Falta de ayuda genera desazón en habitantes de Tocopilla
Sábado 17 de noviembre de 2007
Por Carolina Miranda/Tocopilla, enviada especial / Lanacion.cl
Colaboración entregada es insuficiente para los requerimientos del 80% de la población afectada por el terremoto del miércoles. Los habitantes de Tocopilla claman por ayuda urgente, en especial por la escasez de agua potable y alimentos.
Foto: Los tocopillanos claman por ayuda. Pero lo entregado hasta ayer no daba abasto (Fotografías. Ricardo González, enviado especial)El inhóspito camino que lleva a Tocopilla, rodeado de cerros de piedras, donde cualquier posibilidad de ver arbustos es imposible, se convierte en un anticipo de la dramática situación que enfrenta esa ciudad de la Segunda Región, una de las más afectadas por el terremoto que asoló al Norte Grande el miércoles.
El ingreso a la ciudad está marcado por carpas, instaladas en sitios eriazos, donde la gente pernocta desde el miércoles. Muchos de ellos no regresan a sus hogares, por el temor a que se terminen de derrumbar ante una réplica. Otros simplemente quedaron en la calle.
“Fue terrible. Mi casa está en el suelo y yo estoy durmiendo en la calle, en el paseo del mar, en una carpa y estamos sin luz ni agua. Postulé 14 años para que me dieran mi casa y ahora, está en el suelo. Cumplía cinco años el 5 de diciembre”, afirmó Ana García, al tiempo en que señaló que “estamos con lo puesto, porque mi casa se ladeó y tengo miedo de que la losa ceda”.
El panorama en el resto de la ciudad no es más alentador. No hay edificio que no haya sufrido los efectos del terremoto de 7,7º en la escala de Richter. El hospital de la ciudad está inutilizado en un 75% y, a pesar de ello, hasta ayer había pacientes internados.
Dicha situación, se espera, será solucionada con la llegada de los hospitales de campaña del Ejército y la FACH, donde incluso- se podrían realizar algunas intervenciones menores. Ayer, largas filas de tocopillanos esperaban para ser atendidos por los especialistas de las FF.AA.
Igual suerte corrió la comisaría. El general director de Carabineros, José Alejandro Bernales, señaló que el edificio probablemente será demolido, medida que fue recomendada por un arquitecto de la institución.
“El riesgo que hay para mi gente es grande. No pueden ocupar el segundo piso, el tercero tampoco, los dormitorios están totalmente inhabilitados. Las familias de los Carabineros están durmiendo acá, y vamos a darles prontamente una solución”, dijo Bernales, quien llegó a la zona para constatar la situación de los efectivos.
El movimiento telúrico también afectó la infraestructura de los diez colegios de Tocopilla, que terminarán anticipadamente el año escolar. La información fue entregada por la ministra de Educación, Yasna Provoste, quien señaló que todos los establecimientos de la comuna “tienen daños severos, que revisten riesgos para nuestros estudiantes”.
“Nuestros establecimientos no están en condiciones de continuar la jornada educativa durante este año, por lo tanto estamos evaluando seriamente el cierre anticipado del año escolar para todos los establecimientos de la comuna”, afirmó.
De hecho, el daño es tal que ni siquiera pueden ser utilizados como albergues, aunque sí como lugar de entrega de ayuda. En la mañana de ayer, cientos de tocopillanos se agolparon en la gobernación para recibir un vale que fue canjeado horas más tarde por cajas de mercadería, que de todas formas- no alcanzaron a cubrir la alta demanda.
Desazón
La desorganización y la falta de ayuda tienen desesperanzados a los tocopillanos. Ayer en los colegios donde se distribuyó ayuda, varios habitantes de la ciudad reclamaron por la escasa información que existe sobre la entrega de mercadería y agua.
Es que los alimentos y el agua potable se han transformado en bienes preciados, especialmente debido a que comerciantes del lugar no han dudado en subir abruptamente los precios. Así, un kilo de pan puede llegar a costar $1.500 mientras que una botella de dos litros de agua, alcanza la no despreciable suma de $2.000. Asimismo, un paquete de cuatro velas se empina por los $1.200 y una pila grande, $1.000.
De ahí que la población de haya volcado a los lugares donde se entrega ayuda. En el Estadio Municipal, Adelina Zepeda hizo un dramático llamado: “que Chile se acuerde de que nosotros existimos, porque Tocopilla no ha existido nunca, Tocopilla no sale en ninguna parte. Necesitamos que nos traigan agua, no pedimos nada más”.
Este requerimiento se hace patente en calle, donde los carteles que claman por agua se encuentran en los frontis de las casas, muchas de las cuales sólo mantienen la fachada en pie.
En el mismo sentido, se manifestó Soledad Pérez, quien señaló que “ninguna autoridad nos ha ido a ver, no tenemos agua, tenemos niños chicos, vienen enfermedades, está todo mal. Necesitamos ayuda ahora”.
En el tradicional Café Diol, ubicado en la avenida 21 de mayo, la principal de Tocopilla, el escenario es devastador. “Está todo derrumbado, hay fisuras en las paredes, quedamos sin habitaciones. Estamos atemorizados, porque si hay una réplica fuerte se derrumba. Tengo miedo de que el piso caiga y quedar con los escombros sobre mi cuerpo. Quedamos sin nada y no hemos recibido ningún tipo de ayuda, no hay agua”, aseguró Carolina Vásquez.
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