existencia de los partidos y de las minorías políticas, radicaliza la sociedad civil,
La democracia cristiana, defiende el desarrollo humano integral, el fortalecimiento de las Instituciones del Estado Social de Derecho, el protagonismo de la Sociedad Civil y la
vigencia de una economía social de mercado. Como corriente ideológica, busca diferenciarse de la izquierda y de la derecha,
Una Dictadura todos los poderes se concentran en una persona o grupo de personas (generalmente pertenecientes al ejército o a un partido político). Los ciudadanos no participan del gobierno. En cuanto a sus leyes no reconoce los derechos humanos y vulneran los derechos fundamentales.
La dictadura es una forma de govierno que se caracteriza fundamentalmente por la falta de control democratico en la gestión pública.
La democracia, por su propia naturaleza, es un proceso caracterizado por una enorme diversidad. Tan diversa como grupos humanos puedan existir con diferentes circunstancias, necesidades y aspiraciones. Por el contrario, los regímenes absolutistas, autoritarios, teocráticos, totalitarios o dictatoriales adolecen a través de la historia del mismo patrón nefasto de centralización del poder bajo el disfraz de la unidad nacional. Contrastan los sistemas auténticamente democráticos, porque cuanto más lo son, mayor es su tendencia a la descentralización.
La democracia es un concepto básico que implica el consenso de los gobernados para otorgarle un mandato administrativo a sus gobernantes. Un mandato que, en una democracia auténtica, se modifica con las circunstancias cambiantes y evoluciona de conformidad con la voluntad de los gobernados. Una voluntad que surge del consenso nacional necesario para el mantenimiento de un estado de derecho, pero que se manifiesta mediante mecanismos de consulta popular en las cuestiones cotidianas que deben resolverse por decisión mayoritaria.
La Democrático y Pluralista, inspirado en el Humanismo Cristiano, que promueve el desarrollo humano integral, el fortalecimiento de las Instituciones del Estado Social de Derecho, el protagonismo de la Sociedad Civil y la vigencia de una economía solidaria; para esto buscamos el acceso al poder político como herramienta para la consecución del bien común, la equidad, la consolidación de la democracia y el ejercicio de la ética social, en una comunidad de personas libres e iguales en la diversidad.
Buscamos de la justicia social, las libertades democráticas y la necesidad de contribuir al país con cuadros dirigenciales formados académicamente con actitud ética y conocimiento al servicio del bien común.
Las dictaduras son ejercidas habitualmente (aunque no siempre) por militares (durante el siglo XX hay muchos ejemplos de ello: Adolfo Hitler en Alemania los Somoza en NIcaragua, Benito Mussolini en Italia, Francisco Franco en España, así como los innumerables ejemplos que se pueden encontrar en Latinoamérica, África y Asia durante la segunda mitad del siglo XX).
gobierno, actúan como que si el estado fuese su propiedad privada, regalando puestos de trabajo a sus hermanos, hijas, sobrinos, y otros familiares directos e indirectos en funciones de gran responsabilidad, incluídos puestos de asesores ministeriales, diplomáticos, representantes en el exterior, jefes militares, sin considerar para nada la falta de calificación o de competencia para ejercer digna y eficientemente dichos puestos.
Autoritarismo
Es el régimen que privilegia el aspecto del mando y menosprecian de un modo más o menos radical el del consenso, concentrando el poder político en un hombre o en un solo órgano y restando valor a las instituciones representativas: de ahí la reducción a la mínima expresión de la oposición y de la autonomía de los subsistemas políticos y la anulación o la sustancial eliminación de contenido de los procedimientos y de las instituciones destinadas a trasmitir la autoridad política.
En el lenguaje político común el término reelección tiene mayor uso cuando se aplica a la posible prolongación del titular del Poder Ejecutivo, o sea el Presidente de la República. A tal situación se le llama también continuismo, y en dicho caso, este último vocablo se emplea para señalar un mal político contrario al sistema democrático porque evita el desarrollo de una de sus virtudes como resulta ser la alternabilidad en el poder.
La Democracia Cristiana con posterioridad a la 2° Guerra Mundial. Como se sabe los partidos inspirados en esta doctrina resurgirán con gran vigor después de la última conflagración mundial, cumpliendo un importante papel en la consolidación de la democracia y el surgimiento de la comunidad europea. Su acción a favor del bienestar y la calidad de vida de la población no ha sido desdeñable, aún cuando evidentemente no hayan concretado en su totalidad los ideales y anhelos de la vieja democracia cristiana. También, y ello resulta explicable por las circunstancias históricas, sus planteos y acciones se encontrarán asímismo signados por su confrontación con los modelos del rígido colectivismo imperante por entonces en otros países del mundo.
El 14 de diciembre de 1989 Patricio Aylwin es elegido Presidente de la República. El 11 de marzo de 1990 recibió del general Pinochet la banda que lo convertía en el primer presidente democrático en 17 años y en el segundo demócrata-cristiano en la historia del país.
Tras la rebelión castrense, Aylwin continuó al frente del partido en la que ha sido una de las etapas más difíciles de la historia chilena. Fue cofundador y vicepresidente del Grupo de Estudios Constitucionales, que dio cobijo a los sectores democráticos del país contra la dictadura. En 1980 apoyó la campaña por el voto negativo en el referéndum de constitución convocado por el régimen. En 1989 se convirtió en portavoz de la coalición que forzó la convocatoria de las elecciones que pusieron fin al régimen militar y participó activamente en el proceso de reforma constitucional que guiaría, en los años posteriores y de forma pacífica, el camino a la democracia. En 1989 fue elegido Presidente, cargo que ocupó a principios de 1990.
