En mi casa se hace el amor todos los miércoles, esté o no esté el diputado
Domingo 4 de enero de 2009
Por Juan Sharpe / La Nación
Karen Doggenweiler, la animadora que dijo no a Canal 13
La tentaron para conducir el nuevo matinal del canal católico, pero decidió quedarse en TVN y seguir al frente de estelares de éxito. La esposa de Marco Enríquez-Ominami anima bingos los fines de semana en el distrito de su marido y confiesa que siempre supo que se casó con un aspirante a La Moneda. Aunque se queja un poco de los horarios del parlamentario, entre risas ella deja clara una cosa: "Como amante le pongo un siete".
El año que acaba de irse empezó de forma terrible "porque mi papá murió el 1 de enero", pero terminó cuajando en un año excepcional. Condujo, con su viejo compañero Jorge Hevia, el magazine noticioso matinal en Radio Bío Bío, recuperando su condición de periodista, perdida en sus años de animadora estelar del canal público. "Retomé mi pasión por la noticia y la contingencia y me enamoré de los hermanos Mosciatti [Nibaldo y Tomás, dueños de Radio Bío Bío], que dirigen uno de los pocos medios en Chile donde se respira independencia total".
La esposa del diputado Enríquez-Ominami con quien está casada hace cinco años decidió quedarse en la televisión pública donde condujo exitosamente dos versiones de "Estrellas en el hielo" y se prepara para empezar la próxima semana con dos programas satélites (martes y jueves) relacionados con "El juego del miedo", el reality que conducirá Carlos Pinto. Y en marzo con el programa relacionado con formaciones corales y musicales con que TVN pretende sacralizar su poderío en los estelares. También tuvo un año intenso en las canchas futboleras, donde ejerce de "delantera lauchera" de "Prensa FC". Militante de su deporte y su género, considera el mundial de fútbol femenino juvenil como el evento más importante del año en Chile. Aparece en el Tavelli de Apoquindo a mediodía espléndida, luminosa y de excelente humor, ratificando el gran momento que atraviesa. Justo antes de partir a recibir el año nuevo a Cachagua, a casa de sus suegros Ominami Gumucio.
-Quizá una buena síntesis de tu año sea la imagen de las tres arpías de "Primer plano" (García-Huidobro, Castell y Gutiérrez) rendidos ante ti, como si fueras la única mujer en el mundo capaz de hacer funcionar el matinal de Canal 13. ¿Lo viste en familia?
-Sí. Es gratificante porque es un programa donde esperas que sean feroces. Lo vi en mi cama con el diputado encima, o abajo, o al lado, no recuerdo bien. Fue divertido porque estaba en plena negociación con Canal 13. Todavía lo estaba pensando. Era un momento en que te sientes como el monito que no suelta una liana mientras no tiene agarrada la otra. Para mí fue un momento bucólico pastoril.
-¿Cuándo te llamó Vasco Moulian por primera vez para llevarte al 13?
-Antes que me llamara formalmente, Vasco había hablado con Pablo Millas y gente de la productora [Play] a cargo de hacer el nuevo matinal. Es bien sensato lo que hicieron, que fue darse cuenta de que es difícil hacer un matinal y se lo encargaron a gente que lo sabe hacer. Sabían que se llevaban a alguien de la tele pública, con opinión. Por eso me honra tanto que me hayan llamado.
-¿Imaginaste llegar a hacer dupla con Lindorfo Jiménez en Canal 13?
-Lindorfo es un buen nombre, tiene todos los requisitos para conducir bien un matinal. Y les hacía falta este cambio que están proponiendo. Con Canal 13 pasa como si te fueras a jugar a la Católica, que tienes jaboncito, agüita caliente, buenas duchas, pero te puedes poner pituco. Y lo que hace falta para un buen matinal es lo otro, chasconearse, entretenerse, soltarse.
-¿Por qué no te fuiste?
-Porque llevo trabajando 18 años en la televisión pública, porque creo que mantenerse también es un gran desafío, y porque llevo mucho tiempo en un equipo con Cristian Mason, Nico Quesille, Freddy Stock, Tita Colodro, Marco Ortiz. Me tendría que haber ido con todos mis chicos. Y porque los proyectos que tenemos me gustan, y estaban previstos de antes, no es que me ofrecieran cosas para que no me fuera. Me regalonearon un poquito, pero nada más.
-Quizá no te fuiste por el riesgo de perder en ese matinal. Era un riesgo grande.
-No, me gustaba ese desafío. No me asustan los riesgos.
-¿Dónde veías que podías ganar puntos frente a TVN?
-Creo que la dupla con Lindorfo era buena, estaba bien pensada, que podíamos complementarnos bien. Y poniendo énfasis en la parte periodística era algo en lo que podíamos sacar puntos.
-También se critica la nueva gestión de Canal 13, que externaliza áreas completas, eliminando gastos y personal de su plantilla. Muy neoliberal y pagando para que les hagan su política editorial.
-Siempre van a tener injerencias en los contenidos. Lo que sí noto, a pesar de la influencia de la Iglesia Católica, es que en mi caso, sí estaban dispuestos a llevar una persona que tiene opinión de distintos temas. Me ofrecieron toda la libertad para mis opiniones.
