Adolfo es mi copiloto
Domingo 26 de abril de 2009
Por Gonzalo León / La Nación
Acompañando al senador Zaldívar en su campaña presidencial
Hoy se proclama el ex presidente de la DC como candidato a la Presidencia de Chile, pero los rayados, los dípticos y su campaña en terreno ya se desplegaron. León lo siguió a un programa de TV, a una reunión con los dueños de micros que quedaron fuera del Transantiago, a una feria libre en La Bandera, todo arriba de su Volvo gris, hablando de su pasión: la historia.
El senador Adolfo Zaldívar se ha dado varias vueltas. A fines de los ochenta levantó la voz para que la Democracia Cristiana (DC) se inscribiera en los registros electorales, pero a la vez abogó por el "camino propio", vale decir sin alianzas con nadie, tal como lo hiciera Eduardo Frei Montalva. Pero hoy ese "camino propio" es bastante solitario, ya que no está en el partido que lo vio nacer ni tampoco en el Partido Regionalista de los Independientes (PRI), del que en un principio optó por emigrar. Como él mismo se encarga de aclarar:
- El PRI es negocio de Jaime Mulet. Yo soy independiente.
Pero claro, esto el senador me lo dirá en unos minutos más. Por el momento lo aguardo en el estudio de televisión de la Universidad Arcis. Aquí Adolfo Zaldívar grabará un capítulo más de su trayectoria política: el lanzamiento de su candidatura presidencial. Las cámaras no serán las del Congreso Nacional, sino las de la Televisión Nacional Evangélica (TNE), más específicamente las del programa "Punto de prensa", que conduce Cristián Nieto. Pero ahora Cristián está maquillándose, así es que sólo observo trabajar al pequeño equipo del programa: un joven director con pelo estilo choco panda, un camarógrafo, un tramoya y un productor-maquillador-camarógrafo.
-David, ¿van a aplicar mineral o natural? pregunta el productor-maquillador-camarógrafo al director.
-No sé, si el Nieto compra mineral, será mineral.
-Entonces natural nomás.
Salgo del set y me topo cara a cara con el conductor del programa. A primera vista parece un sujeto elegante: terno gris, corbata roja y un reloj Rolex que será admirado por el senador Zaldívar.
-Permíteme presentarme dice Cristián, extendiendo una tarjeta , trabajo con el ex rector Luis Riveros en la agencia acreditadora Akredita.
-Observo la tarjeta y leo que además es gerente comercial de TNE.
-Te pediría eso sí que me trataras de "tú" agrega , porque aún soy joven, juego a la pelota y hago el amor dos veces al día con mi señora.
Después me cuenta que también es asesor del pastor Emiliano Soto, quien se ha visto en una polémica con el Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh), en especial con Rolando "Milk" Jiménez.
-Ahora, me gustaría aclararte que el pastor Soto y yo no somos de la misma corriente. Él es pentecostal y yo bautista. ¿Sabes la diferencia? Bueno, los pentecostales levantan las manos y tocan guitarras en las ceremonias religiosas y los bautistas Bueno, Barack Obama es bautista.
Afortunadamente en este momento hace su aparición el senador. Viene acompañado por Serafín, su chofer.
-Hola dice, estrechando mi mano y algo confundido , perdón por el retraso, pero pensé que era el 15 y no hoy.
Le explico al senador Zaldívar que no soy el conductor del programa, pero él vuelve a estrechar mi mano, como todo un candidato a la Presidencia, y luego saluda a todos los que están afuera del estudio, para finalmente ponerse a hablar por teléfono:
-Como te digo, el monto es de ciento cincuenta millones
Al colgar, le consulta a Cristián si el canal tiene bastante sintonía.
-De hecho, es el canal chileno que marca más en cable, porque el mundo evangélico es de tres millones de "lectores" -responde Cristián juntando las solapas de su terno gris.
Adentro, las cosas no cambiarán mucho: Adolfo será gentil con el conductor, dirá lo que quiere escuchar el mundo evangélico, contará anécdotas de su pasado de atleta, porque aclaremos él perteneció a la mejor generación de atletas de carreras cortas que ha existido en Chile, con Iván Moreno y él coronándose campeones en Rosario, pero además hablará contra el aborto terapéutico y contra la homosexualidad.
El Transantiago de Adolfo Hoy, a diferencia de ayer, será un día agitado para el senador Zaldívar. Por el momento, y al igual que ayer, espero afuera del edificio donde se encuentra la Asociación Gremial del Transporte de Pasajeros. El sector lo conozco, porque hasta hace unos meses mi ex mujer, F., vivía por aquí. De hecho, ayer estaba a unas cuadras de acá, por lo que imagino que la vida intenta decirme algo bueno la vida o Adolfo Zaldívar.
Es temprano y afuera cinco personas hacen lo mismo que yo. Curioso esto del senador de hacerse esperar como minita rica. Pienso entonces que a lo mejor el senador se siente la minita que todos codiciarán en diciembre. Sólo así se explica uno de los eslóganes de su campaña: "¡Dale una segunda vuelta!". Las cinco personas me cuentan que son de la Coordinadora de Dueños de Buses (Codebus).
-Somos la gente que se arruinó con el Transantiago -anuncia una de esas personas, que se presenta como Ulises Urzúa, asesor político del alcalde de Cerro Navia, relacionador público de Codebus y locutor de Radio El Cerro-. Once de los nuestros se han suicidado: seis de un balazo, cinco colgados. El Gobierno nos dejó a un lado y el senador Zaldívar ha sido el único que nos ha escuchado. Pero si quieres te presento al resto: aquí tienes a Armando Huerta y a Cristián Marinakis, el delfín de don Demetrio.
