La dupla Lo-La el bacheletismo en el cuerpo de la UDI
Por Ivonne Toro y Macarena García /
Longueira y Lavín golpean a la derecha y a Piñera
Tras una semana en que Joaquín Lavín reafirmó su regreso a la primera línea política declarándose "bacheletista-aliancista", al igual que el senador Pablo Longueira, Sebastián Piñera llegó ayer a Chile recordando el dicho popular "por donde pecas pagas".
Por favor, no te metas. Ya tenemos suficiente", fue la tajante orden que el viernes, alrededor de las 13 horas, entregó el diputado y portavoz gremialista, Darío Paya, al alcalde de Recoleta, Gonzalo Cornejo. En la mañana de ese día, el jefe comunal se había confesado en La Moneda como el tercer "bacheletista-aliancista", concepto con el que inauguró la semana el eterno abanderado de la UDI, Joaquín Lavín, y que fue adoptado 24 horas después por el senador y otrora presidente del partido Pablo Longueira.
En la sede de la colectividad, en calle Suecia, cundían el desconcierto y la irritación. El explícito desmarque de sus dos principales figuras emblemáticas de la estrategia de confrontación comandada por la directiva del senador Hernán Larraín era masticado con rabia y desazón, y la cúpula no estaba en condiciones de aguantar la arremetida que se vislumbraba por parte de los alcaldes díscolos. Por ello, la determinación fue rayar de inmediato la cancha al eslabón más débil: los dirigentes municipales. Cornejo y su par de Estación Central, Gustavo Hasbún el cuarto mosquetero de la Presidenta Michelle Bachelet recibieron la instrucción de no ahondar en su entusiasmo por la Mandataria; otros, como Pablo Zalaquett, edil de La Florida, fueron interpelados antes de abrir la boca y prefirieron definirse como "aliancistas puros".
El desborde en la base se controló a tiempo, pero la posibilidad de frenar al dúo Longueira-Lavín ni siquiera fue analizada por una cúpula que ha sido desafiada y cuestionada constantemente, y que no tiene ascendiente real sobre los únicos presidenciables del conglomerado. En la práctica, Paya interpeló a Cornejo porque éste, a diferencia de la dupla "Lo-La", sí podía obedecer la orden de guardar silencio y no complicar aún más una situación que evidencia la división interna en la colectividad: por un lado, el núcleo duro encabezados por personeros como Jovino Novoa y la senadora Evelyn Matthei y, por el otro, las nuevas generaciones, pragmáticas y abiertas a buscar consensos.
La declaración pública de la UDI de aquella misma tarde, con la que el gremialismo puso un incierto punto final a la disputa, fue un ejemplo de que, pese a la revuelta generada con su metamorfosis, "Lo-La" es una pareja intocable. De hecho, la única crítica indirecta a ambos fue que la "generosidad" de sus expresiones era usada por el oficialismo con fines poco santos.
"Es una lástima que la Presidenta no esté a la altura de los gestos que dirigentes nuestros han tenido en los últimos días con ella, y que por el contrario, apartándose completamente del espíritu de generosidad con que se han expresado Joaquín Lavín y Pablo Longueira, ella incurra en la pequeñez de usarlos para intentar producir divisiones en la Alianza", arguye el texto oficial, que advierte que la intención de la oposición de desalojar al bloque concertacionista sigue intacta.
Tras esta tibia manifestación, la directiva apostó a que el fin de semana largo lograría calmar el ambiente y las especulaciones sobre eventuales ofertas a la derecha para integrar el equipo gubernamental, aceptadas de antemano por los bacheletistas-aliancistas.
"La gente estará pendiente del partido, de irse a la playa, y esto pasará al olvido", comentaban. Pero ayer, antes de que Chile perdiera ante Argentina en Buenos Aires, el inversionista y candidato presidencial de RN, Sebastián Piñera, aterrizó en Santiago pidiendo explicaciones por este golpe a su postulación, y mantuvo así encendida la mecha de una polémica que, en el gremialismo, es vista como un síntoma de que el tumor del desorden ya se convirtió en metástasis.
Marca de nacimiento
La explicación que se da en la cúpula de la UDI sobre la arremetida de "Lo-La" es que los dos grandes protagonistas de este entuerto buscan reperfilarse como abanderados, algo que al menos Longueira no niega del todo al proclamar a Lavín para 2009 o, en su defecto, para 2013.
El integrante del Consejo de Equidad, en tanto, asegura que no está en carrera, pero sus correligionarios observan que su comportamiento es el mismo que tenía cuando ansiaba ponerse la banda presidencial. De aquella época rememoran sus constantes quitadas de piso a las directrices partidarias, lo que originó que personeros como Novoa apenas lo traguen. "Lavín nunca ha seguido la línea de la UDI, siempre ha hecho lo que ha pensado que tiene que hacer y ya. No es una sorpresa", comenta una alta fuente del partido de derecha.
Respecto de las razones de Longueira, que cuando estuvo a la cabeza de la UDI entre 1998 y 2004 debió soportar en carne propia los embates del entonces delfín de la Alianza, abundan las teorías. El miércoles, en una ácida discusión, la senadora Evelyn Matthei lo encaró por estar quebrando la línea partidaria, algo que Longueira desestimó con crudeza, en público y en privado, apelando a los principios que Jaime Guzmán impuso al partido al sostener que los "temas-país" están por encima de las ventajas políticas y electorales. Es conocido el historial de Longueira en este tópico, ya que en 2003, en contra de sus pares, firmó el pacto de modernización del Estado con el Gobierno de Lagos. Para sus detractores internos, sin embargo, más que coherencia, en su rebelión está el afán de cobrar cuentas a la directiva, por la resistencia de ésta a ungirlo como candidato.
