Aquí faltó cohesión
Domingo 11 de noviembre de 2007
Por Carla Alonso / La Nación Domingo
LA CUMBRE DE SANTIAGO TUVO UN CIERRE POCO DIPLOMÁTICO
La verborrea del gobernante bolivariano logró enfadar al Rey de España, quien se olvidó de todo protocolo y lo mandó a callar apuntándole con el dedo. Aunque la cumbre terminó con varios acuerdos concretos, Chávez, al final, volvió a robarse la película.
Eran pasadas las 13 horas y el Presidente José Luis Rodríguez Zapatero, visiblemente agotado, intervenía en la última sesión plenaria de la Cumbre Iberoamericana. Horas antes había dado una conferencia en la que respondió decenas de preguntas de los periodistas españoles viajaron cerca de 80-, que lo bombardearon con interrogantes tan propias de la Cumbre Iberoamericana como la sentencia del 11-M, los conflictos nacionalistas en Cataluña o la liberación de los detenidos españoles en Chad. La prensa local pidió la palabra varias veces, pero tuvo que quedarse con las ganas de saber qué sucederá con los chilenos "inadmitidos" en España o la opinión del jefe de Gobierno español sobre el proyecto hidroeléctrico de Endesa -filial de Endesa España- en Aysén.Zapatero, hábilmente, se excusó alegando falta de tiempo y se marchó al último plenario, donde los mandatarios, pese al pedido de la Presidenta Bachelet de no volver sobre puntos que se habían tratado el viernes durante la reunión privada, realizaban largas intervenciones. Dicho encuentro, también "retiro", fue incluido en la cumbre por decisión del Gobierno chileno, para que los mandatarios pudieran debatir espontáneamente, sin presencia de camarógrafos o fotógrafos. Esa reunión fue, por ejemplo, caldo de cultivo del acalorado debate del sábado y también dio pie a una cita bilateral entre Chávez y el presidente de Colombia, Álvaro Uribe.
EL FANSTAMA DE AZNAR
Ya en el plenario, y aunque ya había sido su turno, el Jefe de Gobierno español volvió a tomar la palabra para contestar a una perorata anterior de Chávez, en la que el gobernante venezolano, tal como lo había hecho el viernes, volvió a descalificar al antecesor de Rodríguez Zapatero, José María Aznar, a quien calificó de "fascista". Además, Chávez destapó una conversación que tuvo con Aznar en 2002, y remató su discurso diciendo: "Una serpiente es más humana que un fascista o un racista; un tigre es más humano que un fascista o un racista".
Zapatero, entonces, exigió respeto para el ex Presidente español. "Se puede estar en las antípodas de una posición ideológica, y no seré yo quien esté cerca de las ideas de Aznar, pero fue elegido por los españoles y exijo ese respeto", decía. Pero Chávez no paraba de hablar e interrumpía constantemente a Zapatero, exigiendo que le respetara, a su vez, el derecho a expresar su opinión. En el Centro Internacional de Prensa, fotógrafos y reporteros se agolparon frente a los televisores para escuchar la discusión que lentamente subía de tono. De pronto, el Rey Juan Carlos, sentado a la izquierda de Zapatero, hizo un ademán de molestia y apuntó su dedo hacia el venezolano, aunque sólo musitó algo en voz baja.
El intercambio entre los presidentes siguió por unos segundos más, hasta que el Rey no aguantó más, se levantó y le lanzó a Chávez un sonoro y enojadísimo "¿Por qué no te callas?". Aunque el sonido ambiente disminuyó justo en ese momento, la televisión captó perfectamente el diálogo, y la posterior intervención de la Presidenta Bachelet llamando a la calma: "Por favor, no hagamos diálogo, han tenido tiempo de plantear sus posiciones".
EL REY SE TAIMÓ
Como si fuera poco, tras el exabrupto, tomó la palabra el Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien criticó a la empresa eléctrica española Unión Fenosa. Sobrepasado por el vendaval de críticas en contra de su país, el Monarca se puso de pie y abandonó el plenario. Sólo la Presidenta Bachelet salió rauda tras él, mientras Zapatero y el canciller hispano, Miguel Ángel Moratinos, permanecían sentados.
