"Aquí se ve lo dañado que está Chile"

La Nación 

Viernes 22 de agosto de 2008   

 Por Rodrigo Alvarado E.

Sanfic presenta mañana documental basado en las memorias de Ariel Dorfman

"Y también sus espacios de luz", dice el autor de "La muerte y la doncella" y protagonista de este filme seleccionado para el Oscar. Dorfman la rompe afuera, pero este espacio es para su historia.

 Cuando acabó la dictadura de Augusto Pinochet, el poeta, dramaturgo, novelista y ensayista, Ariel Dorfman (66), se vino a Chile desde EEUU con un júbilo que lo llevó a escribir su mayor obra, "La muerte y la doncella" (1992). El crudo texto que junta a una torturada con su torturador, fue la pieza más montada en el mundo en los años que siguieron, pero la crítica y sus amigos chilenos querían olvidar.

Y él como no pudo soportar ese rechazo a la memoria de su país, partió con su familia nuevamente a Durham (EEUU). Hoy, su nieta es la primera Dorfman que vive siete años en un mismo país, pero su estrella errante hizo que este destacado pensador volviera junto al cineasta Peter Raymont ("Pactando con el diablo") para filmar el documental "El largo exilio de Ariel Dorfman", basado en sus memorias "Rumbo al sur, deseando el norte", y que sólo se presenta mañana a las 16 horas en el Cine Hoyts de La Reina, en el marco del Festival internacional de cine de Santiago (Sanfic).

Porque este descendiente de judíos rusos nacido en Argentina (exiliado en EEUU tras el Golpe de 1943; re-exiliado en Chile en medio del más aborrecible macartismo y recontra-exiliado otra vez en EEUU, meses después del Golpe de 1973) recuerda que antes de ser consejero cultural de Allende, "siempre me sentí viviendo una vida prestada, pero en esos tres años de su gobierno me sentí increíblemente vivo", dice. Y en persona explica que "uno sopla historias que llegan o no llegan a la gente, pero si no lo haces, no existe ni el 0,1% de probabilidad que eso siquiera suceda".

COINCIDENCIAS

El documental, cuyo epígrafe es "una voz contra el olvido", toca la historia reciente de Chile a través del relato personal de Dorfman, quien aborda las durezas de su propio exilio, de sus muertos y su memoria, desde una mirada doble que busca la esperanza en el recuento de una vida llena de vacíos.

Sin embargo, el hecho más representativo del filme está relacionado a la muerte de Pinochet en 2006, mientras se encontraba filmando en Santiago. "Se ve lo dañado que está Chile y también los espacios de luz, en una inusitada conversación con una partidaria del dictador", cuenta.

Y otra coincidencia, que le da sentido a la cinta: el 11 de septiembre estadounidense. "Soy de las pocas personas que han vivido las dos tragedias de forma personal y pienso que EEUU malgastó su experiencia más que nosotros, porque su amnesia no sólo les hace mal a ellos sino a todo el mundo. Pero siempre hay una luz, y se vio cuando los americanos sacan fotos con la frase "¿dónde están?"; es una gran esperanza que la reacción de los seres humanos sea la misma".

En cualquier caso, para Dorfman sus memorias no significan un punto final. El guión para la productora y actriz mexicana Salma Hayek, una ópera de "La muerte y la doncella" en Suecia y en 2009, un proyecto con Richard N. Gladstein (productor de "Pulp Fiction") en Nueva York, otro con Alan Parson Project, el lanzamiento de la novela "Los pasos de Murieta’ (Planeta) y la segunda parte de sus memorias, lo esperan. "Tengo harto por hacer", se ríe.