La democracia cristiana constituye una corriente política contemporánea que intenta, a partir de una praxis religiosa, crear un sistema político que solucione los vacíos de los sistemas tradicionales y hegemónicos, En este marco, aseguró que la democracia cristiana se ofrece como una alternativa superadora, respecto a las opciones instaladas que provienen del pasado. La democracia es perfectible y que no cree que solo con obras exteriores al hombre pueda mejorarse la convivencia social y las condiciones de vida de los habitantes de la ciudad. Por ello nuestros propósitos se asientan sobre los siguientes ejes: subordinación de la política a la ética, promoción humana, participación y desarrollo integral,
La democracia Cristiana orgánica quedó así en el transfondo de las instituciones políticas en espera de mejores tiempos. Quizá algún día pueda prestar buenos servicios si se le asocia con la libertad política proveniente del pluralismo ideológico de una genuina democracia. La idea organicista, bien entendida, ha seguido inspirando diversos movimientos en la actualidad, en los que se pone de relieve la importancia y necesidad de la solidaridad humana en la vida social y política.
La Democracia Cristiana somos defensores del Estado de Derecho y la Democracia, en lo político, en lo social, en lo cultural y por ende en materia laboral. Estabilidad laboral para los obreros y campesinos, educadores, profesionales de la salud, hombres y mujeres entregados a una digna labor.
La Demócrata Cristiano sostiene como una de sus características esenciales un régimen social de libertad.
La libertad es una e indivisible: no hay libertad religiosa sin libertad política y no hay libertad política sin libertad económica. A cada derecho humano corresponde un deber y tiene que ser amparado por una libertad política que el Estado debe reconocer. Es a través de la libertad que el hombre debe alcanzar su bien individual; pero, es también con su buen uso que debe contribuir al bien común.
La Democracia Cristiana por principios está en contra de todo tipo de presiones políticas sobre los medios de comunicación y nunca apoyará medidas que establezcan un sistema jurídico que limite la libertad de expresión, afecte el derecho de informar,
Europa está haciendo una aportación considerable para que el mundo salga de la crisis, reconoce la inimitable luchadora la Democrata cristiana Ángela Merkel, que ha cogido una vez más el timón para acercar posiciones entre sus colegas. Europa es solo juntos, expresó en alguna ocasión. Caminar en la misma dirección es tan justo como preciso y máxime en tiempos de crisis, donde la ética social se la han merendado en más de una ocasión los pudientes. Ella si que genera confianza. No en vano es el secreto de su éxito. En su momento, defendió a capa y espada simplificar radicalmente el sistema fiscal alemán y que el Estado se abstuviese lo máximo posible de organizar la vida de los ciudadanos. Si acaso a los ciudadanos, lo que tienen que asegurarle los poderes públicos es la protección social, económica y jurídica de la familia.
Considero, pues, un aval que la Democrata cristiana Ángela Merkel convoque a la unidad europea frente a la crisis y frente a todo. Ella que tantas veces se ha declarado a favor de la Europa de la convivencia en pie de igualdad entre todos los Estados miembros, cualquiera que sea su tamaño.
Es interesante conocer el listado de las mujeres más poderosas del mundo porque además de ser una fuente de inspiración es una de las mejores maneras de reconocer el trabajo de la mujer en sectores en los que generalmente son los hombres quienes llevan la batuta.
Otras apreciaciones: Merkel es de religión luterana. Habla perfectamente inglés y ruso. La importante revista Forbes considera que Angela es la mujer más influyente y poderosa del mundo.
Su despacho está adornado con un retrato de la zarina Catalina la Grande.
Ha sido declarada la mujer más poderosa del mundo por la revista `Forbes´.
Desde luego es una suerte para los alemanes tener a esta señora como presidenta de un país que, ya de por si es rico.
Etimológicamente democracia; viene del griego demos (pueblo) y kratos (poder). Por lo tanto, debe ser el poder del pueblo. Su definición puede ser la forma de organización social y política donde cada individuo participa directa y libremente en todos los actos que benefician y fortalecen la sociedad. Dice Maritain que la tragedia de las democracias modernas consiste en que ellas mismas no han logrado aún realizar La Democracia.
El papel principal de la democracia debe ser ocupado por la Persona Humana. La primacía no es para el Estado, ni para el capital ni tampoco para el Mercado, como en otros sistemas. La democracia es también la fe de los derechos de cada persona, para desempeñarse en la vida social. Es la Persona Cívica, y esos derechos deben desarrollarse en la actividad económica, política y social.
La palabra Democracia, como la usan los pueblos modernos, tiene un sentido mucho más amplio que en los tratados clásicos de la ciencia gubernamental. Primero, y ante todo, designa una filosofía general de la vida humana y de la vida política, así como un estado de espíritu: No sólo el estado democrático viene de la inspiración evangélica, sino que no puede subsistir sin ella. La Iglesia Católica aclaró su posición al respecto en la Quadragesimo Anno, una encíclica hecho por el Papa Pío XI en 1931. Aunque hay muchas formas de democracia cristiana, generalmente están de acuerdo en ciertas materias. Su idea del Estado no corresponde a la de los liberales: debe ser descentralizado y estar compuesto de varios conjuntos, pero debe tener una capacidad indiscutible. Los democratacristianos creen que la sociedad debe ser responsable de la economía, pero no discuten los principios del capitalismo, creen que debe haber un capitalismo con rostro humano, lo que lo diferencia de la socialdemocracia. La democracia cristiana se parece más al socialismo cristiano en que cree que el deber del Estado es cuidar de sus ciudadanos.
La Democracia Cristiana somos defensores del Estado de Derecho y la Democracia, en lo político, en lo social, en lo cultural y por ende en materia laboral. Estabilidad laboral para los obreros y campesinos, educadores, profesionales de la salud, hombres y mujeres entregados a una digna labor.
La Demócrata Cristiano sostiene como una de sus características esenciales un régimen social de libertad.