Cualquiera sea la razón subyacente, la dupla "Lo-La" consiguió, con su conversión hacia el bacheletismo, desestabilizar a una dirigencia que tiene el desorden interno tatuado como marca de nacimiento. La actual gestión se fraguó en marzo de 2006, en las Termas del Corazón, cuando se destapó el conflicto entre quienes abogaban por un proceso democrático para definir a las autoridades y quienes preferían perpetuar el "dedazo" de los coroneles selecto grupo integrado por los senadores Longueira, Novoa, Juan Antonio Coloma y Andrés Chadwick , que finalmente se impuso, con coletazos que aún perduran.
La diferencia hoy está en que la anarquía de algunos miembros de la UDI había sido capitalizada hasta hace poco con éxito por Piñera, y ahora, en cambio, el RN es el gran damnificado del descuadre gremialista.
Por donde pecas
El misil contra la hipótesis del desalojo impulsada por el senador RN Andrés Allamand uno de los que reaccionó con molestia ante la idea de colaborar con La Moneda, incluso desde el gabinete también provocó inquietud en Renovación, y especialmente en el entorno piñerista.
Desde Europa, Piñera ordenó a la Fundación Futuro un sondeo para corroborar cómo habían caído en el electorado las palabras de Lavín. Tras constatar que la mayoría de los encuestados consideraba que las expresiones de "Lo-La" eran ambiguas, Piñera hizo trascender, a través de su círculo de hierro integrado, entre otros, por el senador Alberto Espina y su ex generalísimo, Rodrigo Hinzpeter , las opiniones que ayer refrendó de regreso en su hogar. "De vuelta en Chile, después de una semana de muchas confusiones y pocos avances", dijo al iniciar una intervención mesurada.
"Entiendo las intenciones que puedan tener Longueira y Lavín en el sentido de que la política no es una guerra mundial, en donde hay que negarse la sal y el agua. Yo comprendo que siempre desde el Gobierno y desde la oposición hay que tener una actitud constructiva y leal con Chile, pero creo que estas palabras generan confusión, porque no fueron claras", destacó a su arribo.
El dueño de Chilevisión buscará resarcirse del ruido generado a su campaña por su "socio" Lavín mediante un encuentro con éste en los próximos días. Por lo mismo, fue cauto al criticar la reyerta suscitada en su ausencia. "Los dichos de ciertos personeros de la Alianza generan confusión, porque algunos pueden entender que hay una especie de satisfacción con lo que se ha logrado con el actual Gobierno, y yo creo que los chilenos no están contentos con lo que está haciendo el Gobierno", argumentó, para luego expresar que el objetivo de la oposición "no es cogobernar con la actual Concertación agotada, ni mucho menos contentarnos con seguir viendo cómo se marca el paso".
"Hay una profunda diferencia entre lo que piensan los bacheletistas y lo que piensa la gran mayoría de los chilenos que se ha dado cuenta que se requiere alternancia en el Gobierno", concluyó Piñera.
Sin embargo, en el trasfondo de la aparente calma con que Piñera abordó el asunto, está la sospecha confesada a sus cercanos de que Lavín está encandilado otra vez por el sillón presidencial, mientras que Longueira jamás ha dejado de estarlo.
Piñera sabe cómo manejarse en esta lid de simulacros y golpes de último minuto. Él mismo fue, durante la administración del ex Presidente Ricardo Lagos, una figura reconocida e invitada constantemente a Palacio, porque en aquella época representaba a una derecha dispuesta al diálogo y un dirigente deseoso de levantarse como competencia a Lavín, el hombre fuerte del sector. El juego del poder fue alimentado desde el oficialismo con elogios hacia Piñera, alabanzas que esta vez recaen en el primer "bacheletista-aliancista". Por lo mismo, el inversionista financiero apela a que "la Alianza tiene que dar una gran muestra de grandeza, de responsabilidad, y la mejor forma es, en el momento oportuno, converger en un candidato".
"Es parte de la naturaleza humana intentar debilitar al que lleva la delantera y en este minuto es claro que la Concertación está haciendo todo lo posible y lo imposible por intentar debilitar mi candidatura. Yo les digo que el camino de la descalificación y de intentar introducir cuñas no es el indicado", asegura, en relación a la conducta del Gobierno.
Pero la vez pasada esa estrategia resultó, porque usted terminó siendo candidato en mayo de 2005
Mi candidatura en mayo de 2005 obedeció no a los cantos de sirena de la Concertación; obedeció a una convicción muy profunda de compromiso que yo sentía con Chile.
Tal vez Lavín también siente la convicción y el compromiso a los que atribuye Piñera su irrupción a siete meses de los comicios de 2005, porque en la UDI se sabe que "en el fondo de su corazón, Lavín sigue soñando con ser Presidente". Y la historia de Piñera demuestra que (para arrebatar una candidatura) generar ruido y unirse al Gobierno es una muy buena alternativa. Por lo demás, el refrán popular indica que por donde pecas pagas. Y Lavín cobró esta semana la primera cuota de su deuda, secundado por Longueira con una metamorfosis de antología: mientras los partidos abogan por confrontar a La Moneda y Piñera cuestiona con insistencia la falta de liderazgo de la Jefa del Estado , el dúo "Lo-La" aplaudió el pacto social y de paso le entregó un espaldarazo a Bachelet. LND
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