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Centros Chilenos en el Exterior

Sucia Jugada Chilena

Sucia jugada chilena

El fotógrafo Gary llegó al restaurante por su rico sancochado. "María, ya toda la pantomima de la 'independiente' justicia chilena quedó plenamente desenmascarada. Desde Santiago, la propia prensa mapochina describe una crónica espeluznante de cómo el prófugo acusado de crímenes de lesa humanidad en el Perú, recibió, días antes del fallo insólito del tremendo juez Orlando Álvarez que lo declaraba inocente, la vista de Carlos Meneses, secretario de la Corte Suprema, quien le anticipó que el veredicto sería a su favor.

Su cómplice -según la nota escrita por Alejandro Tapia- fue su hija, la cachetona Keiko, a quien ni la maternidad le quita su siniestro comportamiento cuando se trata de defender a su padre delincuente.

El Chino vive como japonés y todos sus visitantes deben ingresar descalzos a su sala, pero él, ante tan importante visitante, se olvidó de sus costumbres orientales y lo hizo pasar con los zapatos sucios. Total, la noticia que ya adivinaba, le iba a proporcionar volver a comportarse como un simple 'perguano'.

El secretario de la Corte Suprema, cometiendo un delito, le comunicó en 35 minutos el fallo que en días posteriores emitiría el 'autónomo' tremendo juez Álvarez. Gente del íntimo cogollo fujimorista, que estuvo presente, contó off de record, al colega, que nunca habían visto tan alegre a Fujimori. Se abrazó con Keiko, después mandó poner lasaña al horno y descorchó una botella de sake. Y claro, las llamadas a Tokio se sucedieron una tras otra, el Chino agradecía en el idioma de Hiroito, sabe Dios a qué personajes, aunque uno lo sospecha.

Desde su celular, las llamadas a Relaciones Exteriores de Japón se multiplicaron. Para los políticos y analistas del vecino país, la cosa estuvo clara. Chile trató el caso Fujimori, como el de un ciudadano japonés. Cuando fue lanzado como candidato al senado, el mensaje a Bachelet fue claro: no es un simple ciudadano, es un futuro senador. Por esa razón la firma del Tratado de Libre Comercio entre Japón y Chile, a darse con la visita de la presidenta mapocha a ese país, se postergaba.

Japón no iba a recibir ni firmar un acuerdo comercial con un país que extradita a un súbdito del emperador. Por ese tratado, Chile le salvó el pellejo y se burló de las víctimas peruanas". Pucha, se pasaron los chilenos al encubrir a un dictador, pero no me sorprende. Me voy indignada. Cuídense.

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