El regreso lejano
Publicado el Domingo 8 de febrero de 2009 La Nación Por Luis Narváez La estrategia de algunos frentistas para volver al país Después de dos décadas viviendo en el extranjero, luego de huir o ser exiliados, los miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) han iniciado acciones judiciales para terminar los procesos que los mantienen con órdenes de captura. Algunos han tenido éxito, otros no.
Foto: Involucrados en Carrizal.- Varios de los que quieren regresar participaron en la internación de armas.
Algunos se fugaron de la cárcel y huyeron del país por improvisados pasos fronterizos. Otros fueron sacados a la fuerza del país, puestos en un avión, y lanzados a su suerte, bajo pena de muerte. Pero quieren volver, sienten que tienen derecho a vivir en su tierra con la frente en alto, sin rendirle cuentas a nadie. Son los últimos exiliados, los últimos combatientes que lucharon contra la dictadura en la década de 1980, que aún aparecen con juicios pendientes y condenas incumplidas en Chile.
Al menos cuatro frentistas que viven en el extranjero han iniciado acciones judiciales para intentar regresar, sin tener que pasar por la cárcel. Todos ellos tienen situaciones pendientes. Pero es por ello que quieren sortear legalmente esa coyuntura. Se trata de la petición de sobreseimiento por prescripción. Es decir, que sean liberados de toda responsabilidad penal en atención a que se han cumplido los plazos legales que establece la ley para investigar y hacer efectiva la acción penal.
El caso más reciente es el de Juan Maco Gutiérrez, el comandante Chele. En Chile se encuentra inculpado como uno de los autores intelectuales del asesinato del senador UDI Jaime Guzmán. Su abogado, Alberto Espinoza, es uno de los abogados que ha puesto en práctica esta estrategia para lograr el retorno de Gutiérrez y de varios ex frentistas que se encuentran en la misma situación.
Es una experiencia que ya ha rendido frutos en otros casos, como el de César Bunster, quien participó en el atentado contra Pinochet, en 1986. Bunster regresó a Chile y se integró a la sociedad en el sur donde vive tranquilamente. Fue candidato a concejal por Puente Alto en los últimos comicios.
Espinoza dijo a LND que "la mayoría de ellos fueron sometidos a penas de extrañamiento, una especie de exilio forzado, por lo que tuvieron que refugiarse en países de Europa, especialmente Bélgica y Suecia".
Recalcó que esta situación se generó porque "durante el gobierno de Patricio Aylwin, las penas de prisión perpetua a las que habían sido sometidos por la dictadura, les fueron conmutadas por extrañamiento. Eso es lo que mantiene en la actualidad un exilio forzado hasta el día de hoy, en plena democracia".
Frente a la lenta tramitación judicial y no siempre seguro éxito, el abogado sostuvo que "sería cosa de que la Presidenta tomara una decisión para indultar o mandara un proyecto de ley para modificar esta situación".
Hugo Gutiérrez, abogado de la Oficina de Derechos Humanos (DDHH) de la Corporación de Asistencia Judicial, coincide en que "la solución va por la vía de pedir la prescripción, porque las acciones penales por las que son perseguidos ya caducaron y procede prescribirlas. Desde ese punto de vista esto debiera estar resuelto". Según Gutiérrez los siguientes en iniciar acciones para terminar con esos juicios son Juan Moreno Ávila, conocido como "Sacha", Claudio Molina y Manuel Santana Soza.
Operación Siglo XXI
Moreno Ávila fue uno de los fusileros del atentado a Pinochet en 1986. Fue el primero de los combatientes de la Operación Siglo XXI (como el Frente bautizó la acción) en ser detenido por la CNI. Fue torturado y condenado a prisión perpetua. En 1990 fue uno de los fugados de la Cárcel Pública.
Molina participó en la internación de armas por Carrizal Bajo, en 1986. Actualmente se encuentra en Argentina en calidad de "refugiado", estatus con que fue beneficiado una vez que la justicia chilena intentó extraditarlo.
Manuel Santana Soza, en tanto, fue el ingeniero que estuvo a cargo de la mantención de la goleta Chompalhue, nave en la que fueron embarcadas las armas del FPMR, para luego dejarlas en Carrizal. Fue uno de los miembros de la operación que nuca fue atrapado por los aparatos represivos de la dictadura, que hoy vive en el extranjero. "Es un hecho humano que todos los casos prescriben, salvo aquellos con delitos contra la humanidad. Ellos tienen el justo derecho de volver a su patria", concluye Hugo Gutiérrez.
Así como están quienes desean volver a vivir a Chile, otros exigen su derecho a venir de visita. Es el caso de Miguel Montecinos. Formó parte de la primera camada de combatientes del FPMR. Eran los tiempos en que el grupo era dirigido por Raúl Pelegrín (el comandante José Miguel) y se registraban las primeras acciones contra las fuerzas de la dictadura. Un operativo en 1985 lo puso en manos de la CNI. Después de interminables sesiones de tortura, fue confinado a la Cárcel Pública, que estaba ubicada en calle General Mackenna. En 1990 también se fugó. Hace 16 años que se fue de Chile. Vive en México donde se casó y tiene cinco hijos.
"Gitano" (su chapa) cuenta que está inserto en la sociedad mexicana: "Tengo hijos mexicanos. Por otro lado, este país me ha tratado muy bien. He logrado desarrollarme y tratar de ser un aporte, desde el punto de vista profesional y personal". Afirma que esta situación "es independiente de que tenga el derecho a regresar al país que me vio nacer, aunque sea sólo para recorrer las anchas alamedas del Presidente Allende". Montecinos dice que conoce la realidad de sus compañeros que han vuelto y a su juicio "seguiríamos siendo discriminados, al igual que los ‘compas’ que viven allá".//LND
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