Jóvenes: 20% no estudia ni trabaja
Por José Miguel Jaque / La Nación
Informe regional de la OIT alerta sobre desempleo y precariedad laboral entre los 15 y 24 años El diagnóstico es claro: América Latina desaprovecha el potencial de millones de jóvenes. La OIT está en la tarea de revertir las cifras, proponiendo trabajos de calidad, derechos laborales, la participación y protección social.Foto: Entre los jóvenes las mujeres lucen las cifras más negativas.
"Sólo puede haber trabajo decente si hay integración de políticas: no sirve si la economía va por un lado y las políticas sociales van por otro". Es la receta que Virgilio Levaggi, director regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina, entregó al dar a conocer un informe de esa entidad sobre desempleo y precariedad laboral que acecha a los jóvenes del continente.
La OIT está en la década de promoción del trabajo decente (2006-2015) donde busca promover una mayor inserción laboral de los jóvenes. ¿La meta? Reducir a la mitad la proporción de adultos mayores de 15 años que no estudian ni trabajan, que hoy llegan a 22 millones de jóvenes.
Los números alertan. En Latinoamérica hay 106 millones de jóvenes: 10 millones están desempleados y 30 millones trabajan en la economía informal o en condiciones precarias. Desaprovechar a la fuerza laboral juvenil es peligroso, dicen los expertos. "Condenados al desempleo, a empleos informales o condiciones precarias, los jóvenes suelen encontrarse al medio de un círculo vicioso de pobreza, que afecta la autoestima, genera desaliento y limita las esperanzas", comentó Juan Somavía, director general de la OIT. Un ejemplo: América Latina no es el continente más violento, pero sí donde hay más violencia juvenil.
Chile no lo hace nada bien. Tiene la tercera tasa más alta de desempleo juvenil en la región. Pero los detalles sobre la realidad nacional serán entregados en noviembre.
¿Qué es un empleo decente? Tiene distintas dimensiones: la generación de trabajo de calidad, que se respeten los derechos laborales, con adecuados niveles de protección social y derecho a la representación y participación en el diálogo social. "Es una visión integral del progreso que pone al trabajador en el centro", dice Levaggi. Hay muchas cosas que corregir. Más datos: la tasa de desempleo juvenil alcanza el 17% y la adulta, 6%. Otro: los jóvenes ganan el 56% de los que ganan los adultos por su trabajo.
Las cifras empeoran en el caso de las mujeres. Ellas tienen mayor presencia entre quienes no estudian ni trabajan (72% contra 28% de los hombres) y las cifras muestran que en las últimas décadas han avanzado a tasas más elevadas que los varones en materia de educación e incluso, en algunos países, hay más mujeres que hombres en la educación superior. A pesar de esto, cerca del 30% de ellas no estudia ni trabaja.
Trabajo infantil
El estudio abarca a jóvenes de entre 15 y 24 años. De acuerdo a la legislación en el continente, la edad para empezar a trabajar parte a los 15 ó 16 años. ¿No es un joven de 15 años un niño aún para que la OIT lo incluya en la fuerza laboral? Levaggi aterrizó los datos a la realidad más que a un escenario ideal. "Hay menores de 15 años que trabajan. Lo ideal es que estudien y tengan los activos suficientes para entrar en buen pie en el mercado laboral. Pero si trabajan, la idea es que sea de la mejor manera".
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