El legado de Bachelet para los niños
EDITORIAL
El legado de Bachelet para los niños
El fundamento de Chile Crece Contigo es que la temprana infancia es clave para el desarrollo intelectual y valórico de las personas. La aprobación de la ley es una garantía de continuidad de este programa, que atenderá a 750 mil menores de familias vulnerables y a 200 mil mujeres embarazadas.
La celebración del Día del Niño, ayer domingo, estuvo marcada por la imagen de dos infantes que hicieron noticia en la semana: Cristóbal C.M., alias el "Cisarro", el menor de 10 años detenido, liberado y vuelto a detener; y Francisca Silva, la pequeña de seis años asesinada en Valparaíso.
Se trata de dos casos dramáticos que nos hacen pensar cuán protegidos están nuestros niños. Y la mejor respuesta la dio el Congreso Nacional, en una decisión que tuvo mucho menos cobertura que las noticias policiales señaladas: la aprobación del proyecto que convierte en ley el programa Chile Crece Contigo.
La iniciativa impulsada por la Presidenta Michelle Bachelet busca entregar a todos los chilenos igualdad de derechos desde la cuna. Así, el programa asegura condiciones básicas de alimentación, salud, lactancia y educación para todos los menores, desde que están en el vientre de la madre hasta los cuatro años.
La lógica con que se ha construido este programa es que el Estado tiene que garantizar a todos los chilenos las condiciones necesarias para desarrollarse como personas íntegras. No sólo debe haber alimentación, salud y educación, sino también afecto.
El fundamento de Chile Crece Contigo es que la temprana infancia es clave para el desarrollo intelectual y valórico de las personas. La aprobación de la ley es una garantía de continuidad de este programa, que atenderá a 750 mil menores de familias vulnerables y a 200 mil mujeres embarazadas.
Por otra parte, Chile Solidario atiende ya a 387 mil familias vulnerables, a través del programa Puente, y a otras 14 mil personas en los programas Vínculo, Calle y Abriendo Caminos. Justamente, este último beneficia a niños cuyos padres están en la cárcel.
El silencioso esfuerzo que se hace en estos planes no tiene la notoriedad pública de los dramas de la delincuencia infantil o del asesinato de una niñita. Sin embargo, garantizan que en 20 años más se estarán integrando a la sociedad personas más felices, dispuestas a contribuir al crecimiento económico del país y a la felicidad de familias bien constituidas.
El legado de la Presidenta Bachelet va mucho más allá que las realizaciones de los últimos cuatro años. Se proyectará a las generaciones futuras, tal como lo fue alguna vez el programa del medio litro de leche durante el gobierno de Salvador Allende, que contribuyó de manera decisiva a la nutrición de los niños chilenos de los años setenta: los adultos que hoy construyen el futuro del país.
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