Temen centenares de muertos bajo los escombros en Perú
En Pisco se contabilizan más de 200 de los, hasta ahora, 400 muertos que deja el terremoto que azotó a Lima y varias localidades del sur de ese país. Catedral de esa ciudad se derrumbó repleta de fieles.
lanacion.cl/Agencias |
El peor de los pronósticos parece confirmarse con el paso de las horas luego del terremoto de 7,9 grados Richter que al anochecer de ayer remeció Lima y el sur de Perú derribado barrios completos en varias ciudades.
De acuerdo al último reporte emitido esta mañana por el comandante general de Bomberos, Roberto Ocño, hay un total de 387 personas reportadas como fallecidas y más de mil heridos por el movimiento telúrico
"Hay 387 muertos, y la mayoría de ellos se produjo por haber sido sepultados tras caída de paredes", dijo el funcionario de emergencia según la agencia AFP precisando que esa cifra corresponde exclusivamente a las ciudades de Ica, Pisco y Chincha, las tres más afectadas.
Poco antes, el jefe del Instituto Nacional de Defensa Civil, general en retiro Luis Felipe Palomino, había indicado que "oficialmente, la cifra de muertos es 350 y más de mil heridos, aunque sigue aumentando", mientras el ministro de Salud, Carlos Vallejo, había dicho que el número de heridos es de 2.500.
La cifra de fallecidos podría aumentar con el avance de las tareas de rescate, en especial bajo los escombros de una iglesia que colapsó durante un servicio religioso.
Pisco, en la región sureña de Ica, se ubica a unos 200 kilómetros al sur de Lima y frente a sus costas, en el Pacífico, se localizó el terremoto del miércoles por la noche.
De los casi 400 muertos contabilizados más de 200 se reportaron en esa localidad que amaneció sin servicios básicos, con problemas de comunicaciones y el 70 por ciento de su infraestructura destruida.
El gobierno local y las instituciones de protección civil iniciaron la remoción de escombros de la Catedral de Pisco, que quedó destruida por el terremoto mientras en su interior se estaba realizando una misa en la que participaban unas 300 personas.
En la sede municipal se acumulan decenas de cadáveres que no pudieron ser trasladados a la morgue por falta de capacidad, mientras otros tantos están esparcidos por las calles, tal como lo mostraban imágenes difundidas por la televisión local.
El hospital de esa ciudad se encuentra al máximo de su capacidad, con pocas medicinas y con desabastecimiento en el banco de sangre. Se han instalado improvisadas tiendas de atención médica en las calles para los heridos, la mayoría por contusiones y fracturas.
A 20 kilómetros al sur de Pisco, en la localidad de Paracas, el hotel de turistas fue afectado por una marejada, pero aún se desconoce la magnitud del daño, mientras los habitantes de Chincha, una pequeña ciudad situada 40 kilómetros al norte, se refugiaron en los cerros que rodean a la población y pasaron allí la noche a la espera de ayuda.
Por problemas en la telefonía y una gran congestión en las líneas las emisoras radiales se convirtieron un medio de enlace entre los peruanos, que llaman desde distintos puntos del país para conocer sobre sus seres queridos.
A pesar de que las réplicas del terremoto continúan cada vez con menos intensidad, el nerviosismo y la desesperación reina entre la población que, junto a los equipos de rescate, buscan a sobrevivientes entre los escombros.
De Lima partieron hoy tres aviones y dos helicópteros con medicinas, carpas y comida hacia el departamento de Ica y la localidad de Cañete, al sur de Lima, que han sido declaradas en emergencia.
La costa peruana afectada por el sismo forma parte de la ruta turística que lleva a las míticas Líneas de Nazca, e Ica, rodeada de dunas, acoge el balneario de Huacachina, un oasis en medio del desierto.
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