En beneficio del embajador Huepe
Nadie con dos dedos frente podría decir que no fue una segunda metida de pata del embajador Huepe, revelar una conversación privada con la presidenta, sobre todo si el sabia de las repercusiones del nivel que ellas iban a tener.
Pero aquí cabe tener en cuenta otros antecedentes, sobre la forma de hacer política de la presidenta, pues una situación muy similar (eso si en el ámbito interno) se dio hace pocos meses con una conversación entre la primera mandataria (en que ella visito al senador Fernando Flores en su apartamento) y luego Flores en la noche en una entrevista televisiva dio a conocer la famosa “comisión secreta”, relacionada con la política de pro transparencia que estaba por formarse.
Allí las consecuencias fueron (contra el senador) muy limitadas y aun queda la tremenda duda del por que, Bachelet no mantuvo su alta investidura y haciéndose respetar como era lo lógico; exigió a Flores que la visitara el. ¿Tendremos algún día una respuesta lógica o solo seguirán las especulaciones ?
Como nunca la política externa de la Concertación a estado tan influenciada desde los partidos políticos y en particular por la nueva directiva DC y su militante Alejandro Foxley. Recordemos además la intervención desafortunada de Guntemberg Martínez, en los momentos más álgidos de la decisión sobre por quien votar en la ONU, su famosa frase del “antes y el después”, fue de una intervención en política externa que no se conocía en Chile, restándole a la Presidenta un margen de maniobra indesmentible.
El Canciller a hecho de este ministerio su feudo, sin contrapeso de ninguna especie, imponiendo una impronta, tanto en lo que se refiere a la mentada reestructuración o profesionalización interna, como a las relaciones con los países vecinos y el resto del mundo. Yendo contra toda corriente interna de la Concertación, menosprecio abiertamente a Evo Morales, en declaraciones al inicio de su mandato y ha abogado por un acercamiento a los gobiernos más pro norteamericano en América Latina.
En general es un tira y afloja entre la Moneda y el Canciller que tiene una visión retrograda y anticuada de hacer política. Sinceramente a Foxley se le pasaron sus buenos tiempos de aquel personaje que escribía artículos interesantes contra la dictadura en la revista HOY en la década de los ochenta y sus decisiones basadas en el amiguismo (analícese las designaciones) y defensa del status quo, creyendo que si sigue en la onda de los TLC todo va bien.
Los demás partidos de la Concertación, en particular el PS, no se atreven a enfrentarlo, para no crear un nuevo frente de problemas a Bachelet (que ya tiene bastantes con las dificultades internas, en particular con el Transantiago), pero ahora que Huepe se equivocó una vez más, se presenta la ocasión precisa, para pasar una cuenta interesante.
La solución es que ambos pongan sus cargos a disposición, se busque un Canciller, con un perfil progresista, Ojalá joven y que tenga la experiencia necesaria, para proyectar a Chile dentro de lo que el país desea, liderar la región, desde el punto de vista político.
Huepe será mucho mas fácil de reemplazar, es cosa de pedirle opinión a la bancada “díscola” y de allí saldrán unos cuantos nombres, que estén dispuestos a “sacrificarse”, con la embajada en Venezuela.
Recordemos además que esta programada una visita de Bachelet a Caracas para el próximo mes y por tanto este tema no puede dilatarse hasta el infinito.
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