El resto ríe, salvo Armando Huerta, uno de esos instigadores del bloqueo de calles de Santiago en 2002 junto a Manuel Navarrete y Demetrio Marinakis. De pronto arriba Adolfo Zaldívar. Esta vez desciende de su Volvo gris escoltado por Pamela, su encargada de prensa metropolitana. Al acercarse al grupo va directo a Armando Huerta y le estrecha la mano, saludándolo por su nombre. Enseguida hace lo mismo con el resto y finalmente me toma del hombro e intenta aclarar algo que le comenté ayer.
-No es preciso lo que me dijiste.
El senador trata de explicar por qué en su Facebook tiene como personaje político que más admira a Adolfo Zaldívar, o sea a él mismo.
-Lo que sucede es que esa página no la hago yo, la hace un chico de Coyhaique, muy valioso.
-Pero aparte de eso sale que, entre sus amigos está Julio Dittborn.
-Mi mejor amigo es Jorge Garay -aclara y enfila hacia el ascensor.
Antes que suba al ascensor, alcanzo a preguntarle por otras figuras políticas que, según su Facebook, él supuestamente admira.
-¿Es verdad lo que se dice de Mariano Rajoy, el líder del Partido Popular?
-¿Qué cosa?
-Que es gay.
-Ah, yo no me meto en esas cosas.
Intento decirle que él ayer habló de homosexualidad, pero el ascensor con los dirigentes que se quedaron abajo de la micro parte.
Minutos más tarde llegaré al séptimo piso del edificio y veré todo un salón repleto de dueños de micros. El salón estará decorado con letreros de micros amarillas con las siguientes leyendas: "Navarrete. ¡Devuelve lo que nos robaste!", "Sra. Presidenta, los pequeños microbuseros también somos chilenos", " HYPERLINK "http://www.transdespojo.com" www.transdespojo.com". Y debajo del podio, donde estará el senador y los dirigentes que se quedaron debajo de la micro, un ataúd amarillo y blanco.
-Basta verles las caras para saber que han vivido las sietes plagas de Egipto -dirá Adolfo Zaldívar-. Yo de muy chico fui al colegio en micro, así es que entiendo esto. Conocía mi micro, pero también a mi chofer. Quisieron hacer de Santiago algo impersonal, dejándolos a ustedes al margen.
Luego el senador prometerá una indemnización para el gremio que quedó abajo de la micro, con lo que conseguirá aplausos y finalmente la proclamación de la asamblea, después de escuchar los lamentos de esos pobrecitos choferes que nunca le hicieron mal a nadie.
En el auto a La Bandera Mi acercamiento al senador parece acrecentarse, ya que ahora voy en su Volvo junto a su encargada de prensa metropolitana. El senador parece que padece incontinencia verbal porque, tal como en el programa de TNE, habla y habla, esta vez por celular. De pronto la encargada de prensa lo interrumpe:
-Acabo de hablar con Eduardo Salas y dice que quiere hablar con usted por
-No tengo nada que hablar con él.
Como nos dirigimos a una feria libre de la población La Bandera, en la comuna de San Ramón, le comento que conozco a alguien de allá, a Pepe Isla.
-Lo conozco. Fue alcalde.
Pero no me refería al alcalde, sino a su hijo, con quien estudié en la Universidad de Chile. Decido no decírselo. En vez de eso le consulto por la actitud de Piñera hacia el ministro Velasco y su hija. Adolfo Zaldívar gira su cabeza hacia atrás y dice molesto:
-Cuando uno tiene un hijo enfermo hace cualquier cosa. Eso lo sabemos todos. Así es que la actitud de Piñera fue una mariconada.
-¿Y qué opina de que Eduardo Frei haya nombrado como coordinador de campaña a alguien tan joven como Sebastián Bowen?
-No me corresponde opinar cómo organiza su campaña Frei contesta incómodo . Además, él ya fue.
Enseguida el senador que hoy se proclama como candidato a la Presidencia cambia de tema y empieza a hablar de historia, su pasión o algo así. Dice que desde Tiberio a Julio César "está todo". Destaca como personajes chilenos que admira a Balmaceda, Enrique Mac Iver y Pedro León Gallo. Y cuenta además que mantiene contacto con Santos Juliá, uno de los cientistas políticos españoles más connotados, que en el último tiempo ha recopilado la correspondencia de Manuel Azaña, el mejor orador que ha tenido España.
Adolfo Zaldívar, que bien podría ser el Arturo Frei Bolívar de las elecciones que se vienen, habla con pasión incluso de su pasado periodista en "Corriere della Sera".
Por fin llegamos a la feria libre Alpatacal. Espera al senador Julio Soto, un dirigente poblacional con pinta de mafioso, y empezamos el recorrido por la feria. Algunos lo saludan, otros le gritan cosas, los más se mantienen indiferentes, como acostumbrados a este devenir de candidatos.
-El único que pasa por acá todas las semanas es Iván Moreira espeta un puestero.
-¡Valen callampa! -exclama otro.
-Prometen y prometen y nada que lo meten -tercia una señora.
Durante el recorrido todos piensan que soy el secretario de Adolfo Zaldívar, porque tomo notas, y Hoppe, su fotógrafo oficial. De pronto, el senador me toma del brazo y me dice al oído:
-A Piñera lo hubieran sacado a patadas de aquí.
Adolfo Zaldívar aprieta manos, derrocha sonrisas, alza las manos si está gozando, mientras yo aprovecho de comprar un kilo de paltas, otro de cebollas, y pensar en cómo cresta una feria libre puede ser tan larga y angosta. Quizá la respuesta esté en donde estamos, La Bandera; en otras palabras, una feria libre acá sólo podía ser una larga y angosta faja de tierra. //LND
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