La libertad es una e indivisible: no hay libertad religiosa sin libertad política y no hay libertad política sin libertad económica. A cada derecho humano corresponde un deber y tiene que ser amparado por una libertad política que el Estado debe reconocer. Es a través de la libertad que el hombre debe alcanzar su bien individual; pero, es también con su buen uso que debe contribuir al bien común.
La Democracia Cristiana por principios está en contra de todo tipo de presiones políticas sobre los medios de comunicación y nunca apoyará medidas que establezcan un sistema jurídico que limite la libertad de expresión, afecte el derecho de informar,
Demócratas o Demócratas Cristianos. La democracia-cristiana acepta como legítimo el sentimiento nacional y el patriotismo. Lo que no es aceptable para un demócrata-cristiano es el creer que no existen otras asociaciones diferentes que deben tomarse en cuenta dentro del contexto universal. Existe una comunidad de naciones que está unida por vínculos de solidaridad y de justicia social internacional. Para la democracia cristiana el desarrollo actual de la técnica, los problemas económicos y sociales no podrán resolverse si antes no se realiza un proceso de integración en un ente internacional o supra- nacional. La democracia cristiana considera igualmente el que las naciones deben integrarse en tres procesos diferentes: una integración económica, una social y cultural y, de ser posible, una integración política. Los principios fundamentales de la filosofía cristiana están inspirados por una concepción cristiana del mundo. Estos principios se encuentran por encima de la política y según algunos políticos, estos son metapolíticos y pueden enunciarse de la siguiente manera: a. La dignidad de la persona humana. b. La primacía del bien común. c. La perfectibilidad de la sociedad civil. Estos principios corresponden a una concepción filosófica del mundo y del hombre elaborado por el pensamiento cristiano.
El primer principio clásico es el de la dignidad de la persona humana, que proporciona el fundamento para los derechos humanos. Para pensar correctamente sobre la sociedad, la política, la economía y la cultura uno debe primero entender qué es el ser humano y cuál es su verdadero bien. Cada persona, creada a imagen y semejanza de Dios, tiene una dignidad inalienable y, por tanto, debe ser tratada siempre como un fin y no sólo como un medio.
El derecho que los ciudadanos pueden tener a ciertas condiciones y oportunidades como integrantes de una sociedad y al formar parte de una nación, no es algo dado, ni en forma invariable, ni en forma definitiva. Ese derecho no se presenta como algo evidente que no requiera justificación. Ha sido necesario, a lo largo de la historia, a través de la reflexión y como resultado de luchas y de negociaciones, ir clarificando y definiendo el contenido de esos derechos de ciudadanía social y su consiguiente fundamentación.
La democracia participativa auténtica no es más que un medio político que exige una capacidad de intervención directa y eficaz de cada ciudadano, estructurada por un estado de derecho, en el proceso de tomar decisiones en todos los niveles de la vida pública. Jacques Maritain, un filósofo francés que fue precursor de la ideología política demócrata cristiana, sentó muchas de las bases conceptuales y filosóficas del mecanismo político participativo hacia el que derivamos en la actualidad en obras muy pertinentes, como fueron El Hombre y el Estado y Humanismo Integral.
El cristianismo plantea que, antes de establecer un modelo de sociedad democrática como la quiere y la desea la mayoría del pueblo, es necesaria una conversión del hombre en lo social, en lo político, en lo económico y en lo espiritual. Es preciso que ese cambio lo haga capaz de innovar, empezando por sí mismo. El hombre nuevo exigirá una nueva sociedad, y el cristianismo puede ofrecer ese nuevo sistema democrático.
Esto quiere decir que la democracia participativa no apunta tampoco a una oclocracia de las masas gobernando a golpes del capricho popular. No es así, porque estas oclocracias entronizan tarde o temprano a un líder mesiánico que acaba asumiendo facultades de dictador. Por eso hay que insistir en el consenso nacional indispensable en materia jurídica y constitucional que desarrolle a plenitud la aplicación y el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales internacionalmente reconocidas. Sin ese requisito, la participación puede convertirse en una odiosa dictadura de las mayorías, que siempre evoluciona fatalmente hacia la oligarquía totalitaria y minoritaria.
Hay que insistir también en que es obligación indispensable de los gobernantes, en el proceso de administrar los mandatos de su pueblo, gestionar el bienestar y la felicidad de los ciudadanos del país, la provincia, el municipio o la ciudad o pueblo a su cargo. No hay pretextos válidos para justificar el fracaso de esta gestión, porque esa es la única razón de ser de los gobernantes.
Hay así multiples adjetivos de la democracia, si se toman en cuenta sus diversas formas de realización.Pero, en el fondo, hay que luchar por una democracia auténtica, por una democracia Lo importante es que los pueblos sepan vivir con libertad, dignidad y justicia. Y que sepan defender los valores democráticos hay que distinguir, ante todo, entre la democracia formal y la democracia real.
Dentro de la democracia, quienes tienen el beneplácito, para ostentar los cargos públicos, son los integrantes de los poderes políticos. Es así, como los partidos políticos, son quienes potencian y fortalecen a la democracia. Por medio de su actuar y la alimentación de participantes, quienes escogerán por medio de las distintas elecciones, los cargos de los poderes ejecutivos y legislativos, en la mayoría de las naciones democráticas. Aún cuando, en algunas de ellas, la ciudadanía, también puede escoger a ciertos integrantes del poder judicial.
