EL PERIODISMO CHILENO Y EL EMBAJADOR NORTEAMERICANO
Enviado por: "Serafín Rodríguez" serafinrodriguez@adelphia.net pim_pin_serafin
Lun, 5 de Feb, 2007 7:09 am (PST)
Como es de conocimiento de los suscriptores de PCS y los lectores familiarizados con la prensa digital e Internet, hay quienes han expresado distintos puntos de vista en relación a la reciente visita del Embajador de EE.UU. Craig Kelly al centro de detención, exterminio y tortura de la dictadura militar conocido como "Villa Grimaldi", actual "Parque por la Paz Villa Grimaldi". A raiz de tal visita, el Embajador fue entrevistado al menos en una oportunidad para el periódico electrónico "El Mostrador".
En este contexto, lo que resulta sorprendente no es tanto la visita guiada que se le dio al Embajador, la visita misma, sus dichos o la publicidad que se les ha dado a éstos, sino que la incapacidad de los medios periodísticos de plantear preguntas relevantes en relación a lo que el Embajador afirmó:
"En nombre de mi país quisiera expresar nuestra simpatía profunda con las victimas de tortura. Espero que este lugar contribuya al espíritu de 'Nunca Jamás' en todo el mundo."
En efecto, esta afirmación debería haber hecho que cualquier periodista relativamente inteligente y ligeramente informado que lo entrevistara o escribiera alguna nota sobre tal visita, planteara preguntas tan simples como las siguientes, sin siquiera tener que entrar a la historia de Villa Grimaldi, la Operación Cóndor ni el apoyo de EE.UU. a las dictaduras del Cono Sur, lo que habría dado para varias preguntas más:
-¿Cómo explica el Sr. Embajador las torturas implementada en el centro de detención ide Abu Ghraib y Guantánamo en circunstancias de que EE.UU. es signatario de la Convención Internacional Contra la Tortura desde abril de 1988?
-¿Cómo explica el Sr. Embajador que EE.UU. en su tal llamada "guerra contra el terror" mantenga --según su propio Presidente ha reconocido-- centros de detención secretos --tal cual lo fue Villa Grimaldi en su época-- y traslade a prisioneros subrepticiamente de un lugar a otro violando la soberanía de países de la Unión Europea, como España, por ejemplo, haciendo imposible la implementació n del Habeas Corpus --una de las instituciones de derecho humanitario más antiguas originada en la tradición jurídica anglo-sajona?
-¿Cómo explica el Sr. Embajador que EE.UU. se niegue a suscribir el tratado que crea la Corte Penal Internacional, busque exceptuar a sus tropas de toda persecución por los crímenes que puedan cometer e incluso extorsione a otros países para que no suscriban dicho tratado, amaazándolos con reducción o eliminación de ayudas, especialmente de tipo militar?
-¿Cómo explica el Sr. Embajador que EE.UU. apruebe legislasción interna que unilateralmente re-interpreta los Tratados de Ginebra para acomodar formas de interrogatorio que corresponden a prácticas de tortura internacionalmente rechazadas?
- ¿Cómo explica el Sr. Embajador que su país todavía mantenga en pleno vigor la pena de muerte no sólo en la mayoría de sus estados sino que también a nivel federal en circunstancias que ha sido reiteradamente denunciada como una práctica cruel e inhumana que la gran mayoría de las naciones civilizadas del mundo han eliminado y rechazan?
- ¿No cree el Sr. Embajador que nos está tomando el pelo o tratando de pasar gato por liebre? ¿O es que cree que vino a Chile a cazar perros con ristras de longanizas?
El hecho de que ningún periodista --ni siquiera la periodista que entrevistó al Embajador-- se haya planteado preguntas como éstas, muestra una vez más el patético nivel crítico y profesional que tienen los medios de comunicación chilenos.
En términos prácticos, se perdió una oportunidad única para poner en evidencia en la persona misma del Embajador, el doble estándar de la política norteanmericana en cuanto a defensa y protección de los DD.HH. en uno de sus aspectos más sensibles: la violentación física y moral de la persona y dignidad humana que conlleva toda aplicación de tormentos.
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