Oda a Mercedes Sosa y su Canto
Por *José Salvador Cárcamo
Época de dictadura no podíamos escuchar en Chile, gracias a la vida, volver a los 17, y en Argentina estaba prohibida en los multimedios, Discépolo con su cambalache junto con el rock nacional. El Mercurio de Chile, la Nación y Clarín, de Argentina, lo censuraban con sus multimedios, era subversivo. Mientras en Chile otro diario Clarín era censurado y cerrado, el de Argentina hacía negocios con los genocidas y era su vocero junto con la Nación.
Querida Mercedes Sosa, le damos gracias a la vida por escuchar a Violeta en tu garganta y solo le pido a dios que esa lunita tucumana nos siga acompañando. Porque hoy no podemos ser indiferentes, porque no es necesario volver a los 17 para seguir soñando en que esa hermosa palabra que se llama libertad no la podrán hacer callar.
Porque aunque pase el tiempo y nos vayamos poniendo viejos y esa pequeña huella no vuelva más con ese canto de caracolas marinas en ese lado oscuro del mar, hoy te cantamos todos agitando pañuelos con guitarras, bombos y violines, viendo tu hermoso perfil.
Te vas, es cierto, diciendo adiós, bailando la zamba de ayer, caminando a tu rancho y escuchando nuestro pecho agitar. ¡Si! Porque fuiste el fuego con tu voz en la oscuridad, de la tierra madre y de esa antigua raza que ha sido por más de 500 años sometida, defendiendo a la Pachamama que no es superficial, que es profunda con ese pasto y ese rebaño que hoy algunos quieren masacrar y acabar con su biodiversidad.
Atahualpa, que un día de octubre viajabas en un colectivo sesenta, hoy recibirás a Mercedes, caminando esos caminos y valles de la cintura cósmica del sur y cantaran con Violeta en este día que la vio nacer y en el que Mercedes vuela hacia la eternidad con su escolta de azahares.
*Catedrático de la Universidad de Buenos Aires. Titular de la Catedra abierta Salvador Allende en la UBA. Economista y Profesor Regular Asociado de la Universidad de Buenos Aires
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