En el centro de prensa, los periodistas soltaron grabadoras y libretas y corrieron hacia el frontis del edificio donde se desarrollaba la sesión plenaria. Pese a que los organizadores dijeron que el Rey no se había ido, su "cápsula de seguridad", como fue bautizada la comitiva, lo esperaba con los autos y las motos encendidas. La adrenalina llegaba a su máximo punto. Carabineros comenzó a cercar el estacionamiento y no dejaban pasar ni siquiera a miembros de otras delegaciones.
Según fuentes oficiales, citadas por la prensa española, Juan Carlos de Borbón abandonó el pleno como señal de protesta, para dejar en claro el "desagrado" de la delegación española ante los ataques a Aznar, mientras Zapatero decidió quedarse para defenderse de nuevas acusaciones. Minutos más tarde, el Rey decidió regresar al acto de clausura de la cumbre, a pedido de la Presidenta Bachelet.
Mientras, en la sala, los dimes y diretes parecían no tener fin. El vicepresidente cubano Carlos Lage salió en defensa de Chávez resaltando su derecho a defenderse. "Aznar ha atacado la dignidad de Venezuela en reiteradas ocasiones. No debería interpretarse el derecho de Venezuela a defenderse como un ataque al Rey o al Gobierno de España o al pueblo español", señaló.
LA ÚLTIMA VEZ
Rodríguez Zapatero, sin perder la calma, pidió a Bachelet que esta fuese "la última vez" en que, en una cumbre, "alguien actúa como lo ha hecho Chávez. España considera absolutamente inapropiado y no aceptable en un foro democrático como esta cumbre, donde todas las ideas pueden expresarse libremente, que haya descalificaciones a personas que han tenido una responsabilidad fruto de la voluntad popular". Y agregó: "Espero que sea la última vez porque construir un diálogo democrático es, ante todo, construir el respeto". El Mandatario español garantizó también que su administración siempre ha respetado a los gobernantes elegidos democráticamente, y por ello siempre exigirá el respeto a todos ellos.
Más tarde, según informaron los medios españoles, el propio Aznar se comunicó telefónicamente con el Rey y Zapatero para agradecerles ante las críticas del presidente venezolano.
Chávez, en tanto, se fue desde Espacio Riesco al acto alternativo en el Velódromo del Estadio Nacional (ver página 8), pero allí no emitió comentarios al respecto. Sí lo hizo más tarde, en su última actividad en Chile, cuando recibió el título de doctor honoris causa que le entregó la Universidad Arcis. Allí, el Presidente venezolano reclamó: "El Rey será Rey, pero no me puede hacer callar", dijo. "Allá él, pero reclamo respeto porque yo soy también un jefe de Estado y electo democráticamente".
¿VÍCTIMA O VILLANO?
El altercado con Chávez no fue el único mal rato que vivió Juan Carlos I en la Cumbre Iberoamericana. El viernes había visto fracasar su rol como mediador entre Argentina y Uruguay en el conflicto por la planta de celulosa que se levantó en la frontera común, debido a lo cual Néstor Kirchner le pidió disculpas por haberle involucrado en la mediación. "Su Majestad, quiero pedirle disculpas porque en su momento le pedí que facilitara, que mediara en el conflicto entre Argentina y Uruguay por la construcción de dos papeleras en el segundo de los dos países, y ahora este problema se plantea en esta cumbre", dijo Kirchner, quien elogió "el tremendo esfuerzo hecho por el monarca español, que asumió la tarea que le pidió sin reparar en los costos que podía tener".
Los entuertos en que estuvo involucrado el Rey fueron el mejor símbolo de la inusitada falta de diplomacia que se vivió en esta cumbre. Para incomodidad de muchos y alegría de otros tantos, la cita de Santiago estuvo caracterizada por el abandono de las formas y la discusión cara a cara de los asuntos, por más espinosos que fueran éstos y más encumbrados sus protagonistas. LND
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