Es así, como la separación de los poderes del Estado, es uno de los pilares fundamentales de toda democracia. Cada uno de ellos es independiente y existe un control constante de uno sobre el otro. Aquello redunda en un control sobre el actuar de los mismos y evitar casos de corrupción o ilegalidades de los mismos; lamentablemente, en algunos casos estos poderes se coluden y la corrupción se hace generalizada, como aún vemos en algunos países, sobretodo en aquellos que se encuentran en vías de desarro
La democracia, por su propia naturaleza, es un proceso caracterizado por una enorme diversidad. Tan diversa como grupos humanos puedan existir con diferentes circunstancias, necesidades y aspiraciones. Por el contrario, los regímenes absolutistas, autoritarios, teocráticos, totalitarios o dictatoriales adolecen a través de la historia del mismo patrón nefasto de centralización del poder bajo el disfraz de la unidad nacional. Contrastan los sistemas auténticamente democráticos,
Una definición sencilla de democracia sería: un sistema de gobierno en el cual el pueblo elige a sus dirigentes a intervalos regulares a través de elecciones libres e imparciales. Otros mantienen que el término democracia es mucho más complejo y que engloba principios que protegen las libertades y derechos humanos y el estado de derecho.
Puede que la democracia no sea perfecta, pero no existe mejor alternativa. La democracia garantiza derechos que a menudo no existen en otras formas de gobierno, entre los que cabe destacar la libertad de expresión, la libertad de reunión y la igualdad de protecciones ante la ley.
El gobierno democrático también conlleva determinadas ventajas, por ejemplo, estimula la participación, el desarrollo humano y la igualdad política. Además, es más probable que en los países democráticos haya paz y prosperidad.
Las democracias no pueden considerarse resultados de una decisión democrática (como pretenden, en el fondo, las teorías del pacto social). La sociedad que se constituye como democracia debe estar ya constituida anteriormente como sociedad; y en su origen, una sociedad humana
A pesar de todas estas críticas, mucha gente arguye que la democracia representativa es el mejor sistema de gobierno posible, o al menos el más viable de todos los conocidos o practicados.
Una auténtica democracia no es sólo el resultado de un respeto formal de las reglas sino que es fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos como son la dignidad de toda persona humana, el respeto a los derechos del hombre o la asunción del bien común como fin y criterio regulador de la vida política.Algunos críticos de la democracia representativa argumentan que la existencia de los partidos políticos hace que los representantes sean forzados a seguir las líneas ideológicas, así como intereses específicos de su partido, en lugar de actuar según su propia voluntad o la de los electores. Aunque por otra parte se puede pensar, y suele argumentarse que los electores han expresado ya su voluntad en las elecciones, votando por un programa electoral que después se espera que los representantes cumplan,
El sistema democrático se funda en las libertades y derechos individuales; por lo tanto sus instituciones no deben tener otro objeto que garantizar, satisfacer aquellas libertades y derechos, cuya satisfacción es un deber para la sociedad; gobernando lo menos posible, en el sentido que hoy se da a esta palabra, a fin de que la acción del Gobierno no sirva de obstáculo a la iniciativa individual. La ley no debe tener otro objeto que garantizar la libre acción y ejercicio de los derechos de los ciudadanos;
El sistema democrático hace referencia a que las grandes decisiones políticas se tomen de acuerdo con la mayoría de los ciudadanos. Comoquiera que la vida política y administrativa exige numerosas decisiones, la mayoría urgente, la única manera de lograr un sistema democrático es un procedimiento que, en plazos razonables, obligue a los gobernantes a someterse a la posibilidad de un cambio por otro equipo alternativo. Obsérvese que en ese momento el equipo dirigente puede ser confirmado e incluso obtener perdón o indemnidad de sus errores, si ofrece un saldo razonable y credibilidad para el futuro.
Volviendo al punto de partida, sociedad abierta y sistema democrático son temas serios y complejos. Sólo funcionan dentro del orden y la paz, del mutuo respeto, de la buena educación, de lo que nos separa de la barbarie. No florecen en medio del griterío de la demagogia, de la pillería; son consecuencia de la seriedad, de la madurez, del civismo, de la responsabilidad, de la tolerancia, del sentido común. La guinda de todo ello es la moderación y un sistema político serio, basado en el equilibrio y en el deseo mayoritario de seguir adelante, sin exageraciones ni griterío
El Sistema Democrático, conlleva además de elecciones libres y transparentes, el respeto a las atribuciones y competencias de todos y cada uno de los Órganos del Estado, porque la predominancia de uno de ellos con el sometimiento de los demás, degrada el Estado de Derecho y como consecuencia se produce un retroceso en la consolidación de la democracia.
Es oportuno señalar que todos debemos obediencia a nuestra Constitución, en su letra y espíritu, de manera integral, que sólo bajo el imperio de la Ley contribuiremos al fortalecimiento de nuestra democracia, por lo cual cada Órgano o Institución del Estado debe asumir sus responsabilidades para permitir la existencia de contrapesos que derivan de la división de poderes, y sólo de esa forma, fortaleceremos el sistema democrático.
El hecho de que la voluntad de la mayoría pase por voluntad de la totalidad no significa que el poder de la mayoría este exento de limitaciones. La primera limitación que soporta es el respeto a la minoría, respeto que es un supuesto legal y moral del sistema democrático. De otro modo, este implantaría la tiranía de la mitad mas uno sobre la mitad menos uno. Además no hay que olvidar, que la entidad dentro de la cual se desarrolla la regla de la mayoría, ha surgido precisamente para garantizar los derechos de los asociados.
la Democracia Cristiana es considerada de derecha en asuntos sociales, morales y culturales. La Democracia Cristiana se ofrece como una alternativa superadora, respecto a las opciones instaladas que provienen del pasado.
Ronald Reagan una vez dijo de él:
"El presidente Balaguer ha sido una fuerza impulsora en todo el desarrollo democrático de su país. En 1966 llevó el retorno de la democracia a la República Dominicana después de años de incertidumbre política y agitación. En efecto, él es, en muchos sentidos, el padre de la democracia dominicana" y Jimmy Carter, lo felicitó diciendo "El presidente Balaguer ha sido un ejemplo para todos los líderes en esta nación y su gente, que lejos de un gobierno totalitario lleva al país cada vez más la democracia".