-¿Quiénes votan en tu casa antes de que tomes estas decisiones?
-Marco, mi mamá [Silvia Lapuente], mis hijas [Fernanda, que quiere conocer a Edmundo, así que apoyaba el cambio de canal; y Manuela, que es más de la televisión pública], y yo. También opinan mis suegros, Manuela Gumucio y Carlos Ominami. Pero hay otro factor. Me gustó trabajar en la noche, es más cómodo para ser madre, me permite cuidar mejor a mis hijas. Y, además, los fines de semana me voy a La Ligua, Petorca, Cabildo, Quillota, tengo una vida súper intensa.
No al dedo
-No digas que el diputado díscolo te acarrea los fines de semana a su distrito.
-Así es. Me invitan a animar bingos y rifas en los colegios para juntar fondos y me piden que les ayude. Me gusta mucho, además son pueblos muy bonitos, ¿conoces Petorca?
-En una entrevista con Julio Orellana [en UCV TV], decías que te habías casado con un cineasta irreverente y ahora dormías con un diputado lleno de carpetas.
-Y las carpetas llegaron hasta las sábanas. Soy súper hincha de Marco, pero pasar del cine a la Cámara es un cambio grande. Lo molesto un poco porque me casé con un parisino metrosexual y ahora está siempre ocupado, apurado, habla por dos celulares, lo llaman sin parar, y no hay privacidad para nada.
-Supimos que Marco decía que se había casado contigo sólo para ser tomado en serio y querido por tu madre.
-Es verdad. Sé que me usó para eso.
-Hablemos de tu convivencia con la política.
-Marco ya es presidente en mi casa.
-Hay un pequeño revuelo desde que le fueron a pedir que fuera candidato a La Moneda.
-Me sorprende la reacción que produjo que un grupo de jóvenes le propusiera ser candidato porque encarnaba el descontento, la furia contra las maquinarias. El ser díscolo le ha acarreado una masa de jóvenes que lo apoya. He escuchado mucha gente que dice que se inscribiría para votar por Marco, porque encarna a gente que está fuera de las maquinarias. Obama partió así, con grupos de descontentos. Por ahí van las tendencias mundiales.
-¿Y cuál es tu opinión sobre el estado de la Concertación?
-Creo que recibirá un voto de castigo por esa misma razón. La ventaja de Marco es que no tiene prejuicios ni compromisos con ninguna isapre, ninguna AFP, ningún poder. No lo compran.
-¿Cómo se comporta como presidente en casa? ¿Autoritario como Lagos? ¿Conciliador como Bachelet?
-El dedo no está permitido. Es democrático, ordenado y respetuoso de la gente de más edad, tiene mucha paciencia, muy estricto. Como lo criaron sus abuelos, es como un viejo chico también.
-¿En la casa habla igual de rápido que en la tele? Sospecho que al principio te puede haber confundido con frases de varias ideas.
-Siempre. A veces creo que me confundí mucho, que nunca me pidió matrimonio y yo me subí por el chorro y creí que me estaba pidiendo eso y terminé casada con él. Le dije que sí, pero creo que me estaba preguntando otra cosa.
-Una pregunta doméstica. Si tú y él no beben una gota de alcohol, ¿cómo celebran?
-Tomamos agua.
-Sospechosa tanta virtud. Al menos tirará los calcetines en el pasillo.
-No, es demasiado ordenado, es súper franchute en eso. Aporta cosas muy increíbles en la educación de sus hijas. Le preguntó a Alfredo Jocelyn-Holt cómo logra que sus hijas tengan buen resultado académico y desde entonces lee todas las noches cuentos a Manuelita y tiene a Fernanda con un programa de libros para el verano.
-¿Y, como amante?
-Ningún defecto. Podría caer en el cliché de que le falta tiempo, pero no. Un siete.
-¿Ya puestos a pensar en la futura monarquía Enríquez-Ominami-Doggenweiler, has pensado que necesitarás un hijo?
-Sí, y me encantaría tener otro hijo. Además, así no se perdería el apellido Enríquez-Ominami. Pero depende un poco de su horario. Claro que en mi casa se hace el amor todos los miércoles, esté o no esté el diputado. [Risas]
-¿Te imaginas una infidelidad de tu diputado?
-Me cuesta, por una cosa práctica. Está en muchas comisiones, debería dejar algunas para tener más posibilidades de horario. Pero no, nuestra relación está basada no sólo en el amor, también en la lealtad.
-¿En qué momento te diste cuenta que vives con un hombre que es muy posible que sea candidato a Presidente de esta República?
-La política está en su ADN y yo sabía que inevitablemente iba a terminar en una carrera política. Lo sabía desde el principio. Y me fascina que haya gente que piensa que puede hacerlo, que tiene también esas posibilidades.
-¿Cómo ves la mala imagen de los parlamentarios, viviendo con un diputado trabajólico?
-Hay de todo, algunos se van de la política, otros se alienan y se convierten en viejos apenas llegan al Parlamento. Otros, como Marco, logran mantenerse valientes, firmes y respetados incluso por sus adversarios. //LND
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María Enelvis Tejeda Martí -