Balaguer también limitó los empréstitos gubernamentales a obras de primera prioridad, realizando grandes inversiones de bien social solo con fondos internos. Inicio la construcción de las primeras presas hidroeléctricas de envergadura del país, como la de Tavera y la de Valdesia, prioritarias para el control de inundaciones, canalización de las aguas de riego, y utilización del agua para acueductos y producción de energía eléctrica. También financió al sector privado para la instalación de la primera gran industria metarulgica del país, Metaldom, y nacionalizó La Rosario Dominicana, aprovechando los buenos dividendos producidos por la explotación del oro.
Toda esta política de inversiones, unida a una acertada orientación económica y a los favorables precios de la Azúcar y el Café en los mercados internacionales, trajeron un periodo de crecimiento ininterrumpido en los que prácticamente se cuadruplico el PIB de la República Dominicana, llegando a tener a principios de la década de los setenta varios años consecutivos con crecimientos del PIB por encima del 10%, incluyendo el pico alcanzado en 1973, de un crecimiento anual del PIB de un 12.9%, siendo el mayor crecimiento registrado por el Banco Central hasta nuestros días.
Joaquín Balaguer murió de insuficiencia cardíaca en Santo Domingo el 14 de julio de 2002 a la edad de 95 años.
Mantuvo una relativa estabilidad política y económica en el país por muchos años, centralizó todas las decisiones gubernamentales y lanzó programas masivos de construcción de carreteras, puentes, hidroeléctricas y monumentos, con la intención clara de que su impronta personal quedara marcada en piedra.
Por su condición de gran líder histórico de la democracia dominicana,
Cuales son las características para identificarla? Es simple. La vas a reconocer, cuando el gobierno de tu país te obligue a realizar actos o acciones que no estén de acuerdo con tu ideología. Cuando debas beber y comer lo que el dictador decida que debes beber y comer. Sobre los derechos humanos violentados en cualquier dictadura, diríamos que el derecho a la libertad, el derecho al sufragio o voto, derecho a la libre expresión, derecho a la participación política, en casos de toque de queda se violenta el derecho al tránsito y depende de la gravedad del asunto se violentaría el derecho fundamental a la vida! Las Naciones Unidas tienen el compromiso de apoyar, fomentar y proteger los derechos humanos de todas las personas. Este compromiso tiene su origen en la Carta de las Naciones Unidas, que reafirma la fe de los pueblos del mundo en los derechos humanos fundamentales y en la dignidad y el valor de la persona humana.
Esta apretada síntesis histórica es únicamente para prevenir a nuestro pueblo de lo nefasto que resultan las dictaduras.
ABEL REYES TELLEZ
PRESIDENTE NACIONAL
PARTIDO SOCIAL CRISTIANO NICARAGUENSE PSC
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MANAGUA NICARAGUA
ABEL REYES TELLEZ -
No quiero que Alemania se convierta en el único país del mundo en el que los judíos no puedan practicar sus ritos, manifestó la canciller con respecto a la polémica que surgió luego de que el Tribunal de Colonia decidiera prohibir la circuncisión con motivos religiosos.
Tanto su portavoz como el Ministerio de J
ustici
a afirmaron que el gobierno alemán no comparte la postura del tribunal de Colonia, que calificó a la circuncisión como agresión física al niño sin contar con su voluntad. Además, la consideraron lesión física ilegal y sancionable.
La sentencia se originó luego de que la fiscalía de Colonia decidiera enjuiciar a un médico generalista por practicarle la circuncisión a un chico de cinco años por pedido de sus padres musulmanes. Días después de la intervención, el niño tuvo que ser atendido de urgencia porque estaba sangrando.
Los representantes de las comunidades católicas, judías y musulmanes del país germano expresaron su rechazo a la sentencia por juzgarla un ataque a la libertad religiosa. Asimismo, el embajador de Israel en Alemania, Andreas Michaelis, aseguró que impulsará una ley para que la práctica sea autorizada en todo el país.
ABEL REYES TELLEZ
PRESIDENTE NACIONAL
PARTIDO SOCIAL CRISTIANO
NICARAGUENSE.{PSC}
ESCRITOR
ABEL REYES TELLEZ -
La Democracia Cristiana es una idiologia Politica que nace como
respuesta de las grandes iniquidades de mediados del siglo pasado al
amparo de la visión renovada de la Iglesia Catolica. Es un partido que
defiende los derechos humanos, la libertad de expresión y la
profundización de la democracia.
La Democracia Cristiana por principios está en contra de todo tipo de
presiones políticas sobre los medios de comunicación y nunca apoyará
medidas que establezcan un sistema jurídico que limite la libertad de
expresión, afecte el derecho de informar, promueva la autocensura y
restrinja el derecho de ser informados.
La posición de la Democracia Cristiana es la libertad de prensa.
Por estas mismas razones, el derecho a la libre expresión es uno de
los más amenazados, tanto por gobiernos represores que quieren impedir
cambios, como por personas individuales que quieren imponer su ideología
o valores personales, callando los otros.
La lucha por la libertad de expresión nos corresponde a todos, ya que
es la lucha por la libertad de expresar nuestro propio individualismo.
Respetar la libertad de los demás a decir cualquier cosa, por más
ofensiva que la consideremos, es respetar nuestra propia libertad de
palabra.
El la Democracia cristiana derecho a la libre expresión es uno de
los más fundamentales, ya que es esencial a la lucha para el respeto y
promoción de todos los derechos humanos. Sin la habilidad de opinar
librememte, de denunciar injusticias y clamar cambios - el hombre está
condenado a la opresión.
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de
expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y
difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de
fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística,
o por cualquier otro procedimiento de su elección y gusto.
La libertad de expresión y el derecho a la información, y numerosa
legislación comparada, destinados a garantizar el pluralismo y la
diversidad informativa. Sostiene también la legitimidad de los límites
legales a la concentración de la propiedad de los medios, de las
restricciones a la conformación de redes permanentes de programación, y
de la fijación de pisos mínimos de producción local e independiente.
El derecho a la libertad de expresión protege los derechos de toda
persona a expresar libremente sus opiniones y puntos de vista. Es,
esencialmente, un derecho que debe promoverse al máximo posible debido
al papel decisivo que juega sobre la democracia y la participación
pública en la vida política. Pueden existir ciertas formas extremas de
expresión que necesitan ser acotadas para la protección de otros
derechos humanos. Limitar la libertad de expresión en tales situaciones
resulta siempre un buen acto de ponderación. Una forma particular de
expresión que está prohibida en algunos países es la apología del odio.
La libertad de expresión. Se utiliza una diversidad de leyes para
restringir la expresión legítima de la opinión y la disidencia. Algunas
personas siguen enfrentándose a procesamientos penales infundados, así
como a acoso e intimidación por parte de agentes de policía y de la
seguridad del Estado, por expresar y difundir información u opiniones
críticas con el gobierno. Las restricciones ilegítimas de la libertad de
expresión se ven sustentadas por otras restricciones de los derechos
humanos, como el derecho a la libertad de asociación, reunión pacífica y
circulación. Las autoridades utilizan frecuentemente la detención
arbitraria, los interrogatorios y advertencias en estaciones de policía y
otras formas de detención temporal para intimidar a quienes critican el
sistema estatal imperante. El efecto acumulativo de esas prácticas ha
sido la creación de un clima de temor en la sociedad
Este derecho es importante para el desarrollo personal y la dignidad
de cada persona, y es fundamental para el disfrute de otros derechos
humanos. La libertad de expresión ha sido siempre parte esencial .
Los Gobiernos han utilizado históricamente la seguridad nacional
como excusa para acallar la oposición política y las críticas. En los
últimos años se han invocado tanto el temor al "terrorismo" como la
seguridad para justificar un aumento de la represión de las personas y
los grupos que ejercen su derecho a la libertad de expresión.
Por otra parte, existen otros derechos y libertades ( o "derechos a
la libertad ejemplo: derecho a la libertad de reunión, manifestación,
ejercicio de cultos, etc) conjuntamente con el derecho a la libertad de
expresión. Así el derecho a la libertad de expresión no es un derecho
absoluto ni ilimitado, como tampoco lo es ningún otro derecho o
libertad.
La censura informal se refiere a una variedad de actividades de los
oficiales públicos- que varían de las llamadas y amenazas telefónicas
hasta los ataques físicos- diseñadas para prevenir o sancionar la
publicación de material crítico. El derecho de los reporteros a proteger
sus fuentes es también importante para asegurar el libre flujo de
información en asuntos de interés público. Los mecanismos
internacionales y regionales de derechos humanos han afirmado que los
periodistas nunca deberán ser obligados a revelar sus fuentes excepto
bajo ciertas condiciones (Que sea necesario para una investigación
criminal o para la defensa de una apersona acusada de un delito penal;
se les ordena hacerlo por una corte, después de una oportunidad completa
de presentar su caso; 'necesario' implica que la información no puede
ser obtenida en otra instancia, que es de gran importancia y que el
interés público en su revelación pesa más que el daño a la libertad de
expresión por la revelación).
Otros ejemplos de 'censura estructural', por ejemplo el uso de
medidas económicas por parte del gobierno para controlar la información,
incluyen la asignación preferencial de la publicidad gubernamental, el
control gubernamental sobre las publicaciones, las redes de distribución
o la impresión de noticias, y un uso selectivo de los impuestos.
La libertad de expresión está consagrada como un derecho humano
fundamental y en un sistema de gobierno democrático debe ser promovido y
defendido por el gobierno y los gobernados.
La libertad de expresión es una de las libertades esenciales, de la
cual dependen muchas otras. Es la primera forma que una persona tiene
para comunicar una idea, promover un cambio político pacífico,
transmitir una información, buscar el acuerdo con otras personas. Debido
a esta función primordial que la libertad de expresión cumple en las
sociedades democráticas, la protección que se le otorga es, en líneas
generales, más generosa que respecto de otros derechos. Esta libertad
presenta un abanico de derivaciones: a) Libertad de expresar ideas u
opiniones; b) Libertad de informar sobre acontecimientos de la realidad;
c) Libertad de difundir dichas ideas, opiniones o informaciones a
través de la prensa; d) El derecho a exigir al gobierno información
sobre sus actos.
La libertad de expresión es esencial para posibilitar el
funcionamiento de la democracia y de la participación pública en la toma
de decisiones. Los ciudadanos no pueden ejercer su derecho al voto de
manera efectiva o participar en la toma pública de decisiones si no
cuentan con un libre acceso a la información y a las ideas, y si no
pueden expresar sus opiniones libremente. Por ende, la libertad de
expresión no sólo es importante para la dignidad individual, sino
también para la participación, la rendición de cuentas y la democracia.
Las violaciones a la libertad de expresión frecuentemente van de la mano
con otras violaciones; particularmente del derecho de libre asociación y
reunión.
La libertad de expresión es una de las libertades esenciales, de la
cual dependen muchas otras. Es la primera forma que una persona tiene
para comunicar una idea, promover un cambio político pacífico,
transmitir una información, buscar el acuerdo con otras personas. Debido
a esta función primordial que la libertad de expresión cumple en las
sociedades democráticas,
Debe ser, por lo tanto, muy apreciada en su justo valor la contribución
que la prensa, el cine, la radio, la televisión y los demás instrumentos
de comunicación social ofrecen para el incremento de la cultura, la
divulgación de las expresiones artísticas, la distensión de los ánimos,
el mutuo conocimiento y comprensión entre los pueblos,
Pero si bien la grandiosidad del fenómeno, que involucra ya a cada
uno de los individuos y a toda la comunidad humana, constituye un motivo
de admiración y de complacencia, sin embargo también ofrece motivos de
preocupación y de temores. En efecto, al mismo tiempo que estos
instrumentos, destinados por su naturaleza a difundir el pensamiento, la
palabra, la imagen, la información y la publicidad, influyen sobre la
opinión pública y, por consiguiente, sobre el modo de pensar y actuar de
los individuos y los grupos sociales, ejercen también una presión sobre
los espíritus que incide profundamente sobre la mentalidad y la
conciencia del hombre, incitado como está por múltiples y opuestas
solicitaciones y casi sumergido en ellas.
¿Quién puede ignorar los peligros y los daños que estos instrumentos,
aunque nobles, pueden acarrear a cada uno de los individuos y a la
sociedad, si no son utilizados por el hombre con sentido de
responsabilidad, con recta intención y de acuerdo con el orden moral
objetivo.
A quienes ejercen el periodismo, el Estado debe darles acceso a la información pública,
no cárcel.
ABEL REYES TELLEZ
PRESIDENTE NACIONAL
PARTIDO SOCIAL CRISTIANO NICARAGUENSE .PSC .
TEOLOGO ESCRITOR CRISTIANO.
E MAIL.PSCNICARAGUA@HOTMAIL.COM
ABEL REYES TELLEZ -
El cristianismo es el nombre con que es conocida la santa religión fundada por Jesús, que tuvo por cuna la ciudad de Jerusalén, en Judea, en tiempos del emperador Tiberio.
El cristianismo es el nombre bajo el que se agrupa a todos los cristianos. A través de más de 2.000 años de Historia, los cristianos nos hemos ido agrupando en familias más o menos bien avenidas, dependiendo del tiempo histórico. Hoy las relaciones entre las distintas familias son de hermandad
En los Evangelios, en las epístolas de San Pablo y en los escritos de los demás apóstoles es donde hemos de ir a buscar la esencia del Cristianismo. Y en tales documentos lo primero que salta a la vista es la dignidad superior, trascendental y divina de Jesucristo. Él es el Mesías
Es un intento de construir el socialismo desde el cristianismo. Existen diferentes versiones e interpretaciones de estas tendencias, dependiendo de la versión de cristianismo profesada y la afiliación o no a alguna iglesia cristiana.
Algunos aseguran que el socialismo cristiano proviene desde la misma época de Jesús, indicando que Jesús predicaba y practicaba la igualda
También Doctrina Social Cristiana es un conjunto de normas y principios referentes a la realidad social, política y económica de la humanidad basado en el Evangelio y en el Magisterio de la Iglesia Católica. El Compendio de la DSI y el Catecismo Católico la definen como un "cuerpo doctrinal renovado, que se va articulando a medida que la Iglesia en la plenitud de la Palabra revelada por Jesucristo y mediante la asistencia del Espiritusanto, lee los hechos según se desenvuelven en el curso de la historia
El objetivo de la doctrina social de la Iglesia no es sólo intelectual o cognitivo, sino también eminentemente práctico y personal. Debería cambiar nuestras vidas y ayudarnos a asumir nuestras propias responsabilidades con respecto al bien común, especialmente por lo que tiene ver con esa mayoría que está en necesidad.
Me propongo desarrollar esta breve presentación de la doctrina social de la Iglesia en tres partes: su definición, su naturaleza y sus fundamentos.
Según las palabras del magisterio, es la formulación exacta de los resultados de la cuidadosa meditación de las complejas realidades de la existencia humana, en sociedad, y en un contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición viva de la Iglesia.
Es un conjunto de principios, criterios y directrices de acción, con el objeto de interpretar las realidades sociales, culturales, económicas y políticas, determinando su conformidad o inconformidad con las enseñanzas del Evangelio sobre la persona humana y su vocación terrenal y trascendente.
El Nuevo Testamento hace un claro contraste entre la justicia que es por la Ley de Moisés, la justicia propia, y la justicia que es de Dios por la Fe de Jesucristo. Véanse, por ejemplo, los claros capítulos de san Pablo en Gálatas 3, Romanos 10 y Filipenses 3, entre otros. La fe en Jesucristo por la que se aplica la justificación de Dios, es también el medio por el que el cristiano se apropia de las provisiones espirituales de Dios en Cristo para la vida práctica e integral de todo cristiano, en lo individual y en lo corporativo.
Principios y valores fundamentales. La doctrina social adquiere sus principios básicos de la teología y la filosofía, con ayuda de las ciencias humanas y sociales que la complementan. Estos principios incluyen la dignidad de la persona humana, el bien común, la solidaridad, la participación, la propiedad privada, y el destino universal de los bienes. Los valores fundamentales incluyen la verdad, la libertad, la justicia, la caridad y la paz.
que camina con toda la humanidad y está sujeta, juntamente con el mundo, a la misma suerte terrena, pero que al mismo tiempo es « como fermento y como alma de la sociedad, que debe renovarse en Cristo y transformarse en familia de Dios
Pero NO debemos entender que el contraste neotestamentario entre justicia propia y justicia de Dios por la fe, significa abrirle las puertas a la herejía del Antinomianismo; según algunos, como dice San Pedro, malentendieron a Pablo y según se le acusaba injustamente. Por el contrario; es el mismo San Pablo el que claramente explica que el Régimen del Espíritu, bajo la gracia y en la Fe de Jesucristo, hace que poseamos la dinámica suficiente para el cumplimiento de la Ley; o más bien, de la justicia de la Ley, incluso de manera magnificada. De manera que podemos decir confiadamente que los cristianos somos instruidos en justicia y preparados para toda buena obra, individual o colectiva, personal, eclesial, social y hasta gubernamental, mediante el uso legítimo y espiritual de la Ley y de todo el Antiguo Testamento también. La Biblia entera pasa a ser reconocida como Palabra de Dios que tiene algo importante que decirnos hoy.
El primer principio clásico es el de la dignidad de la persona humana, que proporciona el fundamento para los derechos humanos. Para pensar correctamente sobre la sociedad, la política, la economía y la cultura uno debe primero entender qué es el ser humano y cuál es su verdadero bien. Cada persona, creada a imagen y semejanza de Dios, tiene una dignidad inalienable y, por tanto, debe ser tratada siempre como un fin y no sólo como un medio.
Por otra parte, el Nuevo Testamento, instruido por el Antiguo, nos enseña también el lugar y el papel que tiene el Estado en la sociedad secular como garante de la disuación contra el mal, de su prevención y castigo, y como promotor del bien. Corresponde, pues, al Cristianismo, dar ejemplo al Estado, enseñarle, e incluso participar plenamente en su institución, respecto también de este importante aspecto de la justicia social. El mal contra la justicia social debe ser tratado en la sociedad secular por el Estado. También es llamado el Estado a promover la justicia social. Un modelo macro-económico y socio-político de inspiración cristiana, no puede dejar de contar con la asertada y suficiente intervención estatal. El Estado debe aprender del Cristianismo, quien a su vez aprende de la Palabra misma de Dios qué cosas implica la práctica de la justicia social.
Cuando Jesús, usando la imagen del buen pastor, hablaba de la oveja perdida, nos enseñaba lo que Dios piensa del valor de la persona humana individual. El pastor deja a las 99 en el aprisco para buscar a la perdida. Dios no piensa en los seres humanos en masa, o en porcentajes, sino como individuos. Cada uno es precioso para él, irreemplazable.
De la Palabra de Dios nos llegan valores perennes que informan la correcta organización de la sociedad en base a la justicia que es fundamento de la paz y la prosperidad. No habrá prosperidad sin paz, ni paz sin justicia social. Dios no nos dejó abandonados ni desprotegidos en este planeta. Su Voluntad manifiesta ha sido el de la equidad en la posesión de la herencia planetaria, territorial y concomitante. La distribución equitativa, gratuita y por suerte de la tierra, según el censo de las familias, con aplicación de las figuras jurídicas del jubileo, el rescate, la remisión, la conservación ecológica, la estabilidad monetaria del siclo del Santuario y sus relaciones, de precios, de intercambios, de oportunidades, con intervención estatal, la erradicación de la usura, la organización de la justicia con participación popular, etc., son todos elementos básicos para la realización de la justicia social.
De ahí que la Iglesia no piense primero en términos de naciones, partidos políticos, tribus o grupos étnicos, sino más bien en la persona individual. La Iglesia, como Cristo, defiende la dignidad de cada individuo. Comprende la importancia del estado y de la sociedad en términos de servicio a las personas y a las familias, en vez de en sentido contrario. El estado, en particular, tiene el deber de proteger los derechos de las personas, derechos que no son concedidos por el estado sino por el Creador.
En la Palabra de Dios, NO son las fuerzas del mercado libre quienes deben determinar el valor. El valor, en la Biblia, proviene de la determinación divina, según el siclo del Santuario, la cual debe representar el Estado. Además, también nos informa la Palabra de Dios acerca de la preferencialidad en la resolución de las urgencias de los más necesitados primeramente. Dios establece el Trono sobre la justicia social. En el Nuevo Testamento, la atención de los más necesitados no es cuestión de mera misericordia paternalista, sino cuestión de justicia, de devolver los derechos a aquellos a quienes la estructura social se los ha arrebatado. La igualdad en este tiempo es también un valor del Nuevo Testamento. No todo depende del trabajo, sino también de la oportunidad, y mucho de la herencia. El Estado debe garantizar la equidad en la distribución de la herencia de Dios a los hombres, y la equidad de las oportunidades; a la vez que evita las prácticas monopólicas que tienden a fomentar la inequidad.
El objetivo de la doctrina social de la Iglesia no es sólo intelectual o cognitivo, sino también eminentemente práctico y personal. Debería cambiar nuestras vidas y ayudarnos a asumir nuestras propias responsabilidades con respecto al bien común, especialmente por lo que tiene ver con esa mayoría que está en necesidad.
La dimensión social, la doctrinal social, del Evangelio y de la doctrina cristiana
La participación política de un joven Social Cristiano debe ser diferente, y no por un hecho de marcar puramente la diferencia, sino porque creer en los valores social cristianos, nos exigen una manera distinta de actuar, ya que nuestros valores no se consumen en nuestra vida personal, son esencialmente una representación de una sociedad ideal, que día a día trabajamos para conseguir, porque creemos efectivamente que representa lo mejor para la sociedad. Desde esta posición, el actuar de un joven Social Cristiano en política, primero que todo debe ser Honesta, la verdad por delante en la vida partidaria y en la gestión política-social, Fraterna, porque es importante los afectos, esto no se construye con proyectos personales, y así otra característica es la Comunidad, ser Cristiano y Social Cristiano, es ser parte de una gran familia, de una familia de amigos, de esas que tu eliges.
La solidaridad debe captarse, ante todo, en su valor de principio social ordenador de las instituciones, según el cual las « estructuras de pecado », que dominan las relaciones entre las personas y los pueblos, deben ser superadas y transformadas en estructuras de solidaridad, mediante la creación o la oportuna modificación de leyes, reglas de mercado, ordenamientos. La solidaridad es también una verdadera y propia virtud moral, no « un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos ». La solidaridad se eleva al rango de virtud social fundamental, ya que se coloca en la dimensión de la justicia, virtud orientada por excelencia al bien común, y en « la entrega por el bien del prójimo, que está dispuesto a "perderse", en sentido evangélico,
ABEL REYES TELLEZ
PRESIDENTE NACIONAL
PARTIDO SOCIAL CRISTIANO NICARAGUENSE . P S C
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